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periodismo universitario en internet

El Tarot como estilo artístico

Cartas del Tarot | Julen Suescun

 

  • El Tarot se convirtió en el juego de cartas de moda en los salones parisinos en el siglo XVIII, pero se puede establecer un origen artístico en el siglo XIV

  • Se estima que circulan más de 100 millones de copias de la baraja Waite-Smith en 20 países.

 

Internet está lleno de artículos que aseguran conocer el verdadereo origen de las cartas del Tarot, y lo cierto es que alguno lo tiene. Este mundo comienza como una práctica artística de dibujo y grabado, luego pasa a ser el juego de cartas de moda entre los ilustrados, y termina siendo, desde el siglo XVII hasta ahora, una baraja de naipes que se utiliza con fines de adivinación, asociados con el ocultismo y el esoterismo. En cualquier caso, lo que han compartido todas las barajas (y sus fines) a lo largo de los siglos son los personajes que representan a cada una de las cartas, y el simbólico y delicado arte que describe a todas las partes del alma, y que es intrínseco del concepto de Tarot.

 

Posibles orígenes

La especulación sobre los orígenes del Tarot es un tema candente a día de hoy, y todavía se siguen barajando diferentes teorías; sin embargo, podemos adivinar un origen muy plausible en la Italia del siglo XIV

Francesco Petrarca, a menudo llamado el padre del Renacimiento, es el poeta y humanista al que se le puede señalar como el creador de estas cartas. En los últimos años de su vida Petrarca escribió un poema llamado I Trionfi con seis capitulos titulados: Amor, Castidad, Muerte, Fama, Tiempo, y Eternidad. El poema arroja una visión muy amplia sobre la vida, con el tema principal de Laura, un personaje considerado divino, o digno de admiración que, presuntamente, él había creado. 

 

Francesco Petrarca | Wikipedia

 

Trionfi.com lleva años dedicandose a la investigación de los orígenes del Tarot, y cuenta que al comenzar a hacerse ilustraciones del texto de Petrarca, sobre 1440, surge un nuevo estilo artísitco conocido como Trionfi, que empezó como una representación alegórica de los seis capítulos del poema, montados sobre carruajes. Siguiendo esta línea, los artistas reemplazaban las alegorías de Petrarca para representar Dioses griegos, y finalmente incluyeron peronas normales. Con el tiempo, la cuadriga perdió importancia y lo artistas aprendieron a representar el triunfo en otros estilos.

Paralelamente, el arte de ‘el carruaje del triunfo’ cobró mucha importancia en los siglos XV y XVI, especialmente por el Renacimiento. A raíz de estos movimentos artísticos y sociales tan importantes se empezó a trasladar el arte ‘Trionfi’ en las barajas de juegos de cartas. Como medida práctica por el poco espacio que hay en una carta, los dibujos pasaron a ser de personas o símbolos individuales en cada carta. Estas barajas se comenzaron a llamar Trionfi al rededor del 1440. Aunque se cree que el duque de Milán Filippo Visconti había mandado hacer una baraja con una simbología parecida, con el tema principal de la virgen Dafne y el Dios Apollo, entre 1417 y 1424.

 

Ilustraciones de Trionfi | Wikipedia

 

A pesar de que las primeras menciones de las ilustraciones y los juegos de cartas se conocen de la primera mitad del siglo XV, Petrarca había fallecido en el año 1374, y por lo tanto el origen de su legado se señala desde el siglo XIV.

Los juegos de cartas con esta simbología se empezaron a llamar Tarocchi o Tarot; aunque algunos historiadores, según la página de Wikipedia de Tarocchi, creen que ese nombre es fruto de una confusión de los escritores posteriores a la época, que lo confundieron con Tarocco, un conjunto de tarjetas fotográficas que se utilizaban como herramientas educativas para los niños de la clase alta. De todas formas, la palabra Tarocchi está directamente relacionada con el Tarot.

La teoría de Petrarca es posiblemente la más realista, pero aún así todavía existe disputa sobre los detalles. En cualquier caso, simpre ha habido personas que decían conocer la verdad. Antoine Court de Gébelin fue un escritor y adivinador francés que aseguraba que, en cuanto vio la baraja del juego de moda en los salones parisinos en 1780, adivinó que se trataban de las páginas perdidas del antiguo libro egipcio del Dios Thot. Nunca han exisitido pruebas para respaldar esta teoría, pero se mantuvo en pie durante 200 años. 

Las teorías son múltiples, algunos otros relatos cuentan que surgió en el Antiguo Egipto en el templo de Ptah en Menfis. Esta teoría tiene un carácter más mitológico y legendario que histórico. Otros mencionan la influencia de la Torá y la Cábala como posibles fuentes, por ser las tradiciones esotéricas y místicas del judaísmo. Otras personas señalan el origen del Tarot en las cartas Mamluk, el primer mazo de cartas conocido en Occidente de origen islámico y organizado en cuatro palos. Otros muchos aseguran que el Tarot nació en Marsella, después de que unas excavaciones del pasado siglo en Milán revelaran una baraja de estilo marselleés del siglo XV. 

 

La baraja

La baraja del Tarot está compuesta por 78 cartas, divididas entre los arcanos mayores y los menores. Los arcanos mayores cuentan con 22 triunfos, es decir, 22 cartas numeradas del 1 al 21 (El Loco no tiene número), y cada una está representada por una alegoría y una palabra que les define.  Esta división de cartas representan conceptos e ideas absstractas. Hay muchas tiradas de cartas que solo incluyen a estos arcanos para obtener una respuesta más rapida y efectiva.

El Mago (I) que representa los orígenes, La Emperatriz (III) vista como la carta de la belleza, La Torre (XVI) que significa la contemplación desde lo alto, El Juicio (XX) simbolizado como la necesidad de reflexionar sobre el pasado para poder avanzar o Los Enamorados (VI) simboliza las relaciones, el amor y las decisiones. El resto de cartas son: La Suma Sacerdotisa (II), El Emperador (IV), El Hierofante o Sumo Sacerdote (V), El Carro (VII), La Fuerza (VIII), El Ermitaño (IX), La Rueda de la Fortuna (X), La Justicia (XI), El Colgado (XII), La Muerte (XIII), La Templanza (XIV), El Diablo (XV), La Estrella (XVII), La Luna (XVIII), El Sol (XIX) y El Mundo (XXI).

Algunas de las cartas en los arcanos mayores | Wikipedia

Los arcanos menores cuentan con 56 cartas divididas en cuatro palos: pentáculos u oros, copas, espadas y bastos; con 14 cartas por palo que incluyen la sota, el caballo, la reina y el rey. Cabe destacar que la baraja española, así como la francesa y la inglesa tienen su origen en la del Tarot. 

Todos los arcanos menores | Wikipedia

 

Su milenaria historia 

Presuponiendo un origen Europeo en la Edad Media, explicamos paso a paso como se ha desarrollado a lo largo de los siglos esta práctica, que comienza siendo las ilustraciones de un poema en el siglo XV, hasta ser una herramienta para la clarividencia y las artes adivinatorias desde el XVII hasta hoy. 

El primer mazo conocido es el de Tarot de Visconti-Sforza, que pertenece a la familia del mencionado anteriormente, Filippo Visconti. En esta baraja ya se encuentran figuras típicas como La Emperatriz o El Mago.

Tarot de Visconti-Sforza | Wikipedia

A finales del siglo XV la baraja del nuevo juego del Tarot ya contenía las 78 cartas que contiene hoy día, y se clasificaba de la misma manera que lo hace ahora. Según el periódico La Nación, en este momento empezó a tener un uso adivinatorio: “Aparentemente era común en las reuniones sociales pedirles a las doncellas y los caballeros que sacaran al azar alguno de los 22 triunfos y a continuación, describir su personalidad o destino en función de la figura elegida”. 

Durante el siglo XVIII en Francia empiezan a popularizarse las sectas ocultistas, y la Masonería adopta un papel protagonista en las vidas de los intelectuales. El Tarot estuvo muy presente en estos ambientes pues su lenguaje fascinaba a los espectadores, y cada situación daba lugar a nuevas interpretaciones, transformando las cartas en un instrumento profundamente simbólico y místico. A medida que el interés por lo oculto crecía, el Tarot comenzó a ser visto no solo como una herramienta para la adivinación, sino como un medio para explorar el inconsciente y conectar con dimensiones espirituales superiores. En este momento se producen varios mazos esotéricos. Entre ellos el Waite-Smith Rider, el más reproducido y vendido de la historia.

Mazo Rider-Waite. El más famoso de la historia | Pinterest   

 

El otro mazo esotérico que comparte importancia con este es el Tarot de Marsella, que es exactamente igual excepto por las ilustraciones. A principios del siglo XX unas excavaciones realizadas en un pozo del Castillo Sforza en Milán revalaron una baraja de diseño marsellés datada del siglo XV. Este descubrimiento reforzó la idea del origen del Tarot en Marsella, y su diseño como el más emblemático e importante.

Arcano mayores de la baraja de Tarot de Marsella | Pinterest

Arcanos menores de la baraja del Tarot de Marsella | Wikipedia

 

 

 

 

 

 

 

 

As de copas | Trusted TaroT

El Juicio, Rider | Wikipedia

Alejandro Jodorowsky, el tarólogo más reconocido a nivel internacional, sostiene que las cartas del Tarot contienen símbolos de la religión cristiana, como la carta del Juicio Final; referencias a la Cábala judía, como los diez botones de la pechera de El Colgado que se asemejan a los 10 sefirot del Árbol de la Vida; y de la musulmana, con el 9 como número sagrado en la carta del As de copas. Según él y Philippe Camoin, descendiente de uno de los más antiguos impresores de Tarot de Marsella: “Los sabios de cada religión preservaron los secretos sagrados de la humanidad en los populares naipes, antes de que las guerras y los enfrentamientos acabasen con el conocimiento ancestral”.

 

 

Figuras destacadas como Antoine Court de Gébelin y Eliphas Lévi desempeñaron un papel fundamental en la reinvención del Tarot en los siglos XVIII y XIX. Court de Gébelin, un erudito francés, fue uno de los primeros en asociar las cartas del tarot con la antigua sabiduría de la Cábala y las tradiciones egipcias, proponiendo que el Tarot contenía secretos ocultos de origen ancestral. Por su parte, Eliphas Lévi, un influyente ocultista y escritor, en su ‘Dogma y ritual de la alta magia’, de 1854, vinculó el Tarot con el hermetismo, la alquimia y otras corrientes esotéricas, otorgándole un carácter más filosófico y espiritual. Gracias a estas figuras, el Tarot comenzó a ser reconocido como una herramienta que no solo ofrecía respuestas sobre el futuro, sino que también servía como un vehículo para la autocomprensión y el conocimiento interior.

Eliphas Lévi | Wikipedia

Antoine Court de Gebelin | Wikipedia

 

 

 

 

 

 

En los años 60 la cultura hippie volvió a poner sobre el foco estas cartas; así se han vuelto a crear nuevas barajas, como Salvador Dalí, que en los 70 pintó su propio mazo, o el argentino Xul Solar, en los 50.

En el siglo XXI el Tarot ha pasado a ser una práctica, que con el mismo misticismo, se realiza a través de la televisión, la radio, y ahora, las redes sociales. En los últimos años cientos de personajes se han hecho famosos en España asegurando tener capacidades videntes como: Sandro Rey, Aramis Fuster, Esperanza Gracia, o Cristina Blanco.  Otros como @victortarot han llevado sus habilidades a las redes sociales, granjeandose cientos de miles de seguidores que le escuchan fielmente.

No cuestionamos si sus habilidades son verdaderas o si sus adivinaciones son acertadas, pero parece recalcable la sed incansable del ser humano de buscarle un camino a su destino y un significado a la vida, a través de una práctica que tiene miles de años de historia y que sigue siendo hoy igual de relevante.

Cuadro que demuestra el interés hacia el Tarot en la historia | La Nación

Además en los últimos años se ha desarrollado lo que se conoce como el Tarot terapeútico, una forma de leer las cartas enfocada en el despertar espiritual. Se centra en el crecimiento personal, en el estado de conciencia, en la superación de situaciones dolorosas y otros aspectos. Los que desarrollan esta forma de tarot buscan conectar con la persona a nivel emocional y espiritual para guiarte con cada tirada de cartas. El vidente da detalles sobre quien eres al mismo tiempo que aporta patrones y soluciones a estados negativos que puedan perjudicarte en tu vida diaria.

‘La Torre Invertida’ en La Casa Encendida

En relación con el Tarot y su gran relevancia artística, el pasado 10 de octubre se inauguró la exposición llamada “La Torre Invertida” que indaga en las conexiones entre el Tarot y el arte desde los años 60 del siglo pasado hasta el presente. La Casa Encendida, en Embajadores, Madrid, es el lugar en el que se encuentra la exposición de arte.

Comisariada por Pilar Soler Montes, cuenta con obras de Frédéric Bruly Bouabré, Johanna Dumet, Dorothy Iannone, King Khan y Michael Eaton, Raúl de Nieves, Plastique Fantastique, Betye Saar, Niki de Saint Phalle, Suzanne Treister, Aldo Urbano, Agnès Varda y Andy Warhol.

 

 

La comisaria de la exposición afirma que el Tarot ha ido evolucionando y transformándose a lo largo del tiempo, cambiando su iconografía y su flexibilidad por medio de visiones subjetivas e ideas utópicas. “ Existe en el Tarot un recurso que ha interesado mucho a los artistas porque su naturaleza corresponde a una forma compleja, que contiene en su esencia un lenguaje hermético en cuya interpretación se ocultan asociaciones de imágenes símbolo organizadas por medio del azar, convirtiendo al tarot en un libro peculiar que se lee de la imagen a la palabra”, comenta Pilar Soler Montes.

Las cartas de ‘El Sol’ y ‘La Luna’ de la artista Niki de Saint Phalle | Julen Suescun

La Casa Encendida ofrece visitas guiadas los sábados y domingos entre las 12:00 y las 14:00 horas y únicamente los sábados entre las 17:00 y 20:00 horas. Las visitas pueden ser para grupos y son gratuitas, además no es necesario cita previa, ya que basta con acudir en el horario indicado.

La exposición ofrece descubrir ese origen incierto y ese carácter impredecible a través del mundo artístico. Desde las historias y combinaciones posibles, hasta los personajes que componen las cartas de la baraja, son convertidos en las principales fuentes d einspiración para las obras.  Un ejemplo de esto es el trabajo de Raúl de Nieves, quien transforma estas figuras en esculturas que fusionan múltiples influencias, como la artesanía tradicional mexicana, el drag, lo queer y el punk.

Estatua del artista Raúl de Nieves | Julen Suescun

Por otro lado, la instalación House of Fortune de Betye Saar explora el aspecto más místico del tarot. A través de una mesa de cartomancia y dibujos con referencias al vudú, invita a trascender las creencias occidentales y descubrir nuevos caminos espirituales y culturales.

En la exposición, se proyectaba la película The Velvet Underground Tarot Cards de Andy Warhol. En ella, una tarotista lee las cartas a los integrante de la icónica banda durante una fiesta. 

La carta de ‘El Mundo’ de la artista Niki de Saint Phalle | Julen Suescun

Otra de las artistas, Suzanne Treister, hacía una mirada hacia el futuro y reimaginaba el tarot como un puente entre la distopía y la contracultura. Finalmente, la exposición permite explorar bocetos y piezas preparatorias de El Jardín del Tarot de Niki de Saint Phalle. Este jardín está inspirado en el icónico y famoso Tarot de Marsella.

 

El Tarot es la sempiterna costumbre del ser humano de buscar un signficado de la vida, de indagar en los conceptos más abstractos del subconsciente, y de siempre, siempre, haciéndolo de la mano de la más emblemática y bella expresión artística.

One Comment

  1. Un artículo extremadamente interesante, me han dado ganas de ir a ver la exposición!

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