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El Jardín de las delicias: ocio privado en suelo público

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Foto de la primera noche del festival/Jardín de las delicias

  • La UCM cede el campo de rugby de Cantarranas al Jardín de las Delicias por 75.000 euros en total, según el acuerdo

  • Oscar Jiménez, el promotor del festival, fue condenado por el ‘Caso Malaya’ y estuvo involucrado en el Madrid Arena

 

Todo tiene un precio. Incluso lo que no debería tenerlo porque su valor es incalculable. Si algo confirma la celebración del Festival del Jardín de las Delicias es que la educación pública no es la excepción. El ocio privado en suelo público o, lo que es lo mismo, la expropiación de áreas que por definición son de todos para la realización de actividades orientadas al disfrute de solo unos pocos, es una realidad cada vez más cotidiana en este sistema liberal e individualista.

No se le tilda de robo ni de «ocupación», aunque sí se utiliza esta terminología cuando es la propiedad privada la que se usurpa. La conclusión es evidente: lo colectivo no significa nada para aquellos que realmente tienen la capacidad de decidir sobre ello, más aún si al subastarlo al mejor postor existe la posibilidad de recibir cheques de varias cifras y numerosos ceros.

La venta de los intereses de la comunidad universitaria es solo una de las innumerables consecuencias que trae consigo la ejecución de esta serie de conciertos en la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid. Entre enormes altavoces, sofisticados equipos de sonido y artistas de lo más reconocidos se constituye un jolgorio al que el estudiantado de este órgano no solo no está invitado, si no que se erige en detrimento de su formación.

 

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Carpa del Jardín de las Delicias/Paula Vandeweyer

Detrás de bambalinas: origen y recorrido del espectáculo

La fiesta en la que se convierte anualmente este recital no es la única que en el pasado ha empleado el campo de rugby de Cantarranas como escenario principal. También lo hacía el festival DCODE, cuya primera edición tuvo lugar en 2011 y que se repitió en unas ocho ocasiones. Su ausencia en los últimos años se debe más a los problemas de aforo y a los inconvenientes internos en cuanto a cartelera que a lo relacionado con la integridad de las infraestructuras y el bienestar del alumnado.

En este caso, el Jardín de las Delicias se inauguró en septiembre de 2018 bajo el pretexto de «una oportunidad para reencontrarse y disfrutar al aire libre de los últimos atisbos del verano madrileño», según describió la revista cultural Muzikalia. Desde entonces se ha renovado en distintos certámenes, hasta que la pandemia de COVID-19 marcó un punto y a parte a esta cita musical. Incluso se canceló la planificada para 2021, puesto que las secuelas de la crisis sanitaria no permitieron la masificación habitual. No obstante, sí se desarrollaron las concertadas para 2022, 2023 y 2024, todas convocadas a mediados o finales del noveno mes del año, fecha que coincide con el regreso a las aulas.

Si bien tanto los organizadores como los patrocinadores del encuentro cultural se definen como un lugar diverso que pretende «fomentar un ambiente inclusivo y seguro donde todas las personas se sientan bienvenidas, respetadas y representadas», en los artistas que acudieron el año pasado se contabilizan 65 hombres y 5 mujeres, unas cifras muy lejanas a las consignas sociales que prometen alcanzar. Ocurre algo similar en lo que refiere a la sostenibilidad y el cuidado del medioambiente con los que se jactan de contar, pues es usualmente reportado por distintos usuarios del centro que tras los días que utilizan el césped universitario, el campo queda completamente dañado, repleto de basura y visiblemente contaminado. Aún habiendo contratado a un equipo de personal de limpieza especializado, el terreno no recupera su estado anterior.

 

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Primera actuación del festival 2024/Jardín de las Delicias

 

Delicias reservadas, espacio robado

Los efectos que provienen de la prolongación de este festival toman dos bifurcaciones claramente diferenciadas: una serie limitada de resultados favorables, en contraposición a una gran cantidad de repercusiones de lo más perjudiciales.

La visibilidad al nombre de la institución, la recaudación económica que tanto necesita la universidad, así como el apoyo a las actividades culturales son algunos de los beneficios que la mayoría de entrevistados señalan al preguntarles por el tipo de impacto que ejecuta la gala. «Al contrario de lo que piensa mucha gente, creo que los problemas que surgen de su celebración son los normales y que al ponerlo en una balanza es más positivo que negativo», señala Elisa Gutiérrez, profesora de derecho en CCINFO. De hecho, para ella Las noches del Botánico son mucho más conflictivas que El Jardín de las Delicias, puesto que coinciden con las Pruebas de Acceso a la Universidad. «No creo que sea un impedimento mayúsculo para las clases. Tampoco son muchos días y se intentan mover la mayor parte al otro edificio para que afecte menos el sonido», incide la docente.

Su opinión, como ella misma reconoce, es bastante minoritaria. De hecho, existe todo un movimiento organizado que reivindica que el daño ocasionado para los autóctonos de este campus es inconmensurable. Ángel Rubio, Vicedecano de Innovación, comparte esa perspectiva. «Existe un cúmulo de quejas y problemas diversos que no radican solo en el profesorado, que se puede ver más o menos interrumpido. Los preparativos, los ensayos, el ruido interfieren, evidentemente», sostiene con firmeza. Al igual que él, Jorge Miranda, otro profesor, concuerda con ese enfoque: «Durante los días previos se dificulta muchísimo dar una clase normal, incluso apostaría por cancelar las más afectadas». Rubio refuerza sus declaraciones agregando que «hay alumnos que se quejan de que les molesta para venir a clase», pero que, además, «se celebra en un sitio público donde hay actividades deportivas programadas y eso ha generado accidentes serios».

 

 

Estas palabras conducen a Lena, jugadora de rugby femenino. Días después de que tuviese lugar su pasada edición, este miembro del equipo de económicas sufrió una desagradable lesión tras un placaje que la llevó a herirse con un clavo en la mano. La brecha fue de 6 centímetros y ocasionó, a parte de una visita al hospital, tres puntos de sutura. Sus compañeras continuaron buscando otras posibles amenazas a su seguridad física, encontrando, efectivamente, más tornillos y cristales. «Es un espacio asentado en tierra, donde la limpieza totalmente eficaz no es del todo posible», reconoce la autoridad estudiantil. Sin embargo, estos no son los únicos peligros que se diferencian en la facultad, pues también se han reportado fisuras en las cristaleras de algunas zonas como la biblioteca a causa de los fuertes sonidos y vibraciones.

 

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Estado actual del campo de Cantarranas/CCINFO

 

«También nos afecta en las graduaciones, eso sería relativamente sencillo de solucionar, sabiendo el día que lo van a poner e intentando fijar uno distinto. En este caso, no se nos ha comunicado, así que ya estaban cerradas las fechas desde hace tiempo, para que los vuelos y hoteles salgan lo más barato posible», informa Gema Fernández, Vicedecana de Estudiantes. Ella reconoce que se enteró «a través de la publicidad en redes sociales», de modo que para entonces era imposible modificar el acto programado. Es cínico que el argumento para anular este error de comunicación entre órganos consista en que es Ciencias de la Información quien debería consultar cuándo se producirán los conciertos. Principalmente, porque según se observa en el acuerdo al que llegó el Rector con la promotora, que es de carácter público por la naturaleza de las instalaciones, no se firma definitivamente hasta julio, teniendo en cuenta que todo lo relacionado con el fin de curso se comienza a planificar en abril. Es decir, la empresa organizadora no solo conocía de antemano el plazo establecido, sino que, en adición, no toman una decisión concluyente hasta bastante después de él.

 

Convenio incumplido, universidad mal vendida

Para acceder a lo que ambas partes han denominado autorización y que consiente la utilización del campo de Cantarranas, es necesario presentar una petición formal a través del Portal de Transparencia. Al adquirirlo se encuentran datos realmente reveladores, como es el caso de las condiciones concretas del arrendamiento, el régimen económico o las obligaciones contraídas por la empresa privada en cuestión. No es ninguna sorpresa descubrir que son varios los puntos que se incumplen de ese documento. «El titular de la autorización deberá adoptar las medidas pertinentes para que las actividades a desarrollar en los espacios ocupados no incidan en el normal funcionamiento de la actividad universitaria», promete lo estipulado.

Es indiscutible que la necesidad decanal de cambiar las aulas normalmente utilizadas, el corte de tráfico, los problemas de acceso y la imposibilidad de disfrutar de los recintos deportivos, hacen más que detener o interceptar el habitual ejercicio de los quehaceres educativos. «La verdad es que es bastante incómodo, nos estorba mucho el sonido. Estamos intentando aprender, sacar provecho a la matrícula que es muy cara y no lo podemos hacer», denuncia Emma Ramírez, estudiante de comunicación audiovisual.

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Edificio principal de CCINFO/Claudio Pulido

Las contradicciones no terminan aquí. «Se prestará especial atención al estado del césped de los campos deportivos que deberá ser entregado en las mismas condiciones a las del inicio de la actividad o, si hubiera deterioro de los mismos, serán a cargo del autorizado los gastos de recuperación de estos» reconoce, de nuevo, el contrato. Si se saca algo en claro es que, incluso habiendo sido quebrantado lo recogido en el informe en numerosas ocasiones, al Rector, Joaquín Goyache, no le importa en absoluto los obstáculos que su pacto financiero acarreen en su entidad.

En lo que concierne a la cifra monetaria por la que se ha prestado parcialmente esas inmediaciones en concreto, se determina que está sujeta «al pago de la cantidad de 50.000€ en concepto de canon», además de «25.000 por patrocinio y apoyo a actividades culturales, actos de bienvenida de los estudiantes de nuevo ingreso a gestionar junto al Vicerrectorado de Estudiantes». Eso es lo que vale para la UCM el servicio que desempeña como agente dispensador de educación pública: la suma de 75.000 euros. Era esperable que el precio fuera bastante más barato que el de otros lugares disponibles como es el caso del recinto Mad Cool, pues, si no qué motivaría a una empresa a decantarse por lo que, a fin de cuentas, es un campo de rugby. «La universidad saca algo de este tipo de convenios, probablemente no lo suficiente como para justificar su celebración», asumía acertadamente Ángel Rubio sin conocer a ciencia cierta los datos concretos recién expuestos.

Otro beneficio que, en teoría, recibe el centro es la aplicación de un descuento del 30% sobre 1.000 entradas a los estudiantes de nuevo ingreso de la UCM. Ni siquiera se puede decir que esa ayuda esté dirigida a los propios escolares de las disciplinas de periodismo, comunicación audiovisual o publicidad, porque, por un lado, solo sirve para los de primer año y, por otro, es compartido con toda la institución al completo. En adición, se ponen a disposición «10 puestos de trabajo remunerados en distintas áreas del evento: producción artística, comunicación, asistencia de dirección, hostelería, taquillas e informadores», aunque no constan qué criterios han seguido para seleccionar a esas personas ni se han anunciado formas de solicitar dichos empleos.

 

Oscar Jiménez, un pasado más que alarmante

Uno de los hallazgos más preocupantes de la investigación está relacionado con el nombre que figura como vigente director de la promotora contratada y, directamente su única cara visible. Se trata de Oscar Jiménez García, un empresario madrileño que arrastra a sus espaldas una larga lista de encontronazos con la justicia, además de otros actos de dudosa moralidad. No solo está involucrado en el «Caso Malaya», una de las tramas de corrupción del exalcalde marbellí, Julián Muñoz, por el que fue acusado de los presuntos delitos de blanqueo e insolvencia punible, sino que, por si fuera poco, estuvo detenido por pagar a un vagabundo para que denunciase a un festival rival al suyo en 2015. Según recoge el diario El Confidencial, su objetivo era el de boicotear un macroconcierto llamado 4every1 en El Álamo, para lo que falsificó la documentación del mendigo que rápidamente fue pillado por la Guardia Civil.

Las huellas ilícitas de Jiménez llegan aún más lejos. Conforme a lo publicado por el periódico El Mundo, se sabe que él se asoció con Miguel Ángel Flores, el promotor organizador del Madrid Arena y uno de los responsables de la muerte de cinco jóvenes tras vender un 50% más del aforo permitido. La tragedia responde a una cadena de negligencias en la fiesta Thriller music park, que tuvo lugar en la madrugada del 31 de octubre de 2011 y en la que el empresario estuvo presente. Si bien no está clara su atribución directa en los hechos acontecidos, sí se conoce que había adelantado una gran suma de dinero para explotar en una fiesta de año nuevo ese local como acostumbraba a hacer el propio Flores. El festejo se iba a denominar Space of sound, y no se llegó a celebrar. Aun cuando algunos medios le tildan de damnificado, pues lo cierto es que adelantó una cantidad de 200.000 euros que nunca llegó a recuperar, se podría dudar de que no fuera conocedor de las intenciones de su socio, puesto que él era un habitual organizador de este tipo de festivales y poseía cierta fama en el mundo de los negocios.

 

 

Actualmente, Oscar Jiménez, es el administrador único, socio y consejero de paralelamente unas 20 sociedades en las que, mayoritariamente, solo figura su nombre. La variedad de áreas a las que se dedica es variopinta: desde reformas, servicios de comidas, producción y organización de eventos musicales. Es curioso que, a pesar de que pasó a ser solo él quién dirigía la promotora del Jardín de las Delicias en junio de 2024, la compañía sí contaba con otros miembros hasta entonces, cuando fueron todos cesados entre febrero y ese mismo mes. Los figurantes son Eloy Serrano García y Sergio Cardoso García, ambos con amplia experiencia en el sector. Pasa lo mismo en otras corporaciones como Contigo empezó todo S.L, en la que en abril fue suprimido el por entonces gerente, Demian Andrés Borcel Novoa, al que el propio Jiménez sustituyó.

«Sería sorprendente que la universidad no estuviese al corriente de esta información, cuando vas a firmar un contrato con alguien lo primero que haces es revisar su historial», reconoce el Vicedecano de Innovación. «Tratándose de una institución pública, personalmente, sería muy cuidadoso a la hora de firmar convenios con empresas cuyo líder ha estado inmerso en un proceso judicial», apuntala seriamente. Desde su punto de vista, esto no solo podría dañar la reputación de la UCM, si no que esos datos le dan mucha fuerza a los opositores del festival.

Por alguna razón, tampoco se ha tenido en cuenta la posibilidad de mover las fechas elegidas. «Se han barajado, se han propuesto otros momentos. La negativa de la facultad al Jardín de las Delicias no es absoluta, pero no ha habido ninguna respuesta positiva por parte de la universidad», insiste Rubio. Es indispensable mencionar que ningún miembro del Rectorado ha respondido por ninguna de las vías utilizadas a la hora de ponerse en contacto con ellos.

Si algo ha quedado reflejado en las actuaciones de las autoridades universitarias, o más bien en su inacción, es que la educación pública no solo tiene un precio, ahora estimable y especificable, sino que da igual cuántos conflictos surjan por el camino si el embolso de esas cantidades se acaba haciendo. No importa que estudiantes se lastimen, que la práctica de los deportes universitarios se vea interrumpida. No importa la integridad de las infraestructuras ni los simbólicos ritos de despedida con los que se clausuran etapas. En la adopción del modelo capitalista en su máxima expresión solo hay un elemento que tiene valor: el dinero. Aunque, ya puestos a comprometer la instrucción de la comunidad universitaria, se podría decretar una cantidad más digna, que por lo menos mereciese el entorpecimiento de la cotidianidad de tantísimas personas.

 

5 Comments

  1. Comment *magnífico artículo de investigación

  2. Este es el verdadero periodismo. Gran trabajo, con un tema espinoso, que nadie había sido capaz de tratar hasta ahora.

  3. Comment * ¡Excelente trabajo!

  4. Muy bien redactado, un placer leerlo. El tema súper interesante

  5. Desconocía el tema tratado, me ha parecido muy interesante y creo que es de gran relevancia. Gran trabajo con el artículo.

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