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Vacaciones en paz: un verano lejos del desierto

Vacaciones en paz es el programa de acogida de los niños saharauis por las familias españolas que se inició en 1976. Los pequeños que normalmente viven en los campamentos de refugiados en Tinduf en el sur de Argelia, tienen oportunidad a pasar unos meses lejos del desierto con las temperaturas extremas, hasta 50 grados en la sombra y del conflicto político. Además de pasarlo bien, uno de los objetivos más importantes de la visita son las revisiones médicas y el tratamiento de las enfermedades si resulta necesario. También se subraya que los niños que vienen a la Península Ibérica son como los embajadores que dan visibilidad al problema de los 40 años de ocupación del territorio de Sáhara Occidental y a la situación de los refugiados que- según los datos de F.E.M.A.S. (la Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones Solidarias con el Sáhara)- son aproximadamente 160.000 personas.

Llegada de los niños a España

Llegada de los niños a España  / Foto  autorizada por la Asociación Saharaui de Sevilla

 

 

En el 2015, como lo calculó La Vanguardia, 4.780 niños en la edad entre 8 y 12 años, pasaron su Vacaciones en paz en España, de los cuales 247 en Madrid. El viaje “es como un premio a sacar buenas notas” explica Diana Fernández Romero, la secretaria de la Asocición Saharaui en Sevilla. Durante el curso los niños se preparan para la excursión aprendiendo un poco de español, por ejemplo, como cuenta sus memorias Brahim Mahmud Edda que vino con el programa de pequeño. También menciona que ya en la guardería los niños saharauis en el campamento de refugiados saben que si se portan bien, algún día tendrán la posibilidad de hacer el viaje a España.

Qué hacen los niños en España

Los planes para las Vacaciones en paz se dividen normalmente en 3 partes, primero el proceso de adaptación durante aproximadamente una semana, luego las actividades colectivas que a parte de las típicamente veraniegas son por ejemplo las manifestaciones de la causa saharaui y al final pasar más tiempo con la familia de acogida según cuenta Guoimar Terán, coordinadora del programa y familia de acogida.

Actividades durante la estancia

Actividades durante la estancia / Foto autorizada por la Asociación Saharaui de Sevilla

Los niños que vienen de Tinduf cuando termina el colegio a finales de junio y se quedan en España hasta la última semana de Agosto, cuentan con un visado colectivo, no es individual para cada persona sino que tienen que volver todos juntos en la fecha asignada. Antes, como lo hicieron hace años Brahim y su hermana Samia, algunos de los niños obtenían el permiso para quedarse con un miembro de la familia más lejana por el motivo de estudio o tratamiento médico. Ahora ya no.

Cualquier familia puede participar en el programa

Para invitar a casa a un niño refugiado del Sáhara hay que pasar por la entrevista y control por parte de los organizadores, pero no hay ningún requisito sobre el modelo de la familia. Las familias monoparentales o sin matrimonio formal, tienen posibilidad de participar en el programa. Muchas de las familias de acogida financian el transporte del pequeño, pero se puede contar con el apoyo de la asociación que, aunque no sea fácil, busca los convenios y colaboraciones tanto para financiación del mismo viaje como para las revisiones médicas o actividades del ocio como el parque de atracciones. Algunos lo hacen de forma gratuita, otros por el precio más económico comenta Diana Fernández Romero.

Guiomar, que desde su infancia tiene las experiencias de acoger a los niños saharauis en su casa, dice que siempre es una duda como el pequeño se adapte a las condiciones españolas, sobre todo la comida y las reglas de seguridad que en las calles de las ciudades son muy diferentes que en los campamentos de refugiados en el desierto. Brahim como unas de las experiencias que se le grabaron más en la memoria del momento en que por primera vez llegó a España, menciona ver por primera vez tantos coches e ir en autobús con mucha gente y meterse en una bañera llena de agua “llenaron la ducha para poder bañarme y yo no quería porque me iba a ahogar”.

“Para nada es algo traumático”

El programa Vacaciones en paz se encuentra con muchas críticas de  “dar el caramelo al niño y luego quitárselo”. Pero como afirma Diana Fernández Romero, la secretaria de la Asociación que organiza los viajes, que los alumnos saharauis no vuelven a casa con ningún tipo de trauma, al contrario, “disfrutan las vacaciones a todo lujo, como cualquier persona, y después vuelven a su casa con su familia, y de hecho los últimos días ya están deseando de irse a casa para contar a sus familiares las experiencias, contar lo bien que se lo han pasado, enseñar las fotos de todo lo que han hecho”.

También según el testimonio de Brahim es una experiencia positiva. El joven saharaui que actualmente vive en España menciona las temperaturas insoportables del desierto, la pobreza y muchas veces la escasez de comida, “a veces comíamos una vez al día dice. Pero, a pesar de las condiciones adversas tiene buenas memorias de su infancia, cuenta que allí en Tinduf, los niños viven felices pasando mucho tiempo con los amigos y familia.

Niños jugando en el campamento de refugiados

Niños jugando en el campamento de refugiados/ Foto autorizada por la Asociación Saharaui de Sevilla 

En los campamentos de refugiados los niños hacen “vida normal y corriente” como dice Diana Fernández Romero. Tienen sus familias, sus amigos, están escolarizados. Los campamentos tienen su estructura administrativa y cuentan con el apoyo de varias organizaciones. Actualmente se está desarrollando el proyecto de poner las tuberías con agua y más placas solares para cubrir las necesidades básicas del uso de la electricidad.

El conflicto saharaui

Miles de refugiados en Tinduf son el efecto del conflicto político de Sáhara Occidental con Maruecos que hace 40 años ocupó el territorio del país reclamando sus derechos a las tierras y sus riquezas naturales, sobre todo las reservas del fosfato y la pesca costera. España controlaba la colonia desde 1884 cuando en la conferencia de Berlín en que se dividió África entre las potencias europeas. En noviembre de 1975 el régimen marroquí se apoderó del territorio saharaui con la llamada Marcha Verde y las tropas españolas se retiraron del país. La invasión obligó a miles de personas huir de sus casas y buscar refugio en el sur de Argelia. Cuando llegaron a esta región, donde la temperatura en verano supera los 50 grados a la sombra y en invierno el frío llega a congelar, no encontraron nada más que arena. “Gracias a la sólida cohesión interna y a los grandes sentimientos de solidaridad, fueron capaces de construir una sociedad organizada en este desierto” podemos leer en la página web de F.E.M.A.S. La estructura organizativa se asentó en las tradicionales asambleas y se crearon comités de alimentación, artesanía, orientación, educación y asuntos sociales. La organización de los campamentos está prácticamente en manos de las mujeres.

Niñas en el Sáhara occidental

Niñas en el Sáhara occidental / Foto autorizada por la Asociación Saharaui de Sevilla

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