Ayudar es fácil si sabes cómo
Ahora más que nunca practicar el voluntariado es muy necesario. La crisis económica que azota nuestro país requiere que salgamos a las calles a ayudar a las personas que menos tienen. Lo imprescindible para ello es saber cómo hacerlo y cómo tratar con la gente que tiene que vivir en la calle. Para ello, el grupo Da-t nos da las claves para un voluntariado cercano y exitoso.
Cáritas Española cifra en 40.000 el número de personas que viven en la calle en nuestro país. Paseando por las principales ciudades españolas nos encontramos a casi cada paso con una de estas personas. Según datos de la Plataforma del Voluntariado en España (PVE), en 2012 más de seis millones de personas participaron en obras de voluntariado en España. Esta cifra aumentaba un veinte por ciento en relación al año anterior (2011). Así se observa cómo los españoles vuelven a volcarse con los más desfavorecidos demostrando una vez más su espíritu solidario. Pero, a pesar de estos datos alentadores, aún son muchas las personas que quieren colaborar y no saben cómo.
Existen numerosas ONGs en España a las que puedes acudir para tener tu primera toma de contacto con el mundo del voluntariado. Aquí te contamos la historia de lo que comenzó siendo un pequeño grupo creado por dos chicas madrileñas que está creciendo a un ritmo considerable. Se trata de Da-t un grupo de jóvenes que cada lunes acompaña a cenar a esas personas que están en la calle, con unos bocadillos y un caldo que preparan previamente. Estos voluntarios dedican una pequeña parte de su tiempo para intentar conocerles, entenderles y ayudarles dándoles su apoyo y cariño. Da-t es un nombre que define a la perfección el objetivo que tienen: darse a los demás. Actualmente son más de 40 voluntarios cada lunes que ayudan a otras 40 personas. Las responsables de este grupo son Blanca Camino Martínez-Echevarría y Rocío Marina Pemán, dos jóvenes estudiantes que toman como inspiración a la Madre Teresa de Calcuta.
La primera vez que estas chicas se acercaron a la gente de la calle no fue fácil y se encontraron con algunos problemas a la hora de relacionarse con los que ahora ya son sus amigos. El éxito de Da-t puede motivarte a crear tu propio grupo de voluntariado con tus amigos o conocidos. En Da-t se apoyan en consejos de psicología interpersonal para tratar con las personas que viven en la calle y así poder labrar una relación de amistad con ellos. Cada persona te contará mil y una historias de su vida pero “no es recomendable fiarse al 100% de todo lo que te cuentan por muy convincentes que parezcan” cuenta Rocío. Para Blanca una de las premisas fundamentales es la de no prometerles nada, no asegurarles que les vas a conseguir una cosa y otra, porque si al final no es posible traerles lo que te piden sus reacciones pueden ser muy diversas y pueden dejar de confiar en ti. Quizá lo fundamental para un primer contacto con gente que no tiene un techo bajo el que vivir es el tratarles con normalidad y sobre todo con naturalidad. No hay que hablarles como si fuesen niños pequeños ya que en muchas ocasiones pueden sentirse incómodos, recuerdan estas chicas. Rocío recomienda sentarse a su lado, no mirarles desde arriba ya que “puede parecer que les estás tratando desde una posición superior”. Cuidar mucho la cercanía es otro de los consejos que practican ya que es necesario que noten un apoyo, “sin pasarnos porque no dejamos de ser niñas y ellos hombres”, aclara Blanca, pero que nos vean como alguien en quien confiar. Una de las situaciones más difíciles de controlar se produce cuando una de estas personas se pone a llorar en tu presencia, aquí Blanca no lo duda y asegura que “debemos ir al fondo del asunto, preguntar, nunca ponernos a llorar con ellos o esperar con un incómodo silencio a que paren de llorar”. Después de más de cuatro meses entablando relación, al final acaban siendo ellos los que se preocupan por tu examen o por tu viaje, o incluso te preguntan cómo le va a tu familia, recuerdan entre sonrisas las chicas.
Una de las historias más conmovedoras que han vivido los voluntarios de Da-t fue hace unas semanas cuando Arthur, un armenio que vive en un banco de un parque del centro de Madrid, se emocionó al recibir la visita de los chicos y sollozando les dijo: “vosotros sois mis amigos de verdad, estar con vosotros me hace feliz”. Estas situaciones son por las cuales los voluntarios de Da-t se sienten extraños si algún lunes fallan a su cita habitual con la gente de la calle. Blanca asegura que los lunes que las lluvias torrenciales de invierno les impiden acudir a repartir bocadillos se siente “como si faltase a ver a su madre enferma al hospital”. Estas palabras corroboran el compromiso tan grande que han adquirido los voluntarios de Da-t con lo que hacen y con las personas a las que ayudan. Otra anécdota que siempre recordarán ocurrió en un día especialmente frío cuando los voluntarios se sentaron en el suelo para hablar con Malik (Nigeria), George y Julián (Rumanía). Éstos al ver a los chicos sentados en el suelo, se incorporaron y les sacaron unas mantas para que se sentaran encima diciéndoles: “seguro que estáis pasando un frío horrible”. “Nosotros en una hora íbamos a estar debajo de un edredón, ellos se quedarían ahí toda la noche y mañana igual” comentan Blanca y Rocío.
Además de repartir bocadillos, galletas y caldo caliente cada lunes a más de 40 personas, los chicos de Da-t son expertos en detectar necesidades en cada persona a la que visitan. Partiendo de estas necesidades particulares, los voluntarios se proponen el reto de conseguir ese deseo personal difundiéndolo a través de su página de Facebook y así permitiendo que personas que no pueden acudir cada lunes a las calles aporten su granito de arena. Desde una tableta de chocolate hasta una mochila pasando por un par de zapatos. Da-t arrasó en su campaña de navidad, pidieron en Facebook cajas de navidad envueltas y decoradas que incluyesen gorros, guantes y felicitaciones personalizadas. Recibieron un total de 110 cajas que repartieron a 110 personas que viven en las calles de Madrid, todo un éxito. “Fue un espectáculo, abrían las cajas en medio de la calle y la gente que pasaba nos rodeaba con un círculo para después colaborar con cafés y bocadillos” comentan Blanca y Rocío. A pesar de todo lo que han conseguido, estas dos jóvenes emprendedoras se muestran humildes y se quitan mérito. “No hemos hecho nada” recalca Rocío riendo tras defender que han sido el boca a boca y su página de Facebook, con más de 600 seguidores, los culpables de que cada semana se unan más y más voluntarios a Da-t. La clave del éxito de este grupo de voluntarios está en el seguimiento minucioso que hacen de las personas a las que habitualmente visitan en la calle. “Cada voluntario tiene que saber que si viene asiduamente va a encontrarse con personas, no solo se viene a repartir bocadillos”. Es por esto que Da-t cuenta con una base de datos con los nombres de las personas a las que ayudan y con observaciones para cada una de ellas sobre lo que le gusta, lo que no, si son alérgicos a algo o si necesitan algo con urgencia. El estudio de las necesidades de cada persona lo refleja muy bien el lema principal de Da-t One by One (uno por uno). Para Da-t no existen los indigentes, existen George, Ángel, Dani, Martín, Arthur, Julián, Malik, Abdelamin y más personas, cada una de ellas con historias propias que merece la pena descubrir.
Blanca, Rocío, Paz y Victoria forman el equipo gestor de Da-t. Las cuatro muestran una clara vocación de ayudar a desconocidos y aseguran que la juventud actual conforma una generación con ganas de hacer cosas, “solo necesitas un pequeño empujón”, y eso es lo que les ofrece Da-t. Con esta experiencia han aprendido a relativizar sus problemas y a no quejarse tanto por un examen fallido o por un día malo. Otra de las cosas importantes que ya no hacen estas chicas es juzgar sin conocer. “Nunca sabes cómo estaríamos nosotras en su situación y por ello no debemos juzgarles, porque no sabemos ni la mitad de lo que les ocurre”. Viendo las penurias que pasan las personas a las que visitan cada lunes a la hora de la cena, los voluntarios aprenden a dar las gracias por lo que tienen y a valorar más su vida que, comparada con la gente de la calle, es bastante privilegiada. Este es un ejemplo más de que para ayudar a gente que está en situaciones de penuria no es necesario pertenecer a ningún grupo u ONG. Lo que si es necesario para llegar a comprender a estas personas y que ellas logren confiar en ti es tener cierta psicología para realizar el voluntariado. No es recomendable comenzar a hablar con una persona que por diversas circunstancias se encuentra viviendo en la calle si no sabes cómo tratarle. Estos trucos de piscología interpersonal se aprenden en la calle, pero también conviene hablar con algún experto en piscología o educación social para llegar a tener una relación tan estrecha como la que mantienen los voluntarios de Da-t con las personas a las que visitan en la calle. Puedes salir a las calles a pasar un rato con las personas que no tienen donde vivir y ofreciéndoles alimento y compañía si sabes cómo. Esto es lo que comenzaron haciendo las chicas de Da-t de manera totalmente espontánea y ahora han conseguido reunir cada lunes a un grupo considerable de jóvenes que, aunque saben que no van a cambiar el mundo, desean aportar su granito de arena.
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota” (Madre Teresa de Calcuta)
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- variacion XXI | Descubriendo el éxito de Juegaterapia - […] dentro de la habitación tiene un valor incalculable. Ahora han conseguido, gracias a la solidaridad de la gente, proporcionar…
Que buen artículo. Siempre he pensado en ayudar pero nunca me he atrevido a la gente de la calle. Tomo nota. Saludos