La moda circular: uno de los retos de la Agenda 2030
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La industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta
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Claudia Ojeda, fundadora de RUN TO WEAR: «La mayoría de las personas solo utiliza el 30% de la ropa que tiene en el armario»
En la era de la globalización y la rápida evolución de las tendencias, la industria de la moda se destaca como uno de los sectores más impactantes en términos medioambientales. La producción masiva, el uso intensivo de recursos y la generación de desechos textiles contribuyen significativamente a la crisis medioambiental.
Sin embargo, en medio de este panorama desafiante, surge un concepto esperanzador: la moda circular. Este enfoque busca transformar radicalmente la forma en que concebimos, producimos y consumimos moda para alinearse con los objetivos de la Agenda 2030, promoviendo la sostenibilidad y la responsabilidad social.
El problema ambiental de la moda
El mundo de la moda ha sido históricamente uno de los mayores contribuyentes a la contaminación y el agotamiento de los recursos naturales. Desde la producción masiva de prendas hasta el rápido descarte de las mismas, la industria ha generado un impacto negativo significativo en el medio ambiente. La contaminación del agua, la emisión de gases de efecto invernadero y la generación de residuos textiles son algunos de los problemas asociados con la moda convencional.
La producción de prendas de vestir a gran escala implica un consumo significativo de recursos naturales. Desde la agricultura intensiva en los procesos de teñido y acabado, la moda convencional agota las materias primas de manera insostenible. Este procedimiento para el tratamiento de los textiles es conocido por liberar una variedad de productos químicos tóxicos en los depósitos de agua cercanos a las zonas industriales. Esto no solo compromete la calidad del agua, sino que también tiene consecuencias para la fauna y la flora acuáticas. Igualmente, los gases de efecto invernadero también contribuyen a la contaminación del ambiente, que emergen de la fabricación de textiles y el transporte de materiales y productos terminados. Esto alimenta el cambio climático y sus consecuencias devastadoras.
Se podría decir entonces que la moda rápida ha fomentado una cultura de descarte rápido. La ropa de baja calidad a menudo termina en los vertederos después de un corto periodo de uso. Aunque muchos recurren a fundaciones como Humana, una de las impulsoras de la economía circular y comprometida con el desarrollo sostenible a través de la reutilización del textil. El desperdicio textil es una fuente importante de contaminación y genera problemas adicionales relacionados con la gestión de residuos.
Además de los impactos ambientales, la industria de la moda a menudo ha sido criticada por las condiciones laborales en las fábricas de producción, especialmente en países en vías de desarrollo, localizados en el continente africano o asiático. La explotación laboral y los salarios bajos son temas recurrentes que también forman parte del debate sobre la sostenibilidad en la moda.
El armario del futuro: un plan para la Agenda 2030
La creciente conciencia ambiental y social ha llevado a un cambio en la percepción del consumidor. Cada vez más personas exigen una moda más sostenible, ética y transparente. Este cambio en la demanda ha incentivado a las marcas a reconsiderar sus prácticas, adoptando enfoques más responsables y circulares.
En el contexto de la Agenda 2030, se promueve la idea de un “armario circular”, donde la moda se concibe como un ciclo continuo en lugar de un camino lineal que termina en el vertedero.
La Comisión Europea, a través del Pacto Verde Europeo, ha comenzado a impulsar la transición. Se trata de un conjunto de propuestas que impactarán en las macro industrias de la eurozona con el objetivo de reducir progresivamente su huella de carbono. Un hecho que se aspira a conseguir en 2050. La «Estrategia de la Unión Europea sobre los productos textiles sostenibles y circulares» aboga por el uso racional de los recursos, alargando la vida útil de las prendas y transformando los residuos en nuevos materiales útiles, y así conseguir textiles con fibras recicladas.
La garantía de la sostenibilidad de los artículos se verificará con un Pasaporte Digital de Productos, una herramienta de trazabilidad que permitirá obtener al dueño de cada prenda la información relativa a ese item: dónde, cómo y de qué está hecho. Este objetivo está previsto a cumplirse, según la Agenda 2030, para 2025.
Asimismo, los productores tendrán que asumir la responsabilidad de sus productos a lo largo de la cadena de valor, es decir, tendrán que hacerse cargo de todo lo que hayan producido. Esto también incluye las prendas que se convierten en residuos. Así, la incineración y el vertido textil se reducirán al mínimo, mientras que el ecosistema circular de la moda prosperará y estará impulsado por capacidades suficientes para el reciclaje.
La estrategia de la UE tiene como principal fin promover que las empresas diseñen prendas con mayor durabilidad, que puedan ser reparadas y reutilizadas.
Plataformas sostenibles: Run to wear
RUN TO WEAR es la primera plataforma en la que comprar ropa de manera sostenible y sin gastar dinero. Se define como “una comunidad fashionista pero concienciada”. Su creadora, Claudia Ojeda, a la que hemos entrevistado, resalta que «sólo entre el 5-7% de la moda revendible se vende y compra en plataformas de reventa», lo que significa que artículos de moda valorados en más de 2 billones de dólares permanecen en los armarios sin circular. Ella misma cuenta que en el proyecto han ideado un sistema de valoración de las prendas mediante Tokens, de modo que estos son la moneda de cambio en la plataforma.
Cada prenda tiene una etiqueta electrónica que al acercarle cualquier dispositivo móvil, sin necesidad de descargar ninguna aplicación ni de entrar en internet, te muestra la vida de la prenda; la marca, por cuántas manos ha pasado, los arreglos que ha tenido la prenda, entre otra información.
Vídeo de Run To Wear mostrando como funciona su Etiqueta electrónica. Instagram @runtowear
Empresas líderes en la transición a la moda sostenible
En este contexto de cambio, grandes conglomerados de la moda, como Inditex, ya están liderando la transición hacia un modelo más sostenible. La implementación de puntos de venta de segunda mano de sus prendas es una estrategia clave para reducir la huella ambiental y promover un consumo más responsable.
Para el año 2030, los compromisos de Inditex pasan por haber alcanzado la reducción en un –50% sus emisiones de efecto invernadero, incluyendo tanto las propias como las efectuadas dentro de su cadena de valor, hasta erradicarlas en 2040. Punto al que se suma su compromiso de emplear únicamente materias primas de menor impacto ambiental en base a la catalogación que realiza la organización Textile Exchange. Esta pasa por definir como tal a aquellas fibras o materias primas que ofrecen resultados beneficiosos para el clima, la naturaleza y las personas a través de un enfoque holístico transformando los sistemas de producción de fibra y materia prima.
Durante una de sus últimas Juntas de Accionistas, el director de sostenibilidad de Inditex, Javier Losada, señaló «la innovación y la colaboración como pilares de esta multinacional». La nueva estrategia que la empresa espera sacar adelante guarda como principal objetivo que el 100% de los productos textiles que comercialicen estén fabricados exclusivamente a partir de materias primas textiles de menor impacto ambiental, y que respondan a la catalogación de «materiales preferentes» que establece la organización sin ánimo de lucro Textile Exchange, para el año 2030.
Ejemplo de ello es su nueva plataforma, Zara Pre-Owned, con la que dan la opción de reparar, revender o donar tu ropa y comprar prendas de segunda mano de la marca.
La moda circular se presenta como un desafío apasionante y necesario en la Agenda 2030.
A medida que la conciencia sobre la urgencia ambiental crece, la industria de la moda está experimentando una transformación hacia la sostenibilidad. La implementación de prácticas circulares, la adopción de tecnologías innovadoras y el surgimiento de plataformas sostenibles son pasos cruciales hacia un futuro donde la moda y la responsabilidad ambiental coexistan armoniosamente.