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periodismo universitario en internet

Violencia machista: una pendiente resbaladiza

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Fotografía tomada por Samuel Sánchez/ Manifestación 8 de Marzo

El caso de Diana Quer ha reabierto un debate que nunca se ha cerrado realmente, la consideración a nivel legal de las agresiones, del tipo que sean, a las mujeres por el hecho de serlo. Son múltiples los casos de violencia machista, en el territorio nacional y fuera de nuestras fronteras y escasas las reformas legislativas al respecto.Poniendo el foco en este caso, nos encontramos con algunos problemas a la hora de denominar estas agresiones. La actual ley únicamente recoge los casos de violencia de género, está solo ocurre en el seno de la pareja o cuando existe una relación personal de por medio, por tanto, deja sin nombre y sin respaldo legal a una cifra de mujeres que no para de crecer.

Este no reconocimiento legal de la violencia machista muestra sus consecuencias en lo que a agresiones sexuales se refiere, así situaciones de parentesco se establecen como agravantes de las penas, sin embargo, juicios como el de “La Manada” no obtienen el reconocimiento judicial, social ni mediático como casos de violencia machista.

Para ilustrarlo, la plataforma Feminicidio.net recoge en sus estadísticas 99 feminicidios el pasado año, este término acuñado por Lagarde incluye la variable de impunidad detrás de estos homicidios, es decir, la desprotección por parte del estado frente a la violencia ejercida a la mujer. Mientras los datos de la Delegación del Gobierno muestran 53 casos, que serán los considerados oficiales. En lo que llevamos de año, esta misma organización recoge 24.

¿Violencia machista o violencia de género?

La violencia machista es aquella que se ejerce mediante toda acción, u omisión, dentro del marco de una relación desigual de poder, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como privado, afecta tu vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, y por el hecho de ser o sentirte como una mujer.

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Mujer dice basta a la violencia de genero. Agenzia nev

La violencia de género en España está recogida en la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género así en su artículo primero recoge el ámbito de actuación de la citada ley: “La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que (…) se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”. De este modo se diferencia un punto importante en torno a los dos tipos de violencia. Por un lado, la violencia machista hace referencia a aquella violencia ejercida contra las mujeres, por su condición de género, mientras que la de género, depende de una relación afectiva pasada o presente con el agresor.

Por otra parte, en el artículo tres de la citada ley encontramos que la violencia de género abarca todo acto de violencia psicológica como física, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad. Mientras que la violencia machista abarca violencia física, psicológica, sexual, económica y patrimonial y simbólica. es por esto, que todos los casos de violencia anteriores all de Diana Quer no quedan recogidos en la legislación como casos de violencia machista, si no que se recogen como violencia criminal y a su vez se juzgan como tal, a excepción del mismo caso de Diana, que finalmente ha sido considerada violencia machista por parte de la presidenta del Observatorio contra la Violencia de Género.

Una sola ley desde la Transición

A diario en nuestros telediarios aparecen informaciones de nuevos casos de violencia de género en nuestro país. Un problema generalizado y normalizado en la sociedad española actual que se transmite a futuras generaciones.
En España tuvimos que esperar hasta el año 2004, exactamente hasta el 28 de diciembre, para que entrase en vigor una ley específica contra la violencia de género, llamada Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre). Fue una ley exigida por numerosas asociaciones de mujeres maltratadas. Una ley que pretendía perseguir a los maltratadores, proteger a las víctimas y prevenir y erradicar esta violencia, combatiendo la como un problema social que denunciar, y con el que acabar. Esta ley no evitó que el número de asesinatos siguiese aumentando con los años, pero sí que muchas mujeres empiezan en a denunciar contra sus agresores.

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Foto tomada en una manifestación en la época de la transición. Corriente roja.

Ya en 2002 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con la ayuda de múltiples expertos en diferentes ámbitos como el sanitario y el educativo, intentó llevar a cabo una proposición de ley que fue apoyada por todos los partidos menos el Partido Popular, lo que hizo que no pudiese aplicarse.
Otro de los puntos que recogía la ley de 2004 ha tenido éxito, en el sentido de, haber conseguido una mayor concienciación social sobre todo en las mujeres. El día 8 de marzo de 2018 tuvo lugar una de las mayores concentraciones de mujeres de la historia de nuestro país. Unidas por conseguir unos derechos y para acabar con la violencia machista.

Un nuevo concepto que se ha incluido en el último Pacto de Estado aprobado en el Congreso de los Diputados en septiembre del pasado año, pero que entrará en vigor este año 2018, en el que se tomarán 210 medidas para combatir este tipo de violencia. Además, recoge una de las medidas más esperadas, con la que se amplía el concepto de violencia de género a violencia machista. Hasta ahora solo si había una relación personal de por medio se consideraba violencia de género, pero tras las continuas violaciones y asesinatos a mujeres en nuestro país, las asociaciones pedían el reconocimiento de este tipo de delito en el que las víctimas son mujeres simplemente por el hecho de serlo. En este nuevo concepto no se exige una relación de por medio y se contemplarán todos los tipos de violencia que se recogen en el Convenio de Estambul: mutilación genética, violación, matrimonio forzoso, acoso sexual, aborto y esterilización forzada, al igual que el acoso por razones de género.

La violencia machista es todavía un concepto poco arraigado en la sociedad española, y para muchos todavía desconocido. Es importante diferenciar ambos conceptos ya que las continuas violaciones y asesinatos que se dan en nuestro país se producen en su amplia mayoría y en un porcentaje altísimo a mujeres. Mujeres que sufren este tipo de agresiones por el mero hecho de serlo.

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Viñeta contra la violencia machista. Forges

Muchos expertos van más allá, y creen que este tipo de crímenes se producen por la interiorización de unos valores que nos vienen inculcados en la sociedad y que hemos interiorizado. La imagen de la mujer se ha vendido siempre como la de un ser débil y sumiso que ha de cumplir con los estereotipos que marca una sociedad. Ejemplos de esto los encontramos relativamente cerca en el tiempo, durante la dictadura de Franco, cuando las mujeres debían tener la autorización de su marido para abrir una cuenta en el banco o para trabajar si estaban casadas. Valores que no solo quedan reflejados en los crímenes sino también en los salarios y en el día a día de todas las mujeres.
Para corroborar lo expuesto anteriormente hemos hablado con algunos expertos en el tema, entre ellos con la politóloga Marta Gracia quien afirma :“Creo que falta mucha educación sobre qué es lo que hay que hacer acerca de erradicar la violencia machista pero también de cómo hay que actuar cuando eres víctima. Ya que ni los tribunales ni la policía está suficientemente concienciada y por lo tanto hay que poner los hechos vividos muy claros para que te crean”.
Por otro lado la psicóloga Julia Usina nos habla sobre el proceso psicológico del maltratador y emocional de la víctima “Una persona no nace “maltratadora” ni contrae una enfermedad que lo convierte en “maltratador”, sino decide – por una serie de factores muy diversos que varían de unos a otros – actuar de manera violenta”

Tratamiento de la violencia machista en los medios de comunicación

Según veíamos anteriormente, en España se consideró a este tipo de agresiones y asesinatos violencia de género, con la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra La Violencia de Género. Desde entonces, los medios de comunicación se han hecho eco de estas noticias con un tratamiento definido por parte de todas las cadenas. En algunos casos, las semanas han sido tan sangrientas que cada caso abarcaba tan sólo 20, 30 segundos de un telediario refiriéndose además a las mujeres asesinadas como: “Muere una mujer a manos de su marido”.

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Quino

Actualmente, en determinadas cadenas de televisión existe una mayor concienciación y la manera de tratar la información ha tenido un cambio radical, especialmente en los últimos 2 años. A raíz de los últimos casos de más difusión como el de Diana Quer, prensa, televisión y radio se unieron a contabilizar como la primera víctima de violencia machista del 2018, es decir, a reconocer un nuevo término que próximamente también será reconocido legalmente, y que supone un paso más a la hora de luchar contra esta violencia que obliga a las mujeres a no poder sentirse seguras en su día a día. Pero aún así, sigue sin existir una distinción real de los términos. Por tanto la sociedad no conoce el problema ni el desamparo que se producen en este tipo de situaciones, lo que supone que no se soliciten reformas, y una desinformación global.

La cúspide del iceberg

Los asesinatos de violencia machista o de género ahora mismo son más que los propios asesinatos de la banda terrorista E.T.A. ¿Por qué no tratamos la violencia machista como terrorismo doméstico? Cada víctima de esta banda ha sido recordada además de custodiada por responsables políticos. ¿Por qué las víctimas de género no reciben el mismo apoyo? Las asesinadas por la violencia machista apenas acaparan 45 segundos de una noticia de un telediario. Mientras que el asesinato de un policía nacional por ETA ocupaba más de medio noticiario. Al menos un secretario general de estado acudía a los funerales para dar apoyo a las familias de las víctimas. Nadie recuerda los nombres de las mujeres asesinadas a cuenta de la violencia machista. Nuestros políticos no dan apoyo a las familias de las víctimas del terrorismo doméstico, no existe ninguna representación política. La violencia machista o de género está asumida como un problema en el ámbito privado. He ahí la cuestión, un asesinato no puede ser concebido como algo que ocurre de puertas para adentro de una casa si no como algo que no atañe a todos, en el ámbito público de la sociedad.

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La manifestación de Madrid por el 8 de Marzo, a su paso por la Plaza de Cibeles. Carlos Rosillo

Los medios de comunicación juegan un papel decisivo en esta cuestión, se ganan a la opinión pública de tal manera que la sociedad se posiciona a favor o en contra de las víctimas. No hay punto de inflexión. Y el caso de Diana Quer es el claro ejemplo del sensacionalismo de los grandes grupos mediáticos. Programas como el de Antena 3 “Diana en la red” que dedicaron debates sobre si Diana fumaba o si esa noche no iba vestida discreta, culpando así a la propia víctima de su desaparición. Segunda teoría, Diana desapareció por culpa de una fuerte discusión días antes con su madre. Son muchos los medios que dedicaron portadas y titulares a la madre de Diana afirmando que no había sabido ejercer de madre. Fueron muchas las noticias que salieron a la luz hablando de la intimidad de esta familia. ¿Para qué? Para que la sociedad solo le interese los problemas personales que finalmente no tuvieron nada que ver con el móvil real del asesinato machista de Diana. Noticias que despiertan morbo en vez de sensibilidad y concienciación.

Otro claro ejemplo, es el ya comentado de “La Manada”  , la politóloga Marta Gracia apunta al respecto: “Pensar que una víctima de violencia machista es una “pobrecita” una chica deprimida que ya no merece más sonreír y seguir adelante es una opinión generalizada y también  demuestra la falta de educación emocional y feminista que tienen las nuevas generaciones”.

Solo existe una ley sobre violencia de género desde la Transición, ninguna para la violencia machista. La educación al respecto es insuficiente así como la información en medios. Aún así se producen quejas generalizadas como se pudo observar el 8 de Marzo y los feminicidios lejos de disminuir se mantienen, 24 en los 4 meses que llevamos de año.

 

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