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Accidentes laborales: prevención y conciencia

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Camión con carga metálica | Fuente: Juan Carlos Bajo

  • Los accidentes laborales mortales en España no terminan de tener una tendencia constante a la baja

  • La formación en prevención de riesgos y el sometimiento de los trabajadores a esta es fundamental para evitar desgracias

España ha registrado un 8% más de accidentes laborales mortales en los primeros seis meses de 2024, que en los correspondientes al pasado año, según los datos provisionales publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. Un total de 299 fallecimientos, que suponen la cifra más alta en lo que va de década, únicamente por debajo de los casos que se alcanzaron en la pandemia en 2020, debido a la alta tasa de contagios de la COVID. Los sectores que más percances sufren de este tipo son la Construcción, la Industria y el Agrícola, debido al trabajo físico y al uso de maquinaria peligrosa. 

La gran mayoría, el 87% de estos accidentes, se producen dentro de la jornada laboral, mientras que el 13% restante forman parte de los considerados como accidentes in itinere. Pese a que los segundos representan una minoría, hacen referencia a los percances que ocurren en el momento de desplazarse desde o hacia el puesto laboral, en numerosas ocasiones son los casos de mayor dificultad a la hora de concluir responsabilidades.

Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, que alcanzó su máximo pico entre 2008 y 2013, la cantidad de fallecidos por causa de accidente laboral en el sector de la construcción decayó. No obstante, es el único que el año pasado superó más del doble la media del índice sectorial de accidentes. Desde entonces, los números se han estancado en cifras que de año a año sufren pequeñas variaciones pero que acaban rondando una media de 700 fallecidos al año.

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Gráfico accidentes laborales mortales en España en el siglo XXI | Fuente: Europa Press

La tendencia burocrática de hablar del número de víctimas afectadas por una causa común, acaba cayendo en la banalidad de los números. La despersonalización de cientos de historias trágicas que cada año suponen la pérdida de la vida de un trabajador en su puesto de trabajo o en virtud de él. 

 

La parte humana tras las cifras

Es el caso de Ana Ortega (2000, Alicante), una joven estudiante de Periodismo, cuyo padre falleció en 2010 debido a un accidente laboral cuando era una niña de casi 10 años. El accidentado trabajaba como electricista, perdió la vida mientras ejercía, a la edad de 42 años. La explosión de un cuadro eléctrico y la ausencia de materiales necesarios le costaron la vida

Él, un compañero de trabajo y el jefe de la empresa sufrieron quemaduras de alto grado. “Aunque lo que le supuso la muerte fue inhalar tanto humo. La situación podría haberse evitado si la entidad les hubiese proporcionado un equipo de trabajo que velara por su protección”, sentencia la joven, que reconoce que su padre en ningún momento recibió ninguna formación de prevención de riesgos laborales. 

Al tratarse de un oficio de riesgo, la familia de la víctima conocía las problemáticas que podrían suceder –ella, en concreto no, puesto que aún era pequeña– pero afirma: “Las cifras de accidentes laborales mortales son preocupantes y demuestran que hay miles de percances, sin embargo, nunca piensas que te puede ocurrir a ti”. 

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Un electricista frente a un cuadro eléctrico | Fuente: pixabay

La prevención de riesgos laborales es un aspecto clave y los equipos de protección se incluyen dentro de ella. Según el Institut Valencià de Seguretat i Salut en el Treball, “es el conjunto de medidas adoptadas en todas las fases de la actividad de una empresa con el fin de evitar cualquier posibilidad de que una persona sufra determinados daños derivados de su trabajo”. Pese a que los empleados deben recibir esta formación, ni todas las empresas lo comunican ni los propios trabajadores saben que deben recibirla. 

Pilar Cascón, secretaria general de ASNALA (Asociación Nacional de Abogados Laboralistas), admite que la sociedad sale al mundo laboral sin estar formada en materia de derechos laborales. “Debería haber una asignatura obligatoria en cuarto de la ESO que enseñase unos mínimos”, insiste la letrada, cuyo cargo desempeña en una asociación que lleva más de 25 años mediando y defendiendo los Derechos del Trabajo.

Por este desconocimiento, Victoria Mancebo (1992, Madrid) no tomó medidas legales cuando la despidieron de su puesto de trabajo en 2011, después de sufrir un accidente laboral en una reconocida tienda de ropa interior. “Fui a mover un mueble bastante grande y pesado, con la mala suerte de que me dio un golpe en la muñeca y me tuvieron que operar”, relata la víctima.

Este suceso le provocó una baja de más de dos meses con una operación en medio, pero a los 30 días le llegó un burofax en el que le comunicaban que la empresa había prescindido de sus servicios “porque no había superado el periodo de prueba”. Pese a que Mancebo no había recibido ninguna instrucción ni medidas de prevención, acató las decisiones de la entidad porque pensó: “¿Qué puede hacer una persona contra una gran empresa?”. 

 

Pérdidas personales e insolvencia económica

Al igual que la empresa de Victoria, la del padre de Ana tuvo un comportamiento “negligente”. La segunda entidad, además de no formar a los empleados con ningún tipo de conocimiento sobre prevención de riesgos laborales, tampoco ampararon a sus familias, ya que desde el primer momento se negaron a pagar una indemnización, según la alicantina. Su familia no solo tuvo que lidiar con la pérdida de un ser querido, sino también con una “gran desprotección económica”.  “Mi madre era ama de casa y se encargaba de mi hermano de 6 años, de mi prima y de mí”, explica  la estudiante. Hasta que el Estado les concedió la pensión de viudedad a su madre, de orfandad a los hijos y el título de familia numerosa general, se sintieron muy agobiados sin ingresos. 

Desde ese momento, su madre puso el caso en manos de los abogados y denunció a la compañía. “Fue un proceso muy duro y traumático, apenas recuerdo esos años de mi vida”, relata. Afirma que su familia además atravesó un largo proceso debido a los juicios. Estos no cesaron hasta una década después del accidente. Finalmente, el fallo del juez les dio la razón a los trabajadores y junto a este, llegó la indemnización, aunque mucho menor de lo que esperaban. Aun así, decidieron no reclamar más porque habían pasado diez años. Ana reconoce que la muerte de un familiar es muy difícil de superar y “más cuando es de un día para otro”. 

 

“Lo primero que se debe hacer es recopilar toda la información cuanto antes y ponerse en manos de un abogado laboralista especializado en accidentes laborales”

Es primordial contactar con un abogado laboralista que tenga experiencia y conocimientos en accidentes laborales, según Cascón. Al ser preguntada por lo que las víctimas o parientes de estas deben hacer tras un accidente laboral, la letrada responde: “Lo primero es recopilar toda la información cuanto antes y ponerse en manos de un abogado laboralista especializado en accidentes laborales. Cuanto más tiempo pase, más difícil es porque se pueden eludir responsabilidades. Hay que ser rápidos para que no se escurra el bulto de unos a otros.”

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Pilar Cascón, secretaria general de ASNALA | Fuente: Juan Carlos Bajo

El procedimiento es similar si se tratase de un accidente no mortal. Se ha de llamar a la policía y al 112 en caso de que la víctima necesite asistencia médica. En el caso de muerte también iría un juez al levantamiento de cadáver. La abogada recalca la necesidad de la redacción de un informe Delta con el que las víctimas o las familias estén de acuerdo. 

En este contexto, un informe Delta es un reporte que analiza las causas, el impacto y los cambios necesarios tras un incidente en el lugar de trabajo. Este informe se elabora para documentar el accidente, identificar factores que contribuyeron al suceso, y establecer medidas preventivas para evitar que vuelva a ocurrir. Tiene gran importancia al ser entregado a las partes afectadas además de al Departamento de Seguridad y Salud en el Trabajo, a las Autoridades Laborales y de Seguridad y a la Compañía de Seguros entre otros.

La demora de la vía penal

Pilar Cascón destaca lo fastidioso que puede llegar a ser el procedimiento en caso de que se decida llevar el caso por la vía penal: “Lo mejor es ir por lo civil y llegar a un acuerdo”. Ese canal asegura que es mejor reservarlo para sucesos en los que la prevención por parte de la empresa haya fallado de manera evidentemente temeraria. 

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Albañil subido a un andamio | Fuente: pixabay

Generalmente, si la empresa es la culpable de los hechos, se busca llegar a un acuerdo económico que compense de alguna manera el daño recibido. En caso de mortalidad, la empresa también debe garantizar si conlleva viudedad y/u orfandad un pago de prestaciones por muerte. Estas retribuciones buscan cubrir tanto el daño moral como el económico que sufren los familiares por la pérdida de un ser querido. Son reguladas por la legislación laboral y de seguridad social de cada país y suelen incluir tanto una cuantía fija como, en algunos casos, pensiones o pagos periódicos a los beneficiarios directos, como el cónyuge, hijos o padres del trabajador fallecido.

 

Trabajadores imprudentes y empresarios piratas

La secretaria general no resalta una verdadera predominancia de casos en los que la responsabilidad recaiga sobre la falta de medidas de prevención de la empresa. “Lo que vemos aquí muchas veces es imprudencia del trabajador. El sector de la construcción es el que más accidentes tiene y muchas veces es porque el trabajador se confía en algún momento ocasional”, asegura Pilar Cascón. No obstante, en ocasiones los empresarios son un poco “piratas” y buscan la forma de desacreditar a las víctimas. Ellas cuentan con menos recursos que algunas corporaciones, aunque asociaciones como ASNALA trabajan para preservar sus derechos.

La falta de información supone un gran problema para proceder. Como ya se ha recalcado, contar con un buen abogado desde el primer momento es fundamental para defender la causa. Otros de los agentes fundamentales en el acompañamiento de las víctimas son los sindicatos.

 

La importancia de los sindicatos

La sensibilización es una de las tareas más importantes que desempeñan los sindicatos, que organizan campañas sobre seguridad laboral y ofrecen formación a sus afiliados en el uso de equipos de protección y protocolos de emergencia. De este modo, buscan no solo proteger los derechos de los trabajadores afectados, sino también prevenir futuros accidentes mejorando las condiciones laborales.

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Manifestación del sindicato Comisiones Obreras en el Día del Trabajador | Fuente: Comisiones Obreras

En caso de accidente laboral, los sindicatos juegan un rol fundamental en la protección y defensa de los trabajadores afectados. Ofrecen asesoría legal, guiando al trabajador en el proceso de reclamación de indemnización, atención médica y demás derechos. También ayudan a presentar los reclamos formales ante la empresa o las autoridades laborales, asegurando que se sigan los protocolos de seguridad y se investigue el accidente adecuadamente.

Además, los sindicatos actúan como intermediarios en la negociación con la empresa, especialmente si el accidente se debe a una negligencia, como la falta de equipo de protección adecuado. En estos casos, presionan para que la empresa mejore sus prácticas de seguridad y prevenga futuros accidentes.

 

Acompañamiento psicológico y social

Otro aspecto importante es el acompañamiento psicológico y social que muchas agrupaciones ofrecen a los asalariados accidentados y a su entorno, especialmente en casos graves o fatales. También pueden llevar a cabo investigaciones internas sobre las causas del accidente, colaborando con las autoridades para mejorar las normas de seguridad en el trabajo. E incluso cuentan con sus propios abogados, por eso: “Solemos recibir sobre todo particulares y empresas (en ASNALA) porque los sindicatos suelen tener abogados en sus gremios”, apunta la secretaria general de la Asociación Nacional de Abogados Laboralistas. 

Los sindicatos y asociaciones en relación a los trabajadores, son claros. Según Comisiones Obreras: “Es inconcebible que los trabajadores mueran en sus puestos de trabajo”. Estos defienden la necesidad de medidas urgentes a través de un plan de choque anti siniestralidad en las diferentes empresas.

Así, una vez más la colectivización ciudadana es un proceso clave para la defensa de los intereses de estos. Asociaciones y sindicatos como CCOO o UGT dialogan con las fuerzas políticas y ejercen presión para garantizar mejoras circunstanciales para los trabajadores. 

Sin embargo, desde el punto de vista de Victoria Mancebo, pese a que los sindicatos están presentes “no son una verdadera ayuda para el asalariado”, debido a que tienen opiniones muy diferentes y “las grandes empresas no los toman demasiado en cuenta”, concluye la madrileña.

 

Prevención como solución

Es evidente que año tras año, las cifras no terminan de descender de forma efectiva. Para las empresas es un auténtico reto conseguir la tasa 0 de accidentes laborales, sobre todo si se trata de uno de los tres sectores que más acumulan víctimas. Por el momento, las compañías cuentan con una formación de prevención de riesgos laborales, adaptada al puesto de trabajo y dedicada a los empleados, que deben comunicarles una vez son contratados y cuando esta se actualiza. La empresa, además, tiene la obligación de facilitar los equipos de trabajo especializados.

Por su parte, el trabajador debe seguir las normas de protección y no confiarse en la experiencia. No obstante, los sindicatos insisten en la peligrosidad de la obsolescencia de la prevención, en concreto, cuando hay innovación en la maquinaria. Los letrados insisten en que en caso de sufrir, como asalariado, una caída o un suceso de este estilo mientras trabaja, es primordial ponerse en contacto con un abogado lo antes posible. 

Félix Esteban, de 35 años (1989, Madrid) lleva cerca de 18 años trabajando en el sector de la industria –uno de los más castigados– desempeñando tareas de manipulación de objetos metálicos de gran tonelaje. Al realizar una de las tareas de mayor riesgo en su trabajo quedó atrapado hasta en tres ocasiones por paquetes de contenido metálico. Fue gracias a un compañero que hoy puede contarlo. “Le grité para que viniera con otra grúa a poder sacarme”, relata sobre lo sucedido.

Acepta que es cierto que, en ocasiones, los asalariados no cumplen con las normas de seguridad, o prevenciones laborales al 100%. Félix hace hincapié en que los trabajos de esta índole, físicos, conllevan un riesgo inevitable implícito. “Los trabajadores somos personas y fallamos, no puedes estar 8 horas centrado continuamente”, explica el madrileño. 

No hay una respuesta concreta para dar explicación a estos incidentes, de hecho, es uno de los desafíos en la actualidad que necesita la colaboración de todos los actores implicados. Sin embargo, sigue habiendo muertes y un limbo de responsabilidades que no llega a difuminarse.

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