La enseñanza bimodal no está a la altura
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La enseñanza bimodal no es una opción
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Aumenta un 175% la asistencia psicológica en las universidades
4 de marzo de 2020. Una fecha que marcó a toda la población española, junto al resto del mundo, cuando el Gobierno declara el Estado de Alarma para combatir la Covid-19. Este reportaje, con la colaboración de Variación XXI, se va a centrar en una parte importante de la sociedad, como son los estudiantes universitarios, en cómo fue y cómo se sintieron cuando la enseñanza pasó a ser online, luego una bimodal y después, otra vez una completamente presencial. Sus inquietudes, sus problemas, sus opiniones. En definitiva, todos los cambios que se han producido en la educación y en sus propias vidas a raíz de esta pandemia mundial.
En este escenario, tanto profesores como alumnos tuvieron que adaptarse a las nuevas circunstancias. Las clases pasaron a realizarse, en un primer momento, de manera completamente virtual. Ésto supuso una gran presión tanto para el alumnado como para el profesorado, que tuvieron que ajustarse a esta Normativa COVID UCM. Además, el paso a la docencia online tuvo que realizarse con gran rapidez, por lo que se tuvieron que rediseñar los programas de las diferentes asignaturas así como los medios donde impartir las clases virtuales en cuestión de escasos días.
El cambio de lo presencial a lo virtual fue fatigoso
Un estudio realizado por La Revista Latina de Comunicación Social, denominado ‹‹Revista educación en tiempos de pandemia: reflexiones de alumnos y profesores sobre la enseñanza virtual universitaria en España, Italia y Ecuador››, trata exactamente sobre lo que piensan tanto los estudiantes como el profesorado sobre las lecciones vía Internet.
Mediante éste, llegaron a las siguientes conclusiones: En España, la mayoría de los estudiantes universitarios consideran que el paso de lo presencial a lo virtual fue negativo. El 93% piensa que el cambio fue perjudicial para ellos. Además, un 39,5% creen que la calidad de las clases ha caído, siendo más nefasta. Un 27,9% considera que esta modalidad ha supuesto una mayor cantidad de trabajos. El 19% de los alumnos deducen que en este entorno tienen una menor capacidad de aprendizaje, así como el 13% que ven este medio menos estimulante.
Es por esta investigación, por la que se ha escogido a diferentes alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, para que dieran su veredicto sobre las clases en tiempos de pandemia.
Carlota Martínez, alumna de Periodismo, confiesa que durante los primeros meses, únicamente un profesor le dio todas las clases bien dadas, pero el resto de profesores decían que todavía no sabían, porque no habían aprendido, o tenían fallos técnicos o cualquier otra excusa.
Por otra parte, afirma que es más fácil dejar de prestar atención en las clases online, recuperando la idea de que este formato es mucho menos estimulante.
‹‹Me vino bien en parte porque no tenía que madrugar tanto, no tardo en el transporte público y no pierdo tiempo. Pero se hizo duro el no ver a los compañeros, no socializar con nadie y estar todo el día encerrada en casa››, admite Paula Morito, alumna de Periodismo de la UCM.
Vuelta a las aulas con restricciones
Ya en el nuevo curso 2020/2021, que comenzó en septiembre, las aulas comenzaron a incorporar a los alumnos, pero por tandas. La mitad iban a clase y la otra mitad lo veían desde casa. No podía ir todo el grupo al completo, debían guardar la distancia de seguridad en todo momento y debían portar mascarillas. Se establecieron dispensadores de gel hidroalcohólico en todas las entradas y salidas, y las puertas y ventanas debían mantenerse abiertas durante toda la clase.
Para no dejarse llevar por las declaraciones de los alumnos como única respuesta relevante y verdadera, se encuentra el testimonio de una profesora del centro.
La profesora de Derecho Constitucional de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, María Isabel Serrano Maíllo, cree que la enseñanza bimodal no es la más adecuada.
Según expresó, el primer problema que tuvieron es que no tenían los medios necesarios para adaptarse a un sistema bimodal. Tenían que manejarse con el portátil, de manera que los alumnos que se encontraban en sus casas, no veían realmente bien las clases. Por tanto, los que estaban presente en clase, podían interactuar, pero los que estaban online eran más bien oyentes que apenas participaban.
Los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información no quedaron contentos con este nuevo sistema implantado. Pues como considera Alba Rodríguez, alumna de este centro, no estaba bien organizado y deberían haberlo hecho mejor ya que realmente acudías a clase para una hora y a la siguiente tenías que volver a casa.
Paula Morito tampoco creía que estuviese bien organizado. En su caso, tarda una hora en ir a su casa desde la facultad, por lo que tener una clase online y otra presencial seguidamente, le resultaba imposible. O se quedaba en casa y lo hacía todo online o debía ir al centro desde el primer momento, viendo la clase virtual desde allí para así poder llegar a todas.
No obstante, para algunos alumnos el volver a las aulas aunque fuera para hora y media que dura una clase fue un gusto. Es el caso de Nico Fernández, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, que alega que la vuelta fue un ‹‹soplo de aire fresco›› porque llevaba muchos meses con las clases online y tenía ganas de volver a la facultad y a la presencialidad.
‹‹Lo podíamos haber hecho mejor, pero nos pilló a todos de nuevas e hicimos lo que pudimos. Fue un año, no perdido, pero se aprendió mucho menos de lo que se suele aprender en una mecánica directa de participación de los alumnos. Si tenemos en cuenta que a algunas asignaturas sólo venían la mitad de los alumnos, pues muchos se quedaban en casa y se preparaban para el examen final y ya››, confirma María Isabel Serrano, profesora de la facultad.
Psicológicamente nefasto
Algunos expertos en salud mental han tenido la oportunidad, por desgracia, de vivir en primera persona las secuelas psicológicas que fue dejando este contexto de semi-presencialidad en el alumnado.
Así, Antonio Capafons, director de la Clínica de Psicología de la UV señala que los cuadros de ansiedad se han visto incrementados en un 30-40% desde que se iniciaron las clases presenciales debido a la incertidumbre que supone el no saber si habrá una nueva ola, cómo avanzará el curso… algo que afecta especialmente a las personas que aún están desarrollando sus habilidades y destrezas para alcanzar la independencia.
Por otra parte, Cristina Larroy, directora del servicio Psicall de la Universidad Complutense de Madrid, apunta en una Entrevista Cristina Larroy para Cadena Ser, que se ha encontrado un número considerable de alumnos que han tenido que recurrir a este servicio tras haberse sometido a un periodo de confinamiento donde recibían clases online sin ningún tipo de contacto con compañeros, profesores, personal… y al salir se han visto envueltos en una situación de presencialidad similar a la previa a la pandemia, lo que les ha ocasionado dificultad a la hora de seguir la formación, crear un hábito de estudio, y que además presentan alteraciones afectivas y ansiedad, lo que aún dificulta más sus labores como estudiantes.
Además, el equipo de Psicall asegura que el uso de este servicio ha tenido un aumento de un 175% con respecto a 2018-2019, que, aunque los motivos no sean directamente la nueva modalidad de enseñanza, sí que está relacionado con el aprendizaje en este contexto post-pandémico. Los expertos de Psicall indagan sobre qué es lo que está ocasionando las dificultades y/o malestar a la hora de trabajar, estudiar, etc. y proporciona técnicas que faciliten la superación de estos retos académicos, como técnicas de relajación, de estudio, de autocuidado, etc.
La presencialidad total es la favorita de todos
Tras un año de enseñanza bimodal, en el curso 2021/2022 se apostó desde el principio por la Vuelta a la presencialidad , siempre y cuando no hubiera grandes repuntes o nuevas olas de COVID. Las clases pueden venir al completo, pero el uso de mascarillas y la buena ventilación en las aulas siguen siendo el pan de cada día.
Está claro que tras meses de clases online o bimodal, la enseñanza presencial se ha cogido con ganas, tanto para alumnos como profesores. Todos los alumnos entrevistados han llegado a la conclusión de que prefieren la presencialidad.
A Alejandro Medina, alumno de Periodismo de la UCM, no le ha costado volver a la presencialidad, no considera que esté siendo tan duro. Y aunque se haya vuelto a la presencialidad, las clases le parecen más ‹‹light›› que antes de la pandemia.
Para los profesores la presencialidad también es el mejor método para la enseñanza. María Isabel Serrano, profesora de Derecho Constitucional del centro, establece que, para ella, volver ha supuesto la máxima felicidad. Aunque lo malo de ahora es que algunos alumnos piensan que pueden quedarse en casa y les deben facilitar todo.
Asimismo, piensa que era el momento de volver a la normalidad, porque ya todos están vacunados, y manteniendo las ventanas abiertas y las mascarillas, el riesgo continúa pero en menor grado.
Con lo cual, la mejor decisión que se ha podido tomar en el momento tan avanzado que estamos de la pandemia, ha sido la de retomar la presencialidad al 100%, puesto que tanto para alumnos como profesores es la mejor opción y donde realmente se puede mantener una enseñanza que esté a la altura. El virus aún no se ha extinguido, pero es un peligro que se encuentra igual en clase, en los bares o en las calles.
Una realidad, por desgracia. Creo que es un sentimiento compartido por el 99% de los estudiantes. Quién prefiera la modalidad online o no pueda compaginarla por motivos personales, existe la UNED. Quienes pagamos una matrícula presencial queremos una educación presencial y de calidad, cosa que últimamente brilla por su ausencia… Gran artículo y súper interesante. Enhorabuena!!
Estoy de acuerdo con la modalidad presencial, pero al menos un 10 % del tiempo debería ser online, o al menos , saber menejar programas como classroom,google meet o Skype.
Interesante artículo. Pienso que todos hemos tenido que adaptarnos a las circunstancias. Los jóvenes son fuertes y deberían aprender de nuestros antepasados que han vivido cosas muchísimo peores y aún así han sacado a toda una familia adelante. No quiero decir con esto que ellos tenga la culpa de nada , simplemente que debemos aprender , progresar y adaptarnos a las circunstancias. Todo tiene solución en esta vida menos una cosa. Ánimo a tod@s.
Muy Buen artículo,con muchas iniciativas y fomenta la buena enseñanza dedicada a una mejor proyección en el futuro de ideas brillantes
Muy interesante el artículo
Este virus al igual que otros tantos, se convierte en algo normal, y tenemos que convivir con el, hasta que todos estemos inmunizados.