Aprender a viajar
¿A quién no le gusta viajar? Todo aquel que de niño leyera La vuelta al mundo en 80 días seguro que soñó con ser Phileas Fogg, y con ser retado a hacer un increíble viaje alrededor del globo. De Londres a Bombay, de Hong Kong a San Francisco. A juzgar por la novela, no parecía demasiado complicado. Sin embargo, cuando uno crece, la realidad le demuestra que un viaje así costaría un poco más que la paga semanal de aquel entonces. Pero, ¿qué pasaría si además de permitirnos ir donde quisiéramos, nos pagaran por ello?
El periodismo de viajes puede considerarse lo más cercano a ese sueño. Los profesionales que se dedican a ello, trasladan al lector a cualquier parte del mundo con tan solo leer sus reportajes. No son solo una simple guía. Su objetivo principal es hacernos sentir protagonistas de sus aventuras. Pero conseguir convertirse en uno de estos reporteros aventureros no es tan fácil.
“Yo empecé llevando mis propias fotos a revistas, recibiendo noes y noes. Como todos”. Para Paco Nadal, periodista y bloguero de El País, la clave para acceder a esta profesión es no parar de tocar puertas. “Muchas veces la gente joven me pregunta ¿Cómo se empieza? Se empieza ahora igual que antes. Hazlo por tu cuenta. Nadie te va a encargar nada, tienes que buscarte la vida y presentarlo a agencias, hasta que un día las puertas se te abren. Yo empecé así, ofreciendo reportajes”. Nadal aclara a VariaciónXXI que entrar en este mundo es muy costoso, pero no imposible. Lo importante es la constancia.
A los 30 años, Paco Nadal abandonó su trabajo en la empresa familiar —y con él un sueldo seguro— para lanzarse a contar, a través de un estilo muy personal y cercano, sus viajes. Sin embargo, a pesar de dedicarse a una profesión que le apasiona, reveló que en su mochila no puede faltar una caja de Orfidal, un fármaco de alta potencia que actúa como ansiolítico, amnésico, sedante, anticonvulsivo y relajante muscular. Porque, “tantas horas entre vuelo y vuelo pasan factura”. Advierte que el periodista de viajes debe tener una personalidad especial, ser algo nómada y perder esa red de seguridad emocional que supone tener a tus seres queridos cerca.
El reportero de viajes
Ser reportero de viajes no solo consiste en disfrutar del destino al que se llega. Ese lugar idílico que uno espera conocer puede no llegar nunca. Por eso el periodista de viajes debe ser capaz de escribir sobre cualquier tipo de destino, aunque el lugar no sea de su agrado o no llegue a emocionarle. Porque, en eso consiste precisamente esta profesión tan cercana a la publicidad. El auténtico periodista de viajes debe ser capaz de encontrar lo mejor de cada lugar; el mejor rincón, la mejor gastronomía, lo más sorprendente, etc. Y todo, para conseguir hacernos disfrutar de ese viaje. Al final, su mayor esfuerzo se encuentra en pulir ese diamante en bruto que puede ser cualquier país, pueblo o ciudad al que vaya. Porque un periodista de viajes no se encarga de elaborar una guía, debe hacer mucho más. Tiene que conseguir que un sitio que es desconocido se haga familiar de forma asombrosa, y que aquel lugar que todos hemos visto mil veces se convierta en algo nuevo.
Además, para poder informar y describir de la mejor manera posible cualquier lugar, el periodista de viajes debe realizar una concienzuda labor de documentación previa. La mayor parte del trabajo, por tanto, ha de realizarse antes del viaje.
La principal labor de los reporteros es conectar con sus lectores potenciales. Para esto es imprescindible conocer sus gustos, presupuesto y, sobre todo, el sector al que se dirigen. Por eso, Luis Uribarri, redactor jefe de la revista Viajar, se arriesga siempre tanto con los destinos nacionales. “Nosotros apostamos mucho por España. En un altísimo porcentaje, la revista, la cabecera de la web… van dedicadas al mercado español. La mayoría de los españoles viajan por España, que es un destino de primer orden mundial”.
Pero no solo hay que fijarse en la belleza o en la ubicación del lugar. Al fin y al cabo, esta profesión consiste en narrar lo más relevante actualidad. Los hechos puntuales y los grandes eventos de moda adquieren una gran importancia en este mundo. Uribarri lo explica de la siguiente manera: “Por un lado puede tratarse de un destino de actualidad. Ahora en verano están los Juegos Olímpicos de Río. De ahí puede salir un reportaje: cómo está cambiando la ciudad de cara a los juegos. Luego están los destinos sugerentes, es decir, si ha habido algún cambio, si se ha producido la apertura de algún hotel. Por otro lado, puede tratarse de un evento especial de actualidad, como la Ruta del Quijote por el 400 centenario de la muerte de Cervantes”.
Destinos obligados
Los destinos más recomendados para grandes viajeros a nivel mundial se encuentran en África, Asia o América Latina. Dentro de Europa, el cuadrado formado por las grandes capitales —Londres, París, Roma y Berlín— es de los destinos más populares. Los emplazamientos desconocidos y exóticos, no obstante, tienen cada vez más partidarios dentro del periodismo de viajes; así, lugares como Armenia o Turkmenistán se muestran como destinos sumamente atractivos para el viajero que busca nuevas experiencias.
Porque cada viajero es un mundo, y la manera en que cada uno desee recorrer los parajes que se le ofrecen dependerá el tipo de reportajes que busque. Rutas de senderismo, cultura, gastronomía, aventura; pero también información acerca de cruceros, distintos estilos de vida, hoteles de cinco estrellas. Consejos de todo tipo para lectores de todo tipo. El periodismo de viajes es tan amplio como el espectro de público al que se dirige. Por eso es necesario que el periodista se especialice.
Viajar es otro tipo de lujo
Viajar puede ser un lujo. Un lujo que se halla en una puesta de sol, en comer eso que nunca te habías atrevido a probar, en ir donde nunca habrías pensado ir, en un relajante paseo en bicicleta; en general, un lujo que se encuentra en descubrir. Pero “un lujo no tiene por qué ser caro”, como señala Uribarri. Por eso su revista también se orienta hacia este estilo de periodismo de viajes: “una buena maquetación, un buen papel, buenos reportajes, buenas fotografías, eso es lo que valoran nuestros lectores”. Que firmas como el gran escritor y aventurero Javier Reverte o Luis Pancorbo, que fue el primer español que se atrevió a pisar el Polo Sur, escriban en Viajar no es, para nada, arte del azar.
Paco Nadal, que también realizó trabajos para esa revista, aporta los siguientes consejos para aquellos que quieran atreverse a vivir y a descubrir el mundo: “No hay que esperar a ser periodista de viajes para viajar”. Porque el viaje viene antes. El verdadero viajero es ese que desde siempre ha sentido curiosidad por saber qué había más allá de la ventana de su habitación. Ese que se ha movido con una tienda de campaña sin importarle a dónde iba. No necesita más. “Primero se viaja, luego se cuenta; nunca al revés”. Porque aunque el destino ya esté decidido desde el momento en que se escoge, el mayor secreto se encuentra en la travesía. La vida no transcurre como una línea recta. Al final, uno nunca sabrá qué va a encontrarse por el camino. Porque en eso consiste viajar.