La salud mental de los jóvenes tras la pandemia
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El número de pacientes que solicitan ayuda psicológica ha aumentado considerablemente desde el inicio de la pandemia
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PsiCall es un recurso de ayuda psicológica para los estudiantes de la UCM que atiende todo tipo de problemas, aunque no tengan relación con la vida estudiantil del alumno
Cada vez es más frecuente oír hablar de la salud mental y, a día de hoy, el hecho de ir al psicólogo ya no es ningún tabú. Tras la pandemia que vivimos desde marzo de 2020, la cantidad de daños causados ha sido evidente a nivel socioeconómico pero sobre todo en el ámbito de la salud. Innumerables son las personas que tras la aparición de la COVID-19 se han visto afectadas, tanto por el virus en sí como por las consecuencias de este, derivadas de un encierro, el cierre de negocios o la sensación de incertidumbre. Está demostrado que ha incrementado notoriamente enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad en la sociedad y los jóvenes han sido uno de los sectores más afectados en este sentido.
Según el Ilustre Colegio Oficial de Psicología las consultas de psicología han aumentado un 30% en España desde el comienzo de la pandemia, por lo que confirma el importante deterioro de la salud mental que ha provocado el coronavirus. De hecho, la OMS ha afirmado que en 2030 la salud mental se habrá convertido en el principal problema de salud del mundo.
Los gráficos y recuentos demuestran que esta porción de la población que se encontraban con problemas de ansiedad y depresión entre otros, han decidido acudir a profesionales. Por ejemplo, en Cataluña el recuento de personas que acudieron al Consistorio pasó de 199 en 2019 a 448 en 2020.
Debido a este aumento, los diferentes Estados y grupos de la sociedad han puesto la salud mental en el punto de mira. La ONU ha confirmado el olvido de esta parte de la salud y busca que se preste mayor atención para así evitar problemas de salud a corto y largo plazo que afecten a la actividad diaria de las personas.
PsiCall, atención psicológica universitaria
Dentro del ámbito estudiantil, la Universidad puede resultar dura para mucha gente, y desembocar en problemas psicológicos o situaciones de inestabilidad mental. Ese malestar no es algo que ningún joven deba pasar solo, ya que muchas veces se necesita ayuda externa para tratar de ponerle fin, para buscar soluciones o simplemente para desahogarse.
Y aquí es donde adquiere importancia que existan departamentos como PsiCall, un servicio de atención psicológica que pertenece a la Universidad Complutense de Madrid. PsiCall es inmediato, gratuito, confidencial y telemático, es decir, atienden por teléfono y vía e-mail. El horario de atención es de 10:00 a 22:00 de lunes a domingo y está destinado a todos los alumnos de la Complutense y a los colegios mayores adscritos a ella.
Adela Jiménez es una de las psicólogas que trabajan en PsiCall y ha manifestado la importancia de que los alumnos conozcan la existencia de este servicio y no teman en acudir a ellos si lo necesitan. Otra particularidad importante de PsiCall es que también atiende llamadas de familiares, compañeros o allegados de estudiantes de la Complutense. «Por ejemplo, una madre que su hijo estudia en la Complutense y este chico últimamente se encuentra muy triste y ha notado como ha dejado de hacer planes. Esta madre nos puede llamar para orientarla en que le está ocurriendo a su hijo y cómo puede ayudarle», explica.
Aunque en principio el sistema de atención es exclusivamente por e-mail y teléfono, Adela añade que hay casos en los que se puede llegar a recibir al paciente de forma presencial, en lo que se llama «consultas de intervención breve». «Consiste en nueve sesiones de forma gratuita con un psicólogo, para casos concretos que se consideran de especial relevancia tras ser analizados de forma detallada», cuenta la psicóloga. Además, insiste en que la temática de la persona que llame a PsiCall no tiene porque estar solamente relacionada con temas estudiantiles, sino cualquier problema que esté causando malestar o preocupación en el estudiante, como por ejemplo «rupturas sentimentales, problemas con sus amigos o incertidumbre por el futuro laboral».
En lo que va de 2021, PsiCall ha realizado un total de 1030 atenciones. El número ha aumentado sustancialmente en los últimos años, sobre todo estos dos últimos cursos a causa de la pandemia por COVID-19. «Está habiendo un crecimiento exponencial desde la pandemia, muchas de las demandas que tenemos tienen que ver con las consecuencias de la misma: el confinamiento, el sistema de las clases online, la adaptación a la nueva vida que nos está tocando vivir».
A pesar de este aumento de consultas, Adela aún piensa que hay gente que desconoce la existencia de este servicio gratuito o que atienden cualquier tipo de problema aparte de asuntos académicos. Por ello, aunque agradece a la Universidad el apoyo que les da a través de correos masivos a los alumnos, cree que es necesaria una mayor difusión y visibilidad, para que todos los estudiantes de la Complutense puedan recurrir a ellos si lo necesitan.
Toda esta labor que ha realizado PsiCall ha sido reconocida con un Premio Accésit a la Atención Psicológica durante el COVID-19. «Además de un reconocimiento a nuestro servicio, es también un reconocimiento a la importancia de la salud mental en la sociedad actual», afirma la psicóloga. «La gente cada vez es más consciente de que hay que cuidar la salud mental».
El punto de vista de psicólogas privadas
Elsa Cervera se licenció en Psicología en la Complutense en el año 2006, y se especializó en la rama de Psicología Cognitiva. Ella es consciente de los problemas que existen ahora mismo en la atención psicológica pública. «Hay muy pocas plazas cada año en el examen PIR», comenta Elsa, que además también destaca negativamente lo limitado que es el espacio con los pacientes en este tipo de puestos: «cuando quieren darle una nueva sesión ya han pasado varios meses desde la última». Eso hace imposible un correcto seguimiento de los pacientes y dificulta poner solución a los problemas que los han llevado a acudir al psicólogo.
Las consultas privadas son por tanto el principal recurso al que acuden las personas con problemas psicológicos, aunque eso supone un importante desembolso económico que no todo el mundo puede permitirse. Además, Elsa incide en que tampoco en un sector fácil para el profesional y que es complicado montártelo por tu cuenta, ya que «las consultas son caras, tienes que tener una cartera importante de pacientes para que no tener pérdidas».
Elsa explica que cada persona se tiene que abordar de una forma diferente y que no hay una regla rígida acerca del tratamiento de la salud mental. «Depende mucho del paciente, de lo predispuesto que esté, pero también del psicólogo, no podemos cerrarnos a ciertos diagnósticos, ya que el paciente a lo largo del tiempo cambia y no tiene porqué necesitar las mismas terapias». En su caso, Elsa nos explica que le gusta «ir al grano» en las terapias: «mi objetivo es que los pacientes después de un tiempo sepan tratarse ellos mismos, que no tengan que depender del psicólogo siempre».
En cuanto al tema de los jóvenes y la pandemia, Elsa cree que ha aumentado en todas las franjas de edad, pero que es importante la mella que ha hecho en la población estudiantil el coronavirus. «Cualquier joven que tenga una mínima patología, como la ansiedad, ha hecho que el aislamiento se la potencie mucho más», explica. Ella cree que el hecho de no ir a clase y no relacionarte con tus amigos te lleva a estar todo el día conectado a un teléfono y a las redes sociales. «Se ha producido una sensación de pérdida en la juventud, de no saber a dónde van».
«Cuando somos más mayores nos damos cuenta de lo que necesitamos, pero cuando somos jóvenes es más complicado, por eso es muy importante la comunicación con los padres y que ellos estén pendientes de si sus hijos necesitan ayuda», afirma la psicóloga. Además, considera que la ayuda también debería venir por parte del Estado, como por ejemplo instaurar un mayor número de puntos de atención psicológica gratuitos en colegios, institutos y universidades.
Eva Álvarez Prieto estudió Psicología en la Universidad Complutense de Madrid. Es experta en Terapia Familiar Sistémica y de pareja. Tiene la especialización en Psicología Perinatal por la UNED y experiencia principal en Psicología de Adicciones en evaluación y tratamiento en adolescencia y edad adulta. Actualmente se encuentra trabajando en Luria Psicología. Eva destaca que la concepción de la sociedad sobre la salud mental es muy errónea y está muy arraigada en la percepción colectiva. «La salud mental continúa llena de prejuicios, estereotipos negativos, mucha desinformación, incomprensión, negación y rechazo». También piensa que hay mucho miedo por lo que nos han vendido siempre sobre lo que va ligado a una enfermedad mental.
Como psicóloga a día de hoy aparecen muchos estigmas, en general tópicos acusatorios y discriminadores. Ella señala que las personas en general, no quieren que sus familiares o amigos sepan que asisten a psicoterapia por simple miedo a que les juzguen. Es fácil criticar a una persona que resuelve sus conflictos yendo al psicólogo cuando es ciertamente lo contrario, y está resolviendo el problema de manera adecuada. «Para mí acudir a terapia significa valentía». Hay mucho que pelear a la hora del servicio psicológico que nos ofrece la Seguridad Social. «Hay unos 6 psicólogos por 100.000 habitantes y eso es muy insuficiente». Es muy necesario el aumento de las plazas P.I.R, ya que muchos profesionales quedan eliminados cuando existen personas que reciben ayuda con muy poca frecuencia.
Eva indica la estimación del aumento en trastornos como la ansiedad y la depresión en torno a un 15-20% su prevalencia. «Esto se debe al mayor nivel de exigencia al que los adolescentes están sometidos tanto en el ámbito académico o profesional como en el área social y personal». Al final, la adaptación a nuevos cambios ponen a prueba su capacidad de afrontamiento. Señala que los trastornos más comunes son los trastornos de depresión y ansiedad, junto con los de la conducta alimentaria, el consumo de sustancias y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
En cuanto a los tratamientos como son los usos de fármacos, hay diversidad de opiniones. Explica «esto es difícil de generalizar, depende mucho de la gravedad del caso». Eva cree que si el caso es leve, se debería evitar los psicofármacos pero en muchos casos la severidad no permite el trabajo sin su uso. Hay muchas diferencias entre un psicólogo perteneciente a la Seguridad Social y uno privado, con sus pros y contras. Eva señala que el mayor beneficio de un psicólogo privado es la disponibilidad y el acceso. Indica que en una consulta privada se puede citar con una frecuencia necesaria para el caso. Además «el vínculo con el terapeuta es muy importante».
Como ya sabemos, la salud mental influye mucho en los jóvenes ya que se ven más afectados por el nivel económico y laboral tras la situación del COVID-19, pero en cambio los adolescentes no notan este problema actual. Pero, son muchos los que no se pueden pagar una consulta en un psicólogo privado. «La media de una consulta está en 50-60 euros». Según ella, «los niños entre los 11 y los 15 suelen ir obligados y a partir de esa edad lo piden ellos mismos». Considera que a día de hoy ir al psicólogo se está haciendo más visible y normalizado, incluso les gusta y se animan a ir de manera voluntaria, pero para muchos otros sigue siendo un tema tabú.
La importancia del testimonio de los pacientes
La salud mental siempre ha supuesto un estigma en nuestra sociedad. Hace años, pocas personas reconocían abiertamente acudir al psicólogo, y el que lo hacía en muchas ocasiones tenía que soportar miradas de condescendencia de su entorno. Parece que la pandemia ha servido como revulsivo para iniciar una campaña de concienciación acerca de este tipo de problemas, y darle al cuidado de la salud mental la visibilidad que se merece. Esto es importante para que la gente que necesita ayuda profesional no tenga miedo en solicitarla y que pueda superar esos problemas que tan complicado hacen el día a día.
«Hemos tenido que vivir tres cursos que han sido un tormento constante, primero el confinamiento total, luego mitad clases online y mitad presenciales y ahora el intento de regreso a la normalidad». Son las palabras de una estudiante de 21 años de cuarto de Periodismo, que a pocos meses de acabar la carrera siente que el coronavirus ha marcado completamente su paso por la Universidad: «mi promoción solo ha tenido normal el primer curso».
Ella considera que lo más grave de la situación ha sido saber adaptarse a los cambios constantes de medidas y restricciones, a gestionar el estrés y el agobio habitual que conlleva una carrera universitaria con una dosis muy alta de incertidumbre, inseguridad y malestar generalizado. «Yo creo que todo lo malo de la Universidad se nos ha multiplicado por mil, puesto que no durante muchos meses no hemos tenido esa vía de escape que suponía el ocio y la vida social que se hace en la facultad», explica.
En su caso, ha recurrido a PsiCall en dos ocasiones a lo largo del curso pasado, y fue por vía telefónica. «Llamé porque llegué a un punto que necesitaba desahogarme, pensar en cualquier cosa relacionada con la Universidad se me hacía un mundo, y la ayuda que se me proporcionó desde PsiCall, en mi caso, fue muy satisfactoria». Esta estudiante añade que le parece un orgullo que la Complutense tenga habilitado este servicio: «es solo una pequeña ayuda, pero en ocasiones puede llegar a ser muy necesaria para los estudiantes».
Por su parte, otra estudiante de la Complutense, en este caso de Educación Infantil, también ha recurrido a PsiCall en varias ocasiones. Lo considera un «servicio muy bueno», pero también ve necesario que se le destinen más subvenciones para que pueda ser todavía mejor. «Viene muy bien para crisis emocionales o bajones puntuales, pero para que te hagan un seguimiento es más complicado».
Ella lleva acudiendo al psicólogo desde los 12 años por problemas de ansiedad, y constata desde su experiencia que hay muchas lagunas tanto en la atención pública como en la privada. En la privada, por los largos espacios de tiempo que pasan entre una cita y otra, y en la segunda, por el coste de las sesiones que muchas familias no se pueden permitir.
«La salud mental siempre ha estado infravalorada y nunca se le ha dado la importancia que debería tener, la pandemia ha hecho aparecer problemas que siempre habían estado ahí», reflexiona esta estudiante, que afirma que se está empezando a ver que mucha gente en la sociedad está afectada por estos problemas mentales, y que se está creando un clima de mucha mayor visibilidad para esta «pandemia de la salud mental».
Seguir avanzando
La señal para acudir a un psicólogo son los principales síntomas como bajo estado de ánimo, desmotivación, ansiedad, baja autoestima… Existe un porcentaje muy alto de personas que sienten y padecen algunos de estos síntomas y no se han atrevido a ir al psicólogo por miedo o por causa de lo que piensen sobre ellos. Al fin y al cabo, no somos conscientes del problema que puede suponer esto, la salud mental es muy importante porque de ahí se construye todo lo demás.
Necesitamos saber regular nuestras emociones, controlar los comportamientos irregulares, saber resolver situaciones complicadas o adversidades sin necesidad de pedir ayuda y controlar los entornos sociales. No es raro no saber resolver alguno de estos problemas, no es raro pedir ayuda psicológica para solucionarlo, ni encontrarse bajo de ánimos, es normal. Y cuando seamos conscientes de ello, el mundo irá mejor.