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periodismo universitario en internet

El Metaverso: la nueva tecnología de nuestra generación

El Metaverso: la nueva tecnología de nuestra generación

Portada del reportaje «El Metaverso: la nueva tecnología de nuestra generación» – Miguel Rodríguez

  • La revolución de META, el universo paralelo de Facebook, introduce este término en el debate contemporáneo

  • Conceptos como la realidad social y la privacidad en redes funden sus límites y expertos sociólogos alertan de la dependencia virtual

La historia nos ha hecho partícipes de una inmensa multitud de innovaciones, tanto físicas como tecnológicas, en cualquier espacio o ámbito. Es más, hay tecnologías -como los smartphones- que han calado en el ser humano y que en su época no se pensaba que llegaran a ser tan relevantes. En la actualidad, y con el paso del tiempo, las nuevas tecnologías forman parte de la vida cotidiana, ya no podemos vivir sin un móvil. El ser humano tiene miedo al cambio, a la evolución. Sin embargo, este proceso es inevitable: adaptarse o morir, relataba Charles Darwin. Pues bien, la llegada de los nuevos universos virtuales o metaversos son un reflejo de este miedo. Términos como la realidad virtual o las criptomonedas empiezan a cobrar vida en una sociedad todavía inadaptada a estas tecnologías. Facebook o, mejor dicho, META, es la empresa más grande que ha decidido dar este gran salto. 

 

META, el nuevo universo de Facebook

La nueva imagen de Facebook apuesta por el incipiente metaverso que, tarde o temprano, formará parte de la vida de toda persona. «Este mundo es el futuro. Cuanto más podamos ganar todos con el metaverso, todo será mucho mejor» comenta el joven inversor Cristian Cosa sobre el nuevo universo y la importancia de adentrarse en estos mundos lo antes posible. 

Aunque este mundo sea totalmente nuevo y esté despegando como concepto de actualidad, el escritor Neal Stephenson ya concibió la idea de un universo digital que utiliza la realidad virtual en su libro Snow Crash hace ahora casi tres décadas, en 1992. 

Un metaverso es un mundo totalmente virtual en el que se incorporan factores o acciones tradicionalmente físicas (coger objetos, establecer relaciones físicas con otras personas…) con elementos propios de la tecnología de la realidad virtual. Es decir, trasladar aspectos de la vida cotidiana del espacio físico a un espacio totalmente virtual. Es muy importante saber diferenciar entre el mundo virtual y la realidad aumentada, puesto que este último concepto hace referencia a la combinación de elementos virtuales con el mundo real y físico. Esta realidad aumentada suele utilizarse para asistir o ayudar a personas en su día a día. 

Pues bien, la versión de metaverso que crea Stephenson ha sentado las bases del mundo virtual actual. Sin embargo, las posibilidades que se presentan en estos nuevos mundos hubieran sido inimaginables en aquella época. Además, el concepto del metaverso ha propiciado una oportunidad de negocio sin precedentes, siendo empresas de gran renombre como Apple las que están buscando la mejor manera de adentrarse en esta nueva realidad. También ha supuesto una gran oportunidad para pequeños inversores como Cristian Cosa 

 

El metaverso: Una revolución

¿Cómo nos adaptamos a un avance tecnológico tan salvaje como el que se plantea con el metaverso? Los sociólogos tienen parte de la respuesta, o al menos plantean una explicación para lo que se nos viene. Arturo Lahera Sánchez es profesor Titular de Ergonomía y Sociología del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid y estima que si las proyecciones de interactuar en un mundo virtual como plantea el metaverso se cumplen, su opinión como sociólogo es que «supondrá una revolución».

«Desde el punto de vista de la realidad de la tecnología, creo que aún queda un largo trecho para que eso ocurra y probablemente la realidad difiera de esta imagen que tenemos del metaverso en la actualidad porque la tecnología va a avanzar más lento de lo que creemos», explica Lahera. Un ejemplo de este aún déficit tecnológico son las gafas de realidad virtual que aún no han penetrado totalmente en el mercado español. El doctor Lahera ahonda más en su opinión acerca de la realidad virtual en el siguiente vídeo

Tener un mundo paralelo, un metaverso, se puede convertir en una especie de fuga y evasión de ciertos puntos negativos de la vida real. No obstante, el sociólogo titular por la UCM avisa de que el metaverso «podría convertirse para algunos en una fuente de adicción en el que en vez de un equilibrio con el mundo real se convierta una dependencia del mundo virtual o se puede convertir en un infierno en el sentido de que lleve al máximo control absoluto en regímenes totalitarios». Pero estos riesgos psicosociológicos, explica, no son nada nuevo frente a lo que pueden producir otras tecnologías.

Hablando de capacidad económica y financiación, precisamente señala Lahera dos claves. La primera, el desarrollo: «El metaverso estará en un proceso de ensayo y error, no me parece descabellado la inversión que están haciendo las empresas. Debe tener mucha calidad para superar la presencialidad. No creo que sea eficaz a corto plazo». El segundo punto, la accesibilidad a una nueva tecnología: «Siempre habrá grupos sociales que tendrán menos posibilidad de acceder por su menor capacidad económica», alerta el docente.

 

La privacidad se come el beneficio

El boom del anuncio de Meta por parte de Mark Zuckerberg a finales de octubre nos ha acercado al término de metaverso. A expensas del desarrollo económico a medio plazo de la matriz que engloba a Whatsapp, Facebook e Instagram, las acciones de Meta se han visto perjudicadas en los últimos meses por los comentarios negativos sobre el modelo de negocio de Facebook de la denunciante Frances Haugen

Haugen compareció ante el subcomité de tecnología de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a principios de esta semana, después de acusar en octubre al gigante de las redes sociales de poner los beneficios por encima de la seguridad de sus usuarios. En este trayecto desde el anuncio en otoño, las acciones han perdido más del 20% desde su cierre récord del 7 de septiembre, borrando más de 230.000 millones de dólares en valor de mercado.

Histórico de la evolución del valor de las acciones de META

Gráfico del valor de las acciones de META tras el anuncio de su metaverso – Bloomberg a través de El País

Zuckerberg y la privacidad no se llevan bien. Y el norteamericano es el amo de las redes, o al menos de algunas de las más importantes. Numerosos estudios han resaltado los problemas en la salud mental, sobre todo en niños y adolescentes, que causan plataformas como Facebook, Instagram o WhatsApp, todas ellas propiedad de Meta. Todos ellos refrendados por los documentos internos filtrados por Frances Haugen a diversos medios apuntan a que la compañía de Mark Zuckerberg sabía de los efectos negativos en la salud mental y se tomaron medidas muy laxas para controlar la toxicidad. Y a veces miraba hacia otro lado. 

Adam Mosseri, CEO de Instagram y uno de los hombres fuertes dentro del conglomerado de Zuckerberg, ha asegurado en el Senado de Estados Unidos que, al menos en el caso de Instagram, resulta positivo en los más jóvenes. Habría que preguntarse si es ético el futuro beneficio del metaverso a costa de una menor privacidad de los usuarios, nosotros, a sabiendas de que los que dirigen las plataformas blanquean a su propia empresa. Lahera, nuestro sociólogo contactado, ve un peligro el acceso de las compañías que construyen, difunden y gestionan los metaversos para acceder a la información casi absoluta de los sujetos, personas que interactúan con el metaverso.

De hecho, desde Meta echan balones fuera. Tras estar el líder, Zuckerberg, sentado ante los legisladores de los Estados Unidos siendo juzgado por el sesgo político y la vulneración de privacidad en el caso de Cambridge Analytica, entonces sí se arrepintió: «Está claro ahora que no hicimos suficiente (…) Fue un gran error. Fue mi error, y lo siento». Ahora, ¿es META un lavado de imagen? Expertos del periodismo tecnológico, como Cristina Galindo y Manuel G. Pascual, plantean que el nuevo modelo de negocio, META, es una huida hacia adelante del gigante tecnológico que no consigue borrar su pasado. 

A la vista de que Meta tiene otra realidad del impacto que tienen sus plataformas en la salud mental, más de 300 científicos especializados en psicología, tecnología y salud ya han pedido investigaciones independientes sobre este polémico asunto a través de una carta abierta a Zuckerberg.

 

El metaverso de META ya es una realidad

El mundo virtual está creciendo a pasos agigantados, tal es la progresión de este proyecto que ya hay gente que apuesta por META, invirtiendo, en algunos caso, cantidades indecentes de dinero. Un claro ejemplo es la compra de un yate llamado Metaflower Super Mega Yacht por un total de 650.000 dólares o la compra de una parcela de 565 m2 por un total de 2.5 millones de dólares. 

Yate de lujo «The Metaflower Super Mega Yacht»

El yate de lujo «The Metaflower Super Mega Yacht» es adquirido por la cantidad de 650.000 dólares – Hipertextual

Pero no sólo los usuarios apuestan por este mundo paralelo al real, también múltiples empresas de moda confían en la llegada de META creando diferentes colecciones de ropa para los avatares del mundo virtual. Zara ha sido una de las empresas promotoras de esta tendencia, creando su primera colección virtual llamada «AZ» para que tu avatar se vista a la última y con las novedades más recientes de la marca. 

Nike, una de las empresas más reconocidas del mundo, también se ha puesto manos a la obra. La marca de la victoria ha creado un metaverso -llamado Nikeland- dentro de la plataforma de videojuegos Roblox, donde los jugadores pueden vestir los mejores atuendos y conjuntos de la marca. «Sin ir más lejos, Justin Bieber ha tenido recientemente un concierto en el metaverso. Ariana Grande también ha dado otro concierto con un concepto muy parecido», afirma Cristian Cosa.

El universo de Zuckerberg ya está en marcha, tarde o temprano, calará en la vida de las personas. Más pronto que tarde la población mundial tendrá unas gafas de realidad virtual en sus hogares donde intercalarán su presencia en el mundo real con el nuevo universo digital.

 

Publicidad masiva, que no inofensiva

Lo dicho, el metaverso es una realidad. Y, es que, la realidad social se está asemejando cada vez más a la virtual. Como si de un ordenador se tratasen, las empresas siguen patrones fijos para conseguir su objetivo. Más fácil de explicar: lo monetario supera lo humanitario. Las empresas se convierten en tiburones que huelen el dinero como la sangre. ¿Un ejemplo desvirtualizado o incluso drástico? No tanto. La masificación de la publicidad va de la mano con las redes sociales (precursores globales del mundo virtual), con las empresas como telón de fondo.

Funcionamiento de las gafas de realidad virtual «Oculus Quest 2»

Uno de nuestros colaboradores con el dispositivo de realidad virtual «Oculus Quest 2» – Miguel Rodríguez

Nada es casualidad. Cuando un producto es gratis, el usuario pasa a ser un producto. Todos los usuarios de la red son productos, o más bien, conocedores de productos. Todo ello tiene una estrecha relación con la publicidad y la escasa privacidad de los usuarios. Se toma con normalidad, por nuestros hábitos en la red, aparecen unos anuncios u otros. Pero imaginen esta situación en la realidad social, en la calle. ¿Se sentirían cómodos? Pues eso.

El beneficio se come a la privacidad. Por tanto, ¿sale rentable perder la privacidad, el ser, por querer tener una doble vida? Aunque todo es cuestión de límites. Pero, claro, si la inmensa mayoría de estos límites son impuestos por los creadores del producto o por influencers de la misma red… No salen las cuentas. La realidad social se resquebraja como si fuera la serie Digimon. De manera metafórica, pero se está creando, cada vez más, un portal entre uno y otro mundo. Porque, sí, son mundos diferentes. Clave la diferenciación.

 

¿Dónde acaba la realidad social?

Aunque no todo es malo. Sería pecar en la demagogia. Sí, existen sentimientos en la red y puedes socializar como lo harías en la realidad social. Pero es un camino lleno de obstáculos, y de comodidad por parte del usuario. Piensan que está todo hecho. Dos conceptos que juntos colisionan. Llegará un momento en el que priorice la realidad virtual. Triste, será triste. Priorizarán los píxeles a los colores. La vida misma, vaya. Nada que ver.    

Eventos en el metaverso

Algunos de los muchos eventos que se suelen realizar en el metaverso con el dispositivos de realidad virtual «Oculus Quest 2»

Es cuestión de intereses, en dos vertientes: el interés empresarial y el interés del usuario. Obviamente, los empresarios están deseosos de lanzar un formato de producto que ya triunfa, pero de manera masiva. Ampliar el mundo virtual para disminuir la realidad social. ¿Es más cómodo cambiar el mundo desde la cama? Sí, pero nadie es Ramón Sampedro. Ahí entra el interés del usuario, que quiera adentrarse más o no en el mundo virtual. 

Los usuarios son libres en sus decisiones. Excesivamente libres, lo que provoca una banalización de las mismas. Sí, será divertido… Sin embargo, cuando se toma una decisión, si no se es consciente, caes en la tendenciosidad del creador. Caes en su saco. Otro más. Por tanto, reflexión. Se está controlando un espacio creado por otro que no eres tú. ¿Qué seguridad da eso? No conviene mezclar ambos mundos. Menos cuando prioriza el entretenimiento. Porque la vida no es entretenimiento. La vida, realidad es. Cruda.

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