Educación Cooperativa: aprender es cosa de todos

Según un estudio elaborado por el Instituto de Innovación Educativa, el aula tradicional se sustenta sobre la individualidad, homogeneidad y la pasividad. Tres conceptos con los que se tiende a la generalización de los alumnos, una falta de interacción y mediante los cuales se abandona la dimensión afectiva del alumno, olvidando las características que lo hacen diferente del resto. Frente a esto, se ha dado lugar a una nueva experiencia educativa: el aula cooperativa. Mediante este tipo de aprendizaje se sostiene que el alumno sólo conseguirá sus objetivos, si el resto consigue los suyos.

Un aprendizaje avalado

A lo largo de la historia han sido diferentes teorías las que avalan a día de hoy esta aula cooperativa. Según la Teoría Sociocultural por ejemplo, tener experiencias sociales diferentes proporciona un conocimiento distinto y estimula los distintos tipos de procesos mentales. Por tanto, la sociedad es la clave para la existencia de la mente humana y el aprendizaje, un proceso dónde lo individual y lo social interactúan.

Los hermanos Johnson también colaboraron con su Teoría de la Interdependencia, que se basa en cómo los individuos animamos y facilitamos los esfuerzos de los demás, cómo otros lo obstruyen y desalientan, o como las personas trabajan sin ninguna interacción con el resto.

Por otro lado, la Psicología Humanista de Rogers, nos dio tres claves para el aprendizaje cooperativo: la diversidad, la dimensión afectiva del aprendizaje y la importancia del clima en las aulas. La calidad del alumno no solo depende de procesos cognitivos, sino del apoyo, la motivación y el afecto.

Roles de cada ciclo/ Alejandra Molina

La última pata del aprendizaje cooperativo es la Teoría de la Inteligencias Múltiples. Existen hasta ocho tipos de inteligencia, que cada uno desarrollamos de una forma diferente. Todas están latentes en nuestro cerebro, sin embargo solo destacamos en algunas de ellas. Por eso, el aula cooperativa ayuda a destapar todos esos aspectos de nuestro cogito que desconocíamos que existían. Algo que sólo sucede por la capacidad del ser humano para sacar lo mejor de nosotros mismos. El objetivo de este nuevo paradigma es que el alumno deje de ser alguien pasivo en la clase para convertirse de este modo en constructor de conocimientos.

Sugerencias de los alumnos/ Alejandra Molina

Ventajas de la cooperación en las aulas

Estudiosos de la materia como Gerardo Echeita, Yus Ramos o Maté Calleja y Deves, han concluido que el aprendizaje cooperativo ayuda al desarrollo cognitivo del alumno independientemente de su nivel. Así, los alumnos más atrasados descubrirán mucho antes cosas que individualmente, hubiesen tardado más en dilucidar. Por otro lado, en alumnos intermedios o aventajados, abrirán más sus expectativas mediante la discusión en grupo y consolidarán sus conocimientos.

Rincón de reflexión para el alumno/ Alejandra Molina

El aula cooperativa también reduce la ansiedad del alumno ante problemas a los que no podría enfrentarse por separado. En contraposición se fomenta la confianza, la seguridad y la tranquilidad de trabajar en grupo. Pero no sólo eso, aunque parezca extraño, el hecho de formar parte de un colectivo, fomenta la autonomía y la independencia individual del alumno. ¿Por qué? Esto se debe a que el escolar ya no depende tanto del profesor, sino que este tiene capacidad para controlar su aprendizaje, planificar su tarea y buscar los recursos necesarios.

Del por qué al cómo

Conscientes de las grandes ventajas que tiene la educación cooperativa para el alumno, se pretenden llevar a cabo una serie de ámbitos de intervención:

• Cultura de la cooperación, mediante la cual se pretende que escolar tome conciencia de la importancia de la interacción social para el desarrollo humano.
• Elaboración de una red de aprendizaje para que los alumnos trabajen en la construcción de conocimientos compartidos.

Planes de trabajo/ Alejandra Molina

• Utilizar esta red de aprendizaje para el proceso educativo de los alumnos.
• Red de enseñanza. La incorporación de una estructura cooperativa en las aulas es más fácil cuando constituye el objetivo común de un grupo de maestros, que trabajan juntos para sacar el proyecto adelante.

Mural elaborado por los alumnos/ Alejandra Molina

La revolución en las aulas

Los ocho colegios que los Jesuitas tienen dispersos en Cataluña, han dado un vuelco al trabajo en las aulas. Han eliminado los exámenes, las clases magistrales, los pupitres y ¡hasta las paredes! Este proyecto denominado “Horizonte 2020”, pretende paliar un problema que la educación tradicional tiene. Y es que, como bien indica Xavier Aragay (director de la Fundación Jesuitas Educación), los alumnos estaban empezando a aburrirse y a desconectar del sistema establecido. No hay horarios y entre todos se decide cuando hay que tomarse un respiro, eliminando así el tradicional recreo. Este proyecto potencia las “inteligencias múltiples” y saca todo el potencial del alumno, ya que cómo indica el director adjunto, Josep Menéndez, “educar no es sólo transmitir conocimientos”.

Fachada Colegio Ártica en Carabanchel/ Alejandra Molina

El Colegio Ártica, es uno de los primeros colegios en España en implantar la metodología cooperativa en sus aulas. Se encuentra en Madrid, concretamente en el Pau de Carabanchel. Su objetivo es que los alumnos sepan trabajar en equipo, se ayuden unos a otros, ya que no solo el profesor puede enseñar, sino que los alumnos pueden aportar cosas entre ellos. Para ello, el colegio lleva a cabo unas técnicas cooperativas informales y formales. La dinámica cooperativa en el Colegio Ártica consiste en que cada uno de los alumnos del grupo tiene asignado un rol. Dichos roles van aumentando la complejidad de las funciones que tiene cada uno a medida que los niños van avanzando de curso:

• Speaker, (portavoz del grupo, supervisor del nivel de ruido,…).
• Enviroment, (responsable del orden y limpieza del entorno, dispone y organiza los materiales necesarios para la ejecución de las tareas).
• Coordinator, (reparto del turno de palabra y gestión de las intervenciones de todos los miembros en la resolución de las tareas, supervisor de las funciones grupales y responsable de la evaluación del grupo).
• Supervisor, (responsable de las agendas individuales y grupales, responsable de organizar las tareas pendientes, comprueba la ejecución de los deberes y tareas para casa por parte de los otros componente del grupo).

Además de los roles, el aula cooperativa tiene unas normas de funcionamiento, como podemos apreciar en los vídeos, que hacen que el aprendizaje sea más efectivo. Se pretende con ello que se cree entre los alumnos una interdependencia positiva que les incite a la participación y colaboración.

A través de técnicas informales, como lápices al centro, se pretende que los alumnos sigan los mismos pasos en la resolución de problemas o tareas, de modo que se fomenta la puesta en común y la participación de todos.

En ocasiones resuelven muy bien los problemas y tareas. Otras veces la interacción entre ellos no es tan fácil. No saben llevar a cabo su rol, no respetan turnos de palabra o se enfadan y discuten cuando el grupo no tiene en cuenta sus opiniones.

Toda esta metodología, llevada a cabo desde edades muy tempranas, sirve para que los chicos sean más autónomos en el estudio, más capaces de mejorar sus estrategias de razonamiento y se desenvuelvan en un entorno facilitador del aprendizaje y de la convivencia.