El aceite de colza, una plaga desatendida
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El envenenamiento afectó a 20000 personas de las cuales muchas de ellas siguen con secuelas en la actualidad
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El producto sirve como combustible para maquinaria agrícola y es propenso a enfermedades cardiovasculares
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Cuarenta años después el aceite de colza está mal visto en España debido al síndrome tóxico
La intoxicación del aceite de colza fue una pandemia olvidada. Miles de personas se vieron afectadas por consumir este producto. Cerca de 5000 personas fallecieron. Las que por el contrario tuvieron un final «feliz» siguen con secuelas a consecuencia de la enfermedad. Es por ello que en la actualidad, algunos de los afectados siguen reclamando ayudas y atención al Gobierno y a otras instituciones públicas. Este hecho ha tenido graves efectos como la neumonía, afección en el hígado o hipertensión son algunos de los efectos como consecuencia de haber consumido el aceite de colza, así como también la deformación en las articulaciones. Fue una intoxicación tan grande que dio nombre a la enfermedad del «síndrome tóxico por aceite de colza». Además, el aceite de colza tiene una serie de inconvenientes para la salud de los ciudadanos.
Cuarenta años. Es el tiempo que hace desde que Pilar Piñero y su familia descubrieron ser víctimas de un envenenamiento a causa del aceite de colza. Según la Organización de Consumidores y Usuarios de España, 25.000 personas fueron intoxicadas por el aceite de colza. De estas 25.000 mil, cinco mil murieron y el resto quedó con graves secuelas.
La familia Piñero se dio cuenta del síndrome tóxico cuando empezaron a tener mareos, mucha fatiga y vómitos e incluso, algunos de sus integrantes tuvieron pérdidas de conocimiento. Después de un tiempo, fue a través de la televisión cuando conocieron que era un síndrome tóxico relacionado con el aceite de colza.
La situación en su vivienda madrileña era insostenible. Ocho de los nueve hermanos se encontraban agotados, con dificultad respiratoria, dolores musculares y de huesos, pero sobre todo cansancio, falta de apetito y con una gran infección respiratoria. A una de sus hermanas le tuvieron que ingresar para ponerla oxígeno. Otra de ellas era tal su dolor muscular que no se le podía tocar ni la mano. Pilar, sin embargo, sufrió mareos y síncopes vasovagales.
A todo ello se sumaba la incertidumbre y el miedo al contagio. En un principio no se sabía su origen. Una vez conocido el motivo, veían que mucha gente estaba falleciendo a causa del envenenamiento. No solo eso, en el colegio los niños discriminaban a las víctimas porque se les denominaba personas enfermas. En ese momento, no recibieron ayudas de los gobiernos. Por otro lado, el papel de los medios de comunicación era de dar mucha información aunque bastante de ella era errónea.
Pilar considera que fueron abandonados absolutamente por las instituciones públicas. Muchos años más tarde, con la creación de asociaciones que defendían a los damnificados por la intoxicación del aceite de colza recibieron ayudas económicas. Estas indemnizaciones iban directamente a los problemas de salud que había ocasionado la infección. Entre todos ellos destacan principalmente los problemas dentales y de vista. Nuestra protagonista perdió gran parte de su dentadura a consecuencia del emponzoñamiento.
La llegada de las ayudas económicas trajo una nueva polémica. Esta vez los protagonistas fueron los abogados que llevaban el caso. Cobraban indemnizaciones con cantidades de dinero muy altas. Pilar considera que las víctimas recibieron abusos por parte del sector de la abogacía. Además, parte del dinero recibido lo tuvieron que devolver.
«La gente dice que a pesar de sufrir la enfermedad fuimos beneficiados económicamente. No fue para tanto esas compensaciones» dice Pilar. Además, la poca ayuda no es suficiente para el número de secuelas que les han quedado. Parte de la familia sigue con dolores musculares, dificultades respiratorias y la mayoría de las víctimas siguen sufriendo problemas dentales en la actualidad.
Pertenecieron a una asociación, la cual se diluyó. Como la mayoría de estas organizaciones. Pues era como luchar contra Goliat. No conseguían nada. En el caso de esta familia han aprendido a hacer físicamente una vida medianamente normal aunque hay dos casos que aún tienen incapacidades.
El Gobierno e instituciones se olvidaron de los damnificados una vez entregadas las ayudas económicas. En Madrid sigue existiendo una fundación para apoyar a las víctimas. Pilar considera que su funcionamiento es inútil, al menos desde su experiencia. Ha acudido hasta dicha ente para recibir más ayudas de dinero o para poder estudiar y siempre le han denegado la propuesta.
Este aceite provocó la mayor crisis sanitaria en la historia del país por una intoxicación alimenticia. El primer caso se detectó en 1981. Quizá nos preguntaremos, ¿cómo se originó todo esto? El envenenamiento se produjo por una serie de garrafas procedentes de Francia, varias de ellas contenían aceite de colza contaminado y sin embargo, varios mercadillos lo vendían como aceite de oliva.
Actualmente sabemos el origen de la enfermedad pero entonces, cuando ingresó el primer niño afectado por el aceite los sanitarios se encontraban frente a un cuadro clínico atípico y una incógnita difícil de resolver mientras los casos aumentaban exponencialmente. Un mes y medio después, con casi tres mil hospitalizados y un centenar de fallecidos, se dieron cuenta que la enfermedad venía por unas garrafas de aceite de colza que se vendían en los mercados.
En aquella época, los médicos no daban con un tratamiento eficaz y por tanto, la única solución fue retirar el aceite de colza. A los ciudadanos no les gustó como el gobierno estaba gestionando la crisis sanitaria, algunos medios criticaron la falta de control sanitario que había permitido la venta masiva de tal producto tóxico. Otros medios como El País, tras un análisis exhaustivo, señaló a RAPSA (Refinería de Aceites de Pescado S.A.) como uno de los principales focos para el movimiento de la colza.
El problema en la actualidad
El aceite de colza ha dejado bastantes afectados durante los últimos años. Entre estos afectados se pueden encontrar diferentes personas que aún siguen cabreados por la toxicidad de dicho producto. Y, por supuesto, por las secuelas que se les dejó.
En los últimos meses, un hecho reciente relacionado con este aceite, golpeó al Museo del Prado. El pasado 19 de octubre varias personas afectadas por la toxicidad del aceite de colza se encerraron en el Museo del Prado. Todo comenzaba como un martes cualquiera en el museo. Un grupo de seis personas se dirigió hacia la sala 12 donde se encontraba el cuadro de Las Meninas, de Velázquez. Sin embargo, no se pararon a ver la obra de arte sino que se pusieron delante de la misma y sacaron una pancarta llamativa en la que ponía: «40 años envenenados y condenados a vivir como en 1981 por el abandono del Estado. Víctimas: enfermas aceite de colza». Tras esto, la seguridad del centro intentó sacarlas de ahí pero estas amenazaron con tomar pastillas si el Gobierno no hacía nada por ellos.
Cuarenta años después los afectados demandan que se investigue lo sucedido, también solicitan una mejor asistencia médica y un trato más digno.
Actualmente, existen ayudas hacia las personas con el Síndrome Tóxico, sin embargo, parecen no ser suficientes. Se les garantiza una paga mínima mensual por cada familia afectada. La Seguridad Social se encarga en parte de dicha ayuda, la cual se puede pedir de forma online.
«Seguimos Viviendo», es la Asociación de la Plataforma de Víctimas del Síndrome del Aceite Tóxico. Esta se encarga de que las personas que padecen dicho síndrome nunca caigan en el olvido y siempre se les dé aquello que les pertenece, una vida justa. Luchan contra las pocas ayudas que el Gobierno proporciona a las víctimas, siempre trasladando sus responsabilidades a otras entidades dejando a estas personas en el olvido. FEDER, es una asociación que trabaja en nuestro país para dar voz a todas aquellas personas con una enfermedad patológica, y otra entidad que ha querido ayudar a las familias afectadas. Esta, se reunió con «Seguimos Viviendo» para llegar a un acuerdo en el que ambas instituciones trabajarán unidas para acabar con la injusticia del aceite de colza.
Un “producto combustible”
En España el aceite de colza es difícil de encontrar, la gente que lo consume lo adquiere de países como Francia o Alemania, en este último es el aceite más consumido. La culpa de su mala reputación en nuestro país es el recuerdo del síndrome tóxico.
El aceite de colza es un producto industrial que se usa como lubricante para maquinaria, sin embargo, en otros países también se utiliza para cocinar. Debido a su alto grado de ácido erucico, está fuera de la industria alimentaria en España.
Al aceite de colza también se le conoce como «aceite de canola». En 1965 la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) declaró la canola no apta para consumo humano debido a su alto contenido en acido erucico. Canadá decidió buscar la manera de poder utilizar esta planta ya que sus semillas contenían bastante aceite y eran muy resistentes al frío. Lo que hicieron fue mezclar plantas para encontrar otra variedad que pudiesen utilizar, para que nadie sospechase que esta nueva variedad tenía algo que ver con la planta que había sido declarada anteriormente como «tóxica», le cambiaron el nombre a «canola». En España a este aceite se le conocía como «aceite de nabina» puesto que el aceite de canola tenía muy mala fama tras un envenenamiento y centenares de enfermos en los años ochenta.
Este producto contenía anilina, un compuesto orgánico muy tóxico si se ingiere, de uso habitual en la industria. El proceso de manipulación del aceite dio lugar a la creación de compuestos tóxicos que causaron el envenenamiento masivo. Se trataba de aceite de colza desnaturalizado que se vendió fraudulentamente como si fuera de oliva.
Un alimento malo para el corazón
El alto contenido en grasas insaturadas es lo que lo hacen ser considerado como un alimento cardiosaludable. De hecho, comer una dieta rica en ácido alfa-linolénico (ALA) se ha relacionado con una reducción del 70% en eventos coronarios y muertes por enfermedad cardíaca, según informa Diane H.
Este estudio de prevención secundaria trata de comprobar en qué medida la dieta mediterránea puede reducir el riesgo cardiovascular tras un primer infarto de miocardio.
Pese a tener mala fama en España, lo que muchas personas ignoran es que, en realidad, decenas de productos que podemos encontrar actualmente en el supermercado contienen aceite de colza. En las estanterías de las grandes superficies se pueden encontrar galletas, pizzas, bollería, hummus, salsas y alimentos precocinados que tienen en su lista de ingredientes aceite de colza. Eso sí, a veces no figura con esta denominación, sino como nabina o canola, sinónimos que hacen referencia al mismo óleo.
Este cambio de nombres responde a una cuestión de marketing, porque como comentábamos anteriormente, en España tiene muy mala fama por dicha intoxicación alimentaria.
Excelente artículo! Me ha resultado muy interesante👏🏼
Está genial!!!! Muy currado
¡Qué buen reportaje!
La verdad es que desconocía este tema. Muchas gracias por explicarlo, me ha cambiado la visión que tenía sobre muchas de las cosas mencionadas.
Es un reportaje bastante interesante y te da mucha información sobre algo que ha afectado a la vida de muchas personas. Muy bien redactado
Un artículo muy interesante. Por lo que se aprecia, la desatención gubernamental de cara a la población, es algo que se lleva arrastrando desde hace muchos años. Una auténtica vergüenza.
Muy interesante!!
¡Un gran trabajo!
He podido aprender un montón de cosas que desconocía.
Así fue la historia del aceite de colza ,está bien redactado fue todo un envenenamiento masivo
¡Un trabajo maravilloso!
Cuantas cosas he podido aprender
Que interesante reportaje, sobre un asunto que fue noticia durante mucho tiempo en nuestro país y que afectó a tantas personas. La explicación es muy correcta y la redacción también. Un gran reportaje el de estos chicos
Excelente
Muy interesante este reportaje, sobre un caso que ocupó numerosas noticias durante muchos años y que afectó a tantas personas. Está todo muy bien explicado y la redacción me parece correcta. Un gran reportaje el de estos chicos
Muy interesante !
Esta genial!! Me ha encantado
Es una pena 🙁
Esta muy bien! Gran historia y reportaje!
Gran historia y gran reportaje!
Muchísimas gracias por toda esta información sobre un tema que desconocía totalmente. Muy buen explicado y estructurado. ¡Magnífico trabajo Javier! Estoy segura de que llegarás muy alto como periodista.
Javier y el resto de compañeros por supuesto.
Muy buen reportaje!! Deberíamos preocuparnos más de lo que comemos.
Me ha parecido un tema muy interesante del que apenas conocía información. Gran labor de investigación.
Buen reportaje!!
Me ha encantado! Es súper interesante 😃
Me ha encantado, un tema que muchos desconocen y que ha hecho muchisimo daño
Fue tremendo, el desconocimiento y la poca información sobre el tema….
Super interesante!