Consecuencias de la pandemia en el ocio nocturno

El ocio nocturno fue el sector más afectado durante la pandemia del COVID. Foto: Getty Images

· La pandemia ha provocado unas pérdidas que ascienden a los 2.500 millones de euros

· Más de 5.000 locales han quebrado por culpa de los efectos que ha tenido

Durante la pandemia uno de los sectores más perjudicados ha sido el del ocio nocturno. Desde este punto de vista, en el último año se han tenido que cerrar casi 5.000 locales, la mayoría discotecas, y acumula unas pérdidas aproximadas de 2.500 millones de euros, según los datos del estudio de «Impacto del Coronavirus en el ocio nocturno y los espectáculos». Ahora se espera la llegada de ayudas económicas al sector y que, con el regreso de los clientes, se pueda ir remontando esta situación post pandemia. Una situación nada sencilla para los involucrados. 

Gente de fiesta post pandemia

Las discotecas volvieron a abrir el pasado 9 de octubre tras prácticamente un año y medio cerradas. Sin embargo, algunas cosas sí que han cambiado o están cambiando desde la última vez que los jóvenes pisaron estos establecimientos.  Así, en toda España se ha ido volviendo a la antigua normalidad en cuanto a la situación del ocio nocturno se refiere. En Bilbao, por ejemplo, las dos grandes discotecas de la ciudad han duplicado en el último mes su facturación con respecto a la época anterior al covid-19. Esto demuestra que, desde entonces, han aumentado las ganas de los jóvenes de salir de fiesta tras este tiempo sin poder hacerlo. 

Una de las cosas que han cambiado en esta nueva apertura es el horario de los establecimientos de ocio nocturno. Si antes los horarios fluctuaban entre las 21 y las 6 en la mayoría de sitios, con la reapertura se cambió de 12 a 3 para poder estar el mayor número de horas abiertas y poder reactivar ese sector de la economía. Ahora los horarios vuelven a ser parecidos a los que había antes de la pandemia. De la misma manera, los establecimientos requieren unas mayores normas de seguridad y para ello en las discotecas hemos vivido una serie de cambios importantes. Cuando empezaron a abrir solo se podía estar sentados en un reservado y, ahora, se puede bailar con normalidad. Por otro lado, en el interior de la discoteca sigue siendo obligatorio el uso de la mascarilla, aunque según los propios trabajadores de este sector no se cumple esta normativa a rajatabla. 

La mascarilla, ¿realmente obligatoria?

Personas disfrutando de la fiesta tras la pandemia

Desde varias asociaciones se está opinando sobre la situación de estos establecimientos. En concreto, la Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales creen que «se respeta» la obligatoriedad de la mascarilla en el interior de los locales, aunque reconoce que «muchos se despistan». Esto contrasta con las experiencias de los trabajadores, que destacan que no se cumple esa norma.

Nuestro primer protagonista es Javier Hernández, camarero en varias de las discotecas más frecuentadas por los jóvenes en la Comunidad de Madrid, además de ser técnico de luces y sonido. Javier nos comenta que en su caso no ha notado mucho cambio con respecto a antes de la pandemia: «no he bajado ni horas ni sueldo, si es verdad que antes trabajaba de lunes a viernes, y ahora, pues solo trabajo tres días». Aun así, Javier tuvo complicado recuperar su puesto de trabajo:

«Tenemos que seguir siendo prudentes y no dejar que se vuelva para atrás»

Una situación similar ha vivido Alejandro Plaza Ros, DJ en varios festivales de música internacionales como Medusa Festival en Cullera y organizador de eventos en pubs, locales privados y discotecas de toda Castilla-La Mancha: «Volver ha sido un camino largo y complicado. Estuve prácticamente un año sin poder trabajar de lo que más me gusta». Nos explica que «el ocio nocturno ha estado muy señalado, como culpables de todo muy injustamente, y eso no solo lo han sufrido los dueños de los locales». Hay muchas personas y familias implicadas. A pesar de todo, Alejandro se muestra optimista, ya que parece que «estamos dejando poco a poco la pandemia atrás». Lo que sí es cierto es que seguimos en pandemia y las diferencias son abismales. Alejandro es optimista, pero también prudente: «Poco a poco y con los pies en el suelo, tenemos que seguir siendo prudentes y no dejar que se vuelva para atrás. Al final nos hemos adaptado y ha costado, mejor no tirar todo por la borda, hay gente que ha sufrido mucho». 

Concierto de un DJ en Madrid

Otro de los empleos que más se ha visto afectado dentro del ocio nocturno a consecuencia de la pandemia, es el de las personas que trabajan como relaciones públicas. Este es el caso de Sara Ortega, que trabaja en dos discotecas distintas de Madrid «The Explorer´s Cafe» y en la famosa sala «Nazca». Sara nos cuenta que, en su caso, en ninguna de las dos discotecas los relaciones públicas tienen un salario fijo, sino que cobran en función de las personas que introducen en la discoteca. A consecuencia de la situación pandémica, Sara nos cuenta que, además de perder ambos trabajos, no pudo ser compensada con una de las medidas más necesarias lanzada por el gobierno: los expedientes de regulación de empleo temporal (ERTES), por lo que durante más de un año y medio, no percibió ninguna compensación económica.

Sara, también reitera la idea de que, tras la reciente reapertura de las discotecas, tras la que ha recuperado su puesto, la única medida de seguridad que existe en ambos locales, es la utilización de mascarillas por parte de los camareros, ya que «ninguno de los clientes la utiliza». Según Sara, el mercado del ocio nocturno se está recuperando poco a poco, tras un reciente incremento de la clientela, que duplica los números registrados antes de la pandemia, aunque según su punto de vista, sigue existiendo el temor a contagiarse del virus, por parte de cierto sector de la clientela, en los recintos cerrados, y no supone una ayuda el hecho de que la mayor parte de las discotecas no cumplan las normas de seguridad. Además, Sara también destaca que actualmente su salario se ha visto rebajado, al igual que el de muchos camareros, bailarines e incluso dos compañeros suyos, pero que, sin embargo, existe un volumen de trabajo mucho mayor.

Unos recortes salariales recurrentes

Luis Mojica, por su parte, es el jefe de relaciones públicas de la discoteca «Teatro Gran Maestre», y la situación que nos cuenta es similar. Según Luis, su salario, que tampoco es fijo, se ha visto reducido en un 50%. Luis tampoco pudo beneficiarse de ningún expediente de regulación de empleo, y explica que los dueños de la discoteca, bajo la excusa de haber sufrido grandes pérdidas económicas durante la pandemia, comenzaron a recortar los salarios de todos los trabajadores de las discotecas, siendo el sector más afectado por estas reducciones salariales precisamente el de los relaciones públicas. Además, Luis explica que, bajo su punto de vista, estas pérdidas de las que tanto se quejan los dueños de los locales no son reales, debido a que, aunque durante un largo período de tiempo existieron restricciones, los locales sacaron provecho de ellas incrementando los precios de las consumiciones y obligando a los clientes a adquirir reservados, unas 20 veces más caros que las consumiciones, para poder entrar a las discotecas, por lo que, aunque los números de clientela se vieron reducidos, los ingresos , según su opinión, se mantuvieron.

Discoteca Panda Club post pandemia

El mundo del ocio nocturno no solo abarca a camareros, DJs, RRPP…están también las chicas que trabajan como imagen y las bailarinas nocturnas. Nuestra siguiente protagonista es Marta Lozano Soler, gogó profesional y chica de imagen. Con una larga y dilatada experiencia profesional, Marta nos contó su experiencia dentro del mundo de la noche. Explicó que, hoy en día, se mueve por muchas discotecas de Madrid (Velvet, New Tempo, Destino, Planet, entre otras muchas), pero lo que se lleva más ahora son las fiestas privadas. «A mí me han llegado a pagar el doble por ir a una fiesta en un recinto privado, explicó. Incluso nos contó que ha llegado a cobrar 300 euros por acompañar a un cliente a cenar». También comentó que ser gogó no es fácil, pero que ella está encantada con su trabajo: «Estoy muy contenta con mi trabajo actual, ya que me siento muy a gusto con las personas que he conocido. Aunque sí es cierto que hay actitudes que no me gustan». Nos contó que ha escuchado a clientes comentar que solo sirven para estar de imagen en una discoteca o para mover el culo. «Es como decir que un basurero solo sirve para limpiar mierda», suele responder Marta a ese tipo de comentarios. «Quiero pensar que muchos todavía se dejan llevar por los tópicos fáciles, por el «las guapas son tontas” y «si lleva gafas es lista», porque juzgar una apariencia es y será más fácil y rápido que molestarnos en conocer a la persona que tenemos delante», afirmó Marta. 

En contraposición a estas últimas declaraciones, Benjamin Brown, empresario y dueño de la discoteca «Funky Sweet», explica que en su caso, las pérdidas económicas en su empresa, que estuvo completamente cerrada un año y medio, han comportado que algunos de los socios de su local hayan tenido que abandonar la sociedad propietaria de la discoteca, teniendo que hacer frente a grandes gastos entre muchas menos personas.  Por otra parte, según él, la sociedad de la que forma parte, completó correctamente el registro de sus trabajadores en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), aunque según Benjamin, debido a factores externos a su empresa, como la acumulación de trabajo en las oficinas del SEPE, las prestaciones tardaron en llegar a los hogares, comportando que algunos de sus mejores trabajadores tuvieran que abandonar sus puestos de trabajo para conseguir algún tipo de ingreso durante esos meses. 

Según el barómetro de los gestores administrativos de diciembre de 2020, en esa fecha, unas 300.000 personas seguían sin percibir esta prestación, y Benjamin explica, que debido a esta situación, aproximadamente un 50% de sus trabajadores abandonó voluntariamente su puesto de trabajo.

Discoteca Sala Mon Madrid post pandemia

No obstante, Benjamin si admite un incremento de la clientela que frecuenta su local, muy superior al de antes de la pandemia, que él mismo relaciona con las «ganas acumuladas de los jóvenes de salir de fiesta», y con el hecho de que «muchas personas, que cumplieron los 18 durante el comienzo de la situación pandémica, todavía no han tenido la oportunidad de conocer el mundo del ocio nocturno». Benjamin, también explica, que según su perspectiva, ahora existe una nueva forma de entender el mundo del ocio nocturno en el que resulta imposible salir de fiesta de forma improvisada, sin realizar una previa reserva en local al que se tiene pensado asistir, aunque también explica, que en su caso, aunque perciba un notable incremento de la clientela actualmente, recuperarse económicamente de este incidente, le llevará mucho más tiempo.

Una situación que necesita de mucha adaptación

Como hemos visto, la pandemia ha cambiado a los trabajadores del sector del ocio nocturno la forma de hacer su trabajo. Ahora, han tenido que adaptarse a las nuevas circunstancias y convivir con ellas para poder seguir ganándose un sueldo y, por lo que parece, estas nuevas situaciones están aquí para quedarse, al menos, un tiempo más. Lo importante es que poco a poco la normalidad que todos conocemos está volviendo, aunque siempre hay que ir con prudencia para que la situación no vuelva a ser preocupante.