Pages Navigation Menu

periodismo universitario en internet

La inclusión educativo-laboral: otro reto para la discapacidad

Discapacidad, discapacitados, A LA PAR, Campvs

Conjunto de alumnos de una actividad del proyecto Campvs / RR.SS. Fundación A LA PAR

Nuestro mundo, el que conocemos, no es el mismo para las personas con discapacidad. Sea cual sea su patología, tienen unas limitaciones a las que actualmente no se han dado solución.

De pequeños aprendemos poco a poco a hablar, andar, escribir… pero una vez aprendido ya no nos supone ninguna dificultad. Sin embargo, las personas con discapacidad no solo tienen que aprender todo lo anterior, sino que también se enfrentan a vivir con limitaciones y a adaptarse a una realidad que no está preparada para su inclusión.

El problema comienza desde el principio de sus vidas; ni la educación, ni las ayudas, ni la situación laboral para este colectivo están preparados para su integración. Mucha gente no entiende realmente lo que supone tener una discapacidad y gran parte de la culpa es debida a la falta de información que dispone nuestra sociedad.

 

¿Cuántas personas con discapacidad hay en España?

El último censo oficial sobre personas con discapacidad en España estima que hay en 3,84 millones que sufren algún tipo de discapacidad. Se trata de la encuesta Discapacidad, Autonomía Personas y situaciones de Dependencia del Instituto Nacional de Estadística (INE), publicada en 2008 con datos de 2007. En aquel momento, las personas con discapacidad suponían el 8,5% de la población.

Esta encuesta se realiza cada diez años y, de hecho, el plan estadístico estatal 2017-2020 contempla llevar a cabo un nuevo estudio, cuyo proyecto se inició el año pasado y continúa en el actual ejercicio, para obtener una estimación del número de personas con alguna discapacidad y cuáles serían estas.

Discapacidad, discapacitados, A LA PAR, Campvs

Conjunto de alumnos de un curso del proyecto Campvs / RR.SS. Fundación A LA PAR

Además de grandes encuestas globales sobre la realidad social de la discapacidad que se realicen cada cierto periodo de tiempo, el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) viene reclamando que, en todas las operaciones estadísticas oficiales, donde sea relevante, se incorpore la variable de discapacidad, a fin de contar con información «actualizada, fidedigna y transversal» en todas las fuentes estadísticas.

En 2008, la edad media de las personas con discapacidad era de 64,3 años, mientras que en 1999 era de 63,3. Por sexo, eran 2,3 millones de mujeres las que tenían algún tipo de discapacidad frente a 1,55 millones de hombres.

Según el estudio, las comunidades autónomas que presentaban una tasa mayor de población con discapacidad eran Galicia (11,3%), Extremadura (11,0%) y Castilla y León (10,9%), así como las ciudades autónomas de Melilla (11,9%) y Ceuta (11,3%). Por el contrario, los menores porcentajes se daban en La Rioja (6,2%), Cantabria (7%) e Islas Baleares (7,1%).

En un total, la encuesta reflejaba que en 3,3 millones de hogares españoles residía, al menos, una persona con algún tipo de discapacidad, lo que suponía un 20 por ciento. Si bien el caso más frecuente era el del hogar de dos miembros donde uno de ellos presentaba alguna discapacidad. Además, en 608.000 hogares la persona con discapacidad vivía sola.

Los principales grupos de discapacidad de las personas de seis y más años residentes en hogares eran los de movilidad (que afecta al 6 por ciento de la población), vida doméstica (4,9%) y autocuidado (4,3%). De hecho, más de la mitad de las personas con discapacidad tenían limitaciones en su actividad debido a alguno de estos tres motivos.

 

¿Cuánto sabe la sociedad española?

Realizamos una encuesta para ver cuanto sabía la gente sobre la discapacidad y, aunque de una muestra pequeña de nuestro entorno (23 participantes), encontramos resultados muy clarificadores.

Las preguntas uno y dos han resultado mostrar una relación clara, ya que ambas han obtenido un 82,6% de respuestas afirmativas y un 17,4 % de negativas. El porcentaje que coincide da respuesta a la pregunta de personas que conocen a alguien con discapacidad y si conocen a alguien del trabajo o la escuela muestran los mismos resultados, por lo que se puede deducir que la relación se establece en los entornos educativos y laborales. Esto supone que si no llevamos a cabo un proceso de implantación de un sistema de educación inclusiva se caerá de nuevo en la segregación de los alumnos.

Las siguientes dos preguntas guardaban también relación ya que se trataba de determinar qué tipo de ayudas recibían las personas con discapacidad (si es que recibían alguna) con las que habían coincido en los centros educativos o laborales. El 47,8% de los encuestados recibieron afirmativamente a esta cuestión, mientras que el 17,4% respondieron negativamente y el 34,4% no lo recordaban.

Las personas que contestaron afirmativamente en la siguiente pregunta podían responder con más de una opción entre las posibilidades de los principales apoyos que aportan las escuelas españolas a los discapacitados. Los porcentajes mostraron que la medida más adaptada son los exámenes y el temario adaptado (42,9%), seguida de la atención personalizada (28,6%), logopedia y psicología, ambas con el mismo resultado (23,8%); y, por último, no recibían nada (4,8%).

Discapacidad, discapacitados, A LA PAR, Campvs

Resultados de la quinta pregunta del formulario / Elaboración Propia

La pregunta que cerraba la encuesta consistía en saber si las personas con discapacidad que habían conocido habían tenido problemas de integración, a lo que el 60,9% dijo que no, frente al 39,1% que respondió que sí. Esto supone que en gran medida sí que se están logrando progresos a la hora de incluir a este colectivo dentro de una sociedad igualitaria, aunque aun estemos lejos de que sea una realidad.

 

Un sistema educativo y laboral que todavía sigue trabajando para lograr la inclusión

En España, en menos de cuatro décadas, ha tenido lugar una auténtica revolución en la concepción de la diversidad. A pesar de los grandes avances logrados, todavía seguimos inmersos en un proceso de cambio hacia un modelo de educación inclusiva que, por diferentes motivos, todavía se encuentra en vías de consolidación.

Antiguamente, existía un sistema segregador. La diversidad se atendía bajo planteamientos homogeneizadores, donde la escuela presentaba una serie de categorías fijas y todos aquellos alumnos/as que no se ajustaran a estos parámetros debían salir del sistema general y ser atendidos en centros especiales. Éste se presentaba como un sistema selectivo y excluyente que privaba a muchas personas de recibir una educación como la de los demás.

Aunque anteriormente en España ya habían surgido leyes que empezaban a proteger a los alumnos con discapacidad, no fue hasta después de las conferencias de Tailandia y Salamanca que el principio de inclusión se recoge por primera vez en la Ley Orgánica de Calidad de la Enseñanza (LOCE) de 2002 (no promulgada), y principalmente en la Ley Organiza de Educación (LOE), de 2006.

La LOE recoge perfectamente los principales supuestos de una escuela inclusiva. Ya en su preámbulo se refiere a la educación como el medio para transmitir el respeto a las diferencias individuales. El principio fundamental y básico de la LOE era la inclusividad y atención a la diversidad, y con ella, todas las escuelas estaban obligadas por Ley a seguir un enfoque inclusivo en su educación. Con el enfoque inclusivo de la LOE, ya no eran los alumnos/as lo que se adaptaban a la escuela como antiguamente, sino que era la escuela la que debía considerar las características individuales y construirse a medida de todo su alumnado, ya que todos tienen derecho a la educación.

Aunque los progresos en materia de educación inclusiva para personas con discapacidad sean lentos, se pueden apreciar mejoras. Ya que, por ejemplo, en el año 2001 no se hablaba de una “educación inclusiva” sino de la “educación especial” o “apoyos educativos especiales”. Las conceptualizaciones y prácticas de la educación inclusiva en España y, a nivel mundial, han sufrido grandes transformaciones.

Actualmente, «la intervención o apoyo psicopedagógico se entiende como la actuación de un conjunto de personas o estructuras integradas en el propio sistema educativo, cuya finalidad última es facilitar la concreción efectiva de la orientación, tanto a través del asesoramiento y apoyo a los profesores en el desempeño de la labor tutorial ordinaria como a través de tareas que posibiliten ese complemento, consolidación y enriquecimiento de la acción educativa regular». (Vidal y Manjón, 1992:8).

Fundación A LA PAR, en busca esa inclusión tan necesaria

Carmen Pardo- Valcarce fundó en 1948 el Patronato del Niño Jesús del Remedio, que surgió como una iniciativa para dedicarse a niños y jóvenes que sufrían desarraigo social provocado por la enfermedad de la lepra que en ese momento estaba afectando a gran parte de la población.

Discapacidad, discapacitados, A LA PAR, Campvs

Oficina de la Fundación A LA PAR / Fundación A LA PAR

Su nieta, Carmen Cafranga Cavestany creó, en memoria de su abuela, la Fundación Carmen Pardo-Valcarce en 1988 para continuar con su obra. Apostó por la integración en la sociedad de aquellas personas, que, por discapacidad intelectual, se sintieran y fuesen vistas diferentes por la sociedad, lo que llevaba a que fuesen apartadas de ésta. Junto con un grupo de profesores, el catedrático Luis Zabalegui y la actual adjunta a la presidencia, María Luisa Basa, crearon un Centro de Formación Profesional Adaptada de primer grado, que fue concertado con el Ministerio de Educación para formar a jóvenes (mayores de dieciséis años) con fracaso escolar y grave riesgo de exclusión social.

En el año 1996, las competencias en educación son asumidas por las Comunidades Autónomas, y el Centro de Formación Profesional, con un amplio prestigio en la ciudad de Madrid en el ámbito de personas con necesidades educativas especiales. Éste se convierte en el Centro de Educación Especial “Niño Jesús Remedio” (desde 2017, Colegio A LA PAR- Niño Jesús del Remedio). Dicho centro, autorizado y concertado por la Comunidad de Madrid, ha formado a una cantidad de personas con discapacidad intelectual entre los dieciocho y los sesenta y cinco años, en diferentes talleres profesionales.

La Fundación A LA PAR gestiona desde 2001, Programas de Cooperación al desarrollo en ocho países de América Latina promoviendo los derechos de las personas con discapacidad intelectual y su inclusión. También han llevado a cabo varios Proyectos de Iniciativas Comunitarias Europeas a favor de la inclusión social y de la integración laboral de personas y colectivos en riesgo de inclusión por su discapacidad.

En 2006 se funda la Oficina de Empleo, orientada a la inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual en la empresa ordinaria. De la necesidad de hacer más hincapié en la formación para el empleo de las personas con discapacidad, detectada a raíz de esta oficina, así como de la ausencia de formación reglada una vez que los alumnos finalizan la etapa educativa a los dieciocho años, surge el proyecto CAMPVS, para la formación integral de post grado de 3 años de duración.

 

¿Qué es CAMPVS?

De todos los proyectos que realiza la Fundación A LA PAR, hemos querido profundizado en el conocido como CAMPVS. Éste se trata de un proyecto de formación superior para jóvenes de entre 18 y 25 años con discapacidad intelectual.

CAMPVS tiene una duración de 3 cursos escolares, en los que se les prepara para su inserción socio-laboral. Y en el que tanto las familias como las empresas participan en la formación de los alumnos. El primer año es de carácter general y básico, para la adquisición de conocimientos. En el segundo se centran en la formación técnica, pudiendo elegir entre tres ámbitos profesionales: administración, comercio y hostelería. Finalmente, en el tercer año, los alumnos llevarán a cabo unas prácticas de una duración de 6 meses en una empresa. De esta forma comenzarán una vida como personas independientes.

El trabajo se centra en crear un contexto relacional a través de la orientación familiar del alumno con discapacidad, la información de recursos propios y externos y la realización de programas de apoyo.

Por otro lado, «la empresa es otro de los principales agentes colaboradores de CAMPVS», nos explica Irene Sánchez, coordinadora de CAMPVS. «Entendemos que la formación para el empleo tiene que implicar a los profesionales de las empresas, para acercar su realidad a los jóvenes con discapacidad intelectual, y para beneficiarse de los valores que aporta la diversidad en el entorno profesional», afirma la coordinadora.

A través de la formación técnica que reciben dentro de las empresas que colaboran con el proyecto, las masters class (clases magistrales de expertos en diversas áreas), prácticas profesionales dentro de la especialidad que haya elegido y aportaciones económicas, los alumnos con discapacidad se ven integrados y preparados para desempeñar el trabajo.

Uno de los proyectos más importantes es el programa de Mentoring. En él, voluntarios de empresa se convierten en mentores de cada uno de los alumnos con discapacidad. Pudimos entrevistar a Alfredo Vidal, uno de los muchos voluntarios que se convierten en guías de los alumnos de CAMPVS. Vidal es el mentor de Ignacio Galán, con el que también pudimos charlar y conocer un poco más de su experiencia como alumno del centro.

 

Comparación con el resto de Europa

España es uno de los países de la Unión Europea más retrasado en cuanto a materia de inclusión e igualdad laboral de personas con discapacidad. Mirando los países de la Unión Europea, queda claro que aun nos queda mucho para estar al mismo nivel.

A pesar del mismo objetivo de inclusión escolar, existen realidades diferentes entre los países del Unión Europea. En lo que se refiere a la escolaridad, hay diferencias a nivel del lugar establecido en los colegios o las clases especiales en la escolarización de un niño con discapacidad.

Encontramos por un lado países donde la casi totalidad de los alumnos están matriculados en colegios ordinarios. Aquí encontramos territorios del norte como Suecia, Noruega o Islandia; pero también países del sur, como Italia y Portugal. Otros países donde los colegios o clases especiales están muy desarrollados son Bélgica, Alemania, Países Bajos, República Checa o Hungría. Y, por último, los países que combinan los dos sistemas, entre los que se encuentra España, Francia o Reino Unido y Polonia.

En cuanto a la formación de las necesidades educativas particulares, Reino Unido, Italia y Francia han desarrollado más profesiones de apoyo a los educadores en materia de escolarización de los niños con discapacidad. Y, aunque muchos estudios han llegado a España sobre proyectos de integración, seguimos estando retrasados respecto a países como Italia y Suecia.

También hay nuevas dificultades cuando los jóvenes con discapacidad quieren acceder a estudios superiores y a la búsqueda de empleo. Unas dificultades que todavía se dan por igual en todos los países de la Unión Europea a día de hoy.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *