Ni caro, ni previsible: el otro cine en Madrid
“Iría mucho más al cine si no fuera tan caro”. ¿Quién no ha escuchado alguna vez esta afirmación –u otra parecida- de boca de algún amigo, conocido o familiar? Una situación que es aún más frecuente entre los jóvenes y que, además, han agravado algunas medidas adoptadas en los últimos años como la subida del IVA cultural al 21%. Es cierto que los precios de las entradas al cine han subido y, para muchos bolsillos, son prácticamente inasequibles a excepción de los llamados “días del espectador”.
Sin embargo, una metrópoli como Madrid ofrece alternativas a los circuitos clásicos de cine, en los que se proyectan los últimos estrenos, habitualmente procedentes de Hollywood. Esos “otros” cines, con precios más asequibles y una oferta cinematográfica que desafía a lo previsible, son paradójicamente poco conocidos –o, al menos, poco frecuentados- por el gran público. También por el universitario.
Poca popularidad entre los universitarios
Así, son habituales respuestas como la de Adrián, estudiante de Trabajo Social en la Universidad Complutense de Madrid (UCM): “No tengo mucha idea sobre estas alternativas. He oído hablar de algunas pero la verdad es que nunca he ido”, confiesa a Variación XXI.
No obstante, y como refleja este vídeo, otros jóvenes sí conocen estas alternativas. Es el caso de Irati, estudiante de Periodismo en la Complutense, quien afirma que sí sabe de algunos espacios “como la Casa Encendida, el Círculo de Bellas Artes, el Matadero o La Tabacalera”, en los que se celebran proyecciones. Irati revela, en cambio, que solo ha “querido” acudir en una ocasión al Matadero para ver un documental sobre Gabriel García Márquez, pero se quedó “sin entradas”. La situación de Claudia, futura graduada en Bellas Artes por la UCM, respecto a estos ciclos de cine alternativo es similar a la de Irati. Es decir, los conoce, pero no los frecuenta.
Quizá por su condición de estudiante de Comunicación Audiovisual –titulación universitaria muy vinculada al séptimo arte-, Raúl es la excepción que ha hallado Variación XXI. Este joven dice ser un asiduo a las sesiones de la Filmoteca Española, el llamado Cine Doré, y también a las salas del cine Renoir, en los que se proyectan cintas de estreno pero principalmente de tipo documental y autoría europea. “Me llama más lo que no conozco. Soy muy friki, me interesa y lo busco yo mismo”, asevera.
¿Qué alternativas existen?
El carácter cosmopolita de Madrid hace que varias salas, con frecuencia apoyadas por distintas instituciones, constituyan un circuito de cine alternativo en la ciudad. Variación XXI te acerca a continuación algunos de estos espacios:
* Círculo de Bellas Artes: La orientación “siempre” cultural y, “puntualmente”, relacionada con las demás actividades que se realizan en esta institución de la calle Alcalá marca la programación cinematográfica del Círculo según ha afirmado a Variación XXI el coordinador de esta área y estudioso del séptimo arte, Manuel Asín. Así, ciclos sobre el director italiano Luchino Visconti o la recientemente fallecida “chica Almodóvar” Chus Lampreave conviven en la cartelera de esta sala con estrenos de películas que gozan de algún interés particular.
Respecto al público que acude a estas proyecciones -dos o tres al día a las 17, a las 19 o 20 y a las 22 horas-, Asín explica que es “bastante variable”: “Hay un público habitual, fiel, que viene frecuentemente. Es un público de proximidad, que vive bastante cerca. Los fines de semana cambia el público y viene gente de toda la ciudad y más jóvenes”, cuenta.
Los precios de las entradas oscilan entre la gratuidad y los 5.50 euros, una cifra que al coordinador de cine –que llegó al puesto hace poco más de un mes- le gustaría rebajar aún más. Ahora el cine es caro, la gente busca descuentos. Estas salas mantienen una política de precios más accesible. “El Círculo es relativamente barato y me gustaría que lo fuese más. Creo que es importante que el precio no sea caro, y menos para películas de orientación cultural”, asevera.
* Instituto Francés: “Es una manera de promocionar nuestra cultura. El cine es una manera de descubrir Francia”. Así resume, en una entrevista con Variación XXI, la coordinadora cultural del Instituto Francés, Fanette Escalier, la principal motivación de la institución para llevar a cabo sus ciclos de cine.
Escalier subraya, además, que el Instituto –ubicado en la calle Marqués de la Ensenada, en el entorno de la plaza de Colón- busca divulgar las creaciones de algunos cineastas galos poco conocidos. “Damos a directores poco conocidos la oportunidad de proyectar su película aquí en el Instituto mientras que el cine comercial es probable que no se atreva”, relata.
De lo que no es capaz la coordinadora del área cultural es de trazar un perfil del asistente a los ciclos, ya que, dice, “depende de cada película”. “Cuando instalamos el cine de verano viene mucha gente joven; cuando hacíamos los ciclos de cine patrimonial era un público más entrado en edad. Ahora hay una mezcla”, asegura.
Lo que sí tiene claro Escalier es que la motivación de ese público es más cultural que económica: “Creo que es más bien por el hecho de ser cine francés. Aquí cuesta 4 euros, es más barato que en otros cines, pero son películas que te puedes descargar por internet si quieres. Así que me parece que la gente viene por curiosidad más que por el coste”, subraya.
* Cine Doré: Tres salas forman este cine ubicado la madrileña zona de Antón Martín que ha aparecido en el filme de Almodóvar “Hable con ella” y es la sede de la Filmoteca Española. Esos espacios son el reconstruido antiguo salón Doré, una sala moderna y una tercera llamada “Luis Berlanga”, en honor al famoso director, donde se puede disfrutar del séptimo arte al aire libre durante el periodo estival.
La cartelera de la Filmoteca nacional suele ofrecer cine clásico, independiente y de autor aunque, ocasionalmente, proyecta cintas de corte comercial dentro del programa “Cine para todos”. Para todos como los precios de sus entradas: 2.50 euros que se quedan en 2 en el caso de los estudiantes.
* Cineteca: Prestar atención al cine de “lo real”, al alternativo e independiente y a la colaboración con propuestas culturales que tienen lugar en Madrid. Esos son los tres criterios de selección de filmes que siguen los responsables de la sala del Matadero de Madrid, situado en la plaza de Legazpi. Considerada por algunos como la “mejor” de la capital, esta sala de cine abre todos los días media hora antes del inicio de cada sesión y las entradas cuestan 3.50 euros.
* Sala Berlanga: Películas españolas, iberoamericanas, europeas y de autor se dan cita en el espacio al que da nombre el gran cineasta valenciano Luis García Berlanga. La sala, que se encuentra en la calle Andrés Mellado (en el barrio de Gaztambide, muy cerca de Moncloa) y gestiona la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), ofrece cine entre los 3 y los 5 euros, además de actividades gratuitas vinculadas con la proyección de cortometrajes.
A estas cinco opciones se suman otras como el Instituto Cervantes, la Casa de América, el Centro Cultural Ruso, la Casa Encendida o la Academia de
Cine, que permiten disfrutar de sus proyecciones a un coste asequible para casi todos los bolsillos. En definitiva, si vives en Madrid y no disfrutas del séptimo arte… ¡es porque no quieres!
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