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periodismo universitario en internet

Luchar para seguir volando: la situación de las azafatas

La situación de las azafatas. Vuelo, aviación, avión, azafatas y azafatos.

Tripulación de azafatas y azafatos de Iberia.

 

  • Como toda profesión, ser azafata tiene muchas luces, pero también sus sombras

  • En los últimos tiempos los auxiliares de vuelo han tenido que reivindicar sus derechos en numerosas ocasiones

 

Decía el poeta Cecil Day-Lewis: “Los que volamos lo hacemos por amor a volar”. Y es que solo el amor y la vocación te pueden hacer entregar, en cierta medida, tu vida a una actividad tan sacrificada como la del vueloTrabajar en el sector de la aviación tiene sus luces y sus sombras, sus cosas positivas y negativas. Cuando el ciudadano medio llega al aeropuerto con su maleta dispuesto a viajar, rara vez repara en pensar la de gente que está trabajando antes, durante y después de que el avión despegue y aterrice. Personas que pasan gran parte de sus días inmersas en un ida y vuelta constante y sin las que sería imposible surcar los cielos a bordo de un avión. Una de esas piezas claves en el engranaje de una tripulación son los auxiliares de vuelo o las azafatas y azafatos

 

Una profesión con muchas horas de vuelo

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Ellos son los encargados de la tarea crucial de la vigilancia y seguridad del vuelo, así como de la comodidad de los pasajeros. El significado de la palabra ‘azafata’ se adopta del cargo que ostentaban en el siglo XVI las viudas nobles. Éstas le llevaban a la reina la ropa y las alhajas en una cesta llamada ‘azafate´. Sin embargo, nada tiene que ver el papel que desempeñaban desempeñan las azafatas de vuelo, que pronto se convirtieron en una parte fundamental de la industria aeronáutica. 

No es casual que el término estuviese en femenino, ya que las mujeres fueron las primeras en desempeñar esta labor, sin embargo, con el paso del tiempo y con la inserción de los hombres en este desempeño, se extendió también al masculino; azafato. La primera mujer en ejercer el cargo de azafata fue Ellen Church en 1930. Una enfermera que cubrió el vuelo entre Oakland y Chicago. En los inicios de la profesión muchas enfermeras fueron reclutadas para este rol por sus conocimientos en primeros auxilios. 

Otro requisito que algunas aerolíneas impusieron fue el de que solo podían trabajar mujeres solteras. Y es que, desde el inicio, en esta profesión, también ha sobrevolado mucho el machismo. De hecho, antiguamente formaba parte de la labor de las azafatas el llevar conjuntos sexis. Uno de los grandes puntos de inflexión de esta profesión fue cuando el 22 de septiembre de 1946 la compañía Iberia cruzó por primera vez el Atlántico. Fue en ese mismo año, en 1946 cuando digamos que se instauró la figura de la azafata

Casualidades de la vida, hablamos hoy, en noviembre de 2022, con Raquel Bellver, azafata de Iberia desde hace 25 años, días antes de que ponga rumbo a Chile. Raquel nos cuenta que desde muy pequeña quiso dedicarse a lo que hoy se dedica. Al estar su padre también relacionado con la industria aeronáutica, ella desde muy chica se acostumbró al modo de vida y se enamoró del oficio de azafata. Para ella entraña un auténtico sueño y un privilegio dedicarse a lo que se dedica y poder hacerlo en una de las compañías más potentes a nivel mundial. 

No nos niega las sombras que conlleva el trabajo de azafata, aunque si desmitifica que tenga más cosas negativas que positivas. Ella es madre, tiene dos hijos, y se siente una afortunada de poder estar donde está. Tiene su base en Madrid y nos cuenta que al dedicarse a los vuelos intercontinentales puede pasar estancias más largas en casa. Es por ello, que conviene diferenciar a las personas que se dedican a lo que llaman en el argot de la profesión al corto/medio radio, es decir, a vuelos por España y Europa, y a las que, como ella, se dedican a vuelos intercontinentales, con más escalas y duración. 

 

Reivindicar por mejores condiciones laborales

Raquel Bellver y avión de Iberia. Vuelo, aviación, avión, azafatas y azafatos.

La azafata Raquel Bellver delante de un avión de Iberia.

El papel que desempeñan los auxiliares de vuelo sigue siendo el mismo que el de hace 25 años, cuando Raquel empezó a trabajar, sin embargo, en los últimos tiempos hemos visto como estos trabajadores han tenido que reivindicar sus derechos en numerosas ocasiones. De hecho, mientras se está escribiendo este reportaje, el colectivo SGNAF y UNAF, pertenecientes a la aerolínea AirFrancehan anunciado una huelga para enero. 

Bellver pone el foco de la problemática en cada aerolínea, y en cómo han ido empeorando las condiciones laborales con el tiempo. «No solo en este trabajo, si no en todos.» Ella señala que está satisfecha con sus condiciones, pero lo atribuye a que ya forma parte de otra generación de azafatas. Afirma que en el convenio que firmó en 1988 sí que recogían unas condiciones laborales dignas y bien remuneradas.

Ahora, señala, que el problema es de las nuevas generaciones que están entrando. Nos cuenta como a gente joven, que forma parte de su misma tripulación, les hacen contratos totalmente basura. Ella dice que es una injusticia que gente que desempeña la misma labor que ella, cobre casi tres veces menos. «Es verdad que la experiencia que personas como yo tenemos es un grado, pero es muy injusto.»

No obstante, insiste en que todo tiene mucho que ver con cada aerolínea. No es lo mismo trabajar con una aerolínea como Iberia, que lucha por compararse con compañías como Fly Emirates o Luftansa que trabajar para Ryanair o Vueling. Cada empresa es un mundo, y, como en casi todos los ámbitos empresariales, las más grandes y fuertes son las que tienen más musculo empresarial. 

Quedó demostrado durante la pandemia, donde se destruyeron miles de puestos de trabajo relacionados con el sector de la aeronáutica. Todo el mundo se paralizó, y los aviones se quedaron completamente parados. «Muchos de los que pertenecían a las compañías “low cost” se fueron a la calle. Afortunadamente, Iberia al tener más capacidad de aguantar, más músculo financiero, no tuvo que hacer muchos reajustes en las plantillas.»

Ahora, todo ha vuelto a la normalidad y el único rastro que queda del COVID son las mascarillas. De hecho, esta última semana, Iberia criticó duramente al gobierno diciendo que «ya había llegado el momento de quitar la obligatoriedad». Raquel nos dice que cumplió su sueño, que era ser azafata. Sigue dando vueltas al mundo. Lo único que le gustaría que cambiara son los contratos de muchos de sus compañeros. Que, como decíamos al principio de este reportaje, volar se vuela por amor, pero también para vivir.

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