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Las sombras de la danza

Danza, precariedad laboral, educación, formación, Seguridad Social, salarios, salud

Daniel Mena compitiendo en el ‘Mundial de Danza España 2024’ | Imagen de Serge Douarre

  • Tres de cada cuatro artistas tienen dificultad para subsistir trabajando en los escenarios.

  • El 48% de los bailarines gana menos de 3.000 euros al año

“Llevo trabajando diez años y solo tengo cuatro cotizados”, explica Noelia Romero, bailarina profesional de danza española . Ella es solo un ejemplo de millones de artistas que, dentro de este sector de la cultura , se encuentran inmersos en una precariedad laboral casi permanente en su historia. Los profesionales de esta disciplina reclaman al Estado una mayor intervención y protección , ya no solo en términos de ayuda económica y de inversión en el arte , sino de defensa de los derechos de los bailarines y bailarinas .

“Necesitamos muchas más ayudas por parte del Estado para que la danza evolucione y se le dé visibilidad”, expresa Daniel Mena, actual bailarín de Grease, El Musical y estudiante de cuarto año de formación en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma en Madrid. Él, junto con sus compañeros, vive un diario con la incertidumbre de si va a poder tener un futuro seguro que le permitirá vivir bien dentro de la profesión.

Daniel cuenta que para poder tener una vida estable, en la gran mayoría de ocasiones, hay que comparar varios trabajos dentro de la danza si se quiere subsistir únicamente del arte, “con uno no da” . Asunto en el que coincide Nacho Pinto, bailarín de danza contemporánea, quien también señala que si se trabaja como intérprete, es necesario combinarlo con otro empleo para poder “llegar a fin de mes” y mantener una estabilidad económica. Según un estudio sociolaboral de la fundación AISGE realizado en 2023, recurrir a un denominado “Plan B” es cada vez más inevitable entre los artistas.

Tres cuartas partes de estos profesionales (73%) terminan por desempeñar un segundo trabajo . Un 52% realiza una labor alejada del arte: el 14% en ocupaciones paralelas al área artística y un 38% en empleos completamente ajenos a ella. Tan solo un 23% ejerce un puesto en un empleo propio del sector cultural. En los últimos tiempos, un 10% ha pasado a compartir un trabajo totalmente artístico con uno impropio de la profesión.

Prevalencia de los contratos temporales

En relación a este asunto, el protagonismo de los contratos temporales entra en escena. “La mayoría de trabajos son efímeros, van y vienen y en el fondo crean cierta inseguridad”, asegura Daniel. AISGE manifiesta que los empleos de cierta duración son una excepción dentro del sector y que las plantillas estables suelen tender a la desaparición oa la reducción . Así, estas situaciones condicionan los proyectos de los bailarines.

Noelia actualmente se encuentra trabajando en el musical Malinche en Madrid. Ha firmado por una temporada con, en principio, posibilidad de realizar una más, pero cuenta que hasta mediados de agosto no sabrá si le renuevan el contrato o no. “ Tienes una media estabilidad porque sabes que casi seguro van a contar contigo pero, no obstante, siempre cabe la posibilidad de que no”, concluye Noelia.

Asimismo, Daniel asegura que cuando se toma la decisión de dedicarse a la danza, “asume que el no tener algo estable va a ser parte de tu trabajo” . La mayor estabilidad dentro de la profesión se encuentra en las escuelas de baile, ya sea como profesor/ao como director/a, según cuenta Noelia: “Formé una academia de baile que tuve que dejar ya medio plazo mi idea es crear otra”.

En julio de 2021, España aprobó el Estatuto del Artista con el objetivo de controlar las condiciones para el desarrollo de la actividad artística . Desde las instituciones encargadas, formadas por grupos de trabajo procedentes de diversos ministerios del Gobierno, se contó con la participación del sector cultural. Gracias a ello, se reconocieron propuestas, recomendaciones y necesidades que solo los artistas conocen y que son imprescindibles para el progreso de la profesión.

Una de las principales medidas acordadas y recogidas en el Estatuto es la de crear un contrato laboral artístico de duración determinada , contemplando la irregularidad y obligando a demostrar una causa justificada de contratación y su duración temporal.

Del mismo modo, el sector de la danza de Cataluña dispone desde el año 2016 de un Pacto Laboral impulsado por la Asociación de Profesionales de la Danza de Cataluña, que recoge unos mínimos de contratación y de retribuciones , ya sea en términos de producción, bolo. , gira, temporada o bloques de actividad, que sistematizan y aclaran las relaciones laborales entre las compañías y los bailarines .

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Noelia Romero bailando danza española | Imagen de Claudio Monterroso

Precariedad salarial

Como consecuencia a los contratos momentáneos, las ambiciones salariales de los bailarines chocan con la realidad. A nivel profesional, un 48% gana menos de 3.000 euros al año y aquellos que alcanzan una cierta estabilidad económica, cobrando por encima de los 18.000 euros anuales, no alcanza ni un 16%, según AISGE.

Tanto Noelia como Daniel, ambos con trayectoria en musicales y compañías de danza, coinciden en que sentir vocación y pasión por el baile se usa como provecho por parte de los jefes . Es muy habitual que se realicen ensayos extra no remunerados y así lo explica Noelia: “Ni siquiera dicen: ‘no os las vamos a pagar’; tú ya cuentas con que no lo van a hacer” .

Daniel, por su parte, explica que hay veces que sí ve recompensado su esfuerzo y formación a través de los salarios porque realmente muchas veces hace jornadas de cuatro o cinco horas en la función de un musical. Sin embargo, asegura que otras veces no lo ve recompensado debido a que no se valora el trabajo que hay detrás, ya que “no solo hay que tener en cuenta el momento de subirse al escenario” .

Según AISGE, existe una mayor empleabilidad para los artistas, pero un empeoramiento en sus condiciones laborales . Por ello, la lucha contra esto último continúa sujeta a la necesidad de encontrar trabajo. Noelia expresa la dificultad que existe a la hora de encontrar empleo porque “al final vas a encontrar uno nuevo por las mismas condiciones o, incluso, peores y es mejor lo malo conocido que lo malo por conocer”. Asimismo, Daniel explica que en el mundo de la danza lo más importante es “saber moverse y buscarse la vida”. Además, insiste en la importancia de conocer gente, de hacer contactos, que te informen de audiciones, de nuevas ofertas, etc.

Protección de la salud

Otro de los objetivos que buscan los bailarines y bailarinas es el de conseguir una mayor garantía de seguridad en la salud dentro de los trabajos. Los bailarines afirman que no cuentan con fisioterapeutas ni en las escuelas ni en las compañías, que se sienten desprotegidos a la hora de sufrir una lesión que les impide continuar con su formación y/o trabajo.

“Necesitamos un mantenimiento del cuerpo porque es parte de nuestra formación y de nuestra preparación, nos tenemos que revisar constantemente. Nuestro trabajo es muy físico y tenemos mucha sobrecarga por ensayos, espectáculos, etc.”, manifiesta Noelia. Ella sufrió una lesión recientemente y explica que pasó miedo por si le iban a echar. Daniel, a su vez, afirma que en muchos proyectos “si te lesiones, no te pagan” .

El Estatuto del Artista recoge un apartado de creación de una Comisión para impulsar la evaluación y el reconocimiento de determinadas enfermedades profesionales derivadas de actividades específicas del sector cultural. Este comité está formado por los departamentos ministeriales competentes en este ámbito, por organizaciones sindicales y empresariales y por otras organizaciones representativas del mundo del arte. Todas ellas, asesoradas por órganos afiliados a profesionales de la salud con conocimiento en este campo.

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Daniel Mena bailando en el ‘Dance World Cup · World Final’ | Imagen de Serge Douarre

Respaldo de la Seguridad Social

Las posibles lesiones junto con la intermitencia del empleo y los contratos temporales provocan habituales dadas de alta y baja de la Seguridad Social , según AISGE. Por ello, el Estatuto del Artista también apuesta por la creación de un grupo de trabajo que estudie la adopción de medidas específicas para el reconocimiento de la irregularidad en el ámbito laboral y de la seguridad social de los artistas y trabajadores autónomos de la cultura.

Con respecto a la protección del artista desde los organismos públicos, un asunto que preocupa entre los bailarines es el de las prestaciones por desempleo . Noelia explica que existe un paro, pero que “hay que tener mucho cuidado” si se tienen días de paro artístico y de paro natural porque no se cotizan de la misma forma. Así, cuenta una experiencia que refleja la poca regularización que hay: “En ocasiones, te contratan para seis horas, que es lo que dura el día de función, pero te ha comido veinticinco ensayos de cuatro horas que no se recogen y, por tanto , solo se refleja que ha cotizado veinte horas en total”.

El reglamento del artista guarda una prestación por desempleo específica para estos profesionales adaptada a la irregularidad de su trabajo . Permite a los bailarines a acceder al desempleo contributivo, ya que se ven necesariamente forzados a alternar periodos de actividad y de inactividad. Gracias a esto, se contribuye a construir vidas laborales dignas , es decir, a mayor cotización, mayor protección social.

El acceso a estos subsidios de paro tiene dos vías: acreditar sesenta días de servicios en el año y medio anterior al desempleo o tener cotizados, al menos, casi seis meses en los seis años anteriores a la inactividad. Una vez demostrado lo anterior, la ayuda será de cuatro meses y la cantidad rondará el 80% y el 100% .

Entre las ayudas públicas que figuran como necesarias también aparecen los programas de rentas mínimas, la atención de servicios sociales públicos o el Ingreso Mínimo Vital, como así recoge AISGE. Todas ellas son previas a la jubilación, asunto que también defienden los artistas . “Prefiero no pensarlo muchas veces y disfrutar del presente porque es algo que realmente me preocupa”, afirma Noelia.

El estudio realizado por AISGE manifiesta que la pensión media de jubilación es de 1.174 euros mensuales . Esta cifra se sitúa por encima del salario mínimo legal y por debajo de la pensión media de jubilación del conjunto de la población española (1.375 euros). Es decir, el 44% cobra menos del total del salario mínimo y se encuentra en situación de pobreza.

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Andrea Sepúlveda bailando danza jazz | Imagen de Andrea Sepúlveda

Mejoras en la oferta educativa

Uno de los últimos puntos que guarda el Estatuto del Artista es en materia de educación . La formación y el querer dedicarse a esta profesión va ligado a la visibilidad ya la inversión en esta disciplina . Por ello, desde las instituciones públicas se ha propuesto revisar la oferta educativa en lo relativo a la formación profesional y el desarrollo de las enseñanzas artísticas para adecuarlas a las necesidades del sector.

Alejandra Soler, licenciada en la primera promoción en España de Pedagogía de la Danza y actualmente directora y profesora de la escuela de danza Deseos Danza en Torrejón de Ardoz (Madrid), considera que actualmente no se facilita que la gente interesada en esta formación pueda acceder una ella. Además, se muestra crítica con la poca oferta de danza que hay en el paso previo a los estudios superiores de danza .

En este sentido, Andrea Sepúlveda, titulada en danza jazz, explica que no existe ningún tipo de ayuda pública . Además, manifiesta que su titulación, al no ser “del todo profesional”, ya que no se trataba de una formación de conservatorio, “no te deja muy preparado para llegar a ciertos niveles como puede ser un musical”.

En definitiva, la visibilidad no llega sola, los derechos de los artistas no se regulan solos, la protección del trabajo no se genera sola y la danza no sobrevive sola. Las ilusiones, sueños y esperanzas de cambio de los bailarines y bailarinas son casi indestructibles porque la pasión y su amor por el arte son infinitos. “No puedo vivir sin la danza” , zanja Noelia.

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