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periodismo universitario en internet

Música, con su permiso

Si uno camina por el rastro de Madrid un domingo cualquiera escucha, sin quererlo, música. Si decide esconderse en algún rincón del parque el Retiro cualquier día de la semana escuchará, sin quererlo, música. Incluso de forma inesperada, al doblar cualquier esquina, puede sorprendernos el grito de un saxofón vocalizando suaves melodías.

Son los músicos de la calle. Mujeres y hombres que salen a las rúas para ponerle color al gris asfalto de la ciudad a través de sus manos y gargantas. Son trabajadores. No piden limosna. Buscan poder vivir a través de su labor, que es la música, aportando energía y vitalidad a una ciudad que se mueve siempre, demasiado deprisa.

Pero, ¿es suficiente para ellos? ¿O es más bien un complemento? ¿Con qué clase de impedimentos legales se encuentran los músicos a la hora de realizar su trabajo? ¿Es acertada la regulación que implica la polémica Ley de actuaciones 7 de octubre de 2013 impuesta por Ana Botella? ¿Supondría esto la llegada de un cierto elitismo en la música callejera?

Músicos callejeros tocando

Músicos callejeros tocando (Jingle Django) / Variación XXI

Hablando en plata

En primer lugar hay que dejar claro que no todos los músicos tienen el mismo nivel, la misma aceptación o simplemente las mismas necesidades vitales, ya que cada uno de los músicos entrevistados son personas completamente diferentes.

Algunos componen grupos numerosos y otros prefieren tocar en solitario o bien, en pequeños grupos de tres o cuatro músicos. Unos tocan balkan y otros prefieren el soul, o incluso a veces, se escucha a lo lejos algún cantar flamenco. Algunos llevan tocando toda una vida y otros apenas acaban de empezar, aún así una cosa está clara. En ninguno de estos casos se obtiene una renta suficiente como para mantener una calidad de vida digna sólo a través de las actuaciones callejeras.

Según afirman los músicos, las actuaciones callejeras suponen en realidad “un complemento”. Se podría vivir, sostienen algunos, “si tus necesidades son pocas (más bien míseras) y a base de un gran esfuerzo”. Vivir únicamente de la calle obligaría a tener que tocar todos los días con el sacrificio que ello conlleva, debido a que no todos los días existe el mismo tránsito de personas, ni hay el mismo dinero que en los fines de semana, pero sobretodo, porque no todos los días se puede crear música con el mismo intenso sentimiento.

 

Argumentos y objetivos de la polémica ley de Ana Botella

Madrid es una ciudad muy grande. La diversidad es infinita y por consiguiente, también son infinitas las opiniones y puntos de vista, los gustos y las percepciones, con lo que es difícil mantener una sana convivencia.

Por ello el Ayuntamiento de Madrid decidió en 2013 regularizar el tráfico musical callejero implantando una ley, bajo el argumento de:

“Proteger esta manifestación de arte urbano que aporta cultura, vida y alegría a nuestras calles, garantizar la convivencia y el derecho al descanso de nuestros vecinos, promover unos estándares mínimos de calidad, la preservación de los niveles sonoros ambientales, y evitar prácticas nocivas y molestas para el ciudadano como la mendicidad encubierta, o ruidos excesivos que en ocasiones poco o nada tienen que ver con la música” Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid (BOAM)

El Decreto de 7 de octubre de 2013, aprobado e implantado por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella y por el Concejal Presidente del Distrito de Centro, David Erguido Cano, dicta las bases de una convocatoria pública por las que se regirá la obtención de la autorización para realizar actuaciones musicales en las vías o espacios públicos del Distrito Centro. Cabe mencionar que influye a los músicos que actúan en vía pública y no a los que actúan dentro de las instalaciones del metro, siendo la gran mayoría de éstos, músicos sin licencia.

Plano zonal músicos callejeros

Plano zonal músicos callejeros / Periodismohumano.com

Esta ley supone la creación de un marco jurídico y una regulación antes inexistente, lo que a priori parece algo beneficioso, no obstante, la regulación se ha demostrado insuficiente y en muchos aspectos contraproducente, llegando a ser incluso discriminatoria en muchos casos según los propios músicos.

El primer y único casting realizado hasta la fecha (cuyo jurado se constituyó por dos funcionarios del Ayuntamiento de Madrid y un músico de la escuela de Madrid) se realizó en diciembre de 2013. En él se hicieron 280 pruebas, de las cuales, 176 fueron positivas. De los 460 músicos que se presentaron a las audiciones, fueron autorizados 318. Más concretamente, de los autorizados 99 eran solistas y 219 formaban parte de 64 grupos. Medios como ABC destacó la noticia señalando que suspendió un 30% de los aspirantes, dejando caer lo negativo de la ley.

 

Deficiencias de la ley

Pero realmente, ¿qué opinan sobre la Ley quienes tienen que trabajar con ella? Los músicos. La mayoría están a favor de la ley, aunque también hay músicos a los que no les parece una opción correcta poner barreras a la música en la calle, o incluso a quien le es indiferente con tal de que no les molesten y les dejen trabajar tranquilos. No obstante, todos coinciden en que la regulación es ineficaz y discriminatoria y que la convocatoria era de difícil acceso y falta de fundamentos o criterios realmente objetivos, sino que más bien quedaban a cargo de la opinión subjetiva del jurado.

Una gran parte de los músicos están de acuerdo en que esta medida “favorece el aumento del nivel” en cuanto a la música callejera, pero están en contra de la manera que se ha realizado, ya que “la aplicación y varios puntos de la regulación deberían de revisarse y cambiarse”, como reivindican los afectados. Todos critican por ejemplo, el tiempo entre un casting y otro, pues el segundo casting se realizará este 2015, aún con la fecha exacta por determinar. Es decir, que quien no pudo acudir a las primeras pruebas por cualquier razón personal, laboral o de cualquier tipo, ha tenido que esperar dos años para poder tocar libremente en la calle. Además también son mayoría los músicos que afirman haber presenciado cierta discriminación por parte del jurado a ciertos instrumentos y estilos con los que los artistas se presentaban a la prueba.

Los músicos se quejan también de la existencia de un número límite de licencias, de tal forma que si un músico con licencia decide dejar de tocar en las calles de Madrid, esa licencia se perdería sin opción a que otro artista pudiera usarla o conseguir la suya propia debido a que el límite de permisos está repartido, y hasta otra convocatoria no se emiten nuevas licencias.

Del mismo modo, habría que tener en cuenta a los artistas esporádicos que vienen del extranjero, los cuales no disponen de la oportunidad de conseguir la licencia y por lo tanto no pueden en teoría actuar en la vía pública, de forma que se pierde la esencia que estos músicos aportan de otras culturas diferentes, que es además, una de las claves de la música callejera.

 

¿Qué ocurre con quienes no han conseguido licencia?

Como se puede apreciar, pese a las contradicciones que supone establecer límites a la música, y más aún en la calle, los músicos o la mayoría de ellos están de acuerdo con la existencia de una normativa que regule las actuaciones musicales en la vía pública, si bien, recalcando que existen en ella bastantes deficiencias que la hacen poco eficaz y de la cual derivan problemas de tipo discriminatorio o el acceso a la propia licencia.

No obstante, cabe resaltar que este es sólo el punto de vista de los músicos que consiguieron el permiso, la voz de aquellos músicos que no tenían licencia no ha sido posible encontrarla, pues como es de suponer, no estaban trabajando en las calles por miedo a las posibles sanciones. El caso de Lorenzo Mena, refleja perfectamente esta situación. ‘El Loren’ decidió marcharse de Madrid después de las numerosas multas por tocar en la calle sin permiso.  Estos músicos quedan relegados a las esquinas de los metros o a arriesgarse a salir a las calles y encontrarse con una ley que les impide ganarse la vida a través de algo tan bello e inofensivo como la música.

12 Comments

  1. La música te alegra la vida, no music, no life.

  2. Muy bueno. Es una pena como están silenciando Madrid.

  3. Me ha gustado que el artículo buscase dar distintos puntos de vista y opiniones en lugar de simplificar el tema al mínimo.

    Creo que si la idea es informar de distintos hechos, abusar de recursos literarios es innecesario (diversidad infinita, ponerle color al gris asfalto, etc) pero por otro lado hace un buen trabajo presentando fuentes de dónde salen las leyes y demás.

  4. A pesar de las deficiencias que pueda presentar la actual normativa, una cosa parece estar clara, resulta necesaria la regulación de esta actividad.
    Y ello es así no ya sólo para “asegurar el respeto al descanso de los vecinos y residentes del distrito” como nos señala el propio Decreto, sino porque los músicos y artistas callejeros no olvidemos que hacen uso del dominio público con fines lucrativos (aunque es cierto que la mayoría poco lucro encuentra). Desde mi punto de vista, resulta similar a la utilización privativa del suelo que realizan los bares con la llegada del buen tiempo al poner la terracita, con el consiguiente pago de tasa.
    Respecto de la declaración de idoneidad, no puede constituir una crítica el señalar que tiene carácter subjetivo, ya que se basa en la capacidad “de animar o entretener al público sin molestar a los vecinos o viandantes”, siendo imposible cuantificar el nivel de entretenimiento que aporta una melodía. Ahora bien, parece necesario revisar la composición de la Comisión, otorgando el poder de decisión a expertos musicales para que éstos puedan valorar, no ya el nivel de entretenimiento, sino al menos la calidad de las actuaciones.
    Dicho lo anterior, destacar el trabajo realizado por permitirnos el acceso a las opiniones de los propios afectados.
    Un saludo.

  5. Muy buen artículo, sin música no hay nada.Aunque sea triste que se necesite un permiso para tocar en la calle por unas monedas.

  6. Muy interesante la noticia vista desde ese punto de vista en el cual se trata de explicar la noticia.

  7. Un poco absurdo lo de la licnencia.

  8. Me parece absurdo poner barreras a la música, no hay ley que pueda discriminar quien hace o no hace arte, el único que puede decidir al respecto es el clamor del público, siempre que se repeten a los demás. Si eres bueno, la gente se parará, si no lo eres no. En muchas partes de Europa no se controlan a los músicos callejeros, es más, se promueve. Años de ventaja.

  9. igualito que en granda…que vas al ayuntamiento y el mismo dia te dan la licencia de un año…gracias ana botella

  10. Lo triste es que algo tan bello como la música de vea restringida en el fondo por el dinero… un gran post!!! Enhorabuena

  11. Me ha gustado el artículo. Es una pena restringir la música así.

  12. Buena aportación!

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