Vivienda y juventud: el desafío de acceder a un hogar en tiempos de incertidumbre
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Obstáculos económicos que dificultan el acceso a la vivienda para los jóvenes
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Políticas inadecuadas y el futuro de la juventud en el derecho a la vivienda
En un contexto marcado por la inestabilidad económica, el aumento de los precios de la vivienda y la creciente precariedad laboral, la juventud se enfrenta a un reto de proporciones históricas: acceder a un hogar propio o incluso a una vivienda digna. Las generaciones más jóvenes, acostumbradas a vivir en un entorno de incertidumbre, se encuentran con obstáculos cada vez más insalvables para materializar uno de los sueños más básicos: el de tener un lugar propio donde construir su futuro. Nos vamos a adentrar en los factores que configuran esta realidad, analizando no solo las dificultades económicas y sociales, sino también las respuestas institucionales y las posibles soluciones para un colectivo que ve cómo se aleja la posibilidad de alcanzar una estabilidad residencial. Entre políticas ineficaces, una oferta insuficiente de vivienda y una feroz competencia por los pocos recursos disponibles, la juventud se encuentra atrapada en un ciclo de incertidumbre que amenaza su bienestar y sus proyectos de vida.
España, lejos de los niveles de la UE
La situación en nuestro país es única, pero no por lo buena que es, si no por la gravedad en la que se encuentra la vivienda en comparación con el resto de países de la Unión Europea.
Lejos de estabilizarse, la vivienda sigue alejándose cada vez más del alcance de la población. España se sitúa ya como el tercer país de la Unión Europea con mayor incremento de precios de la vivienda en el segundo trimestre de este año, según los datos publicados este jueves por la oficina de estadística comunitaria Eurostat, coincidiendo con la celebración de la Conferencia Sectorial de Vivienda, que ha enfrentado al Gobierno y a las comunidades autónomas presididas por el PP por la aplicación de la Ley de Vivienda.
En concreto, el precio de la vivienda en España creció un 3,6% entre abril y junio de este año, en comparación con los tres primeros meses de 2023. Este aumento coloca a España solo por detrás de Croacia (4,3%) y Portugal (3,9%) en cuanto a la mayor subida de precios en la Unión Europea. Además, este incremento se suma al alza del 2,7% registrada entre enero y marzo, un dato que ya posicionaba a nuestro país entre los cinco más afectados por la inflación inmobiliaria en Europa.
En contraste, otros países del bloque comunitario han experimentado un ligero respiro. Francia y Bélgica, por ejemplo, vieron una disminución del 0,2% en sus precios, mientras que en Alemania, la mayor economía de la UE, el crecimiento fue del 1,3%. En promedio, el precio de la vivienda en la UE aumentó un 1,9% en el segundo trimestre, frente al 0,6% registrado en los primeros meses del año.
Pero no solo la compra de viviendas está siendo un dolor de cabeza para los europeos. El coste de los alquileres también sigue subiendo, con un incremento del 0,7% en la UE en el mismo período, aunque Eurostat no desglosa los datos por país en este caso.
Si se compara el precio de la vivienda actual con los niveles de 2010, la situación en algunos países es muy preocupante. En Estonia, por ejemplo, el precio ha aumentado un 232%, mientras que en Hungría ha crecido un 218%. En contraste, España muestra un incremento mucho más modesto del 17% en los últimos 14 años, debido en gran parte a la brusca caída de precios tras la crisis inmobiliaria que afectó al país entre 2008 y 2014. De hecho, los niveles más bajos en España se registraron a finales de 2013 y principios de 2014, cuando los precios eran un 30% inferiores a los de cuatro años antes.
Si centramos el análisis en los últimos ocho años, es decir, desde 2015, España vuelve a destacar como uno de los países con mayor incremento del precio de la vivienda, ocupando la octava posición en la UE con un aumento acumulado del 58%.
En plena crisis habitacional, la Ley de Vivienda ha provocado un choque frontal entre el Gobierno de coalición y el PP, que denuncia el fracaso de esta norma que entró en vigor en mayo de 2023, ya que ha provocado un hundimiento de la oferta de alquiler habitual y ha disparado los precios casi un 13%. La norma topa las renovaciones de los alquileres ya contratados al 3% (o a la inflación, si es menor) y permite limitar los precios de los nuevos alquileres en las zonas tensionadas, aunque su declaración depende de las comunidades autónomas y hasta ahora sólo Cataluña ha decidido imponerlas.
¿Es buen momento para emanciparse?
No lo parece, pero es que mañana puede ser aún peor. Esta pregunta y respuesta ronda la cabeza de miles de jóvenes españoles que se enfrentan, probablemente, a la que será una de las decisiones económicas más importantes de su vida. Abandonar la residencia familiar no suele ser una decisión analizada en términos económicos (es una necesidad que surge en una etapa concreta del ciclo vital), pero en un momento en el que la accesibilidad a la vivienda es compleja, la economía es la que impide avanzar en este ciclo vital. La demora de esta etapa afecta a su vez al resto, retrasando la edad de matrimonio, la paternidad… y con todo ello la natalidad. En España, la vivienda no es para los jóvenes y pronto puede que no sea para casi nadie, salvo los que ya la tienen.
Los datos publicados en el informe ‘España no es país para jóvenes’ de Freemarket Intelligence Corporate son reveladores: el 65,9% de los jóvenes españoles con edades entre 18 y 34 años residen en el hogar familiar, 13 puntos más que en 2008 y 16 puntos por encima de la media de la Unión Europea. Del colectivo de jóvenes con edades comprendidas entre los 18 y los 34 años, solo un 12,5% residía en viviendas de alquiler, frente al 52,5% en Alemania, el 35,5% de Francia y el 20% de la UE-27. Además, este mismo informe señala que “se ha producido un descenso significativo de la deuda hipotecaria de los hogares jóvenes para adquirir vivienda principal, lo que refleja su menor posibilidad de acceder a la vivienda en propiedad”. Ni compra ni alquiler. España se ha convertido en un país en el que los jóvenes no tienen acceso a la vivienda. Lo más grave es que lo peor, quizá, está todavía por llegar.
Los alquileres, más caros que nunca
Según los datos consultados en octubre de 2024 a través del portal inmobiliario Idealista, España ha fijado su precio medio del alquiler en 13,1 euros por metro cuadrado. Este dato refleja la preocupante evolución de los precios inmobiliarios en nuestro país, ya que el año pasado este precio rondaba los 12,4 euros. Sin embargo, actualmente no rozan las cifras más altas del curso, ya que desde el mes de junio, se ha reflejado una ligera bajada del 1,6% desde entonces. Si fijamos la vista más atrás, a largo plazo el precio ha subido significativamente, con un incremento del 10,4% respecto a julio de 2023.
Si analizamos los precios del alquiler respecto a los de hace un año, según el portal Fotocasa, vemos que 16 de las 17 comunidades han incrementado considerablemente el precio interanual en octubre. Las comunidades autónomas con incrementos superiores al 10% son: Madrid (18,3%), Castilla-La Mancha (17,5%), Región de Murcia (13,2%), Asturias (12,4%), Navarra (12,2%) y Galicia (10,4%).
Le siguen las regiones de La Rioja (9,7%), Andalucía (9,1%), Aragón (8,9%), Castilla y León (8,5%), Comunitat Valenciana (8,5%), Canarias (8,2%), País Vasco (7,4%), Extremadura (5,7%), Cataluña (4,1%) y Baleares (2,2%).
En cuanto al ranking de Comunidades Autónomas (CC.AA.), el precio de la vivienda más caro para alquilar una vivienda en España, las alcanzan cuatro regiones con precios superiores a los 15,00 €/m2 al mes: Madrid con 19,82 €/m2 al mes, Baleares con 17,35 €/m2 al mes, Cataluña con 16,33 €/m2 al mes y País Vasco con 16,20 €/m2 al mes.
Los jóvenes españoles, de los que más tardan en independizarse
En España, según datos de la plataforma Eurostat, los jóvenes hispanos tardan en emanciparse hasta los 30,3 años de edad. Los chicos, tardan dos años más que las chicas, ya que los hombres lo hacen un poco más tarde (30,8 años) que ellas (28,9 años). Respecto a estas cifras, nuestro país está casi cuatro años por encima de la media otorgada en la Unión Europea: 26,4 años.
Dentro del viejo continente, existen notables diferencias: Suecia, la pionera en Europa, registra datos récord, cifrados en 21,4 años de media. Respecto a la península ibérica, parece cuestión de cercanía la tardanza en marcharse uno de casa, ya que nuestro país vecino, Portugal, registra otra de las edades más tardías en emancipación: 29,7 años.
Por lo que en la segunda década del siglo XXI, las cifras van in crecendo conforme va ascendiendo los precios de alquiler consecutivamente en España.
Una de las cuestiones que explica el mal lugar de nuestro país es la tasa de paro juvenil que, según los datos recogidos por la misma institución de la UE, es del 27,4% en junio de 2023. Unas cifras que sitúan al Estado español en la cima europea en esta problemática. A la dificultad de encontrar trabajo que tienen los jóvenes en España se une la calidad de estos puestos. Según el informe Monitor Anual Adecco sobre Salario, realizado con datos de 2022, una trabajadora en España cobra de media 480 euros menos que en el resto de Europa. Es decir, los salarios españoles son un 20,9% más bajos que en el resto de la eurozona.
La precariedad de los sueldos nacionales se une además a una escalada en los precios de la vivienda. En el último semestre, según Gesvalt, el precio de la vivienda ha aumentado en todo el territorio un 6%, siguiendo la tendencia de los últimos años, especialmente en los alquileres. Otro dato que preocupa con respecto a la media europea es la cantidad de viviendas sociales que se ofrecen en España, tan solo un 2,5%, una cifra vergonzosa en comparación con el 30% de estados como Países Bajos. La propia Comisión Europea se alarmaba el pasado mayo de la situación, según el informe sobre el Plan de Estabilidad de España: “La asequibilidad de la vivienda es una preocupación”.