Innovando la cultura: los acentos en el mundo de la comunicación
La presencia de los acentos en los medios de comunicación es muy poco habitual, ya que nos han acostumbrado a escuchar un español neutro y homogéneo, sobre todo en las cadenas nacionales.
Pero, al igual que los monumentos, la gastronomía o la cultura en general, los acentos constituyen un símbolo de la identidad de cada comunidad, es decir, de dónde venimos. Y entonces, ¿por qué en nuestra carrera y en nuestra profesión se nos impone su ocultación?
Para Francis Lorenzo, según declaró en la visita que Radio Nacional de España (RNE) realizó a la Facultad de Ciencias de la Información, lo de neutralizar el acento “es una tontería”. Él, natural de Pontevedra (Galicia), entiende que el tono de los gallegos pueda resultar “difícil”, pero no encuentra razón para disimularlo.
La diversidad cultural como nueva iniciativa
Reflexionando sobre el asunto, las únicas causas aparentes para el desuso de éstos radican en transmitir una información de la forma más estructurada y simplificada posible; transmitir una información que se comprenda, porque, como es sabido por todos, algunos acentos pueden resultar ininteligibles para una parte de la población; o en última instancia, porque se busque la corrección gramatical. Es fácil encontrarse con oyentes que piensan que la usanza de los acentos suponen una práctica demasiado relajada del idioma, lo que se traduciría en posibles errores a nivel lingüístico.
No obstante, todo tiene solución y para el tema de los acentos, también la hay. ¿Por qué dejar de promover la diversidad cultural de tu región si se pueden establecer ciertos límites –gramaticales o lingüísticos- de cara a un empleo correcto de la lengua?
Mikaela Vergara, periodista y musicóloga en RNE, explicó que la utilización de las diferencias lingüísticas no supone un uso equivocado del lenguaje, sino que “enriquece” porque “no es algo que resta, suma”.
De todas formas, no estaría mal que se les exigiese un poco más a los estudiantes y profesionales del periodismo en cuanto al dominio de la gramática o la expresión oral. Es decir, se puede conservar el acento –evitando que sea demasiado cerrado- pero sin descuidar el idioma.
Un legado cultural y social
En definitiva, la promoción del uso de los acentos en los medios de comunicación puede ser positiva. A nivel cultural, el periodismo recibiría un legado provechoso, desde sembrar la diversidad hasta ayudar a conectar mejor con ciudadanos de diferentes partes de España. Esto marcaría una diferencia notable respecto a otros países del mundo, transmitiendo una imagen de cooperación y entendimiento.
Asimismo, la conexión humana (ya arriba mencionada) también sería mayor. Esta aceptación implicaría un mejor conocimiento sobre expresiones y usos lingüísticos de otras zonas geográficas que seguramente, de no oírla en los medios, no se llegaría a tratar nunca. Por ejemplo, resulta muy difícil diferenciar el acento de las distintas provincias andaluzas, pero la escucha continua en los medios de comunicación podría ayudar a percibir las particularidades concretas de cada región y a saber reconocerlas. Por tanto, ¡qué mejor forma de conocer tu país y de relacionarte con su gente!
Para más inri, el reportaje audiovisual realizado para Variación XXI se ha locutado con acento andaluz –la compañera pertenece a la provincia de Jaén, concretamente a Bailén- y ni la información ni la calidad del reportaje se han visto afectadas. El acento aporta frescura y marca la diferencia, aunque se entiende perfectamente. ¿Por qué no hacerlo siempre así?
En resumidas cuentas, el uso de los acentos en los medios de comunicación, aunque puede implicar ciertos riesgos, manifiesta toda clase de ventajas, mejoras e innovaciones tanto a nivel cultural, como periodístico o social.