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Más allá de ganar

Entrenador, niños, equipo, fútbol base

La unión del grupo entorno a Jesús | Mario Fernández

· El entrenador, un mentor que acompaña en el crecimiento personal

· La psicología, factor clave para el aprendizaje deportivo

El entrenador en el deporte tiene un papel muy variado que va más allá de lo técnico. Es un líder, un educador y, a menudo, una figura paternal que ayuda a los deportistas en su crecimiento personal, no solo en la competencia. Su influencia va más allá del juego, ya que su trabajo incluye enseñar, motivar y ofrecer apoyo emocional, formando así personas con valores sólidos y resilientes. En este reportaje, examinamos y analizamos las diferentes facetas que adquiere un entrenador de fútbol formativo durante su temporada con el equipo. Su rol como figura paternal, siendo un apoyo para los niños en los momentos buenos y malos. Su función educativa, mostrando cómo el deporte puede enseñar principios fundamentales. Y su liderazgo, que es crucial para inspirar y unir a los miembros del equipo hacia metas comunes.

 

El entrenador como figura paterna en el deporte

En el deporte, la relación entre un entrenador y sus atletas va más allá de lo técnico. Además de enseñar y mejorar el rendimiento, los entrenadores a menudo actúan como figuras paternas, importantes para el desarrollo personal de los deportistas. Esta conexión no solo ayuda en el rendimiento deportivo, sino que también influye en valores y comportamientos que se aplican en la vida. Un buen entrenador ofrece protección, disciplina, guía y apoyo emocional, creando un equilibrio entre exigencia y empatía. En momentos difíciles, brinda confianza, ante los fracasos, enseña a aprender de los errores, y en los éxitos, celebra y destaca la importancia del trabajo en equipo.

Los entrenadores también impactan en el carácter de los atletas, inculcando valores como responsabilidad, humildad y trabajo en equipo, formando así no solo jugadores competitivos, sino personas ejemplares. Esta influencia es especialmente fuerte en los jóvenes, donde el vínculo puede ser clave en su desarrollo personal y profesional.

Sin embargo, ser una figura paternal también presenta desafíos. Si se cruzan límites profesionales o se crea dependencia emocional, la relación puede complicarse. Por eso, es importante que el entrenador mantenga un equilibrio, respete la autonomía del deportista y fomente un crecimiento basado en el respeto y la confianza.

 

El entrenador como educador

El entrenador en el deporte no solo enseña técnicas y tácticas para ganar, sino que también forma a los deportistas como personas con valores importantes. Su papel como educador incluye guiar y enseñar, entendiendo que el deporte ayuda a inculcar principios como la disciplina, el trabajo en equipo, el respeto y la responsabilidad. Estos valores son esenciales para la vida de los atletas.

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El equipo atendiendo a la explicación de Álvaro | Atlético de Madrid

En la formación de niños y jóvenes, el entrenador puede ser un modelo a seguir, inspirándolos a alcanzar metas deportivas y a enfrentar desafíos en otros aspectos de su vida. A través del deporte, aprenden la importancia del esfuerzo, la gestión de la frustración y cómo superar obstáculos.

Además, el entrenador debe adaptarse a las necesidades de cada deportista, reconociendo que todos tienen diferentes formas de aprender y motivarse. Esto crea un entorno seguro donde los deportistas pueden explorar sus límites y aprender de sus errores.

También, el entrenador tiene un impacto social importante. Su liderazgo puede ayudar a construir una comunidad deportiva que valore por encima de todo el respeto. Fomentando la ética deportiva, enseña que el verdadero éxito no solo se mide por los resultados, sino por la forma en que se logran.

 

El entrenador como líder

En el deporte, un entrenador no solo es un estratega o un instructor, sino, ante todo, un líder. Su habilidad para inspirar y guiar a su equipo es clave para alcanzar objetivos y enfrentar retos. Un buen líder establece una visión clara y metas alcanzables, ayudando a cada miembro a entender su papel. Esto fomenta la unión del equipo, haciendo que cada atleta se sienta parte de un propósito común, lo que aumenta su motivación.

La autoridad del entrenador no se basa solo en su conocimiento, sino también en su capacidad para conectar emocionalmente con los deportistas. Un líder efectivo muestra empatía, escucha y comprende las necesidades de cada atleta. Al reconocer sus fortalezas y áreas de mejora, el entrenador puede adaptar su enfoque para maximizar el potencial de cada uno.

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Jesús ofreciendo instrucciones a sus chicos | Mario Fernández

Además, un buen líder sabe manejar la presión y aprende de los momentos difíciles. Las derrotas son parte del deporte, pero un entrenador líder convierte estos desafíos en oportunidades de aprendizaje, enseñando a los atletas a ser fuertes. También promueve un ambiente de confianza y respeto, donde los deportistas pueden expresarse libremente y aprender de sus errores, lo que mejora el rendimiento del equipo.

Por último, un entrenador líder actúa con el ejemplo. Su dedicación, pasión por el deporte y ética de trabajo inspiran a sus deportistas a adoptar esos mismos valores, no solo en el deporte, sino también en otras áreas de su vida.

 

El entrenador en fútbol base: Una figura imprescindible

Llevar a tu cargo un equipo de fútbol de una categoría formativa implica, más allá de intentar que los niños adquieran una serie de conocimientos básicos futbolísticos, también educarlos, como se ha dicho con anterioridad, y tratar de dejar claro que hay muchas más metas que las que se puedan conseguir dentro del terreno de juego. Por ello, el entrenador debe ser consciente que a los niños se les debe tratar como tal. Por eso no se debe forzar a que aprendan algo que les puede resultar muy complejo. Se debe adaptar a las explicaciones, en la manera de hablar, en su comportamiento, en los ejercicios, etc.

Debe inculcarles que el fútbol es un simple juego, y que el principal objetivo del juego, siempre es divertirse. Un entrenamiento o un partido no deben nunca convertirse en un castigo para un niño, sino más bien un regalo y un momento de alegría. Por ello se debe añadir la palabra ganar en la palabra aprender. Más allá de los resultados, lo importante es que los niños adquieran una serie de conocimientos y de valores que les sean útiles para el día de mañana, tanto en un campo de fútbol, como en la vida misma.

 

 

 

 

Más allá del entrenador: los padres

La figura del entrenador debe ser clara a la hora de establecerse unos objetivos reales a la hora de entrenar a niños en edades formativas, y así se lo debe de hacer saber a las partes involucradas en ese proceso: primero a los niños, que deben tratar de entender que, más allá del resultado, lo más importante no reside en la cantidad de goles que marquen o reciban, sino en todo lo que aprenden en ese proceso y todas las ventajas que les van a generar en un periodo a corto plazo. Pero sobre todo se debe transmitir a los padres. Esas figuras también referentes en los niños suponen de gran importancia en su crecimiento personal y deportivo. Por desgracia, muchas de las veces, más que sumar, restan. La Academia Nacional de Entrenadores de Fútbol (ANEFF) estableció una clasificación con los diversos tipos de padres que se pueden encontrar en un campo de fútbol. La gran mayoría son padres que no aportan nada positivo al crecimiento de su hijo dentro de un campo de fútbol, ya que, o se encuentran muy involucrados emocionalmente en el proceso, o apenas hacen acto de presencia, restándole importancia a un acontecimiento que puede resultar importante para el propio niño. En 2017, los padres suponían el 80% de los problemas de la violencia en el fútbol de formación según el Sindicato de Árbitros, que cifraba de 50 agresiones físicas que sufren los colegiados cada fin de semana.

Muy usual es encontrar en los medios de comunicación imágenes de una batalla campal entre padres en partidos de sus hijos, muchos de ellos de muy corta edad, dando lugar a escenas lamentables, que perjudican al deporte y sobre todo a los niños. Por eso, cada vez es más frecuente que se encuentren carteles en los campos de fútbol donde se abogue por la buena conducta por parte de los padres.

Reglas, respeto, padres, niños

Cartel con las normas para padres del CD Cortes | La Vanguardia

 

Un componente fundamental: la psicología

Más allá de los sentimientos que pueda exteriorizar un niño cuando practica un deporte, la buena o mala influencia de los agentes que le rodea a este a la hora de realizar una actividad deportiva, tienen un gran impacto psicológico sobre los niños, que pueden verse reflejado antes o después. Para ello, se ha realizado una entrevista a la psicóloga Isabel Sáez, en la que se dan a conocer en profundidad esas consecuencias psicológicas que lleva la labor del entrenador y de los padres en un crío.

 

 

Conclusión

El entrenador en el fútbol formativo desempeña un papel multifacético que va más allá de la mera instrucción técnica. Es un líder, un educador y una figura de referencia para los jóvenes deportistas. Su influencia se extiende a diversos aspectos de la vida de los jugadores, modelando valores, fomentando el desarrollo personal y contribuyendo a la formación de ciudadanos responsables. Más allá de los resultados deportivos a corto plazo, el trabajo del entrenador siembra las semillas para un futuro exitoso, tanto en el ámbito deportivo como en la vida en general. En conclusión, el entrenador en el fútbol formativo es una inversión en el futuro de los jóvenes, una figura clave que merece ser valorada, apoyada y reconocida por su invaluable contribución al desarrollo integral de las personas.

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  1. variacion XXI | La relación del deporte con el inicio de la adolescencia - […] de jugar al fútbol. Para esos chic@s que de verdad les gusta hacer deporte, jugar al fútbol, es lo…

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