Dentro de la polémica. La sobreexposición de menores en redes sociales
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Aproximadamente una cuarta parte de los niños tienen presencia en las redes sociales antes de nacer, según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya
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Nueve de cada diez familias publican imágenes de menores en internet sin saber las consecuencias que esto puede acarrear en su futuro
Hoy en día muchas personas muestran a través de una pantalla sus vidas, y con ellas, las de otras, pero ¿realmente conocen las consecuencias psicológicas que puede llegar a tener esta exposición continua? La exposición de menores en redes sociales es un fenómeno que plantea desafíos legales y psicológicos de gran relevancia. Desde una perspectiva legal, la privacidad y protección de datos de los niños se convierten en cuestiones cruciales que los padres deben conocer.
Actualmente, las redes sociales conviven con la sociedad de una forma natural. Y de esta misma forma han aparecido nuevas profesiones, como la de influencer o creador de contenidos en redes sociales. En las que, en muchos casos, el espectador, seguidor o consumidor forma parte de la vida privada del influencer, siendo testigo de momentos cotidianos como de momentos destacables.
La creciente presencia de influencers en las redes sociales ha dado lugar a una nueva y apremiante preocupación: la sobreexposición de los menores.
Existen infinidad de influencers según los contenidos que publican, uno que destaca son las conocidas influmamis. Madres y padres cuentan sus experiencias en la maternidad, dando consejos sobre ello. En el juego entran sus hijos, menores de edad, que dan bastante visibilidad y engagement, ya que el público quiere ser testigo de cómo crece el niño.
Sin embargo, esto empieza a generar dudas, ya que en muchos casos se sobre expone momentos de la vida privada del menor. Uno de los casos más polémicos en España, es la conocida influencer y youtuber Verdeliss, Estefanía Unzu, con casi millón y medio de seguidores en Instagram. Tanto en esta red social como en Youtube pública videos de su experiencia como madre de 9 hijos, mostrando el día a día, o momentos como sus últimos partos.
La llegada de su octava hija, nacida prematuramente, generó una fuerte reacción en la opinión pública, dando pie a un debate sobre si ha convertido su maternidad en un negocio al exponer a sus hijos. Se hicieron públicas imágenes de la recién nacida siendo atendida en una incubadora, lo que avivó aún más la controversia.
El lado legal de la polémica
Para poder entender mejor el tema a nivel legal en España hemos hablado con Patricia Rodríguez Lastras, fiscal en la unidad de Criminalidad Informática.
Para empezar, explica que se está empezando a regular las leyes que protejan al menor en redes sociales, ya que es un fenómeno bastante reciente. La legislación no preveía una problemática en este asunto.
En España, en el año 2021 se aprobó Ley Orgánica de Protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia (LOPIVI), cuenta Patricia que en ella se establecen unas pautas en cuanto a las condiciones para el acceso de los menores a internet. Además de que se debe dar una formación a padres y niños, en los centros educativos.
Por la parte de Unión Europea, el reglamento de servicios digitales, de debido cumplimiento, ya prevé que si ocurre un hecho delictivo tienen responsabilidad las plataformas.
Recalca su importancia, porque anteriormente estaban radicadas en EEUU por lo que había que solicitar una comisión rogatoria, pero ahora debe de haber una sede competente en Europa.
La Fiscal enfatiza en que las plataformas son entidades privadas por lo que actúan según sus beneficios. Asimismo, por parte de los usuarios, ellos aceptan un contrato con dicha plataforma.
Desde su punto de vista, en cuanto al acceso de los menores a estas, se debería hacer algo al respecto. Pero es complejo porque no se puede obligar a entidades privadas a asumir responsabilidades que son de los educadores, de los padres y los menores.
«La red supone el mayor peligro al que se enfrentan los menores. Se sobreexponen ellos mismos su localización, o sus padres. Sin tener consciencia que hay toda una organización dedicada a la explotación de menores».
Desde su visión, acepta que existen padres que no son conscientes del daño que pueden estar haciendo a sus hijos. Explica que la exposición de una persona del día a día, desde que nace hasta que va creciendo va a generar un impacto que todavía no sabemos. Porque todavía no hemos visto que ha pasado cuando esos niños se han hecho mayores de edad y han decidido tener una vida anónima, esto les va imposibilitar tenerla. Esto va muy parejo con la legislación de los niños que realizan carreras artísticas.
Fuera de España sí que han existido casos en los que la Fiscalía ha intervenido, ya que los padres si que ridiculizaron a sus hijos. Y en España también podría intervenir la Fiscalía de Menores si hay indicios de delito, y podría solicitar la retirada de las imágenes.
El papel de las agencias
En los últimos años las tecnologías han evolucionado rápidamente y nuestras formas de consumir también, por consecuencia la publicidad y el marketing han debido adaptarse a nuevas formas de influir en los hábitos de consumo del público.
De este modo han aparecido nuevas profesiones como las de influencers, que a su vez las gestionan, agencias de comunicación o de marketing.
Para entender mejor todas las áreas del conflicto de la exposición de los menores la Agencia 15 segundos, dedicada a la representación de influencers y también enfocado en fashion, nos cuenta su visión.
«En primer lugar, las agencias buscan un influencer que tenga gran alcance, en segundo lugar, busca que tenga una buena aceptación social que no haya polémicas alrededor de este, y por último, busca que el perfil vaya acorde con su imagen, que vaya acorde con la identidad corporativa de la agencia con los clientes con los que cuenta la agencia, etc. Al igual pasa para unir marca e influencer, sus imágenes tienen que ser parecidas y coherentes».
Personalmente, en cuanto a las instamamis, Alberto nos cuenta que cree que todo está bien en cierta medida. No hay que traspasar unos límites, y que no hay que sobrepasar unas líneas que van a terminar rompiendo la privacidad de los hijos. Sin embargo tampoco ve que sea beneficioso el tener un hermetismo completo en redes sociales, al final es tu vida y lo que quiere tu público es que seas real 100%.
Asimismo ve que es una buena estrategia, la utilización de menores, para ganar audiencia. Aunque por otro lado, lo ve un gran inconveniente, ya que la revolución anti-niños en redes va creciendo, y señala que: «hoy más que nunca las influencers o instamamis deben tener más cuidado que antes.»
De creador de contenido a creador de contenido
De la misma forma y para tratar este asunto en primera persona a través de la visión de un creador de contenido en redes sociales, Eben Villalba expone su propia opinión en lo relativo a la sobreexposición de menores en las diferentes plataformas de internet.
Villalba considera como problema fundamental que muchos de los influencers realizan dichas prácticas por el desconocimiento que existe sobre los perjuicios que éstas suponen para los menores de edad y afirma no estar de acuerdo con ellas. «Al final ese niño no está dando su consentimiento de ello y a lo mejor de mayor se arrepiente, por lo tanto para mí no se debería hacer», destaca.
Como consumidores, también reparte la culpa al resto de la sociedad, que al final es la que consume este tipo de contenido y apoya los futuros problemas que puedan generar a estos menores. Además, se atreve a expresar su condena por la falta de conocimiento sobre la legislación vigente en lo relativo a este tema. Sin embargo, también concluye con que la propia legislación no concreta en exceso todos los inconvenientes de la propia sobreexposición.
Comentó también que, en su opinión, los influencers exponen a sus hijos o familiares menores por diversas razones. En un principio, sugirió que podría deberse a la emoción de compartir el proceso de crianza. Sin embargo, señaló que con el tiempo, cuando empiezan a ganar dinero, continúan haciéndolo y obtienen ingresos gracias a esta exposición. También planteó la posibilidad de que parte de ese dinero se guarde para el hijo, pero enfatizó que la persona que está sobreexponiendo al menor también se beneficia económicamente de esta situación.
El creador de contenido ha observado durante estos últimos años que sus compañeros de industria habituales en dichas prácticas, suelen ser muy explícitos con todo el contenido que suben sobre sus hijos, sin apenas esmerarse en cuidar detalles que pongan en peligro la integridad física y psicológica del menor.
En cuanto a su opinión acerca de las posibles consecuencias que podrían afectar a los menores que son expuestos de manera masiva en internet. Señaló que estas consecuencias podrían manifestarse en el futuro, cuando los hijos o hijas crezcan. En ese momento, podría darse el caso de que las personas los reconozcan, lo que posiblemente les cause molestias. Además, destacó que la exposición constante en línea significa que la gente conocerá en detalle sus vidas, desde su infancia hasta la actualidad, lo que los expondrá a la mirada de miles de personas. Subrayó que esta situación es algo que los menores nunca han elegido y que, en un momento de madurez, podría tener un impacto negativo en su bienestar mental, ya que nunca han tenido la privacidad de vivir fuera del ojo público.
Villalba también considera que las empresas tecnológicas que dan soporte a todas las redes sociales deberían tomar conciencia sobre el asunto y trabajar en poder regular todo este tipo de contenido. Aunque es sabedor de la complejidad que existe dentro de las plataformas de internet para poder erradicar este tipo de prácticas.
El lado psicológico de la polémica
En la variante emocional, la psicóloga Pilar González Aguado nos ha recibido con total gratitud y ha explicado las diferentes consecuencias que pueden derivar las prácticas de sobreexposición de niños en las redes sociales.
Comentando la situación actual, González afirma, «los menores no tienen la responsabilidad ni la capacidad ni la autonomía para decidir con madurez sobre los límites y los riesgos de esa sobre exposición». Lo que puede derivar en un ataque directamente a la posibilidad de que crezcan con una salud emocional adecuada.
Actualmente, ya se pueden estar observando consecuencias importantes para los menores. Pilar cree que no hay suficiente conciencia y profundiza en que, más allá de ser una actitud temeraria por parte de los padres sobre los hijos, es más una falta de información y de no ser consciente de los riesgos.
La psicóloga advierte de las consecuencias a corto y largo plazo, señalando que «Todo parece que al estar detrás de una pantalla, esta te protege». En el corto plazo, los adolescentes pueden ser víctimas de acoso o suplantación de identidad, incluso prácticas terribles como el “sexting” o el “grooming”, que ponen en riesgo la seguridad del menor. Desde el momento que compartimos datos muy privados que obedecen a la vida del niño, estamos exponiendo al niño a un riesgo de seguridad.
Por otro lado, en el largo plazo también hay consecuencias, porque el niño está condenado a crecer siempre bajo el foco de la crítica y no crecer bajo una sana autoestima y le privan de un desarrollo adecuado a sus habilidades sociales fuera del ámbito virtual.
Indicó que las intenciones o motivos por los cuales los “influencers” exponen a sus hijos o familiares menores de edad suelen ser diversos. Algunos de estos motivos se consideran moralmente positivos, como compartir experiencias relacionadas con la crianza. También mencionó un grupo significativo de adultos que comparten prácticas pedagógicas basadas en su experiencia en la maternidad y la paternidad, lo que a menudo tiene un componente emocional. Además, hay quienes realizan esta exposición con el objetivo de obtener beneficios económicos, aprovechando el contenido para ganar seguidores y generar ingresos. Por último, mencionó a personas que están acostumbradas a comentar y documentar toda su vida a través de las redes sociales y que pueden no ser plenamente conscientes de los riesgos y desafíos potenciales asociados con estas prácticas.
¿Futuro o presente?
Después de tratar este tema, llegamos a un punto claro, y es que las nuevas tecnologías están evolucionando rápidamente, y en muchos casos las leyes, la ética y la moral, no consiguen ir a la misma velocidad que ellas. Por lo que existen vacíos legales y dudas morales acerca de cómo debe legislarse y regular ciertas tecnologías. Sin ir más lejos, los propios influencers que trabajan con la tecnología a través de sus pantallas, desconocen realmente las consecuencias que puede llegar a tener la continúa exposición de sus vidas en las redes y con ella, la de otros.
Las redes sociales o la Inteligencia Artificial son parte de estas nuevas tecnologías que están marcando la actualidad pero que sin embargo se puede observar gracias a los expertos de diferentes ramas como la psicología, el derecho y el mundo influencer, que no hay conciencia suficiente de las adversidades a las que se pueden llegar a enfrentar con esta sobreexposición de los menores sin, además, su verdadero consentimiento, ya que no tienen la suficiente capacidad a esas edades para ser conscientes. Por lo que, hoy en día es una pregunta que muchos se hacen si realmente es algo más negativo que positivo, ya no sólo por la persona que lo comparte, sino por todas las consecuencias que puede conllevar mostrar a un menor que puede llegar a millones y millones de personas al instante.
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