Sinestesia, el poder de los sentidos
¿Has pensado alguna vez que el dolor pudiera ser de colores? ¿Y que las formas tuvieran sabor? ¿Y si los sonidos tuvieran formas o texturas? Estos son algunos de los cientos de ejemplos que están presentes en la vida de una persona sinestésica. Las sensaciones de estas personas están ahora, además, copando el protagonismo de series y publicidad.
La sinestesia es una facultad poco común que tienen algunas personas. Consiste en experimentar sensaciones sensoriales a partir de estímulos de otra modalidad distinta. Es decir, los sentidos de la persona sinestésica se cruzan y pueden, por ejemplo, al “ver” algo, “olerlo”. O al “tocar algo”, pueden también “saborearlo”, aun cuando no hay ninguna información llegando a su bulbo olfativo ni a sus papilas gustativas. La sinestesia es un fenómeno real asociado, según las últimas teorías, a la proliferación de conexiones entre distintas áreas cerebrales y, en último lugar, a factores genéticos.
Se conocen tres tipos de sinestesia:
- Léxico a gusto: La pronunciación de las palabras activa el sentido del gusto. Es el tipo más extraño de sinestesia.
- Grafema en color: Se asocia cualquier signo, letra o número con un color específico. Incluso puede asociarse música a color, personas a colores… La persona visualiza diferentes colores, de acuerdo con algunas características de la música. El grafema en color es el caso más abundante de sinestesia.
Las personas que presentan una sinestesia del tipo grafema en color perciben la figura de la izquierda como la de la derecha. Estos sujetos asocian los colores a distintos caracteres y entonces se produce lo que se conoce como segregación sensorial. Este tipo de sinestésicos son más veloces a la hora de diferenciar la figura oculta.
- Personificación: Es el tipo menos frecuente de sinestesia. Está relacionada con las otras dos, aunque quien la vive, en vez de experimentar colores o sabores, es capaz de otorgar ‘personalidades’ diferentes a letras y números. Algo que hace que el sinestésico experimente distintas sensaciones cada vez que ve algo escrito.
Integrada en la sinestesia, «es algo que no me paro a pensar»
Andrea Mañas tiene 24 años, trabaja como abogada y es sinestésica. Su sinestesia es del tipo grafema en color. Para ella es imposible separar a las personas de los colores. Su cerebro relaciona a cada persona con un color y con la sensación que este le transmite. «Es una cosa absolutamente integrada en mí que no me paro a pensar». A la hora de conocer a alguien, establece una conexión instantánea entre la sensación que le transmite esta persona: bondad, seriedad, tristeza… y el color que por defecto tiene esa característica para ella. De esta manera siempre que vuelva a ver a esta persona “sentirá” este color. Al sentir a alguien de un color desagradable, de forma instintiva, intentará alejarse de esa persona. Existen casos en los que no puede asignar un color claro en el primer momento, lo que ella define como un color “en tierra de nadie” o de “desconfianza”. Con este tipo de personas el color se define poco a poco conforme las conoce y el contacto con ellas se acentúa.
Muchos investigadores, como Daphne Maurer, de la Universidad de Macmaster (Canadá), demuestran que todos los bebés menores de cuatro meses presentan un cerebro sinestésico. Esto se debe a que el cerebro todavía no ha realizado la especialización de las distintas áreas ante estímulos sensoriales, conocida como “poda neuronal”. En el cerebro de una persona sinestésica esta poda es menor o no se produce Andrea Mañas reconoce que su sinestesia se manifestaba de forma mucho más intensa cuando era pequeña.
La sinestesia es una cualidad extraordinaria que tienen algunas personas, no se trata de ningún tipo de enfermedad. No obstante, hay casos en los que las percepciones sinestésicas son tan potentes que pueden de algún modo ‘distraer’ a la persona que las experimenta. Hay muchas personas que indican que la sinestesia les ayuda a recordar mejor o a aprender mejor otro idioma. Hay sólo un porcentaje muy pequeño de las personas con sinestesia a las que sus experiencias les pueden resultar desagradables o molestas en alguna ocasión.
‘Sinestesiados’ por los medios
La sinestesia también se encuentra presente en algunas series y en el cine. Existe una película de animación que, bajo el título ‘Sinestesia’, intenta ofrecer la imagen real de lo que sienten estas personas. Por otro lado, series como ‘Big Bang Theory’ o ‘Sin Límites’, ofrecen una imagen de esta peculiaridad a través de sus personajes o de la trama de algún capítulo. La serie ‘The Librarians’ llega al punto de que una de sus protagonistas posea tal desarrollo de esta anomalía, que es capaz de ver el mundo de una forma completamente diferente. ‘Breaking Bad’ hace lo propio, tratándolo desde una perspectiva completa: en cada capítulo se pueden relacionar colores y sensaciones a los personajes.
Este énfasis en lo visual hace que veamos la televisión con una máxima atención a cada detalle. La ficción ya no deja nada a la casualidad, y esta mezcla de sensaciones abre las puertas a que el espectador se interese el doble por lo que ve. Además, no solo importa la imagen. También influyen factores que podrían pasarnos por alto como la luz, los contrastes o los materiales utilizados.
Para detectar si alguien es sinestésico se estudia cómo de constantes y automáticas son las percepciones sinestésicas. De esta manera se descubre si una persona tiene sinestesia o si simplemente tiene distintos estímulos asociados a otros. Gracias a estos estudios, puede hablarse de una evolución en el campo de la publicidad. Una evolución gracias a la cual las campañas publicitarias actuales transmiten un efecto más potente en el espectador o consumidor en potencia, que ve el producto como algo único y novedoso.
Los anuncios de las empresas, al vender un producto, se basan en introducir al consumidor en una dimensión artificial. Se podría decir que los espectadores se encuentran “sinestesiados” y aumentan en ellos las posibilidades de comprar lo que se les está ofreciendo. Por ejemplo, los anuncios de perfumes utilizan este trasvase sensorial para captar al consumidor, el cual se imagina el olor de una fragancia con solo visualizarla. También es común observar esto en los anuncios de refrescos o cerveza: Coca-Cola usa este método durante la publicidad previa a las películas en el cine, o Heineken, con una imagen de una botella que te transmite la sensación de estar bien fría. Sin embargo, lejos del mundo de los reclamos publicitarios, la sinestesia es una característica muy poco conocida y estudiada, por lo que no es extraño que muchos sinestésicos lo desconozcan.
Hasta hace unos pocos años Andrea Mañas no sabía que era sinestésica. Para ella era normal entender el mundo a través de colores y sensaciones, creía que todas las personas lo veían así. Un día su hermana le enseñó un episodio del programa Redes en el que hablaban sobre la sinestesia. «Cuando vi el programa me quedé en shock. No terminaba de entender cómo era posible que la vida no fuera así, porque jamás me hubiera parado a pensar que fuera de otra manera».
Se estima que la incidencia de este fenómeno es de en torno al 1% de la población mundial. Un estudio muestra que el 14% de los españoles muestra características de algún tipo de sinestesia.
Según otros estudios, como el que llevó a cabo la Universidad de Granada, las personas sinestésicas suelen tener reacciones emocionales negativas cuando los estímulos – una letra, un número, una forma – están de un color diferente al que ellas ven en él.
Para Andrea Mañas es muy difícil definir su tipo de sinestesia porque nunca pensó que fuera algo que había que explicar. Reconoce que la mayoría de la gente a la que intentar contar su forma de ver el mundo no lo entiende. Cree que el resto de personas no puede percibir las relaciones de una forma tan intensa como ella y por tanto es difícil hacerles entender algo tan emocional como esto. Afirma que este puede ser el único problema que le cause su sinestesia, el exceso de emoción.
La mayoría de los sinestésicos viven sin saber que la forma de ver el mundo que les rodea no es igual al del resto de las personas. Muchos ignoran que poseen una facultad que les hace ser especiales, que les diferencia de la mayoría y está presente en cada uno de los momentos que han vivido y que vivirán. Sin embargo se trata de una anomalía tan difícil de explicar y tan poco conocida que puede que muchos sinestésicos nunca lleguen a saber que el amarillo chillón en realidad no chilla para todos.
Ahora me doy cuenta de que la sinestesia ha estado siempre presente en nuestra sociedad sin que nos diéramos cuenta.Por ejemplo, hace como quince años que ponían todo el santo día una canción en la radio que trataba algo sobre un amor que era “azul como el mar azul” y la cantante Joan Baez dice en una de sus canciones que los amores le gustan “de muchos colores”. Lo sinestésicos deben de haber influido mucho en la cultura popular para que tengamos expresiones como “verde esperanza” o “rojo pasión”.
Exactamente eso es lo que pasa. La sinestesia ha ido introduciéndose en la sociedad sin que nadie se diera cuenta. No es simplemente en la publicidad o en las series donde está presente este fenómeno, sino también en otro tipo de cultura como la música. Hay muchos ejemplos de esto, otro podría ser “el gato que está triste y azul”.
Muchas gracias por el comentario.