Pages Navigation Menu

periodismo universitario en internet

Emilia Pardo Bazán, una pionera en tiempos de obstáculos

Lectura continuada del Origen de las Especies en el Ateneo de Madrid. Eva Fernández

Lectura continuada del Origen de las Especies en el Ateneo de Madrid. Eva Fernández

  • Las mujeres fueron ridiculizadas en los círculos literarios presididos por hombres

  • En el Ateneo de Madrid, las grandes mentes encontraron un hueco para el diálogo

Emilia Pardo Bazán: Una Pionera en Tiempos de Obstáculos

Emilia Pardo Bazán fue la primera mujer ateneísta que ingresó en el Ateneo de Madrid como la socia número 7.925. Aunque Emilia ya era una reconocida escritora y había ofrecido múltiples conferencias en el lugar, no fue hasta el 9 de febrero de 1905 que comenzó a ser bienvenida en la casa como socia de pleno derecho. «Soy la primera mujer que pisa oficialmente el Ateneo y esto es para mí una de las mayores satisfacciones que he recibido», comentaba ella después de su integración en la sociedad. Después de ella, fueron muchas las mujeres ateneístas que solicitaron su ingreso en el Ateneo. Entre ellas, dos destacadas feministas: Blanca de los Ríos y Carmen de Burgos, que fueron admitidas poco después.

Articulo de 'La Época' sobre Emilia Pardo Bazán | Ateneo de Madrid

Articulo de ‘La Época’ sobre Emilia Pardo Bazán | Ateneo de Madrid

El diario La Época fue el primero en publicar la noticia en portada. “La señora Pardo Bazán socia de número del Ateneo de Madrid”. Después de alabar el acuerdo de su incorporación, que hasta entonces el registro no había contado con mujer alguna, el periódico en el que colaboraba Emilia expresaba a través de dicho artículo el deseo de que su incorporación al Ateneo resultara como precedente para su futura entrada a la Academia Española. Sin embargo, este hecho nunca llegó a producirse, a pesar de que el artículo velaba por la idea de que “la inteligencia no tiene sexo”.

Emilia Pardo Bazán (1851-1921) resultó una figura imprescindible en la literatura y la cultura española, dejando huella en la historia a través de su incansable lucha contra las barreras que enfrentaban las mujeres de la época. Desde una temprana edad, Emilia tuvo acceso a una educación privilegiada, sin embargo, tuvo que enfrentarse a críticas constantes debido a su ambición intelectual. A menudo fue ridiculizada en los círculos literarios presididos por hombres, desvalorizando su talento y visionándolo como una amenaza. Uno de los episodios más representativos de las dificultades que sufrió fue su intento de entrada a la Real Academia Española (RAE), en la cual no fue admitida. Incluso con un prestigioso camino literario y prestigio como literaria, Emilia fue constantemente rechazada sólo por ser mujer. A través de comentarios misóginos, como que las mujeres carecían de la “serenidad necesaria” para ser académicas, fueron la excusa para su exclusión.

​​A pesar de no llegar a convertirse nunca en miembro de la RAE, Pardo Bazán denunció en innumerables ocasiones un discriminación e hizo uso de su experiencia en un territorio patriarcal para visibilizar las barreras estructurales que enfrentaban las mujeres en el mundo intelectual. Su lucha se convirtió en un símbolo de resistencia y un llamado a la inclusión femenina en las instituciones culturales.

Tras abrirse paso en el camino de los foros ateneístas, fueron muchas las mujeres que la precedieron. En 1884, Rosario de Acuña, escritora de ideas progresistas, fue la primera en ocupar la tribuna del Ateneo para ofrecer una velada poética. Más tarde, en 1887 fue la propia Emilia Pardo Bazán la primera conferenciante, haciendo una serie de intervenciones editadas después con el título de ‘La Revolución y la novela en Rusia’. Después de ella llegarían Concepción Gimeno de Fláquer, Blanca de los Ríos y Sofía Casanova.

Encontró un espacio de debate

Frente a los rechazos, Emilia encontró en el Ateneo de Madrid un espacio de debate y participación intelectual. Aunque este resultaba un entorno dominado por los hombres, Emilia logró hacerse un hueco gracias a su talento y perseverancia. No solo participó en las actividades del Ateneo, sino que también organizó conferencias donde abordó temas como la educación de las mujeres y la importancia del feminismo, dejando un rastro de historia feminista a sus espaldas. Su presencia en el Ateneo fue un acto de resistencia en sí mismo. En una época donde las mujeres tenían poco acceso a los espacios públicos, Emilia Pardo Bazán demostró que el talento y la determinación podían abrir puertas incluso en los entornos más hostiles.

Carmen Ballvé en la lectura continuada de El origen de las especies en el Ateneo de Madrid. Eva Fernández

Carmen Ballvé en la lectura continuada de El origen de las especies en el Ateneo de Madrid. Eva Fernández

El ejemplo de Emilia han trascendido en el tiempo. Su vida y obra son un recordatorio de las barreras que enfrentaron las mujeres en el pasado y de la importancia de seguir luchando por la igualdad de género. Aunque la RAE le negó un asiento, su nombre ocupa un lugar único en la historia de la literatura y el feminismo.

Hoy, Emilia Pardo Bazán es celebrada como una pionera que desafió las convenciones y abrió el camino para futuras generaciones. Su legado vive no solo en sus obras, sino también en cada paso hacia una sociedad más equitativa y justa para las mujeres. Además de ser una ateneísta que representa los valores de la institución. 

El Ateneo, la cuna del pensamiento libre

El Ateneo de Madrid es una de las instituciones culturales más emblemáticas de España, con una historia que abarca más de dos siglos. Fundado en 1835, este espacio ha sido un epicentro de pensamiento libre, debate intelectual y expresión artística, atrayendo a algunas de las mentes más brillantes de la historia de España. Desde su creación, el Ateneo ha desempeñado un papel fundamental en la configuración de la identidad cultural y política del país, sirviendo como un refugio para las ideas progresistas y un motor de cambio social.

El Ateneo de Madrid nació en 1820 bajo el nombre de Ateneo Científico y Literario, en un periodo de profundas transformaciones políticas y sociales. Sin embargo, su fundación oficial se produjo en 1835, durante la Regencia de María Cristina de Borbón. En un momento en el que España experimentaba cambios significativos debido a la revolución industrial y el auge de las ideas liberales, el Ateneo se estableció como un espacio para fomentar el conocimiento y el progreso.

La Pecera del Ateneo de Madrid. Eva Fernández

La Pecera del Ateneo de Madrid. Eva Fernández

El propósito inicial del Ateneo era proporcionar un lugar donde se pudiera debatir sobre ciencia, literatura y arte, libre de las restricciones que imponían las estructuras políticas y religiosas de la época. Este objetivo se plasmó en la creación de un espacio inclusivo, donde se acogía a individuos de diferentes ideologías y disciplinas.

Desde sus primeros años, el Ateneo de Madrid atrajo a figuras prominentes de la cultura y la política españolas. Entre sus miembros se encuentran personajes tan destacados como Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán como explicábamos con anterioridad, Miguel de Unamuno y Ramón y Cajal. Estas personalidades no solo contribuyeron al prestigio del Ateneo, sino que también utilizaron el espacio para promover ideas innovadoras que transformaron la sociedad española.

El Ateneo también ha sido testigo de momentos históricos clave, como el debate sobre la abolición de la esclavitud, las reformas educativas y las discusiones en torno a los derechos de las mujeres. Durante el siglo XIX y principios del XX, el Ateneo se convirtió en un símbolo del pensamiento progresista, una trinchera desde la que se luchaba por un futuro más igualitario y libre.

Arquitectura y Espacios del Ateneo

El edificio actual del Ateneo de Madrid, ubicado en la calle del Prado 21, es una joya arquitectónica que refleja el esplendor cultural de la institución. Diseñado por los arquitectos Enrique Fort y Luis Landecho, fue inaugurado en 1884 y combina elementos neoclásicos con detalles modernistas.

Entre sus espacios más destacados se encuentran:

  • La Biblioteca: Una de las más completas de España, con más de 200,000 volúmenes, incluyendo manuscritos y ediciones raras.
  • El Salón de Actos: Escenario de innumerables conferencias, debates y eventos culturales.
  • La Galería de Retratos: Una colección que inmortaliza a los miembros más ilustres del Ateneo.

Estos espacios no solo son un testimonio del pasado glorioso del Ateneo, sino también un recurso vital para las generaciones actuales y futuras.

Los cambios políticos pasaron también por el Ateneo

Durante el siglo XX, el Ateneo de Madrid se enfrentó a numerosos desafíos. La Guerra Civil Española y la dictadura franquista representaron una época oscura para la institución, que vio mermada su capacidad de acción debido a la censura y la represión. A pesar de ello, el Ateneo logró sobrevivir y mantener viva su esencia como refugio para el pensamiento libre.

Con la llegada de la democracia, el Ateneo recobró su protagonismo en la vida cultural de Madrid. Renovó sus actividades y atrajo a una nueva generación de intelectuales y artistas. Además, se reafirmó como un espacio plural y abierto, donde se abordan temas de actualidad desde una perspectiva crítica y multidisciplinar.

En la actualidad, el Ateneo de Madrid es una institución viva y en constante evolución. Su agenda incluye actividades culturales, literarias y científicas que atraen a un público diverso. Además, el Ateneo ha sabido adaptarse a los tiempos modernos, incorporando herramientas digitales para llegar a audiencias globales, como es la página web o la existencia de una newsletter en la que se publican todos los eventos semana a semana.

«Aunque yo forme parte de esto, me parece que estamos en el centro de la actualidad, tanto políticamente como por pensamiento, todas o casi todas las actividades que se programan son de una grandísima relevancia. Es muy transversal porque, por ejemplo, se analiza la inteligencia artificial desde las diferentes secciones. Desde la perspectiva de arquitectura, desde teatro, música, de la ética y filosofía, desde muchas. Creo que estamos contribuyendo al debate, al diálogo y al estar construyendo la actualidad con temas que atraviesan toda la sociedad.» Amparo Corral.

El Ateneo sigue siendo un espacio de encuentro para quienes buscan conocimiento, inspiración y debate. Ya sea a través de sus conferencias, talleres o exposiciones, esta institución continúa desempeñando un papel crucial en la vida cultural de Madrid y de España.

 

 

El Ateneo de Madrid es mucho más que un edificio o una institución; es un símbolo del pensamiento libre y la excelencia cultural. A lo largo de su historia, ha sido un refugio para las ideas progresistas y un escenario para el debate que ha modelado la sociedad española.

«Las Mujeres en su Sitio», una reflexión sobre el rol femenino en la sociedad

«Las Mujeres en su Sitio» busca ser un foro de discusión y análisis para visibilizar la contribución de las mujeres en distintos campos: desde la literatura y la ciencia, hasta la política y el arte. En un momento histórico donde la equidad de género está más presente que nunca en el debate público, el Ateneo de Madrid toma la delantera al generar espacios que permitan no solo el reconocimiento de figuras femeninas, sino también el cuestionamiento de estructuras sociales y culturales que han perpetuado desigualdades. Todas aquellas mujeres relevantes eran ateneístas y formaban parte del Ateneo y del debate.

Esta iniciativa no solo rinde homenaje a las mujeres del pasado, sino que también promueve un debate necesario sobre la igualdad de género en el presente. Con esto, el Ateneo reafirma su compromiso con los valores de inclusión y justicia social.

«Este proyecto es necesario porque muchas mujeres ilustres, que han aportado mucho a la sociedad y es el motivo por el que deben estar destacadas. Aportaciones desde el Ateneo al pensamiento, a las letras, a las artes…estas contribuciones les hacía merecedoras de su relevancia, ya no solo en el Ateneo sino también en la sociedad.» Amparo Corral.

«Para valorar si una persona merece ser reconocida o no, por sus aportaciones, creo que es importante tener cierta distancia de tiempo, del momento histórico. Hay mujeres que contribuyeron a la transición, con sus aportaciones, y se me antoja que Paquita Sauquillo sería una de ellas.» Amparo Corral.

Entre los retratos rescatados y puestos a encargo, encontramos grandes nombres como Clara Campoamor, Rosa Chacel, María Zambrano, Carmen Llorca, María Lejárraga, Almudena Grandes y muchas más.

Clara Campoamor | Ateneo de Madrid

Clara Campoamor | Ateneo de Madrid

Clara Campoamor fue una abogada, escritora, política y defensora de los derechos de la mujer. Su vinculación con el Ateneo de Madrid, fue como socia activa y llegó a participar en actividades y debates que enriquecieron su pensamiento, especialmente temas relacionados con los derechos de la mujer y la democracia. Su implicación en la institución fue intensa, sobre todo en las tertulias y los debates en La Cacharrería (un hervidero intelectual donde las mujeres comenzaban a tener voz). En 1931, Clara fue la primera mujer en formar parte de la Junta Directiva del Ateneo, ocupando el cargo de secretaria primera. Durante su gestión, promovió la inclusión de las mujeres en espacios intelectuales y políticos.

Acompañada de otras ateneístas, que se unieron a su causa, Clara Campoamor discutía en las tertulias del Ateneo y estudiaba en su biblioteca. Su vida estuvo muy ligada al Ateneo de Madrid, participando activamente en la vida cultural del mismo. Sin embargo, su mayor logro no llegaría hasta 1921, cuando fue elegida como la primera mujer en forma parte de una Junta de Gobierno elegida por los ateneístas.

Rosa Chacel | Ateneo de Madrid

Rosa Chacel | Ateneo de Madrid

Rosa Chacel fue una escritora perteneciente a la Generación del 27. Tuvo una estrecha relación con el Ateneo de Madrid, especialmente en los años previos a la Guerra Civil Española. Como miembro activa, encontró en el Ateneo un espacio de intercambio intelectual que influyó en su obra y pensamiento. Desde su ingreso en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, comenzó a frecuentar las tertulias del café Granja El Henar y el propio Ateneo, donde dio su primera conferencia, “La mujer y sus posibilidades” en 1918. Más adelante, en 1922 fue elegida como Secretaria 3ª de la Sección de Artes Plásticas. 

El Ateneo se convirtió en un punto de encuentro para la Generación del 27, grupo al que ella pertenecía. En este lugar, Rosa pudo conectar con otros escritores y pensadores, fortaleciendo su posición en el panorama literario y cultural de la época. Su participación en el Ateneo resultó imprescindible y necesario, aunque todavía seguía dominado por figuras masculinas.

Carmen Laforet fue una influyente escritora española, reconocida por su estilo introspectivo y su capacidad para capturar las complejidades emocionales de sus personajes. Su primera novela, “Nada” (1944), ganó el prestigioso Premio Nadal y marcó un hito en la literatura española al reflejar con honestidad y profundidad la atmósfera opresiva de la posguerra. Esta obra que la escribió, con tan solo 22 años, en la Biblioteca del Ateneo de Madrid.

A lo largo de su carrera, Laforet exploró temas como el aislamiento, la búsqueda de identidad y el enfrentamiento entre el idealismo y la realidad, destacándose por su sensibilidad y sobriedad narrativa. Su obra, aunque no extensa, sigue siendo fundamental para entender la literatura y la sociedad españolas del siglo XX.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *