La deshumanización de las clases online

Pasillo vacío en el edificio aulario de la Facultad de Ciencias de la Información / Variación XXI

• El nuevo modelo educativo cuenta con muchas carencias

• Los alumnos denuncian la falta de organización de las universidades

Las consecuencias de la educación online han causado estragos en cuanto al aprendizaje del alumnado, eso es un hecho si hablamos de las brechas sociales, económicas y tecnológicas entre los alumnos. Estos bloques han dejado al descubierto la enorme carencia con la que cuenta este tipo de enseñanza, que, si de por sí ya suponía una serie de incontables sucesos de negligencia e incapacidad, se han agravado con la llegada del coronavirus.

Uno de los factores clave ha sido el abandono de los alumnos por parte del profesorado. El modelo online ha conseguido deshumanizar las clases, convirtiendo al alumno en un mero número de interacciones limitadas ante sus compañeros y profesores, algo que a la larga acarreará aún más los impedimentos para formarse y aprender. La mala gestión del modelo bimodal respecto a los horarios de clase no hace más que agravar la situación.

La mayoría de las clases no están actualizadas a las necesidades con las que cuentan los alumnos, las aulas no disponen del material necesario para asegurar el modelo semipresencial en síncrono, y los horarios no favorecen a los estudiantes, que muchas veces se ven obligados a seguir las clases online desde la misma facultad debido a la mala gestión del modelo semipresencial.

La importancia de los docentes

Los nuevos cambios en la Educación han forzado por igual a profesores y alumnos a afrontar una situación que los ha tomado a todos por sorpresa. Docentes y alumnado han tenido que adaptarse en tiempo récord, aunque no lo han hecho de la misma forma. Los nativos digitales lo han tenido más fácil al consumir un mayor contenido audiovisual y al haber adquirido habilidades digitales. No obstante, el confinamiento y el cierre de los centros educativos han provocado una pérdida de aprendizaje. El proceso de aprendizaje ha sido transformado debido a la implementación de las nuevas tecnologías en la educación, al igual que en los comportamientos de los que aprenden y los que enseñan ante esta nueva esfera virtual. Los roles tradicionales entre alumno y profesor se han visto modificados. Esto conlleva a una disminución de la jerarquía y la directividad, al tiempo mismo tiempo que estimula el trabajo que realizan los alumnos por su cuentan, y transforma la figura del docente en la de un animador y un tutor del proceso de aprendizaje del alumno.

Nativos digitales utilizando distintos aparatos electrónicos / Marketeroslatam

Ismael Sanz, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos y exdirector del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), avala el modelo semipresencial. Este sostiene que «sustituir completamente la educación presencial es un error». «Los docentes tienen un impacto muy importante en las elecciones de vida de los alumnos y su éxito profesional y no tienen sustituto tecnológico», explica. «El enfoque combinado mantiene a los alumnos interesados y es más fácil exponerlos a métodos de aprendizaje más beneficiosos».

El profesor Jorge Burgueño López de la Universidad Pontificia Comillas piensa que la COVID-19 ha puesto de relieve una de las carencias del sistema educativo español: la resistencia al cambio. «Creo que esta situación ha obligado a renovar los métodos pedagógicos a muchos docentes que no se encontraban preparados para ello, y, sin embargo, han tenido que renunciar a métodos anclados en el siglo pasado para poder llegar a sus estudiantes», expone. «No hay nada que sustituya la enseñanza presencial, el contacto con los estudiantes, el poder percibir sus miradas de comprensión, la interacción entre alumnos para resolver problemas… todo eso es más complicado percibirlo a través de pantallas», añade. Burgueño considera que «la metodología de enseñanza online se tenía que haber integrado de forma un poco más progresiva… como todos los cambios, es siempre mejor ir concienciando a la gente, ir preparando el terreno para algo que es inevitable o para una educación híbrida».

La importancia de la relación entre profesor y alumno / Wall Street Magazine

La implicación entre profesor y alumno es mucho menor, el proceso de aprendizaje es más lento y las explicaciones requieren una mayor ejemplificación, ya que siendo más sencillo distraerse el nivel de atención y concentración es inferior. Los profesores por su parte reclaman un exceso de trabajo debido a las numerosas consultas e incidencias, llegando a invertir en las clases online un mayor tiempo y esfuerzo que en las presenciales.

Plataformas de aprendizaje virtual

La obligación de confinarnos en nuestros hogares trajo consigo la necesidad de recurrir a herramientas de conferencias y emisiones de video en tiempo real, para no perder el ritmo y la interactividad con las que cuenta una clase presencial. Las ventajas que ofrecen han reforzado su uso en este año escolar, en el cual las clases siguen un modelo bimodal, respetando las medidas de seguridad necesarias para controlar el virus.

Las más usadas, debido a sus características, son las herramientas de videoconferencia en tiempo real, puesto que permiten comunicaciones multidireccionales. La interactividad se ve reforzadas gracias a los distintos utensilios que muchas de ellas incorporan, tales como: la posibilidad de que el profesor comparta su pantalla con el resto de los asistentes, las pizarras virtuales que ayudan a ejemplificar una explicación, crear sondeos y encuestas en vivo, o la posibilidad de compartir simultáneamente archivos y presentaciones. Sus beneficios son indudables, pero a pesar de ello los alumnos critican la forma que algunos profesores los aprovechan, impartiendo clases basadas en la lectura integra de una presentación. Las herramientas de videoconferencia más destacadas son: Blackboard Collaborate, Google Meet, Microsoft Teams, y Zoom.

Clase online a través de una plataforma de videoconferencia / Educación 3.0

Estas plataformas intentan acercarnos a la experiencia de las clases presenciales, mediante la posibilidad de compartir la cámara web y el micrófono, a través de una comunicación cara a cara. En la práctica, esta interacción cercana queda muy lejos de la realidad. La gran parte de los alumnos no hacen uso de estas herramientas, aunque bien es cierto que los profesores no lo exigen. El panorama que se crea es el de un monologo por parte del docente, ya que los alumnos prefieren utilizar el chat de texto para realizar sus intervenciones. Por tanto, respecto a cercanía, la relación entre alumno y profesor es mucho más fría.

En cuanto al número de asistentes, algunas de las herramientas de videoconferencia en tiempo real cuentan con la limitación de un número reducido de participantes, pero esto varía en función del sistema utilizado. A pesar de ello, la asistencia de las clases online no resulta tan sencilla como parece. El factor influyente en este caso es la mala gestión del modelo semipresencial impuesto por la gran parte de las universidades. El solapamiento de horarios se produce constantemente, y son muchas las ocasiones en las que los alumnos se ven obligados a seguir el desarrollo de las clases mientras van en el transporte público, o a dejar una lección a medias si de desplazan en transporte privado. Y a pesar de que existe la posibilidad de grabar las sesiones, lo que resolvería está carencia, son muchos los profesores que no hacen uso de esta opción ateniéndose a cuestiones de derecho de imagen.

Profesor de Primaria impartiendo una clase online / Ferran Nadeu

Problemas de accesibilidad

Aunque la tecnología ha sido la herramienta que ha permitido que la educación siga desarrollándose en tiempos de pandemia, conlleva ciertos problemas como la brecha digital y la falta de recursos tecnológicos. En España, desafortunadamente, no todas las familias disponen de conexión a internet, o de instrumentos electrónicos como ordenadores o tabletas. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística del año 2019, aunque el 91,4% de los hogares españoles tiene acceso a internet, todavía queda casi un ocho por ciento de hogares sin acceso a la red, y por lo tanto no cuentan con las mismas posibilidades educativas, ya que no pueden asistir a sus clases de manera online.

Accesibilidad tecnológica en España por Comunidades Autónomas / La Información – INE

No todos los hogares cuentan con suficientes ordenadores para toda la familia, ni con impresoras u otras herramientas para poder realizar todo lo que necesitan en su enseñanza. Por no hablar de los utensilios básicos que las clases online requieren, como una cámara y un micrófono para poder interaccionar tanto con alumnos y profesores. Esta situación se hace más notoria cuando en sus casas no están familiarizados con las tecnologías y no tienen previa experiencia en el uso de estas tecnologías.

Los alumnos con discapacidad han sido uno de los colectivos más afectados por esta falta de recursos. La organización Plena Inclusión afirma que «buena parte de los 68.947 alumnos y alumnas con discapacidad intelectual o del desarrollo, se encuentran “desconectados” desde que se suspendieron las clases presenciales, al no contar con los recursos necesarios para seguir desde sus hogares los contenidos que se están facilitando a través de internet». La organización ha pedido que las comunidades tengan en cuenta que este alumnado es vulnerable a estas reformas, y que ayuden a las familias con los recursos necesarios para que puedan seguir con su educación y no se queden atrás.

Reproductor de libros de audio para personas con discapacidad visual / Compromiso Empresarial

Ante esta pandemia, hemos visto que la educación online es la posibilidad de seguir con el desarrollo educativo, pero esto requiere asegurarse de que todos los actores de este sistema tengan las herramientas para llevarlo a cabo. Por ello, empresas, particulares y órganos gubernamentales han puesto de su parte para que esto sea así en la medida de lo posible. El gobierno español repartió entre las Comunidades Autónomas 2.000 millones de euros de ayuda para Educación, mientras que la Cruz Roja ha tenido una iniciativa basada en repartir tabletas entre las familias en riesgo de pobreza para que no se queden atrás en sus clases online.

Las tecnologías han sido clave en la adaptación de la educación en tiempos de la pandemia. Su implementación nos ha llevado hacía un modelo que ha abierto el debate sobre el método docente que conocíamos hasta ahora. Pero no cabe duda de que por ahora este sistema cuenta con muchas carencias, que van desde el cambio de rol en la relación entre alumnos y profesores hasta la falta de recursos de algunas familias, que les impide llevar a cabo su proceso de aprendizaje. El método de las clases online nos acompañara mientras que dure la pandemia, y quien sabe si incluso durante más tiempo.