La moda del siglo XXI, la tomas o te dejan
La moda es una estructura que delimita la inclusión o exclusión de los diversos sectores sociales. Se emplea para la construcción de la personalidad, los imaginarios y la adhesión a grupos sociales. Puede marcar diversos aspectos de la vida de los individuos como su estilo de vida, tendencias, el reflejo de su clase social etc. Cuando nos vestimos, preparamos nuestro cuerpo para el mundo social; por medio de las combinaciones que hacemos con nuestra ropa creamos unos valores y un discurso sobre nosotros mismos.
Los orígenes del vestir y la indumentaria tenían como principal fin proteger el cuerpo humano de la intemperie y como adornos para hacerse destacar, posteriormente por pudor. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos autores han postulado que se realizaba con fines sociales, ya fuesen actos y/o rituales.
La moda es un elemento fundamental y un punto de partida para la formación de la personalidad propia de los individuos, resaltando sobretodo la indumentaria y accesorios que se portaban para mostrar e identificar su estatus, clase o grupo social. Con el paso de los siglos el vestir ha tenido que saber adaptarse a los diferentes cánones que se han implantado de manera social y respetar siempre, desde un punto de vista más estético, aquellas condiciones que suponía pertenecer a cada clase. Por lo que un plebeyo no podía utilizar prendas ni materiales que usasen la nobleza y viceversa.
La moda instaura una dinámica entre los siglos XVIII y XIX convirtiéndose en una fuerza social impenetrable para aquellos que no pertenecieran a una clase superior. Al igual que pasó con los medios, la burguesía se adueñó de este sector marcando a su antojo las modas y los estilos, para combatir y sobrevivir frente a la aristocracia. Entre el siglo XX y la actualidad, existe una diferenciación entre las marcas, algunas asociadas a ideologías políticas o sectores sociales que, de manera casi indirecta, produce el rechazo de aquellos que no compartan las mismas creencias o no pertenezcan a sus círculos. Se tiende a relacionar a la moda con los sectores más altos de la sociedad, lo cual genera una relación tanto de reciprocidad como de conveniencia dando lugar al fenómeno social “Estar a la moda”
La vestimenta, entonces, no se basa en motivos ajenos y paradójicos, sino que compone la construcción de la identidad del individuo y lo refleja tanto al grupo al que pertenece como al resto de la sociedad.
“No vivimos según la razón, sino según la imitación.” Con esta frase Séneca, escritor y filosofo romano, afirmaba que la sociedad tiende a seguir unos patrones de conducta que se ven reflejados en diferentes partes de su vida, como en la vestimenta.
Los individuos reflejan su personalidad y hábitos cotidianos con el estilo que llevan dando a conocer aspectos de su vida que se distinguen dentro de la sociedad. Con ellos cada sujeto puede expresar un carácter único y exclusivo que puede llegar a ser compartido por otros formándose, de ese modo, una diversidad de grupos.
Dentro de una población se pueden englobar tres maneras de vestirse de acuerdo a los últimos cambios en los cánones; en primer lugar, encontramos el estilo más clásico en el que tan solo un 20% de su vestimenta se sale de lo convencional. En segundo lugar, un estilo más contemporáneo en el que se produce una paridad entre la innovación y lo tradicional. Y por último, un estilo vanguardista en el que más del 80% de la vestimenta de un sujeto pertenece a las nuevas tendencias y modas.
Personalidades y moda
Tras el pertinente estudio y recogida de información, a través de encuestas a diferentes perfiles, se pueden apreciar un amplio abanico de apariencias dependiendo de los comportamientos que lleven en su día a día.
Sensible: Las personas que poseen esta personalidad tienden a proyectar una imagen bondadosa y delicada, muestran rasgos románticos que facilitan las relaciones con los demás sujetos de la sociedad debido a su carácter empático y simpático. Por lo general, usan prendas de colores tenues, con materiales sutiles y frágiles y con detalles de confección muy delicados y suaves.
Conservador: Suelen mostrar una imagen más tradicional de lo habitual, cada detalle esta cuidado al milímetro, desde sus movimientos hasta los complementos que lleven. La ventaja de este tipo de carácter es que generan una gran credibilidad y consideración. Suelen ser maduros, sensatos y coherentes. Comúnmente, portan prendas clásicas y básicas que no llaman la atención ni pasan de moda, evitan las ostentaciones y los detalles exagerados y prefieren los colores neutros.
Sencillo: por lo general, los individuos que poseen este carácter, muestran una imagen enérgica y leal que genera confianza, suelen tener una mente abierta en todos los aspectos de sociales. Tienen un estilo alegre y simpático. En su vestimenta buscan la comodidad, usando prendas gráciles y frescas, emplean colores vivos y accesorios extravagantes. Suelen mostrar rasgos propios de la naturaleza como estampados o bordados.
Distinguido: Estos individuos manifiestan una imagen refinada y segura de sí mismos. Provocan admiración confianza y deseos de ser imitados. Su estilo es formal y de calidad reflejando un alto nivel social, otorgando sensación de prestigio. Suelen vestir con prendas elegantes y de calidad, de corte clásico moderno de construcción limpia y de colores sobrios para evitar destacar.
Sensual: Este tipo de personalidad, por lo general, requiere no solo de una presencia física sino, también, una actitud atrevida y sugerente. Son personas extremadamente llamativas para el resto, muestran confianza desmesurada y un exhaustivo cuidado del cuerpo. Usan prendas atrevidas y sugerentes con las que se pueda apreciar una silueta marcada o con detalles trasparentes. Tienden a utilizar colores llamativos y que destaquen y telas ajustables como la licra.
Atrevido o despreocupado: se caracterizan por llevar prendas atrevidas, llamativas y dramáticas, usan peinados y maquillajes exagerados y originales. Este estilo determina su personalidad que suele ser energética y valiente. Su imagen es dominante y agresiva tratando de destacar y llamar la atención. Su vestuario suele ser modernos, psicodélicos y exuberante, con colores vivos que no todo el mundo se atrevería a llevar.
Original: Siempre innovadores y creativos, proyectan una imagen alegre y divertida, se muestran como espíritus libres, despreocupados y rompen las normas a su antojo, imponiendo su propio estilo. Se distinguen por su creatividad y poca convencionalidad a la hora de vestirse. Eligen prendas poco usuales, mezclan estilos, colores y texturas mostrando una imagen alocada y despreocupada.
Extravagante: Muestran un gusto especialmente llamativo en cualquier aspecto del vestir o del maquillaje. Son exagerados a la hora de gesticular y hablar, por lo que se muestran como personas seguras de sí mismas y con mucho carácter. Muestran una actitud excéntrica en todos los aspectos de su indumentaria, una imagen extraña, desinhibida y fuera de lo común. Usan colores fuertes y llamativos, prendas que puedan mostrar algo de piel con estilo desalineado y dispar al común. A veces tienden a confeccionarse sus propias prendas con el fin de llamar la atención más aún.
Cosmopolita: Estas personas suelen llevar un estilo de vida urbano, siempre listos para cualquier ocasión. Una personalidad fresca y moderna sin desterrar la comodidad. Una imagen relajada y sencilla que suele ser aclamada por los demás. No suelen seguir las modas ni a los grandes diseñadores, su estilo emerge de la calle combinando estilos y superposición de tejidos y con complementos adecuados.
Recatado: Suelen mostrar un culto al cuerpo casi perfecto, aunque para ello se deban usar productos cosméticos, presentan una alta autoestima y emplean la imagen para conseguir todos o que se proponen. Tienden a ser personas sensatas, complicadas y complejas, un estereotipo a imitar. Son personas atractivas a pesar de que a veces muestran cierta artificialidad. En la elección de sus prendas tienen en cuenta la moda del momento. Se enfocan sobre todo en el uso de prendas de calidad y con un toque más moderno. El peinado y el maquillaje suelen llevarlos muy elaborados, tomando en cuenta la moda del momento.
Exclusión social producida por la moda y la presión de los grupos
La exclusión es el rechazo de una persona que queda fuera del lugar que ocupaba, por lo que la exclusión social es aquella que se hace cuando un grupo expulsa a un individuo de su entorno o circulo. Esto se puede deber a diferentes factores pero, sin duda, uno de los más influyentes es el sector textil. No solo se puede dar en grupos sino que, además, se tiende a renegar de aquellas personas que no se comportan ni visten de manera semejante a la propia.
Otros sitios en los que puede llevar a cabo este fenómeno social pueden ser el trabajo, debido a que no se ajustan a lo establecido; algunos centros de culto, establecimientos y/o discotecas por no respetar las normas impuestas sobre el vestir y normas de estética. Muchos piensan que la moda no es relevante en algunos aspectos, sin embargo la imagen que transmitimos crea una idea preconcebida sobre quiénes somos y que somos capaces de hacer. Por lo que las apariencias cuentan siempre y tienden a engañar.
Para entender mejor la moda/ vestimenta y su relación con la exclusión, el autor Bourdieu propone el término “Habitus” haciendo referencia a una estructura compuesta por grupos en el que cada uno de los sujetos tiene modos de vida, de vestirse, de interacción, sitios que frecuenta y haciendo participe al grupo de todo ello.
Diversos autores de diferentes áreas han estudiado y dado algunas pautas pertinentes sobre este fenómeno. Para Simmel, la moda es el resultado de la necesidad que tienen los individuos de imitar a otras clases con el fin de recibir el apoyo social y no su rechazo. Por su parte, Gabriel de Tarde postula que la moda es una forma de interrelación entre los seres, siendo esta una gran forma de imitación para evitar, de nuevo, el rechazo.
Para algunos autores la indumentaria hace referencia a un fenómenos social combativo, rasgos psicolcolectivos para satisfacer las necesidades del Yo y el Súper Yo y evitar la negación del Ello, con el único objetivo de considerarse superior y mejor de lo que se es.
Afirmando que la moda no es más que un factor social que fomenta la confrontación y división de clases con el deseo de la ostentación. Algunos diseñadores como David Delfín ayudan en esta causa con talleres solidarios y colabora con la Asociación Semilla para la Integración Social
En consecuencia a todo esto, se puede afirmar que la exclusión se puede dar en dos sentidos; en primer lugar, la dificultad de acceso y/o adquisición de prendas o complementos por parte de algunos sectores y en segundo lugar, en relación a la función del vestir y la posibilidad de una libre elección de aquello que gusta sin miedo a las represalias.