Generación perdida en busca de un futuro
Enrique López Rodríguez es un físico y doctor en astronomía, natural de Tenerife que se vio obligado a tener que salir del país en busca de un futuro acorde a su preparación. Como él, cada vez son más los jóvenes estudiantes que escogen este camino más por necesidad que por gusto. Hasta no hace mucho, la emigración se centraba mayoritariamente en la búsqueda de un trabajo con un rango de edades distinto al actual, a lo que hay que sumarle el que se demande una mayor cantidad de plazas para estudiar, no solo para trabajar. Se trata de un problema que afecta a los jóvenes más cualificados a nivel nacional lo que repercute negativamente a España.
Enrique, es Profesor Asistente de Investigación en la Universidad de Texas (San Antonio – EEUU) desde 2013. Además, en ese mismo año obtuvo el Doctorado en Astronomía en la Universidad de Florida. Antes de asentarse en Estados Unidos, recorrió mundo y cursó estudios en Utrecht (Holanda) y Tokio (Japón).El mundo de la física y la astronomía siempre le cautivó, pero entre sus planes no se encontraba el tener que dejar el país para poder ejercer aquello para lo que se preparó. Las oportunidades que se le brindaron al finalizar la carrera eran pobres y escasas, limitando sus funciones a ser docente.
Siempre destacó en los estudios, de origen humilde y con dificultades económicas, solo las subvenciones y becas del Estado le permitían continuar su proceso de formación. Mientras en España ni se valoraba los méritos académicos obtenidos ni tampoco el impulso y apoyo a la investigación, en el extranjero se peleaban por contar entre sus filas con alguien tan sumamente preparado. Tras mucho esfuerzo y empeño, consiguió ser partícipe de las prácticas que se ofrecían en el Instituto de Astrofísica de Canarias (La Palma), lo que se convertiría en su trampolín hacia el mundo laboral realmente de forma profesional. Durante el transcurso de las prácticas, asistió a numerosas conferencias de ponentes de todo el mundo, realizó investigaciones de relevancia para la institución y consiguió hacerse un nombre en el panorama del gremio.
Tras visitar varias ciudades por todo el mundo, decidió mudarse a Estados Unidos (donde le recibieron con los brazos abiertos) en un primer lugar a Florida donde logró el Doctorado en Astronomía. Más tarde viajó a Texas donde actualmente ejerce como Profesor Asistente de Investigación en la Universidad de Texas, donde pretende seguir trabajando durante mucho tiempo.
Sus logros académicos y laborales se los ha ganado a pulso, dejando familia, amigos atrás y aprendiendo idiomas improvisadamente y en muchas ocasiones teniendo que vivir en condiciones muy precarias hasta llegar donde se encuentra hoy en día. Ha tenido la oportunidad de regresar y trabajar gracias a alguna de las mejores ofertas de España, y ninguna llega ni a compararse con lo que le facilitan en Estados Unidos. Condiciones laborales excelentes, reconocimiento a sus investigaciones, facilidades para captar vuelos de vuelta en periodo de vacaciones son algunos de los elementos básicos a la hora de conservar un talento así.
Imágenes de: HISPANTV y EFE.
4 millones de empleos perdidos
El panorama en España es desolador, la situación no mejora y cada vez son más los jóvenes que tienen que salir y emprender una vida mejor en otro lugar. Desde el inicio de la crisis en 2009, el porcentaje de emigración juvenil ha ido in crescendo exponencialmente y de los, aproximadamente, 4 millones de empleos perdidos desde entonces, un 98,1% pertenecen a jóvenes entre 16 y 29 años, según la Encuesta de Población Activa (EPA). Marcharse al extranjero por voluntad propia es lo idóneo, el problema es que ahora mismo se ha convertido casi en una obligación. Todo esto está derivando en una serie de consecuencias nada halagüeñas para la economía española, así como provocando de forma directa un importante agravio en lo que respecta a la propia economía presente y futura de la juventud española.
El caso de Diego Fernández es parecido al de Enrique, es ingeniero aeronáutico y también se vio desde muy joven fuera de España. Diego se fue a Francia con 18 años, una Universidad de Castellón le ofreció entrar en un programa formativo y estudiar en varios países. No lo dudó y cursó su formación en París y Berlín. Durante su etapa de estudiante aprendió varios idiomas y se enriqueció de la convivencia con alumnos de toda Europa. Ahora, a punto de cumplir los 29 años, echa la vista atrás y no se arrepiente de nada.
Durante los últimos diez años ha logrado trabajar en lo que le apasiona. Su formación le ha permitido recorrer medio mundo y ha colaborado en proyectos en China, Alemania, Inglaterra y Estados Unidos entre otros destinos. No tiene pensado volver a España y mucho menos con el panorama actual. Recomienda salir de España y explorar nuevas experiencias. Ya sea por gusto o por circunstancias adversas, salir fuera es algo que Diego ve casi obligado. Conviene hacerlo, no de forma fija pero si durante algunos años.
En busca de un primer empleo
Estas situaciones no son hechos aislados, reflejan la situación de muchos jóvenes que desde el inicio de la crisis han tenido que abandonar sus hogares en busca de un futuro más prometedor. El 63% de la juventud española hasta 24 años, se encuentran buscando su primer empleo o son parados de larga duración y hace más de un año que dejaron su empleo, en el caso de que lo tuvieran.
Mario Ahijado, de 25 años, empezó sus estudios de música desde muy temprana edad y cuenta ya en su formación profesional con el grado superior de Conservatorio de Música, compaginándolo con un grado superior de piano y sus estudios de idiomas. Ha pasado por lugares como Portugal, Alemania y Londres, donde reside actualmente repartiendo su tiempo entre su máster y un trabajo a tiempo parcial. Conocedor de la gran competencia que hay en Londres, así como del alto nivel, no duda un instante en que lo que su futuro le depara pasa por quedarse en Londres ya que en España no tendría las mismas oportunidades.
También en Londres, cuna histórica de arte y metrópolis por excelencia, se encuentra Sonia Oliva, quien después de terminar sus estudios en educación infantil y a la vista de la gran competencia de esta rama y la imposibilidad de encontrar trabajo, decidió trasladarse a la capital inglesa con el objetivo de perfeccionar el idioma y poder encontrar un puesto de trabajo que cumpliese sus expectativas. Nunca es fácil salir de tu zona de confort e instalarte en un lugar nuevo, desconocido para ti, con cultura, idioma y ritmo de vida diferente, sin embargo, esto trata de renovarse o morir. “Hay días en que pienso, ¿Qué hago yo aquí pudiendo estar en mi país? Pero repetiría una y mil veces porque es una experiencia muy enriquecedora tanto a nivel profesional como a nivel personal”. Myriam Sánchez, graduada en asesoría de imagen y que está en la misma situación que Sonia, coincide en todo lo positivo que te aporta la experiencia de viajar al extranjero en estos términos de ámbito laboral y formación de estudios. Sin embargo, al igual que muchos otros jóvenes españoles emigrantes, su deseo es volver a casa cuanto antes y encontrar el trabajo para el que ella se ha preparado. Tal y como nos cuenta: “ha sido una experiencia dura y excitante a partes iguales, pero hay días que todo se hace muy cuesta arriba y lo único que deseas es volver con tu gente, ojalá se nos brindaran más oportunidades a los jóvenes en España”.
Una especie de destino fatal
Los recortes y otros procesos de agotamiento de las oportunidades de trabajos para estudiantes cualificados, hacen que las expectativas laborales de los jóvenes sean casi nulas. Ya desde el año 2011 algunos veían venir lo que estaba a punto de suceder; los medios se hicieron eco de las quejas y la preocupación por los recortes en investigación científica y universidad, que más tarde se materializarían en una previsible fuga de talentos. Los medios de comunicación comenzaron pues un bombardeo de noticias para acreditar la supuesta fuga. La idea global que se ha presentado en la esfera pública está fundamentada en un sentimiento de traición y de frustración por parte de los jóvenes, y ante ello la impotencia de la política, el descrédito nacional y la mala planificación de los fondos destinados a educación. La continua reproducción del problema en los medios, creó un icono representativo de la cuestión juvenil que predecía un destino fatal común para todos los jóvenes, donde la única solución que tienen es salir al extranjero en busca de un futuro laboral y formación más cualificada.
Es indignante ver cómo cada día más jóvenes tienen que irse fuera de España porque aquí no dan las oportunidades suficientes.
Un artículo muy bueno para que se conozca más sobre esta situación.
Nos encontramos en un momento más que delicado con respecto al futuro de muestro país en todos los aspectos. Artículos como este nos deberían hacer reflexionar sobre la problemática de nuestros jóvenes y su desarrollo laboral, al fin y al cabo ellos escribirán el verdadero futuro y por lo tanto deberíamos pensar en invertir más tanto en su formación como en su realización personal y laboral.Muy buen artículo para animarnos a hacerlo.