El sentimiento de la Semana Santa
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El oficio de ser costalero en la Semana Santa: Ricardo Úbeda explica qué significa para él formar parte de ello
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En España hay más de un 60% de personas que se sienten católicas según un estudio de Pew Research Center
La Semana Santa llena todos los rincones de España de flores, velas, colores y saetas. Muchos fieles viajan hasta sus pueblos y ciudades para celebrar esta fiesta cristiana en compañía de sus familias. La Pascua se celebra desde el inicio del cristianismo para recordar los últimos días de Jesucristo y llevar ese mensaje al resto de la población. Aunque las procesiones se celebran en todas las religiones, las de España por Semana Santa son diferentes y tienen su propio origen e historia. El 13 de abril de 1931 se debatía la futura constitución que regiría la Segunda República, entonces Manuel Azaña, ministro de guerra, pronunció una frase que a muchos se les quedaría grabada «España ha dejado de ser católica».
Dicen que el tiempo da o quita razones y hoy, casi 90 años después se ha demostrado que Azaña se equivocó completamente. En los últimos años, España es el tercer país con un mayor abandono del cristianismo en Europa, según un estudio de Pew Research Center, sólo por detrás de Noruega y Bélgica. Aún así, hay más de un 60% de personas que se sienten católicas, es decir, dos de cada tres. Sin embargo, este dato se ve eclipsado por el número de católicos que asisten a ritos más allá de ocasiones sociales, un 62,9% afirmó no ir casi nunca.
Pero si hay un acto católico que junte a la inmensa mayoría de católicos y muchos no católicos, sería la Semana Santa. Da inicio el Domingo de Ramos y finaliza con la celebración del Domingo de Resurrección. La Semana Santa va precedida por la Cuaresma, que finaliza en la Semana de Pasión donde se celebra la eucaristía en el Jueves Santo, se conmemora la Crucifixión de Jesús el Viernes Santo y la Resurrección en la Vigilia Pascual durante la noche del Sábado Santo al Domingo de Resurrección.
La Semana Santa en toda la península
La mayoría de las ciudades que más reputación tienen a la hora de celebrar la Semana Santa se encuentran en Andalucía, destacando Sevilla y Málaga. En la primera desfilan más de 60 cofradías por sus calles, se puede disfrutar de la Madrugá en la que participan desde la Hermandad del Silencio hasta la de los Gitanos. Por todo ello la Semana Santa Sevillana está declarada de Interés Turístico Internacional. En la capital de la costa del sol podemos disfrutar de los tronos, la peana donde va colocada la Sagrada Imagen en Semana Santa. Los tronos están compuestos de una gran peana o cajillo de madera dorada o de orfebrería, una mesa donde reposa la peana y unos trasversales o varales en número de 6 a 8 con una longitud variable, sirviendo estos para transportar sobre el hombro los tronos durante el recorrido.
Pero no solo en Andalucía se puede disfrutar de una gran Semana Santa. Por ejemplo, en Toledo es increíble ver la habilidad de los cofrades para hacer pasar las imágenes por las estrechas calles del casco histórico. En Cáceres podemos ver el paseo del Cristo Negro, mientras que en Valladolid es impresionante observar las tallas de escultura policromada que tienen un valor incalculable y son las verdaderas estrellas de estos días. En Salamanca, nos encontramos tres actos muy importantes: Acto del Descendimiento, la Procesión del Santo Entierro y la del Encuentro. Zamora por otro lado no queda atrás, ya que incluso esta ciudad cuenta con un museo dedicado a esta celebración para observar con detalle cada una de las esculturas que forman los pasos.
Niños, mayores, fieles y no tan fieles se congregan junto con sus familiares para recordar las palabras de Dios. «Es una tradición, una cosa religiosa, en la cual añoramos la muerte de Nuestro Padre Jesucristo. Una tradición cristiana», como explica Ricardo Úbeda, costalero desde 1993 en la Hermandad Virgen de la Esperanza en el pueblo de Villarubia de los Ojos (Ciudad Real). Según apuntan varios expertos, las primeras procesiones de Semana Santa aparecen en la Biblia, y se realizaban a puerta cerrada en pequeños monasterios, debido a la persecución a la que el cristianismo estaba sometido en aquella época. El siglo V fue una época clave en España, con el surgimiento de las primeras cofradías, pero no comienzan a adquirir una importancia relevante hasta tres siglos después. Las procesiones llenan las calles de muchos municipios y ciudades españolas durante toda la semana, mostrando el valor de la tradición cristiana. Más de 500 años respaldan las procesiones actuales, lo que las ha convertido en un punto cultural y turístico conocido a nivel mundial y del que disfrutan todos los años millones de personas.
Más que un sentimiento, una pasión
Ricardo Úbeda lleva sintiendo la Semana Santa desde pequeño, pero en 1993 decidió ser costalero porque para él «es una devoción, un sentimiento muy grande, una emoción que llena por dentro y es algo que no tiene palabras para describir el ser costalero hoy en día. Es una de las cosas más grandes que te puede pasar en la vida», explica. Los costaleros de su Hermandad se entrenan muy bien para poder portar a la Virgen.En total, antes de Semana Santa realizan ocho ensayos y justo antes de la procesión practican entre dos horas y media hasta tres portando el paso. El proceso de los ensayos puede parecer fácil, pero el esfuerzo es mucho más. Según cuenta Ricardo, primero llegan a la capilla donde tienen un salón en el que se preparan vistiéndose con unas fajas, ayudándose unos a los otros para colocarse correctamente el costal. Dicho costal será en el que apoyen la trabajadera del paso. Una vez preparados, rezan un Padrenuestro, bajan a la capilla donde está el paso y desde allí salen por las calles a ensayar.
Ricardo, quien confiesa que tuvo una lumbalgia por portar a la Virgen, afirma que mereció la pena la lesión aunque «tuve que ir a urgencias, me tuvieron que pinchar y luego ya se me quitó». Pese a los esfuerzos que llevan a cabo todos los costaleros, lo cierto es que no reciben ninguna remuneración: «Ser costalero se hace por fe o devoción, no se hace por dinero», detalla Úbeda. Son setenta costaleros en la Hermandad Virgen de la Esperanza pero se dividen en dos grupos para hacer relevo en la mitad del paso. Normalmente solo se necesita a 35 costaleros, pero ellos van en dos cuadrillas, de modo que a mitad del recorrido cambian una por la otra.
La tecnología también tiene cabida en Semana Santa especialmente para el trabajo duro que portan los costaleros. Este año llegó en Sevilla la «monitorización del costalero», se trata de conocer en tiempo real el esfuerzo que realizan bajo los faldones. Varios dispositivos adheridos a su piel permiten medir parámetros como la frecuencia cardiaca, la cantidad de oxígeno en sangre e incluso las calorías consumidas durante el recorrido. El objetivo final de este dispositivo es monitorizar al costalero para evitar cualquier problema.
Para Ricardo ser costalero «no se hace, se nace» porque es un «sentimiento que llevas por dentro». Este costalero destaca que «no se puede explicar con palabras», ya que la unión de su hermandad hace más vivo el sentimiento religioso que destaca en estas fechas.
Un caso que se ha hecho viral esta Semana Santa ha sido el de Ángel y Antonio que han protagonizado un vídeo que acumula más de 30.000 reproducciones en Youtube. En él se ve a los dos fieles sentir con fervor el paso de la Virgen de los Dolores, la patrona de su pueblo, a gritos de «guapa», «reina» o «bonita». Así es como estos jóvenes mostraron su pasión por ‘cuatro costaos’,
No puedo con este vídeo.. pic.twitter.com/NYDTTkta2v
— Barbu (@SirBarbunzel) 16 de abril de 2019
Dicho vídeo molestó a los protagonistas, que lejos de sentirse cómodos por su mostración, arremetieron contra sus detractores en el programa ‘Viva la vida’ de Telecinco en que explicaron que: «Nos pillaron diciendo lo que se ha dicho siempre a la Virgen en mi barrio. Lo que a mí me han inculcado y se me ha enseñado de pequeño», comentaron los jóvenes. Para los fieles este es un acto donde el protagonismo tiene que ser para la Virgen y Jesucristo. Muchos fieles logran transmitir la experiencia religiosa en un momento del año. Como explica Juana López, católica practicante, «es lo más bonito que tengo en la vida», una afirmación que seguramente compartirán con ella muchos feligreses.