La incapacidad no es ignorancia
La Universidad Complutense de Madrid recibe con los brazos abiertos a un reducido número de alumnos (657 el año pasado) con discapacidad cada año. Clara Sánchez Rebato, es una alumna de 5º de Licenciatura de Periodismo que entró en el centro en el año 2010 y no se siente conforme con las infraestructuras del campus. Afirma que “la Facultad de Ciencias de la Información (UCM) está poco adaptada para los estudiantes de escasa movilidad, y en su caso, la silla de ruedas”.
Clara en el Palacio Buckingham de Londres
Su movilidad hasta el Centro es dificultosa debido a que el transporte público, por mucha adaptación que lleve para estas personas, la gran mayoría de las veces está deteriorado o en el caso del metro nulo. Ella dispone de un carnet de transportes para discapacitados, pero debido a su inutilidad se ve en la obligación de transportarse en el coche de su padre que está totalmente adaptado a su circunstancia.
Clara, además, dispone de 2 asistentes que le ayudan en sus necesidades como ir al baño, ya que, uno de los apoyos que la Complutense ofrece a los estudiantes que lo precisan es el servicio de acompañamiento a clase.
Con respecto a la información difundida por la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA) se limita este apoyo al ámbito exclusivo de la Institución que lo presta, por lo que en el caso de la Universidad Complutense debería ceñirse a sus dos campus, además, ofrece a cada uno la posibilidad de elegir el punto de recogida dentro del recinto universitario.
La Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia en la que en su artículo 19, y de manera específica, garantiza una prestación económica “para la contratación de una asistencia personal, durante un número de horas, que facilite al beneficiario el acceso a la educación y al trabajo”. En la actualidad la cuantía económica a percibir por estos beneficiarios en la Comunidad de Madrid oscila entre 300€ y 833,96€ mensuales, en función del grado de dependencia y de la renta disponible.
En cuanto a esta ayuda económica no se siente extremadamente contenta ,ya que debido a los recortes de este último año está en 50 euros menos ”no es suficiente la ayuda económica, la seguridad social solo me cubre una parte y la otra parte me la tengo que pagar yo” declara la alumna. La UCM pide a las asociaciones vinculadas con la discapacidad que puedan estar recibiendo fondos públicos o privados su colaboración en la prestación de esta asistencia concreta.
Su trato con los profesores y compañeros es igual a la del resto de alumnos. No se aprecia ninguna diferencia salvo que los exámenes tiene que impartirlos a ordenador y tolerancia en cuanto a su hora de llegada. ”Me daba miedo cuando entré porque venía de un instituto pequeño donde todos nos conocíamos y no sabía cómo llegar a una clase de 300 personas que no se conocen” afirma. ”Nadie me trata diferente por mi discapacidad”.
Clara es una chica en silla de ruedas capaz de todo, no sólo es participativa en la Universidad trabajando en Inforadio y en el periódico de la Facultad sino que, también, el año pasado se fue de Erasmus y nos contó su gratificante experiencia por el país de Inglaterra tan bien adaptado para su circunstancia y sus ganas de conseguir su deseosa beca para continuar con un máster en ese país inglés.
