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periodismo universitario en internet

Activismo medioambiental: ¿necesario o exagerado?

Manifestación de jóvenes para frenar el cambio climático

Protesta Cambio Climático | Fuente: EFEverde

  • La temperatura del planeta supera ya los 1,5º

  • Para 2060, se prevé un incremento del 60% en la extracción de recursos respecto a los niveles de 2020

Los años 2023 y 2024 han sido especialmente significativos en el aumento de las temperaturas. El planeta ya registra incrementos en la temperatura media de hasta 1,8ºC en comparación a la era preindustrial según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Así, se supera la temperatura límite establecida por el Acuerdo de París y se teme que a finales de siglo se alcance un aumento de entre 2,6 y 3,1 ºC.

Este hecho extremadamente preocupante tiene consecuencias directas en la pérdida de biodiversidad. Más de un tercio de las especies enfrentan riesgos significativos debido a la destrucción de hábitats, contaminación y cambios climáticos. Aunque las esferas políticas buscan alcanzar acuerdos que titulan con extensas palabras impronunciables, lo cierto es que los avances dejan mucho que desear y demuestran la falta de implicación real para el cambio. Para 2060, se prevé un incremento del 60% en la extracción de recursos respecto a los niveles de 2020 si no se implementan políticas más sostenibles.

Si bien, el activismo medioambiental lleva desarrollándose desde que se opone a la industrialización masiva de finales del siglo XIX, se puede decir que en la actualidad el concepto está alcanzando un gran auge a raíz de las circunstancias previamente señaladas. Movilizaciones como Fridays for Future, la cual contó con 6 millones de participantes distribuidos por 160 países, avalan la concienciación de la sociedad. Sobre todo, forman parte de esta nueva rebelión los jóvenes, cada vez más preocupados por su futuro.

Destrucción de la DANA en Picaña, Valencia

Destrucción de la DANA en Picaña, Valencia | Fuente: EFE

Según el Observatorio Jóvenes y Medioambiente de la Fundación SM publicado a principios de 2024, el 86,2 % de los jóvenes españoles está muy preocupado por el calentamiento global. Estos señalan a las grandes empresas como las principales responsables de la crisis ecológica. La generación Z ha crecido como “un grupo demográfico que se caracteriza por un fuerte sentido de propósito y el deseo de generar un impacto positivo en el mundo”, según apunta Isabela del Alcázar, directora global de Sostenibilidad de IE University. Cerca de una cuarta parte de la población mundial pertenece ya a este segmento generacional.

Muchos de estos jóvenes se unen a científicos y doctores en grupos “radicales” contra el cambio climático. En la última década han aparecido numerosas organizaciones como Futuro Vegetal, Letzten Generation o Extinction Rebellion. Esta ha realizado más de 200 bloqueos en calles de Europa tan solo en 2023 trabajando con la idea de desobediencia civil pacífica de la que tanto hacen bandera estos grupos.

La polémica desobediencia civil pacífica

La desobediencia civil consiste en incumplir deliberadamente normas para crear conciencia, expresar descontento social o político, o promover cambios legales. Esta idea ha sido crucial en numerosos movimientos que han buscado conquistar derechos humanos hoy día conseguidos. Un ejemplo icónico es Rosa Parks, quien desafió las leyes de segregación racial en Estados Unidos al sentarse en un área reservada para blancos. Este tipo de acciones, cuando son pacíficas, están protegidas por el derecho a la libertad de expresión, según el Comité de Derechos Humanos de la ONU. Sin embargo, sanciones penales excesivas contra quienes las practican, como en el caso del activismo medioambiental, pueden desmotivar y limitar este derecho fundamental.

En el año 2022 la Fiscalía General del Estado publicaba en sus memorias anuales las 31 detenciones de activistas medioambientales dentro del apartado de Terrorismo. Así, situaba este movimiento junto a otros que consideraba de índole similar como la “izquierda radical ” o el movimiento antifascista. Todos ellos catalogados como movimientos que representan amenazas. A los días, la propia institución tubo que retractarse y separar el movimiento ecologista del marco terrorista. No obstante, el señalamiento contribuyó a la representación de esta actividad en un espectro polémico y polarizado.

Detenciones activistas medioambientales en España 2022

Extracto de la Memoria anual de la Fiscalía General del Estado 2022 | Fuente: Fiscalía General del Estado

“Activistas climáticos irrumpen en los aeropuertos alemanes”, “Dos Mamá Noel ecologistas pintan de negro escaparates del Corte Inglés”, “activistas de Futuro Vegetal cortan los accesos a Mercamadrid y provocan retenciones en la M-40”o “Vuelven a tirar sopa sobre las obras de Van Gogh tras la condena de cárcel a dos compañeras por lo mismo”, son algunos de los titulares que han protagonizado los grupos de activismo medioambiental tanto en España como a nivel internacional. 

Las diferentes acciones de estos colectivos han abierto debates en la sociedad actual, fomentando el desarrollo de la conciencia climática. No obstante, estas organizaciones no comparten la manera de protestar en ocasiones, pese a que esta es pacífica.  A nivel internacional destacan Greenpeace o WWF, World Wildlife Fund, cuyas forma de trabajar se basa en manifestarse, concentrarse, realizar expediciones y participar en las Convenciones más relevantes como la Cumbre del Clima. 

En España el más conocido, por sus 26 años de vida, es Ecologistas en Acción, una confederación formada por 300 grupos ecologistas distribuidos por pueblos y ciudades. Forma parte del llamado ecologismo social, que entiende que los problemas medioambientales tienen su origen en un modelo de producción y consumo cada vez más globalizado, del que derivan también otros problemas sociales, y que hay que transformar si se quiere evitar la crisis ecológica.

Performance manifestación de Rebelión o Extinción

Dos activistas de Rebelión o Extinción manifestándose | Fuente: Rebelión o Extinción

Extinción o Rebelión

Por otro lado, en los últimos años han surgido dos agrupaciones que han acaparado la mayoría de los titulares: Futuro Vegetal y Extinción o Rebelión. Ambos se definen como “un movimiento de desobediencia civil no violenta que lucha contra la crisis climática”. 

Extinction Rebellion, red internacional del movimiento en la que se incluye su facción en España Extinción o Rebelión , que es internacional, surgió en Londres, tiene tres líneas de actuación. La primera es decir la verdad, “Todas las instituciones deben comunicar de forma clara los riesgos extremos que enfrenta ahora la humanidad”. La segunda es actuar ahora, “Los gobiernos deben actuar estableciendo las bases para una transformación del modelo socioeconómico dirigido hacia un crecimiento planificado democráticamente, que se ajuste a la capacidad biofísica del planeta”. Y la tercera y última, las asambleas ciudadanas, “Los gobiernos deben establecer un mecanismo de Asambleas Ciudadanas permanentes y vinculantes para garantizar la transición ecológica basada en la justicia social”.

Asunción Bernárdez Rodal (1961, Pontevedra) es Doctora en Periodismo y Licenciada en Filología Hispánica. Además, dirigió el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense. Asunción forma parte de ese grupo de intelectuales que conforman organizaciones medioambientales. En su caso, colabora con Extinción o Rebelión. Tras entrevistarnos con ella, recalcó como acciones polémicas como pegarse a las paredes de museos o tirar zumo de remolacha frente al congreso no son más que formas de llamar la atención sobre una crisis que dirige al planeta a un colapso.

 

Pese a que “sabemos que el planeta está muy mal, compramos muchísimos plásticos, priorizamos las compras online”, explica Selena Martín (1999, Madrid), educadora ambiental. Su labor profesional consiste en visibilizar la problemática y dar tips para ser más sostenibles. “Durante las charlas se toma conciencia los primeros 5 minutos. Después, vuelves a tu día a día a la misma burbuja de siempre, es lo que te lleva a la sociedad”.

El índice de reciclado medio en España es del 35%. Una cifra que queda muy por detrás de 50% establecido por la Unión Europea para ser alcanzado antes del 2025. Aunque la concienciación de las personas haya ido progresando en los últimos años. El cambió climático es un problema a largo plazo para la sociedad aunque las catástrofes medioambientales empiecen a devastar zonas geográficas que no están acostumbradas a experimentarlas. Según ***** los encuestados creen que los factores de su vida a los que más puede afectar el cambio climático son la alimentación y la salud.

Investigación sobre la percepción y el comportamiento de la sociedad española frente al cambio climático

Gráfica sobre la preocupación de los españoles respecto al cambio climático 2021 | Fuente: Ideara

La labor ciudadana

Dice la sabiduría popular que granito a granito se construye un castillo de arena. Bien es cierto que las acciones individuales pueden ayudar, sin embargo, es absurdo comparar las acciones de la mayoría social con la manera de producir de las petroleras o el sector de los combustibles fósiles, por no hablar de las grandes compañías que a cambio de un pago se saltan las normas de contaminación. 

“El medio ambiente hay que arreglarlo desde las instituciones públicas, desde los congresos de los euro parlamentarios”, asegura contundente Abby M. (1997, Murcia) , divulgadora medioambiental en Instagram y Tik Tok. “Desgraciadamente, este tema se ha llevado a la ideología. Si tú eres de derechas no le das credibilidad al cambio climático, si eres de izquierdas, sí.  Realmente  se trata de ciencia, una disciplina que no entiende de idearios políticos”.

Mientras que el auge político de la posición reaccionaria y conservadora se dedica a calificar el cambio climático como un bulo del lobby progresista y la izquierda promueve cambios insuficientes en comparación a la situación del planeta, los activistas medioambientales dedican parte de su vida a la denuncia social con la intención de buscar cierto despertar social. Un ejercicio arduo pero necesario que promueve la concienciación de la sociedad de forma que así se exija al poder una serie de demandas necesarias para frenar una hecatombe medioambiental

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