Gentrificación: La muerte de la cultura
“Gentrificación (del inglés, gentrification) es un proceso de transformación urbana en el que la población original de un sector o barrio deteriorado y con pauperismo es progresivamente desplazada por otra de un mayor nivel adquisitivo.”
Como todos los días desde hace casi cincuenta años, Manuela sale a la calle temprano. Tras abrir el portón de la calle San Mateo, situada en la céntrica zona de Tribunal, mira a la izquierda y a la derecha y sólo ve gente extraña. Sortea turistas y grupos de fiesteros rezagados que balbucean alguna lengua extranjera.
Pasa enfrente de la peluquería a la que iba a hacerse la permanente cuando era más joven. Ahora ese local se ha convertido en un tabique en venta, a la espera de un inversor dispuesto a abrir otro más de los negocios que proliferan por la zona: tiendas de bicicletas, comercios de ropa moderna, restaurantes thai, gimnasios posmodernos o alguna franquicia internacional.
Manuela se va a tener que marchar de su barrio: ya no quedan supermercados cerca que le ofrezcan precios asequibles, el ruido por las noches es insoportable (aunque ya se ha acostumbrado) y el precio de su alquiler es inasumible desde hace ya tiempo. No tiene otra opción que buscar otro lugar para vivir.
El ejemplo de Manuela no es aislado, y responde a un fenómeno colateral propio de la lógica neoliberal que impera en el consistorio de su ciudad: la gentrificación.
Detectando el “Barrio Marca”
Los años de bonanza económica pre-crisis y el modelo de ciudad global, que busca la competitividad a nivel internacional, hicieron que desde el ayuntamiento salieran propuestas de regeneración en zonas deprimidas que obviaron la condición social y la cultura de sus pobladores y tuvieron una única ambición: Hacer de su hogar un barrio marca.
Este fenómeno está profusamente documentado en numerosas ciudades del mundo. No tanto, sin embargo, en España, donde sólo algunos grupos, de manera casi marginal, se atreven a introducir esta acepción en su lenguaje habitual.
En Madrid hay todavía algunas zonas que se resisten a sacrificar su identidad. Barrios castizos como Lavapiés o La Latina, aun no siendo ajenos a los cambios orgánicos propios de semejante urbe, continúan reivindicando sus rasgos culturales y “de barrio”. La lucha por preservar sus pequeñas rutinas no escapa a ningún vecino. Las asociaciones trabajan para que no se sobrepasen ciertas líneas que, lejos de fomentar la vida y la cultura, podrían deteriorarla en beneficio de los intereses económicos.
Edicion y montaje por Cristina Martínez. Locución por Héctor González.
Este equipo habló con Pedro y Juan, dos ancianos de 81 y 90 años que suelen sentarse en la Plaza de Lavapiés y que no ocultan su disgusto ante la irrupción de tanto vecino “extranjero”. Aunque hablan de ellos con respeto, no les son ajenos los tiempos en los que en el barrio se respiraba una cierta inseguridad. Sin embargo, comprenden los cambios que el barrio lleva años sufriendo, y hablan de la globalización como si fuera una vecina más.
Corresponde a la ciudadanía tener un espíritu crítico con su propia ciudad, y añadir el término gentrificación al vocabulario ordinario ayuda a mirarla con otros ojos. La creación de valor simbólico en estas zonas deprimidas se lleva a cabo mediante dos acciones principales: la apertura de negocios-franquicia y la atracción de la llamada “clase creativa”, compuesta por artistas, músicos o diseñadores de alto poder adquisitivo. Para ello los consistorios buscan fomentar una imagen bohemia y cultural, que atrae a esta clase creativa que, de manera progresiva, acaba desplazando a la población local.
“Do it yourself”: identificando el fenómeno
Ser críticos y saber distinguir los valores culturales “genuinos” de aquellos que son creados de manera artificial y con una proyección económica forma parte de nuestro papel como ciudadanos guardianes de la identidad de la ciudad en la que vivimos. Algunos colectivos luchan por inculcar esta idea con el objetivo de concienciar al público para que se implique en el desarrollo responsable de su zona.
La siguiente serie de fotografías son el resultado de una observación activa de la ciudad de Madrid. Proponen la búsqueda e identificación de diferentes residuos especulativos en zonas como Malasaña o Chueca. ¿Qué rasgos identitarios se conservan en las calles? ¿Cómo se está transformando la ciudad? ¿Qué restos quedan del barrio anterior? ¿Cómo será el barrio futuro?
Fotografía y edición por Miguel Ordovás
La labor del colectivo Left Hand Rotation es especialmente reseñable. Con el propósito de centralizar la acción informativa sobre el fenómeno de la gentrificación, así como visibilizar e informar a la población susceptible de convertirse en víctima, llevan a cabo una serie de “acciones urbanas absurdas” en las que lo artístico se mezcla con el activismo social. Además de estas actividades crean un archivo abierto, el Museo de los Desplazados, que tiene las puertas abiertas a todos aquellos que se atreven a mirar la ciudad con ojos más críticos.
Este proyecto, este y este son verdaderas bofetadas en la cara de todos los que nos negamos a ver lo que hay detrás del desarrollo de algunas ciudades.
Nuestra ceguera, al final, nos acabará desplazando a todos.
Texto y fotografía: Miguel Ordovás
Edición de vídeo: Cristina Martínez. Locución: Héctor González y Guzmán Pascual
Me ha parecido interesantísimo. Nunca me había planteado este fenómeno antes y no sabia que tenía un nombre. Un reportaje contado desde dentro. Muy recomendable.
🙂
muy buen artículo, por un lado responde a toda la dinámica de cambio en el urbanismo y es algo que aunque la gente ha olvidado, sólo hace unos años que en el caso de Madrid, por ejemplo, se “rehabilitaron” zonas simplemente derruyendo las chabolas gitanas para deslocalizarlos a zonas más marginales, y por otro lado la cuestión de la globalización y el fenómeno de las franquicias en detrimento de los negocios tradicionales que rentabilizan por el abaratamiento de costes de producción y son más productivas dejando a un lado las iniciativas locales que carecen de ayudas. Creo que esta idea debería calar más en la sociedad, en definitiva un buen mensaje.
Interesante y arriesgado enfoque de la transformación de las ciudades. La duda inmediata es dónde esta el límite entre la necesaria evolución y desarrollo de los barrios y sus habitantes (por el lógico recambio generacional) y la gentrificacion destructiva.
El problema es no tener escrúpulos a la hora de decidir que hay que modificar y derruir. Si la mayoría de las personas desconocemos el término y no nos paramos a pensar en ello entonces los pequeños barrios cada vez se irán viendo más afectados por la gentrificación. Gracias por recordarlo.
Muy interesante artículo. Desconocía la gentrificación, y realmente me preocupa los cambios que está sufriendo Madrid, mi ciudad. Aunque no creo que sea necesariamente un proceso siempre negativo: si se consiguiera un equlibrio entre las empresas globales (si he entendido bien el concepto “capital simbólico”) y los negocios tradicionales, todos saldrían ganando, tanto los vecinos “de siempre” como los jóvenes con nuevas inquietudes.
Tuve la suerte de estudiar este y otros conceptos en una asignatura relacionada con la Antropología, y me alegra encontrar artículos, como este, que sirvan para dar a conocer que los fenómenos que ocurren en nuestro entorno tienen nombre. En mi opinión, la gentrificación deja de ser progreso, regeneración o modernidad, para ser perjudicial para las ciudades y barrios, cuando se descuida el bienestar de lxs vecinxs que han dotado al espacio de Historia, encanto e identidad durante años. Ellxs son el alma de las ciudades, y una ciudad sin alma dejará de ser atractiva también para el ansiado capital.
Muy buenas las fotos, y gracias por no sólo destacar el problema, sino dar a conocer también iniciativas para combatirlo.