Controles policiales por perfil étnico: estar y no pertenecer

Migrar es un derecho, ningún ser humano es ilegal

Foto tomada de: lapeste.org

• La parada e identificación de personas en base a sus características personales supone una práctica policial difícil de erradicar

• Estas prácticas hace que los discriminados tengan mayores dificultades para integrarse en la sociedad

Las identificaciones por perfil racial son una «práctica persistente y generalizada de control identitario», en palabras del relator especial de la ONU. La perfilación racial es ilegal porque el ordenamiento jurídico español prohíbe las identificaciones discriminatorias , sin embargo, el TC español es el único de Europa que justifica las identificaciones por color de piel u otros supuestos étnicos cuando se producen en el marco del control migratorio. Además, el principio de no discriminación es transversal a los derechos humanos. Por ello, la perfilación racial constituye una clara vulneración a los derechos fundamentales. 

Los avances se van produciendo en todas las áreas. Es algo natural. Sin embargo, en ciertos aspectos morales, determinados núcleos de la población siguen anclados a idearios más propios del siglo XIX que del actual. Solo hay que ver las múltiples noticias que vemos un día de hoy en los telediarios: agresiones homófobas, violación de mujeres, el racismo por las calles o acoso escolar. Estos son solo algunos de los problemas actuales que urge erradicar de manera inmediata. Para ello, la educación juega un papel fundamental, unido a la cultura social que se va adquiriendo desde que somos pequeños. Todos los temas que hemos mencionado anteriormente conllevan un importante análisis detallado.

El racismo policial en Estados Unidos es una realidad.

Nosotros, en este trabajo, vamos a focalizar nuestro estudio en el racismo. Trataremos de desmenuzar para averiguar ¿Por qué en 2021 siguen produciéndose situaciones de esta índole? El racismo da para mucho de qué hablar. Se puede tratar de distintas percepciones y ámbitos. Se nos es imposible abarcar todas sus distintas variables en este reportaje. Por ello, hemos decidido relacionarlo con el Un país donde los casos de abuso policial se producen con frecuencia. tema policial . La labor de la policía en estas coyunturas ha generado siempre controversia. Esta controversia, mayoritariamente, viene producida por altercados que incurren al otro lado del Atlántico. Sí, en Estados Unidos .Sin embargo, en el último año todo se ha acentuado más con la muerte de George Floyd George Floyd a causa de un policía. Este caso generó una conmoción mundial, más allá de las fronteras norteamericanas, y resaltó una dura realidad: los abusos policiales siguen produciéndose. A ello hay que sumarle la impunidad que reciben en la mayoría de estos casos. Toca mucho por hacer para poder revertir esta tendencia. 

En España no hemos tenido casos de tanta relevancia como el de Floyd pero los cuerpos de seguridad no están ajenos a todo esto. Mismamente, el mes pasado, el Consejo de Europa, reflejó en un demoledor informe , donde constataba un considerable número de denuncias de malos tratos, golpes, agresiones verbales para arrancar confesiones u obtener información en las comisarías españolas. En muchas de estas denuncias están involucradas personas de otras razas provocando así un debate de riguroso tratamiento ¿Existe racismo en el ámbito policial? ¿Se realizan más controles a una persona en función de su nacionalidad? ¿Qué pesquisas siguen los policías para realizar estas paradas?Estas son solo algunas de las preguntas que trataremos de responder en las siguientes líneas.

Aún encontrándonos en uno de los países más avanzados del globo y en el siglo XXI, se sigue percibiendo cierta desaprobación hacia los inmigrantes. Según un estudio llevado a cabo por la Dirección General de Igualdad de Trato para conocer el pensamiento de la población inmigrante sobre su estancia en España, más concretamente a los africanos, nos muestra que el 60% de las instituciones que los representan declaran que se respira un aumento de discriminación en los últimos años debido al surgimiento de discursos racistas en ciertos medios de comunicación y, sobre todo, en el ámbito político. De este estudio, el 50% de los participantes afirma haber sido detenido al menos una vez por la policía y un 85% declaran que reciben un peor trato que cualquier otro ciudadano de diferente procedencia.

El Ministerio de Igualdad lanzó una encuesta en línea a la que respondieron 1369 ciudadanos y 42 organizaciones, titulada «Aproximación a la población Africana y Afrodescendiente». A esta encuesta concursaron participantes nacidos en España (47%) y con la nacionalidad española (71%). De este total, el 60% declara que no se sienten países correspondientes a la nacionalidad del debido a que el cuestionamiento y la discriminación constantes sobre sus orígenes es una problemática con la que tienen que lidiar prácticamente a diario. A esto va ligado que, debido a estos infortunios, España sea considerado por los participantes de la encuesta como un país racista.

La discriminación en estos controles es una realidad 

Un ejemplo claro de racismo de los cuerpos policiales es el joven pakistaní Zeshan Muhamma . El joven fué parado por la policía mientras estaba sentado en un banco con un amigo, cuando un coche de policía paró a su lado y uno de los agentes le reclamó que se identificara. Zeshan preguntó el motivo e insistió que si tenía que ver con su color de piel y el policía respondió que sí, que lo hacía porque era negro.

Según el testimonio del joven, la Policía Nacional preguntó por su documentación acompañada de comentarios racistas y un bofetón por parte de uno de los agentes, que siguió con su detención y lo llevó a comisaría, donde fue sancionado por oponerse a identificarse. Las vías judiciales españolas de Muhamma fueron agotadas y tuvieron que recurrir a Estrasburgo. En 2014 presentó una reclamación al Ministerio del Interior, la cual fue rechazada debido a la falta de evidencias. También fue rechazado por el Juzgado Central de lo Contencioso-administrativo y el Tribunal Constitucional. Esta historia no sólo demuestra que el fallo se encuentra en los cuerpos policiales, sino que también se trata de una carencia considerable por parte del sistema judicial español.

La policía nacional realizando identificaciones

Foto tomada de: diario.es

No hemos conseguido hablar con ningún policía y tampoco hay estadísticas que certifiquen que la policía para de manera desproporcionada a grupos minoritarios, pero está claro que siguen unos patrones para realizar este tipo de controles y persiguen a un perfil específico que suele ir en relación con su etnia.

Todos lo hemos visto con nuestros propios ojos y hay millas de testimonios y según el diario.es : «una encuesta publicada por la Universidad de Valencia en 2013, las personas blancas que vivido un control policial durante los dos años anteriores representaban un 6% frente al 22% de latinoamericanas, el 39% de las personas negras, al 45% de las árabes y el 65% de las gitanas. Resultados similares halló, en un estudio de 2008, la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA). »

Y es que esta discriminación afecta en como estos grupos minoritarios no se sienten integrados en la sociedad. Sienten que por el eco simple de ser «negros», «gitanos», etc. son peligrosos y es que así los ve mucha gente. Les paran y cachean de manera humillante en estaciones de metro repletas de gente, que observa y no se queda indiferente ante esa situación. Prácticas cotidianas como hacer la compra o asistir a un centro de salud se encuentra en un riesgo para aquellos que son criminalizados y avergonzados. 

Aunque no digamos que los cuerpos policiales son racistas, estas prácticas son discriminatorias para estos ciudadanos que intentan reinsertarse en nuestra sociedad, pero de una manera u otra no les dejamos. Para las personas racializadas la sobrevigilancia reforzará los estereotipos socioculturales. 

Desde la tecnología ha surgido una respuesta. El grupo SOS racisme, presentó la primera app que sirve para mapear y denunciar este tipo de prácticas del estado español. 

Este tipo de controles son evidentemente discriminatorios. Generan automáticamente una frontera invisible que separa a las personas por lo que parecen ser y no por lo que hacen. Normalizar el control policial de unos grupos específicos es una violencia directa. 

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