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periodismo universitario en internet

Piénsalo mejor, no es un juguete

En España se abandonan más de 100.000 perros al año, la cifra más alta de la Unión Europea. Las protectoras y centros de acogida denuncian esta situación e intentan concienciar a la sociedad de la responsabilidad que conlleva adquirir una mascota. Tener un animal de compañía supone dedicación y dinero. Por eso, una vez comienza el proceso de adopción, se siguen una serie de requisitos para que el perro y su nuevo dueño se adapten el uno al otro, según sus características y necesidades.

Django, un abandonado más

Estornino, un mestizo de podenco y pitbull, fue abandonado con un año a las puertas de la protectora CIAAM, en Guadalix de la Sierra, cuando sus dueños no pudieron seguir haciéndose cargo de él. Afortunadamente, poco después fue adoptado por Pablo y su hermano, vecinos de la zona noroeste de Madrid, quienes buscaban su primer perro muy concienciados de la importancia de adoptar debido al elevado número de perros abandonados y la diferencia económica entre comprar y adoptar.

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Django una vez adoptado. / Variación XXI

«Nos enamoró» cuenta Pablo, cuando habla de la primera vez que tuvieron contacto con él mientras se decidían entre otros dos perros más. Estornino, que no correspondía a un caso de maltrato animal, les llamó la atención desde el primer momento por ser el único que no estaba nervioso ni ladrando, sino tumbado al sol. Se acercó primero a su hermano y caminó entre sus piernas, rozándole, en busca de caricias, «como hacen los gatos» explica. En ese momento, Pablo se dio cuenta de que «el perro te elige a ti» y Estornino pasó entonces a llamarse Django.

Como Django, 104.501 perros son abandonados cada año en España, uno cada cuatro minutos, según un estudio de la Fundación Affinity. Menos del 35% son llevados a las puertas de las protectoras o centros de acogida. El resto, más del  65%, son encontrados en la calle abandonados a su suerte. El comportamiento del perro, camadas indeseadas, incapacidad de hacerse cargo y/o motivos económicos son las principales causas de abandono; y es que, lo que empieza siendo más como un regalo de Navidad, se convierte a los pocos meses en un perro que necesita tiempo, dedicación y dinero.

La labor de las protectoras

Solo en Madrid hay unas 60 protectoras de animales, sin incluir perreras, pues no es lo mismo una protectora que una perrera. Las primeras son asociaciones sin ánimo de lucro en la que trabajan voluntarios amantes de los animales para rescatar, dar refugio, cuidar y buscar un nuevo dueño a los animales que han sido abandonados.

Fernando Sánchez Ocaña, presidente y fundador de la protectora Salvando Peludos en Collado Mediano, un refugio al norte de Madrid que fundó en el año 2013 tras dejar su trabajo en una gran empresa de telecomunicaciones y gracias a la ayuda de otras protectoras y donaciones voluntarias, explica cómo la labor de la protectora comienza cuando reciben una llamada para informarles sobre un animal abandonado. En ese momento, según el estado del animal y el espacio disponible, se baraja la posibilidad de que se lo quede una familia de acogida o se lleve a la protectora.

Allí pasará una cuarentena sanitaria, de unos veinticinco días de media. Periodo en el que se desparasita, vacuna y esteriliza al animal, fundamental por tres motivos explica Fernando, el primero para evitar la cría descontrolada, pero también por motivos de carácter, ya que eliminando las hormonas sexuales se facilita la convivencia con otros animales, y de salud, para evitar tumores y enfermedades. A partir de ese momento comienza el periodo de adopción, en el que se evalúa al futuro dueño y se comprueba que el animal se puede adaptar a su estilo de vida.

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Campaña #SacrificioZero de El Refugio. / El Refugio

Las perreras en cambio son empresas contratadas por los ayuntamientos. La Ley de Protección Animal obliga a cada localidad a recoger los animales vagabundos y tenerlos al menos veinte días hasta que aparezca su dueño o uno nuevo. Al tratarse de un negocio, en la mayoría de perreras se sacrifican animales por la necesidad de espacio, aunque actualmente, gracias a voluntarios, casas de acogida e iniciativas como #Sacrificiozero de El Refugio, cada vez son menos los animales sacrificados. En las protectoras, en cambio los animales se acogen de forma indefinida y ninguno es sacrificado salvo que el animal sufra una enfermedad terminal.

Sin embargo, la diferencia fundamental entre protectoras y perreras es el control. Las perreras no tienen exigencias a la hora de adoptar ni posterior seguimiento, mientras que las protectoras exigen ciertos requisitos antes de entregar un animal y un seguimiento tras la adopción.

Fernando considera que la gente no está concienciada de la labor que llevan a cabo las protectoras. «Hay mucha desinformación. La gente sigue pensando que todo son perreras con una labor muy metódica. Solo los voluntarios que vienen se conciencian de la labor que hacen las protectoras».

 

La adopción

Pablo visitó varias perreras y protectoras antes de decidirse por CIAAM, unas con los perros en mejores condiciones que otras, reconoce. En ese momento la protectora daba refugio a unos 300 perros, separados por zonas según su estado de salud, y como es habitual, le hicieron una visita guiada por las diferentes plantas.

Primero les conquistó un cachorro de ojos azules, después les llamó la atención Django y por último, un hembra de bóxer con las orejas amputadas. Finalmente, y ante la posibilidad de que el cachorro se hiciera demasiado grande, se decidieron por Django.  Una vez tomada la decisión y el perro elegido, comienza el proceso de adopción.

Pablo tuvo que volver a la protectora un día después con todos los miembros de la familia que vivían en la misma casa donde también viviría el perro para comprobar que estaban todos de acuerdo. Después de que todos conociesen a Django y mostrasen su convencimiento, firmó un contrato de adopción y pagó 100 euros por los gastos veterinarios y de mantenimiento.

Ya era dueño de un perro adoptado, con el único compromiso de cuidar bien al animal y enviar fotos periódicamente al Facebook de la protectora para comprobarlo, de lo que se encarga su padre, además del aviso de que cualquier día puede presentarse alguien en su casa para ver el estado del perro, aunque esto en tres años todavía no ha ocurrido.

En la mayoría de protectoras el procedimiento suele ser prácticamente el mismo. En el caso de El Refugio, es imprescindible que la persona que quiere adoptar les visite personalmente para comprobar si la persona es apta, en cuyo caso, y tras conocer su modo de vida, le recomiendan la adopción de un perro determinado que congenie con su estilo de vida.

En Salvando Peludos en cambio, el adoptante realiza primero un cuestionario orientativo para conocer el perfil de familia que es y qué tipo de animal se puede adaptar mejor a ella, luego se realiza una entrevista personal para ratificar y solventar dudas y a raíz de ahí, se deciden por un perro u otro.

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Salvando Peludos. / Salvando Peludos

Fernando reconoce que la mayoría quiere un perro concreto que ya ha visto en sus redes sociales, sin embargo, si las características y necesidades del perro no se corresponden con las del futuro dueño no realizan la adopción. «Desde que llegan siempre fomentamos su adopción, aunque pedimos que se pase el periodo de cuarentena sanitaria».

Sin embargo, con 800 perros rescatados al año y unas 25 adopciones mensuales, Fernando reconoce que sin una legislación post-adopción y la falta de concienciación social, no hay nada que asegure que un perro no volverá a ser devuelto a la protectora tras su adopción.  

En el caso de las perreras, son aptas para adoptar «todas aquellas personas que deseen adoptar un animal, sea cual sea su lugar de residencia». Los únicos requisitos que debe cumplir el adoptante es ser mayor de edad, aportar el DNI o equivalente, firmar un documento de adopción aceptando la propiedad del animal, acudir al centro provisto de trasportín o de correa y collar, identificar con microchip al animal salvo en el caso de que el animal estuviera identificado previamente, vacunar frente a la rabia a aquellos perros con más de tres meses de edad y hacerse cargo de los tratamientos preventivos u obligatorios que a partir de este momento necesite su animal.

En perreras como el Centro de Protección Animal (CPA) de la Comunidad de Madrid, el trámite se puede hacer incluso por Internet a través de su página web. En cualquiera de las dos opciones no existe un contrato o trámites post-adopción. El adoptante debe firmar un contrato de adopción antes, pero una vez hecho ese trámite, no existen más.

Según la veterinaria Carolina Sarmiento, dueña de una clínica en Madrid y cuya clientela es un 50% perros adoptados, aunque no todos procedentes de protectoras, lo mínimo que se debería hacer cuando se adopta un perro es valorar el perfil del adoptante y darle un animal que se adecue a sus características y a las de su familia, además de a sus posibilidades económicas y capacidades para tener una raza u otra de perro.

Por parte de las protectoras, también se deberían entregar los animales microchipados y esterilizados, entregarlos sanos y en el caso de que tengan un tratamiento, explicar detalladamente al nuevo propietario en qué consiste y lo que conlleva.

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La veterinaria Carolina Sarmiento en su clínica de Madrid. / Variación XXI

Considera que los procedimientos de adopción son correctos pero insiste en que se debería explicar a las personas con voluntad de adoptar las consecuencias que esto conlleva, entre ellas una serie de gastos para su mantenimiento y el coste que supone un veterinario en el caso de vacunaciones obligatorias o tratamientos por enfermedad, ya que desgraciadamente los animales son considerados «productos de lujo» y las consultas y medicamentos muy caros, insiste.

Por su propia experiencia personal, se ha encontrado con casos de animales que no eran adecuados para la persona que los tenía adoptados. Una de las quejas que sus clientes la transmiten es que las protectoras dan muy pocas facilidades para adoptar o que las costas son caras, algo que desde su punto de vista no es del todo cierto ya que se cobra por servicios veterinarios ya prestados como vacunas, desparasitación, etc. Según ella el verdadero problema de las protectoras es dar en adopción a cachorros de un mes escaso de vida ya que no se les debe separar tan pronto de la madre.

Sin embargo, a veces el papel de las protectoras puede llegar a ser excesivo. Aunque su intención sea el cuidado del animal algunas obligan al propietario a ir a un determinado veterinario o a pasar ciertas consultas, cuando no se puede pretender que el propietario mantenga al animal restrictivamente en las condiciones que la protectora quiere. Insiste en que es muy importante esterilizar al animal, por ejemplo, pero que cada uno lo haga a la edad y en el veterinario que crea conveniente.

No son un regalo

Lo más importante, insiste Carolina, es concienciar a la sociedad de que los perros no son juguetes, son seres vivos y es imprescindible saber lo que conlleva tenerlos, no pueden ser un regalo de navidades del que te canses a los tres meses cuando ya sea mayor.

Coincide con Fernando, que también insiste en la importancia de pensar muy bien antes de abrir la puerta a un nuevo miembro de la familia, conscientes de todo lo que ello implica para darle una buena calidad de vida, y una vez tomada la decisión por supuesto adoptar. Además, adoptando un animal no solo se ayuda al perro adoptado, el espacio que queda desocupado permite acoger a un nuevo animal abandonado.

Carolina considera que es fundamental recurrir a la adopción mientras haya animales abandonados en la calle o en protectoras abarrotadas, eso significará que la sociedad ha avanzado y ha pasado a relacionarse de otra manera con los animales y el entorno.

En cualquier caso, no sólo adoptando se puede ayudar a las protectoras de animales. Además de no abandonar y adoptar, se puede ayudar apadrinando, siendo voluntario para ayudar a cuidarles, ofrecerse como casa de acogida y/o también haciéndote socio para ayudar económicamente. Protectoras como El Refugio ofrecen incluso la posibilidad de comprar camisetas y el importe íntegro va destinado a ayudar a los animales.

12 Comments

  1. Muy interesante

  2. Muy interesante y muy cierto

  3. Para los amantes de los animales nos enorgullece que existan protectoras para los que desgraciadamente han sufrido abandono…

  4. Gran trabajo el de las protectoras, cuantos animales abandonados pasando frío en la calle habría sin la ayuda de estos voluntarios amantes de los animales.

  5. No hay nada como la fiel compañía de nuestro mejor amigo. Qué gran trabajo hacen aquellos que dedican su tiempo al cuidado de estos animales. Nos ha encantado 🙂

    ¡Saludos!

  6. Articulo muy interesante que debería leer mucha gente.

  7. Muy buen articulo para ayudar a concienciaar a la gente de este gran gran problema…

  8. Muy buena iniciativa para concientizar e informar a la gente sobre la labor de las protectoras! Gran trabajo!

  9. Muy trabajado

  10. Me parece admirable el trabajo que realizan

  11. Muy recomendable leer el articulo, es muy interesante y el trabajo que hacen las protectoras espectacular.

  12. Gran labor de las protectoras y excelente articulo de concienciación. Antes de comprar, adopta!!!

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