El dedo invisible: la masturbación femenina
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La falta de educación sexual, culpable del tabú de la masturbación femenina
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El 96, 3% de los encuestados piensa que la sexualidad masculina está mucho más normalizada que la de las mujeres
Desde tiempos ancestrales la masturbación femenina ha sido y sigue siendo un tema tabú en la sociedad. El hecho de que una mujer admita públicamente que se masturba siempre ha ido relacionado con palabras malsonantes y despectivas. Durante gran parte de la historia, al propio acto de la masturbación se le ha relacionado con enfermedades como la histeria debido a la falta de educación sexual. Incluso se ha llegado a pensar que las mujeres usaban (y usan) su cuerpo única y exclusivamente para dar placer al sexo opuesto dejando de lado su propia sexualidad.
La sociedad en la que vivimos ha influenciado notoriamente estos pensamientos. Los hombres en su gran mayoría no tienen pudor en admitir públicamente que se masturban, en cambio las mujeres sí. La idea de que estas no buscan su propio placer sino generarlo es una idea estigmatizada y afianzada en una sociedad machista. Una sociedad donde los más jóvenes recurren al porno como educación sexual, donde no hay una motivación que obligue a las personas a recabar la suficiente información sobre lo que significa la sexualidad y saber vivirla.
Todos estos tabús en torno a la masturbación femenina vienen afianzados por una clara falta de educación sexual, de la cual todos carecemos pero ningunos queremos admitir. Esta carencia de conocimientos en materia sexual es el principal problema para que la masturbación siga molestando a parte de la población. Aunque a día de hoy el concepto de la masturbación y sobre todo la femenina está más normalizado por la gran revolución que están creando los juguetes sexuales. Aún así y con los datos obtenidos en una encuesta realizada por nuestro equipo y en la cual han participado un total de 191 personas, el 61% admite que le da vergüenza decir en público que se masturba, el 94, 8% admite que lo hace en un ámbito más privado y un 96, 3% piensa que la masturbación masculina está mucho más normalizada que la masturbación femenina.
¿Qué dicen las expertas?
Laura Marcilla, educadora sexual y Tatiana Aponte, sexóloga, coinciden en señalar que el problema de raíz en torno a la masturbación femenina tiene que ver con la educación sexual que reciben hombres y mujeres. La masturbación femenina sigue siendo un tema tabú dentro sexualidad si se compara con la masturbación masculina. «Es muy difícil tener una relación positiva con una parte del cuerpo que desconoces, que apenas has visto. Hay muchas mujeres que no conocen sus genitales y la educación sexual no juega una buena carta dado que por ejemplo aún se siguen utilizando muchísimos eufemismos en torno a la vagina», comenta Laura Marcilla. La masturbación masculina suele estar socializada casi de forma competitiva entre los hombres, mientras que ellos pueden relatar con todo lujo de detalles el cómo lo hacen, ellas acaban por reprimir las experiencias en torno al placer, con lo cual esta acaba siendo una experiencia negativa a la hora de socializar en ello.
Hay muchos factores que se unen a la hora de estigmatizar la masturbación femenina. La educación, ya no solo sexual, sino de forma más generalizada: «No estamos consiguiendo del todo una liberación sexual, estamos yendo hacia un modelo que dice cómo deben de vivir la sexualidad las mujeres», explica Laura Marcilla. La educación sexual plena es la base para poder desestigmatizar la sexualidad en torno a las mujeres. No basta con pequeños talleres durante la educación secundaria. Resulta necesario desarrollar una educación sexual de forma transversal que empiece desde la primera parte del desarrollo académico para después continuar en cursos superiores hablando sobre consentimiento, derechos sexuales y masturbación como algo normal. «Hay que admitir que el porno ha sido educación sexual para muchos de nosotros, no tanto como conocimiento de los órganos sexuales, pero si del acto en general», comenta Tatiana Aponte.
Culturalmente hay una distinción enorme en cómo se relacionan hombres y mujeres con sus propios cuerpos. Los hombres son educados en recibir placer, pero las mujeres son educadas en una sexualidad enfocada en la reproducción. En este caso, la parte de la estimulación se considera negativa puesto que se puede percibir como una actitud promiscua o excesivamente desinhibidas.
La masturbación femenina, apunta Tatiana Aponte, puede ser una fuente de búsqueda de placer y autoconocimiento, pero a su vez también una herramienta para desarrollar la autoestima de manera positiva, «el aprendizaje en la masturbación hace a las mujeres sexualmente independientes y eróticamente empoderadas sin dependencia sexual». El hecho de que muchas mujeres no hayan aprendido a cómo masturbarse hacen que dependan en muchas ocasiones de sus parejas para conseguir placer.
La revolución erótica
En los últimos años, los prejuicios relativos a la masturbación femenina se han ido reduciendo de manera considerable. Uno de los elementos de esta nueva ‘revolución erótica’ ha sido sin duda la aparición del succionador de clítoris o satisfayer. «Gracias al mercadeo y la publicidad que se le ha hecho al satisfayer, ahora hasta se regala por Navidad como si fuera una camiseta o unos vaqueros. Ha sido un instrumento fundamental para dar visibilidad a la sexualidad femenina», apunta la sexóloga Tatiana Aponte. «Los juguetes eróticos aportan más que apartan, son un medio para conocernos a nosotras mismas», añade. «El hecho de que se haya puesto de moda un juguete que no tiene que ver con la penetración sino que se centra solo en el clítoris es muy positivo», comenta la educadora sexual Laura Marcilla.
La popularidad de este juguete erótico ha hecho que la masturbación femenina deje de ser un tema de conversación solo de mujeres. Tal y como indica Tatiana Aponte, entre los hombres «hay muchos que se sienten amenazados por el famoso satisfayer, porque este hace cosas que el hombre no puede». Aquí llegamos a la parte negativa, que para Laura Marcilla es la sustitución de modelos. «Estamos llegando a un punto en el que los sectores donde la masturbación femenina es aceptada te imponen un modelo de cómo tienes que masturbarte, como que todas las mujeres necesitan tener un satisfayer pero, cada mujer es un mundo». Para Tatiana Aponte, el peligro puede estar en llegar a «desarrollar una dependencia al juguete», que provoque que el cuerpo se acostumbre a esa sensación que no es posible experimentar con otra persona sino solo con este objeto.
A raíz de la aparición del succionador de clítoris y el boom de juguetes sexuales, la demanda de productos eróticos se ha incrementado, y con ella la oferta, sobre todo online. El auge de páginas web de venta de productos eróticos ha sido enorme. Easytoys es un ejemplo de empresa que ha apostado por este nicho de mercado y centra sus esfuerzos en la venta online de productos eróticos, sin puntos de venta físicos. «Hacemos publicidad de nuestros productos principalmente en redes sociales, a través de influencers de diferentes países. Siempre buscamos el equilibrio entre un acercamiento discreto y directo», explica el Social Media Manager de Easytoys. «Hemos visto que la normalización y aceptación de los sextoys o juguetes eróticos ha aumentado y que nuestros clientes cada vez se atreven más a compartir su experiencia de compra en redes sociales. Se espera que esto siga creciendo en los próximos años, pero aún hay un tabú asociado a ello».
Además, cada vez hay más usuarios de este tipo de productos, abarcando ambos géneros y mayor rango de edad. «En este momento, nuestros clientes principales son personas que se identifican con el género femenino de entre 21 y 34 años. Y cada vez tenemos más clientes de género masculino, esto aumenta cada año. Solemos tener más productos femeninos, pero ampliamos nuestra oferta prácticamente día a día», explican desde Easytoys.
Otro de los factores que han contribuido positivamente a esta ‘revolución erótica’ ha sido sin duda la visibilidad otorgada por el arte, principalmente gráfico. Son muchas las artistas (ya que predominan las mujeres) que han centrado su obra o parte de ella en la sexualidad femenina y con ella, la masturbación. Una de ellas es Flavita Banana, una ilustradora y dibujante cuyas viñetas suelen hablar con libertad y sin tapujos de temas femeninos en clave de humor. Sus obras lanzan un mensaje en contra de los estereotipos de género. Las viñetas de Flavita Banana aparecen en medios como El País y SModa, ayudando así a normalizar un tema tan controvertido como ha sido hasta hace poco la masturbación femenina.
A pesar de todo, la esfera pública sigue considerando este tema como algo controvertido, tal y como apuntan las encuestas. Las expertas consultadas coinciden en que la solución al problema del estigma de la masturbación femenina empieza por las aulas. Más educación sexual en colegios e institutos, y de calidad. Pero es un camino largo, y por tanto es difícil pensar que a corto plazo se pueda producir una liberación sexual total de la mujer que permita normalizar la masturbación femenina. Sin embargo, la veda ya ha sido abierta. Y no hay quien pueda cerrarla.
Muy buen reportaje!! Y muy necesario dar visibilidad al tema. Enhorabuena chicos!
Estupendo. Ojalá se normalice dentro de poco 👏👏
Lamentablemente, sigue siendo un tema tabú y me temo, que lo seguirá siendo hasta que la educación sexual llegue a las escuelas. Muy buen trabajo, buen análisis. El vídeo de presentación del reportaje es muy original. Enhorabuena
Que en 2021 haya tantas mujeres a las que les da vergüenza decir que se más turban dice mucho de la sociedad en la que vivimos y del trabajo que aún queda por delante. ¡Gran artículo!
Aunque la sociedad cada vez evoluciona más y se rompen más tabúes, la masturbación femenina y el sexo sigue siendo una gran barrera a la que se enfrentan, sobre todo, las mujeres. Si se comenzara a potenciar la educación sexual, se normalizarían dichos actos como lo que son (valga la rebundancia), normales.
Siempre me ha dado vergüenza el tema de la masturbación. Hablar de ello o decir que lo hacía. Menos mal que la nueva generación lo está normalizando
Completamente de acuerdo con todo lo desarrollado.
Ojalá algún día este estigma desaparezca.
Visibilidad sin tabúes a la masturbación de cuál sexo,claro que sí.
Qué bien que se trate este tema sin tabúes y con toda la naturalidad que tiene! Me quedo con la frase “Más educación sexual en colegios e institutos, y de calidad” algo que hace mucha falta pero parece que no sería correcto, cuando es todo lo contrario. Cada vez es más necesario.
De verdad… Enhorabuena por el trabajo!!!!!
Un buen reportaje para las mujeres,que ya está bien que puedan hablar sin tener que ocultar nada,sin “tapujos”.