La psicología en el deporte: La mente a la altura del físico
– El 46’4% de los deportistas de élite sufren problemas mentales a lo largo de su carrera. La salvación de muchos: la psicología
– En el mejor de los casos, el 0’2% de los deportistas llegan a profesionales, por lo que es importante que todos lleven una carrera dual con plan B y C
El tema de la psicología en el deporte está dejando de ser un tabú. Cada vez son más los deportistas que hablan de sus problemas de confianza y admiten estar acudiendo a profesionales para que les ayuden desde el punto de vista mental en búsqueda de una optimización de su rendimiento. Sin embargo, de igual forma que es importante tratar situaciones complicadas, como el fracaso, es vital el hecho de gestionar de la forma correcta los casos de éxito. Por ello, la figura del psicólogo es cada vez más relevante en el deporte actual, tanto a nivel profesional como amateur, y en las diferentes etapas por las que pasan los deportistas, desde la formación hasta la retirada y lo más temido por algunos: el después de la carrera.
¿Qué es la psicología deportiva?
«Me sentía vacío por dentro. Tuve un periodo muy difícil, pero gracias a los especialistas pude salir adelante», comentaba Andrés Iniesta en alguna ocasión acerca de los problemas mentales que le habían surgido a raíz de la pérdida de su amigo Dani Jarque.
Otro deportista como Michael Phelps aseguraba: «soy alguien que ha pasado por al menos tres o cuatro períodos de depresión fuerte después de los Juegos y llegué a poner mi vida en peligro», relataba acerca de la dureza mental de este tipo de pruebas.
Una compatriota de Phelps, como Simone Biles declaraba: «estaba muy deprimida. Dormí mucho porque, para mí, era lo más parecido a la muerte sin dañarme. Fue un escape de todos mis pensamientos, del mundo, de lo que estaba sucediendo», tras salir a la luz los abusos que la deportista había sufrido en su formación.
Estos son algunos testimonios de grandes deportistas, pero no son los únicos que han precisado de ayuda psicológica para superar sus obstáculos mentales. Estos testimonios humanizan y acercan a los deportistas al mundo real. En ocasiones, los consideramos máquinas dedicadas única y exclusivamente a su profesión, alejados en su burbuja del mundo real. Sin embargo, son personas como el resto, que sufren, lloran, sonríen, y que necesitan gestionar todo este tipo de emociones para poder desarrollar su profesión de la mejor manera posible.
Por ello, la psicología deportiva y los profesionales especialistas en este campo se han convertido en una parte esencial de los equipos de trabajo de los deportistas.
La psicología deportiva no es algo nuevo, a pesar de que ahora se le da más importancia que antes, esta rama de la psicología se lleva practicando desde el siglo pasado. De hecho, se considera a Coleman Griffith como el padre de la psicología deportiva. Griffith consideraba que «el deportista que compite en el deporte, es un organismo de mente y cuerpo, no una máquina fisiológica». A raíz de este pensamiento y de su doctorado en psicología, Coleman Griffith comenzó a desarrollar métodos psicológicos que pudiesen ayudar a los deportistas en su rendimiento.
Desde Griffith, han sido muchos los psicólogos que se han introducido en el mundo de la psicología deportiva con nuevos sistemas capaces de adaptarse a los tiempos que corren.
Después de los JJOO de Tokyo, le preguntaban a Peter Haberl, psicólogo deportivo del equipo de los Estados Unidos, en qué consistía su trabajo y este respondía: «ayudo a los deportistas a entender cómo funciona su mente, para que sepan que pueden trabajar con ella en competición. Funciona como una fábrica de pensamientos y emociones. Sin embargo, la mente viene con un ladrón incorporado, un ladrón que roba algo muy preciado por los deportistas. Ellos dicen que les roba su confianza. Pero para mí les quita algo incluso más importante: su atención y su capacidad para concentrarse». Haberl explicaba de esta manera su trabajo, pero la psicología deportiva es mucho más y no solo abarca el mundo del deportista profesional, sino que también está presente en el ámbito formativo de los deportistas o al final de sus carreras profesionales.
La formación, un camino tan largo como esencial
Llegar a ser deportista profesional no es fácil. Requiere de un talento inmenso y una capacidad de trabajo sumamente elevada. Un deportista con aptitud pero sin actitud pasa de apuntar a estrella a convertirse en un estrellado.
Es por ello que es tan importante la etapa de formación en cualquier tipo de actividad. Gestionar bien este periodo es fundamental para que los deportistas adquieran la capacidad de esfuerzo y sacrificio que tan necesaria les va a resultar cuando se acerque el salto al profesionalismo, a la vez que desarrollan su talento y sus capacidades específicas en la actividad que practican.
Sin embargo, la realidad es que tener talento y trabajar no siempre es garantía de éxito en el deporte. Hay muchos otros factores que influyen en la carrera de un deportista, como pueden ser la cantidad de oportunidades de las que dispone la persona o la cantidad de lesiones que sufre.
Para tomar conciencia de la dimensión de lo mencionado anteriormente, es preciso y oportuno exponer ciertas estadísticas. Según datos de la Real Federación Española de Fútbol, solo 1 de cada 1.800 jugadores federados llegan a profesionales, mientras que los más optimistas hablan de que el 0’2% logran ese objetivo.
Por tanto, de los 1.137.651 jugadores federados en 2022 en España, en el mejor de los casos unos 2.200 llegarán a participar en el fútbol profesional.
Pero esto no ocurre solo en el fútbol, sino que se extiende a otras disciplinas como puede ser el tenis, donde solo los 250 mejores tenistas del mundo pueden vivir de forma sostenible del deporte de raqueta, tal y como asegura Miguel Damas en una entrevista para Relevo.
En ese top 250 del ránking ATP, actualmente solo hay 14 tenistas españoles, lo que pone en evidencia la dificultad que tiene llegar a poder vivir de ese deporte en nuestro país: en la actualidad, España cuenta con más de 91.000 federados, de los cuales más de 51.000 son menores de 18 años, lo que supone que menos del 0’03% llegarán a vivir del tenis en el futuro.
Después de poner todo esto en contexto, es el momento de adentrarse en la labor del psicólogo teniendo en cuenta todo lo anterior. La figura de estos profesionales no es solo trabajar con los deportistas para sacar su máximo rendimiento a la luz (que también), sino preparar a los mismos para diferentes situaciones.
La Escuela Europea del Deporte establece una serie de casos en los que es importante trabajar con los menores deportistas. En primer lugar, habla de reconocer los logros deportivos de los niños, aunque en el mismo punto recuerda que es vital “reconocer lo realmente trascendental”, algo que va en relación con el siguiente aspecto: el establecimiento de expectativas realistas.
Respecto a esto, Álvaro, jugador de las categorías inferiores del CD Leganés, comentó en una entrevista para Variación XXI que eso «es algo que se trabaja mucho en la escuela”. La gestión de egos es fundamental en cualquier vestuario y en cualquier club, y más si se trata de una cantera: «muchos llegan pensando que van a ser el nuevo Cristiano o el nuevo Messi. Por eso los psicólogos siempre nos enseñan números y probabilidades para que tengamos los pies en el suelo y nos demos cuenta de lo difícil que es llegar a nivel profesional».
Sin embargo, también recalcó que, evidentemente, esa no es la única función del psicólogo: «Aunque nos dicen que es complicadísimo llegar a Segunda División, y ya no te cuento a Primera, están constantemente con nosotros para darnos pautas para mejorar nuestro rendimiento en el campo y ayudarnos con cualquier problema que tengamos tanto dentro como fuera de él».
En línea con lo anterior, es preciso rescatar una cita de Pablo del Río, primer psicólogo en acompañar a una expedición del Comité Olímpico Español en la que habla de la cultura del esfuerzo: «Yo conozco a muchos que, trabajando, siendo disciplinados y constantes no han conseguido sus objetivos, pero no conozco ninguno que no haciéndolo lo haya conseguido».
El último punto de los que propone la Escuela Europea del Deporte se titula Crear entornos de confianza. Siempre es importante que las personas que trabajan en conjunto se encuentren en un ambiente sano para que resulte lo más efectivo posible en competición.
Si ya en deportes individuales como el tenis es importante este clima, en vestuarios como los de equipos de fútbol o baloncesto, esto es imprescindible a la par que difícil precisamente por lo comentado anteriormente: los egos.
No obstante, Álvaro traslada la forma de trabajar en el CD Leganés en estos casos: «de por sí nos llevamos bastante bien entre todos, pero desde el principio tuvimos dinámicas de grupo y actividades colectivas fuera de los entrenamientos para ir cogiendo confianza entre los que estaban del año pasado y los compañeros que hemos llegado nuevos este año».
En resumen, la figura del psicólogo en la etapa de formación es cada vez más importante, especialmente en casos de alto rendimiento en los que se pueden llegar a producir grandes frustraciones por no conseguir los objetivos propuestos o no estar a la altura de las expectativas, tanto las personales como las que se imponen desde fuera.
El profesionalismo y sus mil y una circunstancias
Una vez llegados al ámbito profesional, lo más complicado es mantenerse. El deporte está lleno de rachas, tanto positivas como negativas, y el saber gestionar este tipo de momentos a nivel físico y emocional puede marcar la diferencia entre los profesionales.
No sólo se trata de lidiar con el fracaso, sino que también es importante saber gestionar el éxito. Existen innumerables ejemplos de grandes deportistas que lo han ganado todo, pero han caído desde la cima del éxito hasta el más profundo olvido. Por ello, el trabajo de los psicólogos deportivos es esencial cuando hablamos de deporte en la actualidad.
Los psicólogos deportivos son los encargados de gestionar a nivel mental las emociones y los esfuerzos de los deportistas. Cada maestrillo tiene su librillo y trata a sus pacientes de una manera distinta en función de las necesidades del momento. Este sistema abre un abanico de opciones a la hora de tratar situaciones como el fracaso, el éxito, las lesiones o las retiradas.
El fracaso de muchos:
«Michael Jordan jugó 15 años y ganó seis campeonatos. ¿Los otros nueve años fueron un fracaso? ¿Eso es lo que me estás diciendo? Es una pregunta equivocada. En el deporte no hay fracaso. Hay días buenos y días malos. Algunos días puedes tener éxito, otros días no. Unos días te toca a ti, otros no. Y de eso se trata el deporte. No siempre se gana», de esta manera respondía Giannis Antetokounmpo, jugador de los Milwaukee Bucks y estrella de la NBA, cuando un periodista le preguntaba acerca de si consideraba un fracaso que su equipo fuese eliminado en la primera ronda de los playoff por el anillo. Esta reflexión nos lleva a pensar que en el discurso del deportista la palabra “fracaso” no se encuentra en su diccionario.
Cuando se habla de fracaso, suele ser desde un punto de vista externo, como los medios de comunicación. Por tanto, no podemos hablar de fracaso, sino de pequeñas derrotas o aprendizajes que van a servir a los deportistas para mejorar en un futuro.
En estas derrotas es muy importante el trabajo de los psicólogos deportivos. Contaba en una entrevista Pablo del Río que «cuando uno compite a veces se gana, y otras se aprende”. «Si la persona no se lleva una lección, a mí no me sirve. Es más, el resultado de un jugador no solo depende de él, lo comparte con su contrincante. Por ello hacemos unas evaluaciones de la competición, con puntos débiles y fuertes, con estrategia de cambio, y yo siempre termino diciéndoles: «¿Qué has aprendido?»». Del Río hablaba de la derrota en este caso, y de que su método como psicólogo deportivo se centra en el aprendizaje del deportista para mejorar.
En la línea con lo que comentaba el psicólogo Pablo del Río, Carlos Alcaraz decía tras quedar eliminado en el US OPEN que no era lo suficientemente maduro como para manejar este tipo de partidos y que tenía que aprender. Alcaraz siempre se ha caracterizado por su capacidad de autoanálisis y crítica en las ruedas de prensa posteriores a los partidos, en ocasiones en exceso. Si analizamos las palabras de Alcaraz, observamos dos palabras clave que son «manejar» y «aprender», ambas reflejan una clara tendencia de los deportistas a acusar al aspecto mental de las derrotas. Lorena Cos, psicóloga deportiva, decía en una entrevista que «se acaba responsabilizando, en general, más a lo mental de las derrotas que de las victorias». Un aspecto que no solo se observa en Alcaraz, sino que otros deportistas de alto rendimiento también lo acusan.
Por ello, el trabajo del psicólogo deportivo en estos casos debe ser exhaustivo y personalizado, para que no se produzca una tendencia negativa que pueda acarrear peores problemas, porque además de convivir con la derrota, lo deportistas también tienen otros problemas que pueden conducir a un hipotético fin de su carrera deportiva, como el caso de Bojan Krkic. Un jugador que llegó al primer equipo del Barça siendo el niño de los récords de la cantera, pero al que la ansiedad le jugó una mala pasada y nunca volvió a ser el mismo. No supo lidiar con la presión y el foco mediático que se requieren para ser jugador de un equipo de primer nivel.
Las derrotas son parte del deporte, como de la vida de cualquier ser humano. Una frase que define a la perfección estas situaciones aparece en un diálogo de la película Batman Begins, que dice lo siguiente: «¿Por qué caemos, Bruce? Para aprender a levantarnos». Una reflexión que se puede aplicar a todos los ámbitos de la vida, no solo al deporte.
El éxito de unos pocos:
El porcentaje de deportistas que alcanzan las cuotas más altas de sus disciplinas es muy pequeño en relación al número total de personas que practican o han practicado ese deporte. Esa minoría que prospera y alcanza el olimpo de los elegidos también tiene que aprender a convivir con el éxito y con sus triunfos. Por ello, que un deportista obtenga grandes resultados no quiere decir que no precise de ayuda psicológica, porque cualquier estado puede cambiar en un instante. Recientemente, Olga Carmona ha sido una deportista que ha tocado la gloria, pero a su vez una noticia marcó su vida para siempre. Carmona fue la goleadora que le dio a la Selección Española Femenina su primer Mundial de fútbol, pero horas más tarde recibió la noticia de la pérdida de su padre. La alegría y el dolor llenaron su cuerpo, pero el trabajo con su psicóloga María Aguirre ha sido muy importante para gestionar todas las emociones.
La historia de Carmona enseña que el éxito no siempre está acompañado de positividad y alegría. Otro ejemplo podría ser André Agassi, uno de los tenistas más laureados de la historia que aseguró que odiaba el tenis a pesar de ser un gran deportista.
Estos testimonios explican lo engañosa que es la victoria y por qué debe ser trabajada al igual o incluso más que las derrotas. Los psicólogos deportivos concentran sus esfuerzos en obtener el mejor rendimiento posible de sus deportistas a nivel mental y la victoria siempre será bienvenida, pero no se pueden descuidar ni lo más mínimo porque, como dicen muchos deportistas, lo difícil no es llegar, sino mantenerse.
La retirada, el horizonte más temido
Y son precisamente esos deportistas que logran mantenerse durante unos años en la élite los que temen más el final de sus carreras. No solo porque su rutina diaria toca a su fin, sino porque se acercan a una barrera sabiendo que van a tener que traspasarla sin saber lo que hay detrás de ella.
Respecto a esto, la propia organización de los Juegos Olímpicos recalca la importancia de concebir la retirada como un proceso, más que como un momento concreto de la vida.
De igual manera lo entiende Pablo del Río, quien se define como un «fiel defensor a ultranza de lo que es la psicología preventiva», es decir, volviendo a lo mencionado durante la etapa de formación, preparar al deportista para los momentos que vienen con un espacio de tiempo suficiente para que el propio individuo no se encuentre con un vacío existencial ante el que no saber reaccionar adecuadamente.
Vicente Moreno es un ejemplo de alguien que se ha preparado antes de la retirada. «Lo que te da ser jugador profesional es que tienes mucho tiempo. Lo puedes emplear o no de forma inteligente», comentó el ex entrenador de Espanyol y Almería, entre otros, durante una entrevista.
Vicente Moreno dando indicaciones en un partido con el Espanyol / Getty Images
Es precisamente esa la clave: optimizar el tiempo libre. Y se debe a hacer, sobre todo, de dos maneras según varios psicólogos.
La primera de ellas no es otra que la formación, absolutamente esencial para cualquier trabajo posterior a la carrera de un deportista. Ya sea para dedicarse a entrenar, convertirse en directivo de un equipo o una vocación relacionada con los medios de comunicación, la especialización es imprescindible para crear un valor personal para que las empresas y/o clubes se decidan por la persona en cuestión.
La otra cuestión es la creación de una red de apoyo y contactos que permitan al deportista desenvolverse e introducirse en el mundo laboral tras la finalización de su carrera deportiva. Para esto, es clave el aprovechamiento de la situación en la que se encuentran, pues cuentan con una enorme ventaja para conocer gente importante.
Maravillosa exposición. Personalmente, jugué muchos años al rugby, y entre otros factores, fue un malestar emocional el causante de mi temprano retiro. Ojalá haber tenido más conocimiento, allá por los 2000.
Un saludo,
Javier Rueda
Muy bien argumentado.
La verdad que tranquiliza bastante saber que alguien va a pagar nuestras pensiones, si los rojos del soe no lo fastidian todo.
Como estudiante de medicina me ha parecido muy interesante el artículo, ya que trata de forma excepcional el ámbito psicológico de la salud y como afecta al ámbito físico. Ayuda a comprender de forma magnífica la salud como en su totalidad, que es un plano biopsicosocial. Las medidas propuestas para ayudar a los deportistas me parecen también interesantes para, como bien dice en el artículo, ayudarles a llevar una vida más allá del deporte una vez finalizada su carrera. 10/10
Si no hubiera sido por el cocin, la merca y el costo, hubiera aceptado esa oferta del Rayo Majadahonda en su día o la de una universidad americana. Pregunte si era normal tener tanta presión y se reían de mí por “maricón”. En fin la sociedad anticuada hizo de un posible cisne un pato laqueado pekines
“Hola a todos, quiero compartir mi historia para recordarles lo vital que es cuidar nuestra salud mental. Como portero, la presión y el rechazo me llevaron por un camino difícil. Aprendí que ignorar la salud mental en el deporte puede tener consecuencias graves. Ahora, estoy enfocado en recuperarme y aprender de mis errores. Si estás pasando por momentos difíciles, busca apoyo y no tengas miedo de pedir ayuda. Recordemos que siempre hay una salida positiva. Firmado, Alvaro (El Chicken) Gonzalez.”
Saludos a todos, quiero compartir una experiencia personal que marcó un cambio radical en mi vida. En mis días como boxeador, tenía una peculiaridad: antes de cada pelea, sentía la necesidad de hacer pis. Mi entrenador, sin comprenderlo, solía burlarse, pero esta situación me llevó a replantearme mi camino. Decidí canalizar mi energía de una manera diferente y ahora, en lugar de boxear, me dedico al apasionante mundo del marketing. A veces, nuestras peculiaridades nos conducen a destinos inesperados. ¡Siempre sigue tu verdadero llamado! Carles Sanjurjo.
Quiero expresar mi más efusiva felicitación al distinguido autor por haber redactado un artículo verdaderamente sobresaliente sobre la salud mental en el deporte. La amplitud y formalidad de su enfoque no solo demuestran un profundo entendimiento del tema, sino que también establecen un estándar excepcionalmente elevado en la divulgación de información pertinente. Este magnífico trabajo no solo enriquece nuestro conocimiento, sino que también sirve como un ejemplo admirable de erudición y compromiso con la excelencia académica. Mis más sinceras enhorabuenas por esta notable contribución al campo
Sin duda, un tema que está a la orden del día en el mundo del deporte de alto rendimiento.
Cada vez son más los casos públicos de deportistas que se ven obligados a recurrir a profesionales para mejorar su salud mental, relacionada directamente con su capacidad de máximo rendimiento en sus respectivas modalidades y así se reseña en la noticia objeto del comentario.
Muy acertada y recalcable la manera en la que se resalta la importancia que está tomando el cuidado mental para alcanzar la excelencia deportiva.
Interesante artículo sobre una cuestión muy importante en el deporte
Buenos tardes a todos,
Primeramente quería felicitar al autor del artículo por el trabajo realizado.
La salud mental es uno de los temas más importantes y actuales en la sociedad de hoy en día y vincularlo con el deporte me parece brillante.
La salud mental ha sido siempre un tema tabú y empezar a hablar abiertamente sobre ella con artículos como este nos ayudará mejorar y avanzar a todos.