Pages Navigation Menu

periodismo universitario en internet

Confesiones de un alcohólico rehabilitado

Nuestro protagonista fue alcohólico hasta una avanzada edad y, al igual que muchos adolescentes, empezó a consumir alcohol muy pronto. Su experiencia es bastante común en la vida de muchas personas obsesionadas con tomar una copa sin poder parar. Al principio consumía bebidas alcohólicas para divertirse y sentirse más desinhibido, pero de repente llegó un momento en que la adicción le empezó a causar problemas en su entorno laboral y familiar.

Concienciación del problema

«En el momento en que el alcohol comenzó a dominarme a mí en lugar de ser yo quien dominaba al alcohol me di cuenta de que necesitaba tratamiento. Cuando la necesidad de consumo es constante y te das cuenta que tus reacciones no son «normales» social y éticamente, reflexionas sobre tu comportamiento y tomas una decisión. Por otro lado, mi entorno familiar y laboral lanzó avisos con relación a ello. Es aquí cuando empezaron a surgirme los mayores problemas, como faltar al trabajo, gastarme cantidades de dinero muy elevadas, no aparecer por casa en dos o tres noches, etc. Y es ahí cuando mi propia familia empezó a detectar que no estaba bien. Yo no lo veía o no lo quería ver, ya que lo peor de todo es que cuando todo el mundo es consciente de tu problema, sobre todo en la fase inicial del mismo, tú eres absolutamente inconsciente de que este existe».

En la sociedad actual el consumo de alcohol está más que normalizado; la gente se olvida de que es una droga más, y de que puede llegar a causar la muerte. «El alcohol es consustancial a cualquier celebración, está presente en nuestro bautizo, comunión, boda o cumpleaños. También en nuestro día a día, en cada comida, reunión de amigos, etc.
«Muchos se preguntan dónde está el límite, ¿Una copa, dos, o tres?; en realidad todo lo que no sea tomar una copa por el placer de saborear el producto y de forma limitada, es un exceso.»
«Cuando te encuentras sumido en este problema, puedes llegar a pensar que el problema lo tienen los demás, que es gente infeliz que no hace lo que verdaderamente desea. ¿Quién contrataría a un alcohólico para desarrollar cualquier trabajo?, ¿Quién comenzaría una relación sentimental con un bebedor compulsivo sabiendo que lo es? ¿Quién dejaría a sus hijos a cargo de un alcohólico? No nos engañemos, el alcohol no da nada, solo te quita, muchas cosas, la más importante desde mi punto de vista es el sentido común

La desintoxicación

El Hospital Psiquiátrico Rodríguez Lafora cuenta con la Unidad de Deshabituación Alcohólica (UDA), un espacio destinado a los pacientes con problemas de alcoholismo. «Si hay algo que sobraba era sin duda el tiempo, sobre todo por las tardes tras finalizar las diferentes terapias de la mañana, consulta de psiquiatría, consulta de psicología, manualidades, terapia de grupo, habilidades sociales y salidas culturales».

Entrada al psiquiátrico Rodríguez Lafora

Entrada al hospital Rodríguez Lafora

«La primera vez que llegué al hospital psiquiátrico Rodríguez Lafora, la pregunta más recurrente que me venía a la cabeza era: ¿Qué hago yo aquí?». El paciente aun no sabía cuánto tiempo se iba a quedar allí, pero tenía claro que «la acción familiar y la pérdida absoluta de nitidez mental fueron las que me hicieron tomar la decisión de buscar soluciones especializadas a mi problema de alcoholismo, aunque me fuese realmente difícil llegar a la convicción de que era un enfermo borracho». Según su experiencia en la UDA «no te adaptas, pero lo intentas».

Nos confiesa entonces que estuvo mucho tiempo sobrio, y su razón, lo suficientemente clara, empezó a recordar cada momento del pasado que le llevó a la oscuridad del pozo: con un entorno familiar resistente, medios económicos y una buena posición social él seguía consumiendo. Prometía a los médicos que no bebería más, pero no lo cumplía, hasta que decidió hacerle frente de una vez por todas. «Las horas de reflexión durante mi proceso de desintoxicación, primero en el servicio de psiquiatría del Hospital Infante Leonor durante una semana y segundo durante el programa de deshabituación (después de 28 días), me fueron aportando respuestas que pretendo resumir por si puede ser de ayuda para algún enfermo que, como yo, esté tardando en poner razón a una situación que siempre acaba mal». Vivió momentos muy duros que no puede recordar sin llorar. El alcohol tiene efectos añadidos que tenían un único objetivo para él: «destrozar una vida y la de los que comparten su afecto y tiempo contigo».
En el centro comenzó su recuperación. «Cualquier profesional, psiquiatra o psicólogo, puede garantizar ayuda a un paciente alcohólico». En el siglo pasado la Organización Mundial de la Salud ya estableció el alcoholismo como una enfermedad de carácter mental, por lo que recomienda este centro a otras personas con el mismo problema. «Sin ayuda de este tipo, la cotidianidad del consumo elimina la fuerza necesaria para tomar medidas sobre la condena de necesitar beber de forma constante y absolutamente irracional. En una fase inicial te aportas una falsa sensación de seguridad y un falso valor para enfrentarte a los problemas cotidianos con el alcohol. «Yo, sin los profesionales, no podría haber salido de ello». El alcoholismo es una enfermedad que debe ser diagnosticada y tratada por profesionales, nuestro protagonista lo lleva grabado en su mente.

Timeline Vida de un alcohólico rehabilitado

Timeline Vida de un alcohólico rehabilitado

 

Una nueva vida

Tras vencer a la adicción, normalmente cuesta recuperar la cotidianidad del día a día. Reflexiona entonces, sobre todo, acerca del apoyo familiar que recibió: «Me siento en deuda con mi madre, consciente de mi problema, que nos dejó sin poder verme recuperado. A mi esposa que me ayudó con paciencia infinita a iniciar el proceso médico de rehabilitación. A mis hijos, a los que no traté como un buen padre por pasar la mayor parte de tu tiempo libre en un bar» y sobre lo hermosa que es la vida, disfrutando de los pequeños detalles «La vida no es un asco. La vida es lo mejor que tenemos: el tiempo, la capacidad de razonar y de ser conscientes de nuestra propia existencia. Solo por ello debemos estar agradecidos y felicitarnos cada mañana al despertar de un nuevo día».
Para finalizar este bloque, piensa que fueron fundamentales en su recuperación y aprovecha para dar las gracias a los servicios médicos de España, a la profesionalidad de sus integrantes y a que «nos vean como verdaderos enfermos para podernos ayudar y volver a la realidad».

El alcohol en las nuevas generaciones

Según el Informe del Ministerio de Sanidad, en España más de 6.000 menores fueron atendidos el pasado año por casos de comas etílicos. La gente se divierte bebiendo alcohol, tras las primeras copas todo son risas y buen humor, pero cuando no se pone freno la agresividad y las intoxicaciones hacen su aparición. «El alcohol afecta de forma distinta a cada persona en función de su estructura física y hábitos de consumo. Básicamente el consumo de alcohol aporta en su fase inicial una sensación de euforia, falsa seguridad y alegría, así como de despreocupación. Cuando el consumo aumenta, esa alegría se transforma en actitudes asociales violentas y se vuelve muy obvio el estado de la persona. Si la ingesta continúa comienzan las fases de adormilamiento, abstracción de la realidad y falta de control físico y mental. En muchos casos llega a intoxicación etílica, la pérdida de conocimiento y, en situaciones excepcionales, incluso la muerte».

Jóvenes haciendo botellón en un parque

Jóvenes haciendo botellón en la calle

En la actualidad, el consumo de alcohol entre jóvenes está visto como algo normal, pero según estudios reciente el 90,3% de los padres reconocen que les preocupa el consumo del alcohol de sus hijos. «La relación de los padres con sus hijos ha cambiado mucho en los últimos tiempos. La permisividad de los padres, que mal entienden los derechos y la privacidad de sus hijos y la edad en la que deben aplicar estos principios, son caldo de cultivo para la toma de decisiones inconscientes y poco meditadas por parte de los jóvenes.»
Cada vez se consume alcohol en una edad más temprana, recientemente tenemos el caso de la muerte de una niña de 12 años por un coma etílico durante un botellón en San Martín de la Vega. «La juventud actual hace uso del alcohol desde edades muy tempranas. No es difícil observar reuniones multitudinarias en cualquier parque de cualquier gran ciudad donde la media de edad no supera los 16 años.»

«Veo en prensa, televisión y otros medios similares la continua lucha contra el alcohol dirigida a los jóvenes y la entiendo correcta aunque inocua, pero veo pocos reportajes dirigidos a aquellos que fuimos jóvenes un día, que hicimos caso omiso de los consejos con relación al consumo y que, al final, nos convertimos en dependientes de algo que, aceptado socialmente, destroza nuestras vidas, nuestro futuro y nuestra capacidad de comprensión de los problemas ajenos

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *