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Verdad en Tiempos de Guerra: Cobertura Informativa en el Conflicto de Ucrania

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Edit de la guerra de Ucrania con Putin y Zelensky. Fuente: descifrandolaguerra.es

  • Los bulos y la desinformación son característicos del Kremlin para crear confusión y despistar a los medios de comunicación

  • Los periodistas en los conflictos bélicos deben ser objetivos y contar las cosas tal y como están sucediendo sin caer en manipulaciones o noticias falsas

La guerra en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de 2022 con la intervención militar de Rusia, es la culminación de un conflicto latente desde 2014. Ese año, Rusia anexó la península de Crimea, en un movimiento que intensificó las tensiones entre ambos países. y marcó el inicio de hostilidades en las regiones del este de Ucrania, como Donetsk y Lugansk. Ocho años después, esas tensiones escalaron en una invasión a gran escala, convirtiéndose en un conflicto que ha redefinido el panorama geopolítico mundial.

Este enfrentamiento ha estado marcaAll Postsdo por intensos combates en el este y sur de Ucrania, junto con devastadores ataques a zonas civiles. Además, se han introducido nuevas tecnologías bélicas, como drones y armamento avanzado, que han transformado la dinámica de los conflictos armados modernos. Con un saldo de decenas de miles de muertos y millones de desplazados, la guerra ha dejado una huella humanitaria profunda y ha puesto a prueba la resistencia de Ucrania, liderada por su presidente, Volodímir Zelenski.

 

Relevancia global del conflicto

Más allá de los límites de Ucrania, el impacto de esta guerra se extiende por todo el mundo. La respuesta internacional ha estado marcada por el apoyo militar y financiero de Occidente a Ucrania, particularmente de la OTAN y Estados Unidos, así como por una serie de sanciones económicas dirigidas a Rusia. Estas han contribuido a una crisis energética y alimentaria global, que afecta tanto a países desarrollados como a países en medidas de desarrollo.

Además, el conflicto ha reconfigurado las alianzas geopolíticas, profundizando la división entre bloques de poder. Por un lado, los países occidentales han reforzado su unidad frente a Rusia; por otro, potencias como China han adoptado posturas ambivalentes, mientras que otras naciones buscan mantener su neutralidad para salvar sus intereses económicos y estratégicos.

“La realidad muestra que países neutrales como Finlandia y Suecia han solicitado su ingreso en la OTAN, lo cual evidencia que buscan seguridad frente a la agresión rusa.” Andreu Castellet.

Importancia de la cobertura mediática

En este contexto, el papel de los medios de comunicación resulta crucial para dar sentido a un conflicto tan complejo. La guerra en Ucrania no solo se libra en el campo de batalla, sino también en el terreno de la información, donde las narrativas opuestas buscan ganar legitimidad y apoyo. En este reportaje, se analizará cómo los medios han cubierto la guerra, cómo han influido en la opinión pública y qué desafíos éticos y profesionales enfrentan los periodistas al informar sobre una crisis de esta magnitud.

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Profesor Sergio Príncipe Hermoso. Fuente: ucm.es

“Creo que la cobertura de los medios ha sido voluntariosa, con perspectivas de diferentes medios. El riesgo es que, si la situación se complica más, el compromiso de tener personas destacadas en ambos lados podría estar comprometido.” Sergio Principe Hermoso

 

 

Uniformidad en la Narrativa de los Medios

A diferencia de otros conflictos recientes, como el de Israel-Hamas, donde la cobertura mediática refleja profundas divisiones y polarización, la guerra en Ucrania ha mostrado una notable alineación de los medios de comunicación en España y Europa. En general, la narrativa predominante se centra en el apoyo a Ucrania, la defensa de los valores occidentales representados por la OTAN y la Unión Europea, y la condena a Rusia, identificando al presidente Vladímir Putin como el principal responsable de la agresión.

En este conflicto, no se observan diferencias significativas entre medios de derecha e izquierda. Aunque al principio de la guerra algunos medios más conservadores parecían adoptar un tono más reservado, con el tiempo han reforzado una postura inequívocamente pro-Ucrania. Esta unanimidad mediática ha contribuido a una percepción homogénea de la guerra entre las audiencias europeas.

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Profesor: Andreu Castellet Homet.  Fuente:UCM.ES

Cambios en las Posturas Mediáticas

Conforme el conflicto se prolonga, han surgido opiniones divididas dentro de los mismos sectores mediáticos sobre cómo debe resolverse la guerra.

  • Medios de izquierda: Han comenzado a abogar por un diálogo que conduzca a una paz negociada, con un mensaje claro hacia Rusia de que sus acciones no son aceptables.
  • Medios de derecha: Algunos, especialmente los más conservadores, apoyan el fin del conflicto mediante la reducción del apoyo militar y financiero a Ucrania, una postura impulsada por figuras como el expresidente estadounidense Donald Trump.

Estas diferencias en los enfoques no afectan la visión inicial de apoyo a Ucrania, pero reflejan un cambio hacia un mayor pragmatismo en relación con el costo humano y económico del conflicto.

 

Opinión Pública y Cobertura Mediática

El tratamiento mediático influye de manera notable en la percepción pública de la guerra, aunque esta no ha experimentado cambios drásticos desde su inicio. En países como Suecia, Dinamarca y el Reino Unido, donde el apoyo a Ucrania hasta la victoria sigue siendo mayoritario, la narrativa mediática ha reforzado la posición de resistencia frente a Rusia. En contraste, en países de Europa continental como Alemania, Francia, Italia y España, la opinión pública está más dividida:

  • Italia destaca como el país con mayor inclinación hacia una paz negociada, incluso si ello implica concesiones territoriales a Rusia.
  • España refleja una postura intermedia. Aunque una mayoría del 35% apoya continuar el envío de armas combinado con negociaciones, un 31% defiende mantener el apoyo militar hasta la recuperación total de los territorios, y un 20% prefiere detener completamente la ayuda militar.

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    Varios soldados ucranianos en Slovyansk. CARLOS GARCÉS

 

Segmentación Ideológica en España

En el caso español, el tratamiento mediático también se alinea con las inclinaciones políticas de los votantes:

  • Los votantes de Unidas Podemos son los más inclinados a detener el envío de armas (44,5%).
  • Los votantes del PP se muestran firmes en apoyar a Ucrania hasta la derrota de Rusia (46,1%).
  • Los votantes del PSOE prefieren un equilibrio entre continuar con el apoyo militar y buscar una paz negociada que implique concesiones territoriales (44,3%).

Repercusiones de la Narrativa Mediática

La narrativa homogénea de los medios en Europa y su enfoque en los costos humanos y estratégicos de la guerra han mantenido un nivel significativo de apoyo público hacia Ucrania. Sin embargo, la aparición de posturas más diversas en relación con el fin del conflicto refleja un cansancio entre las audiencias y una mayor preocupación por las consecuencias económicas y políticas del enfrentamiento prolongado.

Este análisis pone de manifiesto cómo el tratamiento mediático de un conflicto no solo informa, sino que también configura y moldea las opiniones públicas y los debates políticos en las democracias occidentales.

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Corresponsal de guerra en Ucrania. Fuente: cuadernosdeperiodistas.com

Una cobertura que se fue reduciendo

En las primeras etapas de la guerra en Ucrania, la cobertura mediática fue extensa y exhaustiva, destacando por su carácter visual e inmediato. Videos, imágenes y declaraciones en tiempo real, facilitados por redes sociales y dispositivos móviles, convirtieron a este conflicto en uno de los primeros en ser ampliamente documentado con ayuda de nuevas tecnologías. Esto permitió a las audiencias acceder a información impactante y diversa, lo que marcó un hito en la forma en que los medios cubren las guerras en el siglo XXI.

Sin embargo, con el paso del tiempo, esta intensidad informativa comenzó a disminuir. La audiencia de muchos países empezó a desconectarse, atraída por otros eventos como escándalos locales, elecciones o desastres naturales. A ello se sumó el cambio hacia fases del conflicto menos visuales y menos dinámicas, lo que hizo que la guerra perdiera parte de su capacidad para cautivar al público. La atención mediática se redujo aún más con el estallido del conflicto entre Israel y Hamás, que desvió el foco hacia otro escenario bélico.

Este agotamiento informativo refleja un fenómeno habitual en la cobertura de conflictos prolongados: con el tiempo, la guerra pierde relevancia en la agenda mediática, siendo sustituida por noticias de interés nacional o temas que conectan más directamente con las preocupaciones del público, como el coste de vida. Además, esta estrategia parece haber sido aprovechada por Rusia, que habría buscado desgastar la atención de las audiencias occidentales, con la esperanza de que la presión económica conduzca a concesiones por parte de Ucrania.

A pesar de este declive en la cobertura, la escalada de la guerra podría reavivar el interés mediático. En este contexto, se espera que los medios encuentren formas creativas e innovadoras para mantener al público informado, especialmente en caso de nuevos desarrollos significativos.

“Estas posturas intentan hacer creer a la opinión pública que es viable una solución diplomática al conflicto, independiente del apoyo a Ucrania. A mi juicio, esto es una forma equivocada, ya que creen que con diálogo bastaría para que Rusia deje de hacer daño a Ucrania, lo cual parece una aproximación infantil.” Andreu Castellet

Las redes sociales: una fuente doble filo

Las redes sociales, especialmente plataformas como “X” (anteriormente Twitter), han jugado un papel central en la difusión de información sobre la guerra en Ucrania. Por un lado, estas plataformas facilitan el acceso a contenido audiovisual atractivo y de gran impacto, convirtiéndose en una herramienta valiosa para mantener informada a la ciudadanía en tiempo real. Sin embargo, también presentan un desafío significativo: la proliferación de bulos y contenido manipulado.

El auge de los bulos y la desinformación

La rapidez y el alcance de las redes sociales han multiplicado la cantidad de desinformación en circulación. Durante el conflicto, se han viralizado imágenes y videos que, al ser sacados de contexto o manipulados, contribuyen a tergiversar la realidad. Un ejemplo claro es el de una joven que apareció en fotos supuestamente armada en Ucrania, pero que en realidad era una influencer rusa en una sesión fotográfica sin relación con la guerra.

Otra táctica recurrente ha sido la manipulación de videos de líderes políticos, como la inclusión de subtítulos falsos en declaraciones de Joe Biden para cambiar su mensaje original. Estos contenidos suelen ser creados con fines económicos (atraer reproducciones o compartidos) o para influir en la opinión pública, generando confusión y dañando la credibilidad de la información legítima. Como señala el profesor Príncipe Hermoso, experto en esta materia: “Los bulos son baratos y rentables”.

La facilidad para compartir sin verificar

Una de las mayores problemáticas radica en que muchos usuarios no contrastan la información antes de compartirla. La ausencia de mecanismos de control efectivo en las redes sociales permite que los bulos se difunden con rapidez, lo que puede alterar significativamente la percepción pública de los acontecimientos. Esto subraya el impacto perjudicial de la desinformación en un contexto tan delicado como un conflicto armado.

“Nuestra obligación es comportarnos como ciudadanos responsables, consumiendo información de medios de la máxima solvencia, con fuentes transparentes y estructura de propiedad reconocible.” Sergio Principe Hermoso.

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Bulo de Twitter. Fuente: EFE

 

Medidas para combatir la desinformación

Aunque los bulos son difíciles de erradicar, existen estrategias prácticas para identificarlos y prevenir su difusión:

  • Verificar la fuente: Confirmar que la información provenga de un medio confiable o de un periodista reconocido.
  • Analizar el contenido completo: No quedarse únicamente con titulares sensacionalistas o imágenes impactantes.
  • Evaluar la plausibilidad: Aplicar el sentido común y buscar inconsistencias como URL sospechosas, errores ortográficos o afirmaciones exageradas.

Reflexión sobre la responsabilidad de las redes y los usuarios

En un escenario donde la información circula a una velocidad sin precedentes, las redes sociales tienen una responsabilidad cada vez mayor para frenar la desinformación, implementando controles más estrictos y promoviendo herramientas de verificación. Del mismo modo, los usuarios deben adoptar una postura crítica y proactiva para combatir el impacto de los bulos, entendiendo que la forma en que se informan no solo afecta sus opiniones personales, sino también la narrativa global de conflictos como el de Ucrania.

El uso de las redes sociales para informar es un arma de doble filo: su potencial para democratizar la información es inmenso, pero su falta de regulación frente a los bulos pone en riesgo la calidad de la información que consumimos.

El rol del corresponsal de guerra y sus desafíos éticos

La cobertura periodística en contextos bélicos, como la guerra en Ucrania, pone a prueba los principios éticos del oficio. Los corresponsales de guerra enfrentan un entorno cargado de peligros físicos, presión propagandística y censura, lo que los obliga a tomar decisiones difíciles mientras intentan cumplir con su deber de informar de manera objetiva y veraz.

Según la definición de la RAE, la guerra es una ruptura de la paz entre naciones o facciones, y los periodistas desempeñan un papel crucial al reportar estas desavenencias para mantener informada a la sociedad. Sin embargo, este rol va más allá de simplemente narrar los hechos; implica un compromiso ético con la verdad, la imparcialidad y la dignidad humana.

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Imagen del informativo especial de Ana Blanco en TVE. Fuente: RTVE

El desafío de la veracidad en un entorno de propaganda

En conflictos como el de Ucrania, tanto Rusia como Ucrania implementan estrategias de manipulación informativa diseñadas para influir en la percepción pública. Esto genera un reto constante para los periodistas: verificar rigurosamente las fuentes y discernir entre propaganda y hechos verificables. Este esfuerzo es esencial para evitar la simplificación excesiva de las narrativas y proteger a las audiencias de desinformación o sesgos.

Adicionalmente, las restricciones militares impuestas en zonas de guerra pueden limitar qué información se puede publicar, planteando dilemas éticos entre la necesidad de transparencia y la protección de vidas humanas.

“Lo primero que hace falta para tener una cobertura honesta de un conflicto es querer ser honesto, querer ser honrado, tener una capacidad de escuchar a las dos partes. Luego, el resto depende de los medios disponibles: información de agencias, corresponsales en el terreno, y fuentes fiables.” Sergio Principe Hermoso

La imparcialidad y los sesgos contextuales

La imparcialidad, un pilar fundamental del periodismo, enfrenta serias tensiones en un contexto de guerra. Los periodistas locales, que pueden estar profundamente afectados por el sufrimiento de sus comunidades, podrían tener dificultades para separar sus emociones de su trabajo. Por otro lado, los corresponsales extranjeros a menudo dependen del acceso proporcionado por actores específicos del conflicto, lo que puede influir en su percepción y en la manera en que presentan los hechos.

En este sentido, el periodismo ético debe aspirar a ser “justo” y reflejar con fidelidad lo que ocurre, sin perder de vista las complejidades humanas y sociales que definen cada situación.

Enfoque en las historias humanas

Una dimensión crucial del periodismo ético en guerras es dar visibilidad a las historias humanas detrás de las estadísticas y los titulares. Resaltar las voces de las víctimas y documentar posibles crímenes de guerra no solo cumple una función informativa, sino que también contribuye a la rendición de cuentas y la memoria histórica.

Sin embargo, esta tarea requiere sensibilidad y cuidado. Es esencial priorizar la dignidad y seguridad de las personas involucradas, evitando la revictimización y el sensacionalismo al usar imágenes o testimonios sensibles. En este contexto, el periodismo no solo narra los hechos, sino que actúa como un testigo ético de los horrores de la guerra.

El compromiso con los valores del periodismo

En última instancia, el periodista en un conflicto armado debe equilibrar la objetividad con la humanidad. La cobertura ética no solo informa, sino que también sensibiliza y genera conciencia sobre las realidades del conflicto. Esto exige rigor, valentía y un enfoque constante en los principios de dignidad, veracidad e imparcialidad, aún en las circunstancias más adversas.

El periodismo en tiempos de guerra no es solo una tarea informativa, sino una labor profundamente ética, donde las decisiones del reportero pueden influir en la percepción global del conflicto y, en última instancia, en la búsqueda de soluciones.

Impacto de la Cobertura Mediática en la Opinión Pública y la Geopolítica

La cobertura mediática de la guerra en Ucrania ha tenido un impacto significativo tanto en la opinión pública como en las decisiones geopolíticas. Los medios no solo informan sobre los hechos, sino que moldean la percepción del conflicto, influenciando el apoyo o rechazo de las audiencias hacia las políticas adoptadas por sus gobiernos.

“En Rusia no se puede referir al conflicto como ‘guerra’ sin exponerse a sanciones penales. Esto limita su capacidad de ofrecer información fiable.” Andreu Castellet.

En el caso de Ucrania, la narrativa predominante en Europa y Occidente ha sido mayoritariamente favorable al país invadido, destacando los ataques rusos como agresiones injustificadas. Este enfoque ha consolidado el respaldo público al envío de ayuda militar y financiera, especialmente en países nórdicos y anglosajones. Sin embargo, en Europa continental, las opiniones están más divididas, lo que refleja un mayor deseo de soluciones negociadas y el cansancio ante un conflicto prolongado.

Además, la cobertura mediática condiciona las estrategias de los actores internacionales. La presión mediática sobre crímenes de guerra o crisis humanitarias ha llevado a sanciones económicas contra Rusia y a un aumento del apoyo militar a Ucrania. No obstante, también ha evidenciado cómo la narrativa mediática puede ser aprovechada como una herramienta de propaganda para influir en la percepción pública y los procesos políticos a nivel global.

En resumen, los medios son actores clave que no solo reflejan la realidad del conflicto, sino que también contribuyen a moldearla, afectando tanto a las decisiones políticas como al apoyo popular en un contexto de creciente complejidad geopolítica.

Los mapas de octubre de la guerra de Ucrania. Fuente: RTVE

 

Conclusión y reflexión

El futuro del periodismo en conflictos como la guerra en Ucrania dependerá de su capacidad para adaptarse a desafíos éticos, logísticos y tecnológicos cada vez más complejos. Una posible escalada del conflicto implicaría mayores riesgos para los periodistas, desde la seguridad personal hasta restricciones en el acceso a información imparcial.

Las tecnologías emergentes, como la inteligencia artificial, podrían ser herramientas clave para verificar datos en tiempo real y combatir la desinformación, aunque su mal uso también representa una amenaza. En este contexto, los periodistas deberán educar al público para discernir entre información fiable y manipulaciones.

A medida que el interés global por el conflicto fluctúa, los medios podrían enfrentar limitaciones financieras y depender más de fuentes locales, que trabajan en condiciones adversas. Por ello, el periodismo deberá apostar por una cobertura más matizada, que incluya aspectos históricos, culturales y sociales, conectando con audiencias que valoren análisis profundos.

En definitiva, el periodismo, aunque bajo presión, seguirá siendo esencial para documentar, informar y contextualizar conflictos, contribuyendo a la comprensión y resolución de los mismos.

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