Deportistas en la sombra
· El deporte femenino no recibe el mismo trato que el masculino en los medios de comunicación
· Pilar Calvo: «Es machismo, siempre se ha tratado a la mujer como un objeto»
¿A Cuántos deportistas conoces que pudieras nombrar? Seguramente, estén pasando por tu cabeza una serie de distintos nombres de jugadores populares o no tan populares. Ahora bien, ¿en cuántas mujeres has pensado? ¿a cuántas podrías nombrar? No sería raro que te acuerdes de pocas. Las deportistas se encuentran infrarrepresentadas en los medios, en comparación con los deportistas, volviéndolas unas desconocidas. El deporte femenino carece de atención mediática, lo que invisibiliza a las jugadoras. Pocas son las mujeres que se convierten en referentes dentro del mundo deportivo. Su logros o éxitos no se dan a conocer, quedando en un segundo plano, tomando protagonismo su rol personal, y su aspecto físico.
Igualdad en las pantallas
Según la investigación realizada por Clara Sainz de Baranda, profesora de periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid, las mujeres solo aparecen como noticia, en la prensa deportiva, en el cinco por ciento de los casos, mientras que los hombres aparecen más del noventa por ciento de las veces. Estos datos muestran que las deportistas están infrarrepresentadas en los medios. Además, como menciona Paloma del Río, periodista deportiva en Televisión Española: «Lo malo que tiene el deporte femenino es que no se eterniza ni se mantiene varios días en el periódico, sino que se da el resultado, se cubre informativamente, y se acaba. Se cierra el ciclo. Mientras que, en la categoría masculina, fundamentalmente en fútbol diría yo, se mantiene en el tiempo, se habla de información pura y dura, pero además se empieza luego con las anécdotas irrelevantes, que lo que hacen es rellenar páginas de periódicos».
Una pregunta interesante sería saber por qué las jugadoras no están en el foco mediático de igual manera que sus homólogos varones. Del Río considera que a los medios de comunicación «no les interesa, no les es rentable. El deporte en general no es rentable, pero el deporte femenino menos todavía, no atrae a los espectadores ni atrae a los anunciantes, que son los que al final soportan con su inversión publicitaria esas empresas». La rentabilidad económica podría ser una de las causas de esta discriminación mediática hacia las deportistas, sin embargo, los medios públicos españoles, que no persiguen estos beneficios, tampoco parecen equitativos.
Desde Variación XXI hemos podido entrevistar a Pilar Calvo, secretaria general de la asociación para mujeres en el deporte, y pentacampeona de España de tiro olímpico en la modalidad de skeet.
La asociación persigue que en la televisión pública haya una cuota de pantalla justa e igualitaria, que las atletas dispongan del mismo tiempo en antena que sus compañeros. «La televisión pública está pagada con los impuestos de todos, a mí Hacienda no me cobra menos por ser mujer». «No está para tener audiencia, sino para el interés general, y está obviando el interés de la mitad de la población». «Teledeporte que sí que más o menos cumple con el cincuenta por ciento, pone el deporte femenino de tres de la mañana a siete de la mañana», «no solo es la cuota de pantalla sino los horarios buenos, hay que compartirlos», comenta Pilar Calvo. En los juegos Olímpicos de Río de Janeiro hubo un cuarenta y siete por ciento de representación femenina española y ganaron el cincuenta y seis por ciento de las medallas, en opinión de Calvo: «los medios no les dieron el trato que debían». «Hablando con una amiga, el otro día, le dije: ¿y quién conoces de patinaje? Y se sabía solo el nombre de un hombre; hay campeonas del mundo que son mujeres de patinaje, pero solo sacan al hombre»
Lo que retratan los medios de comunicación
Los logros de las deportistas quedan en el olvido, no se les presta atención. Pero, además, en muchos casos, sus triunfos quedan eclipsados por los comentarios sobre su físico, si es guapa, si tiene buen tipo, si tiene novio, si viste bien… son los temas que más parecen interesar. El último ejemplo de esto lo encontramos en la última entrega del Balón de Oro. Ada Hegerberg se convertía en la primera mujer de la historia en obtener este premio, al igual que lo habían conseguido muchos otros hombres en el pasado. Sin embargo, su triunfo se vio eclipsado por un comentario que acaparó los titulares. Durante la recogida del premio, se le preguntó si sabía bailar twerking.
Paloma del Río opina que todas estas expresiones y comentarios «en el deporte masculino no se dan. El deporte masculino lo valoras por los resultados, por lo entretenido que ha sido, si ha sido aburrido, o lo excitante, divertido, pero no tienen ninguna categorización más allá de lo que es la competición pura y dura. Mientras que, en el deporte femenino, existe un nexo, digamos sexualizado, que no existe en los hombres».
Por su parte Pilar Calvo añade a todo esto que las jugadoras «no tienen ni nombre, o no tiene nombre o es la tía buena de la mujer de… al final las convierten en objetos y es lo que estas enseñando a la sociedad», «es machismo, siempre se ha tratado a la mujer como un objeto».
Los riesgos de ser invisible
La falta de visibilidad tiene consecuencias negativas para estas mujeres. Pilar Calvo comenta que ese poco interés mediático genera que «tengas menos patrocinadores, siempre van a buscar a un deportista que salga en los medios». Pero las consecuencias no se limitan únicamente a lo económico. Al no tener espacio y voz en la prensa, radio o televisión, las condiciones laborales de las deportistas, los contratos abusivos y el trato injusto que reciben no se da a conocer, evitando que se forme una opinión pública sobre el asunto, y un motor de cambio. Si nadie sabe sobre esta realidad no se puede opinar, ni actuar.
Pilar Calvo critica la ley del deporte del año 90, en la que no se menciona a la mujer: «Las mujeres deportistas no pueden ser profesionales, no están contempladas en la ley como si pudieran tener una profesión (…) en todos los deportes de equipo no tienen un contrato laboral, tienen un contrato mercantil. (…) Si tú te quedas embarazada, si tú tienes un contrato laboral, tu empresa no te puede echar, en cambio, un club, si tú te quedas embarazada y tienes
un contrato mercantil, nada te ampara. (…) Muchas veces hay cláusulas anti-embarazo que están puestas dentro de las cláusulas de deslealtad hacia el club, lo equiparan a doparse, y qué hacen: te despiden; lo pone, si te pillamos dopada o embarazada te despedimos».
La campeona de tiro apostilla que «la lucha tiene que ser constante y de todas, y tienen que estar todas las mujeres unidas, porque una sola no hace nada (…) yo todos los días me quejaba, pero no conseguía nada, en cuanto ha sido la asociación la que se ha quejado, cuando tienes un organismo detrás que te apoye se consiguen más cosas».
Muchas gracias por hablar de la discriminación de la mujer en el deporte. Queda mucho terreno que recuperar para hablar de igualdad.