Gordofobia y body positive en redes sociales: combatiendo el estigma
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Visibilización del activismo contra la gordofobia en Internet
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Ejemplos y campañas de body positive
¿Te imaginas entrar en una tienda de ropa y que alguien te diga de repente: «Aquí no hay talla para ti», y te nieguen el acceso a compra por tu aspecto físico? Montar en un ascensor e inmediatamente todo el mundo mire la resistencia del ascensor, y que si pita por exceso de peso, aunque hayas pasado la primera, todo el mundo te mire a ti, haciéndote culpable. Te montas en un avión y el cinturón no te lo puedes abrochar y pides al personal de vuelo que te facilite un extensor y te preguntan si estás embarazada como justificación a dártelo. Vas al médico por un dolor de muelas y el facultativo te dice: «tienes que adelgazar». Si padeces cualquiera de estos comportamientos es que sufres gordofobia, discriminación por tu aspecto físico.
El término gordofobia es de origen anglosajón fat y phobia, rechazo y discriminación hacia las personas gordas, sobre todo mujeres, aunque los hombres también lo sufren por no tener un cuerpo normativo, el delgado. Este rechazo puede provenir de otras personas o de la propia persona que no cumple los cánones de belleza ideal por su aspecto y se siente rechazada por los demás pero tampoco se acepta o se quiere así misma.
Los cánones estéticos han ido variando a lo largo de la historia y no es hasta la primera mitad del siglo XX cuando se inicia la mercantilización del cuerpo y se impone la delgadez como cuerpo normativo, hegemónico de ideal de belleza, saludable como único válido y socialmente aceptado. Esta idea fue impuesta por la moda, la cultura de las dietas y los medios de comunicación que difundieron un canon de belleza ideal sumado a las divulgaciones de autoridades sanitarias y pseudocientíficos que acompañaban el discurso como validante. Adicionalmente, las campañas de publicidad de industrias como la estética y la cosmética que sólo muestran cuerpos normativos delgados. Aunque esto ya está cambiando, como veremos más adelante, porque por ejemplo, hay campañas como la de Dove y Adidas, que muestran en la publicidad de sus firmas modelos de todas las tallas.
En esta cuestión también juegan un papel muy importante los medios de comunicación, sobre todo la televisión, que tiende a emitir una imagen hegemónica de cuerpos normativos que no refleja el conjunto de la sociedad, de tal modo que la gran mayoría de mujeres que aparecen en pantalla en la programación diaria responde a un mismo canon estético. Lo que no se muestra no existe, por lo tanto, si sólo se exhiben cuerpos normativos, la juventud sobre todo, no tienen referentes de todos los cuerpos en los que verse reflejados como exitosos. Las redes sociales son escenario de debate de este asunto. Por una parte, se producen ataques, ridiculizaciones y humillaciones —que reciben la denominación de body shaming— a personas por su aspecto físico, ya sea la altura, la delgadez, la pilosidad o, por supuesto, la gordura. Por otra parte, son una herramienta de respuesta, reivindicación y empoderamiento de aquellas personas que sufren la gordofobia y un vehículo de apoyo para los colectivos que combaten la discriminación, como el activismo feminista, puesto que, en estos ataques, dirigidos casi siempre a mujeres, subyace un trasfondo machista y misógino.
La gordofobia en las redes sociales
Un ejemplo de ataques y reacciones en las redes los protagonizó la actriz y presentadora Adriana Abenia que preguntaba a sus seguidores en su cuenta de Instagram, a propósito de un anuncio de bañadores de la marca Roxy, qué opinaban sobre la presencia de mujeres con una talla grande, a la vez que acusaba a la marca de hacer apología de una enfermedad. La actriz recibió numerosas críticas rebatiendo la cuestión de salud que tantas veces se utiliza como arma para arremeter contra las personas gordas y señalando que la mujer a la que hacía referencia, Malia Kale Opaa, es una conocida deportista. Además tuvo un desencuentro público con Tania Llasera que defendió sus curvas y se ha convertido en una de las mayores abanderadas del movimiento curvy desde que su cuerpo cambiase. Sin embargo, Adriana Abenia consideró que su discurso estaba cargado de hipocresía por este tema contestándole que: «Cuando tenía un cuerpo normativo no remaba por esa gente». Y se enzarzaron en una discusión que desencadenó en un debate social a la hora de criticar la visibilización en cualquier ropa de cuerpos diversos y la aceptación de los mismos en cualquier talla. Como siempre hubo adeptos y detractores sobre el tema pero generó debate.
¿Qué es el body positive?
El body positive es un movimiento social que promueve la aceptación de los cuerpos tal y como son, destacando de forma positiva el aspecto que tiene cada cuerpo y huyendo de la búsqueda constante de defectos en nuestra imagen física. Inicialmente el objetivo de este movimiento era el empoderamiento de las personas con sobrepeso y se ha hecho extensivo a cualquier característica corporal. Se trata de visibilizar lo que tradicionalmente se han considerado defectos, como marcas en la piel, cicatrices, estrías, etc., y se han ocultado en una búsqueda de una perfección utópica.
En la actualidad, son muchas las marcas que apuestan por el body positive para sus campañas publicitarias y el lanzamiento de sus nuevos productos; la empresa japonesa Shiseido lanzó un producto que en lugar de cubrir y ocultar las cicatrices y marcas resaltaba estas características al aplicarlo sobre la piel, tiñendo las zonas de las marcas de un llamativo color dorado. La idea surge de la cultura centenaria japonesa, concretamente de una técnica llamada Kintsugi, que repara las fracturas de una cerámica dañada rellenando las grietas con barniz de resina mezclado con polvo de oro o plata. La clave es mostrar las grietas características del objeto tras ser recompuesto en lugar de tratar de ocultarlas. La empresa cosmética propone con esto celebrar la singularidad y lo diferente bajo la filosofía «poner en valor lo que somos».
El problema de las tallas
Cualquier persona con corporalidad diversa, tanto muy delgada que se ha podido encontrar con el problema de no encontrar talla en una tienda de ropa estándar, tanto gordas o muy gordas, que habitualmente han tenido que recurrir a tiendas de “tallas especiales” con prendas diseñadas de forma específica, para gente más mayor, siempre con la idea de disimular la figura unas y de poder vestirse todas en cualquier talla. En algunos casos esta segregación ha terminado y la ropa de tallas más grandes se ha incorporado al tallaje general. Es el caso de Mango, que tras unos años comercializando bajo la marca “Violeta” tallas por encima de la 42, ha integrado las tallas XL en sus tiendas físicas y online, normalizando tallas que usan una gran parte de la sociedad. La moda de talla XXL está integrada en otras firmas como: H&M y grandes firmas en El Corte Inglés que tienen en la sección de señoras tallas plus size, que es otro eufemismo utilizado para no llamar tallas especiales pero está más globalizado. Firmas para corporalidades diversas como: October, Couchel, Elena Miró, Levi ‘s Plus o Woman de El Corte inglés, ésta última como marca propia. Adicionalmente, en otras firmas se ha integrado el “oversize” como tallaje inclusivo para todo tipo de cuerpos aunque no hayan delimitado el que figuren tallas grandes en su muestrario, como el caso de: Desigual, Agatha Ruíz de la Prada, etc.
Las campañas body positive de marcas de moda suelen recibir críticas airadas. Es el caso de Victoria´s Secret, que recientemente lanzó una campaña de ropa interior con modelos cuyo aspecto fue considerado por algunos usuarios de las redes objeto de mofa y desprecio, incluso la consideración de no merecer vestir una marca de prestigio con un cuerpo diverso. Encontramos de nuevo el body shaming como reacción al body positive.
Combatir la gordofobia no es una cuestión exclusiva de las personas gordas solamente con su activismo. Deberíamos de reflexionar sobre el respeto a las personas, independientemente de su cuerpo, sobre los límites de la injerencia en espacios íntimos, como la salud o el aspecto físico, que no debemos invadir sea cual sea nuestra intención, así como apoyar a las personas que reciben ataques indiscriminados por su peso desde la impunidad que ofrecen las redes sociales. Sería recomendable que nadie opinara del cuerpo de otro sin permiso, ni patologizar por su aspecto físico y tacharlo de saludable o no sólo con mirarlo, sin conocer su casuística particular. Que cada cual pueda mostrar su cuerpo en las redes sociales sin tapujos, sin discriminación, libres independientemente del cuerpo que se tenga. Cuando se consiga esta visibilización con normalidad en todos los cuerpos este cambio de paradigma en todas las tallas, habremos conseguido globalizar el canon de belleza.
!Enhorabuena por tratar con rigor un tema de tanta trascendencia!