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periodismo universitario en internet

La cara oculta del covid-19

Estar encerrado en casa puede derivar en trastornos psicológicos.

El confinamiento ha afectado a la salud mental de la población/Gettyimages.es

 

  • El 65% de la población tiene síntomas de ansiedad o depresión debido al confinamiento por covid-19

  • Uno de cada cinco pacientes que superan la enfermedad desarrolla algún trastorno mental en un periodo de 90 días

La inesperada llegada del covid-19 no solo ha dejado un rastro de muerte a su paso, sino también una gran huella psicológica que se ha clavado como un puñal en la mente de las personas. La salud mental ha sido un tema invisibilizado durante décadas y, ahora, con la llegada de la pandemia, ha sido olvidado en unas circunstancias en las que debería prestarse más atención que nunca.

El confinamiento al que toda la población mundial se vio sometida para frenar el avance de la pandemia supuso un golpe muy duro, que repercutió directamente en la salud mental de un gran porcentaje de la población. Ésta, además, empeoró debido al enorme esfuerzo de adaptación que las personas tuvieron que hacer en tan poco tiempo, causando un shock que, en la mayoría, derivó en trastornos como la ansiedad o la depresión.

 

El impacto psicológico del covid-19

El coronavirus se ha convertido en una amenaza invisible que se ha expandido como la pólvora, alterando el estilo de vida, la rutina, los planes… En definitiva, la “normalidad” en la que la población mundial se encontraba. Sin embargo, este virus no sólo se ensañó con la salud física, también repercutió gravemente en la salud mental, incidiendo directamente en las emociones de las personas y provocando efectos devastadores a todos los niveles.

El confinamiento ha derivado en algunos casos en trastornos de diferentes grados que, dependiendo de la capacidad de adaptación de la persona a las circunstancias, pueden equilibrarse o bien agravarse hasta derivar en síntomas ansioso depresivos. Por un lado, los psicólogos apuntan que, durante los primeros meses de confinamiento, las sensaciones de angustia, insomnio, intranquilidad y pensamientos catastróficos se multiplicaron considerablemente.

Hay múltiples síntomas derivados de la pandemia

La intranquilidad es uno de los síntomas generados por el confinamiento/Gettyimages.es

Asimismo, según especialistas del Hospital Quirón Salud, las pesadillas, la irritabilidad, la falta de concentración o conductas compulsivas fueron otros de los síntomas más habituales que se dieron durante los cuatro meses de encierro. «El duelo, el aislamiento, la pérdida de ingresos y el miedo están generando o agravando trastornos de salud mental», apunta la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Todos estos síntomas pueden tener una respuesta física en el cuerpo humano, manifestándose de maneras muy diversas: En forma de dolores musculares, problemas digestivos, mareos, dolores en el pecho… A este suceso se le conoce clínicamente como somatización, es decir, la respuesta o manifestación física de los síntomas debido al estado de alerta y tensión al que el cuerpo se ve sometido en un corto período de tiempo.

Además, por miedo a contagiarse, muchos han adoptado comportamientos hipocondríacos e incluso psicóticos, donde las manías, aprensiones o tics han sido los más habituales, agravando considerablemente los trastornos mentales, especialmente el de ansiedad. Por tanto, entre las alteraciones mentales más significativas que han desarrollado la gran mayoría- tanto los que han superado la enfermedad como los que no se han contagiado-destaca el estrés postraumático, la depresión y la ansiedad. 

Inés Arévalo Sánchez, enfermera especializada en psiquiatría que trabajó en el Hospital 12 de Octubre durante los meses más fuertes de la pandemia, ha concedido una entrevista a Variación XXI sobre su experiencia en la planta de psiquiatría, aportando información de primera mano:

Institutos como el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental explican que aproximadamente el 65% de la población presenta síntomas de ansiedad por la pandemia, y algunos expertos estiman que uno de cada cinco pacientes que superan el covid-19 desarrollan algún tipo de trastorno mental. Unas cifras alarmantes que dejan claro el terrible impacto que ha supuesto el ‎SARS-CoV-2 o covid-19 en la vida de las personas.

Sin embargo, a pesar de los negativos resultados de las estadísticas, todas estas alteraciones mentales, mientras no perduren durante un largo período de tiempo hasta el punto de suponer un obstáculo en la vida diaria, no supondría más que una reacción transitoria propia de las circunstancias que irían desapareciendo a medida que la situación fuera mejorando.

 

Los más vulnerables

No hay que olvidar que existe una parte de la población a la que esta situación de excepcionalidad ha impactado de una forma más abrumadora que al resto. Estas son las personas que ya padecían trastornos mentales previos y cuyas rutinas, esenciales para su tratamiento, se vieron completamente truncadas para evitar la propagación del virus.

Los trastornos previos a la pandemia se han visto agravados por la situación.

Las personas con trastornos previos son las mas afectadas/Gettyimages.es

Estas personas se convirtieron en el sector más vulnerable de toda la sociedad, olvidados en una lucha mundial sin apoyos suficientes que les hicieran aliviar su sufrimiento, recurriendo principalmente a antipsicóticos cuya ingesta en elevadas dosis ponían en peligro la vida de los enfermos. Incluso, según apunta el psiquiatra José Ángel Alcalá, hubo un incremento considerable de prescripciones de psicofármacos en personas con enfermedades psiquiátricas anteriores.

Por otro lado, el confinamiento ha favorecido la acumulación de factores de riesgo que propician el empeoramiento y las recaídas de los trastornos, como el aislamiento social o la soledad. «También hay que tener en cuenta la situación social: toda esta gente tenía un apoyo para ir a un centro, a un hospital de día… todos estos recursos se han cerrado por el estado de alarma, el soporte que tenían ha menguado en consecuencia», explica Iria Grande, doctora y secretaria de la Sociedad Española de Psiquiatría (SEP).

El Informe Mental health in times of COVID: Thoughts after the state of alarm facilitado por Elsevier, empresa de análisis de información global para el progreso de la ciencia, señala que, según estudios recientes, los pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) han sufrido un empeoramiento notable de sus síntomas, concretamente  por ideas obsesivas de contaminación debido al riesgo de contagio, las continuas recomendaciones de lavado de manos, el distanciamiento físico…

Las situaciones de estrés se han multiplicado durante la pandemia del covid-19

La pandemia ha generado muchos episodios de estrés/Gettyimages.es

Otro de los pacientes que, según el informe, podrían haber empeorado a raíz del coronavirus serían aquellos que padecen trastornos por el consumo de sustancias, ya que la crisis sanitaria podría haber incrementado el consumo individual de sustancias en el interior de los domicilios dadas las circunstancias y los síntomas mencionados anteriormente.

Lo mismo sucede con los trastornos afectivos y esquizofrenia, los cuales se han visto perjudicados considerablemente. Al igual que los trastornos psicóticos, presentando riesgo de recaídas y hospitalizaciones. Por último, algunos estudios sugieren la existencia de psicosis reactivas breves, un trastorno desencadenado por un alto nivel de estrés a causa del covid-19. Este tipo de psicosis, presenta un  riesgo de comportamientos suicidas con una elevada tasa de “recurrencia psicótica” y baja estabilidad diagnóstica a largo plazo.

 

Ansiedad: La enfermedad más común durante el confinamiento

La “ansiedad” ha sido sin duda alguna el trastorno más común que se ha desarrollado a raíz del coronavirus y, especialmente, durante el confinamiento. La ansiedad es aquel fenómeno que en menor o mayor grado experimentan todas las personas de forma casi habitual, ya sea ante cuestiones reales o imaginarias. El problema aparece cuando se convierte en patológico, es decir, cuando la persona no puede controlar el pánico e inestabilidad que siente, hasta el punto de interferir en su actividad diaria.

Estos sentimientos de ansiedad, cuando se convierten en trastorno, son difíciles de controlar, son desproporcionados en comparación con el peligro real y suelen prolongarse de manera indefinida en el tiempo. «Si el miedo a salir nos paraliza o genera ansiedad, se debe consultar al médico de Atención Primaria», aconseja Luis Gutiérrez Rojas, psiquiatra del Hospital Universitario San Cecilio de Granada.

Es importante conocer la existencia de múltiples trastornos de ansiedad, como es el caso de la ansiedad generalizada, trastorno de pánico, ansiedad social, agorafobia, por consumo de sustancias, etc. Algunas veces, la ansiedad proviene de un trauma o una enfermedad, siendo fundamental no sólo un diagnóstico específico del tipo de trastorno, sino también una detección temprana y un tratamiento psicológico y psiquiátrico adecuado.

Portar mascarilla puede agravar el agobio de ciertas personas.

La mascarilla ya es un símbolo de esta pandemia/Gettyimages.es

Asimismo, existen determinados factores de riesgo que propician la aparición de un trastorno de ansiedad: trauma, estrés debido a una enfermedad, acumulación de estrés, sufrir otros trastornos mentales como la depresión, drogas, etc. Es por ello que la llegada del Sars-Cov-2 ha provocado una explosión de ansiedad en la mayoría de la población, puesto que todos estos factores se desencadenaron a raíz del confinamiento y continúan a día de hoy.

Por otro lado, el Dr. Martín Carrasco, director médico de la Clínica Psiquiátrica Padre Menni de Pamplona y vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría señala: «A quién más afecta la ansiedad en estas circunstancias es a aquellas personas que suelen ocupar las actividades de riesgo (trabajadores en centros comerciales, cuidadores, enfermeras, etc…)»; en definitiva, las más expuestas a las circunstancias de la pandemia.

Al principio, el trastorno aparecía cuando más incertidumbre había ante el futuro, los efectos del paro, la terrible situación económica o por las diferentes situaciones familiares. Sin embargo, con la aparición del covid-19, han aflorado otros motivos específicos que pueden estar detrás de la ansiedad, como por ejemplo la repercusión directa o indirecta de la infección-ya sea en uno mismo o en una persona cercana-, la pérdida de familiares y amigos…

Como se ha señalado con anterioridad, las carencias sanitarias, tanto por el cierre de centros de atención primaria como de salud mental, han provocado que las personas con patologías tardasen en ser atendidas o directamente no fueran atendidas al no haber personal cualificado para atenderles. Pero, ¿qué pueden hacer las personas que se han visto afectadas por este o por otro tipo de trastorno?

La enfermera nos cuenta su experiencia durante la pandemia

Inés Arévalo, enfermera especialista en psicología/Teresa Villa

Hay muchas formas de buscar soluciones a estos problemas. «Recomiendo que las personas que sufren estos trastornos busquen ayuda psicológica, lo primero», aconseja la enfermera especialista en psiquiatría Inés Arévalo, «ya que hay momentos en la vida que igual que vamos al médico si tenemos diabetes, si nos sentimos mal, si psicológicamente no estamos fuertes, hay que buscar ayuda».

«Ir al psicólogo está muy estigmatizado hoy en día, pero gracias a personas con mucha repercusión en redes que lo normalizan, se está dando un paso adelante, y es de agradecer», concluía la enfermera. A partir de la visita a un profesional, cada uno puede tomar medidas individuales por su cuenta que ayuden a la mejora y la prevención de las enfermedades antes mencionadas.

El Dr. Martín Carrasco, especialista en psiquiatría, lanza las siguientes recomendaciones en su artículo: «Hay que tener en cuenta que es una situación que no ha terminado y que tenemos que seguir afrontando. Una situación en la que no hay soluciones globales y cada uno tenemos que afrontar nuestro ritmo de vida, conservar aspectos positivos, descansar, reanudar cuidados en salud, limitar el flujo de noticias, mantener hábitos de vida saludables y saber que, a veces, hay que optar por ayuda profesional».

5 Comments

  1. M parece estupendo la entrevista y el desarrollo del tema

  2. Muy interesante!. Enhorabuena por el trabajo

  3. Estoy de acuerdo, muy interesante. Me ha gustado mucho como habéis prestado atención a colectivos que ya sufrían otros trastornos.

  4. Muy interesante. Muy buen trabajo

  5. Estoy de acuerdo. En mi opinión, habéis abordado muy bien el tema. Creo que es necesario visibilizar este tipo de cosas.

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  1. variacion XXI | Trastornos de personalidad ¿negocio o salud? - […] la salud mental y determinados diagnósticos desde una perspectiva interpersonal, lo cierto es que tras la pandemia han sido…

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