¿Impuesto saludable?
Han pasado ya tres meses desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso a los Gobiernos de diferentes países tasar las bebidas azucaradas. El Gobierno de España hace un mes que anunció que se sumaba a esta medida propuesta por la OMS. Sin embargo, las empresas productoras de bebidas carbonatadas, se han echado encima de este gravamen tachándolo de “injusto” como lo ha definido La Asociación de Bebidas Refrescantes (ANFABRA). El motivo de todo esto es reducir la cantidad de azúcar que consumimos y sobre todo, el azúcar añadido que llevan, por ejemplo, los refrescos carbonatados, porque como veremos producen diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares, entre otras. La autorregulación siguiendo los consejos de la OMS parece no funcionar entre los consumidores, por eso se está apostando por atacar a los bolsillos de la gente como medida para reducir el consumo. Aunque sonaría exagerado y algo delicado afirmar que los refrescos azucarados matan, la verdad es que al año mueren 45.000 personas, por ejemplo, por problemas cardiovasculares y uno de los factores que causan dichos problemas son las bebidas con azúcares añadidos. Sin embargo, la lucha contra la obesidad debe ir más allá de la implantación de un impuesto y estimular políticas que ayuden a alimentarnos de forma saludable, moderada y equilibrada.
El pasado dos de diciembre el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros una serie de medidas fiscales, que incluían la subida de los impuestos al alcohol y al tabaco, así como un gravamen a nuestras protagonistas: las bebidas carbonatadas y azucaradas. El motivo según el Gobierno: aumentar la recaudación a través de estos impuestos y preservar la salud pública. Y es que la OMS, publicó recientemente un informe que recomendaba gravar con tasas las bebidas azucaradas para reducir los problemas de obesidad, diabetes tipo dos y las caries, entre otros. Algunos países europeos como veremos más adelante (Francia, Noruega, Dinamarca, Hungría…) ya tienen este impuesto en las bebidas azucaradas. El porcentaje de este gravamen inédito hasta ahora todavía no se conoce. Existe mucha incertidumbre, sólo se sabe lo que recomienda la OMS, el 20%. Cristóbal Montoro, el ministro de Hacienda y Función Pública, anunció que las nuevas medidas tomadas por el gobierno van a permitir recaudar un total de 7.500 millones de euros. Aunque hay que explicar que parte de este aumento no solo se debe a la subida de impuestos de los elementos anteriormente nombrados, también por los cambios en los Impuestos de Sociedades.
Parece que este impuesto está enfocado a disminuir el consumo de este tipo de bebidas. Claramente, después de la publicación del informe, dos de los principales productores de este tipo de bebidas, como son Coca-Cola y Pepsi, anunciaron públicamente su compromiso para reducir las cantidades de azúcares añadidos en sus bebidas. Pero todas las empresas de refrescos critican el gravamen. La Asociación de Bebidas Refrescantes (ANFABRA) lo han calificado de “injusto y discriminatorio” gravar a una categoría por tener un ingrediente, pero no al ingrediente en sí”. Pero antes de sacar conclusiones veamos cómo afecta el azúcar que contienen estas bebidas a la salud de los seres humanos.
Menos azúcar, más salud
¿Sabían que reduciendo la ingesta de azúcares al 5%, podrían mejorar su salud? Así lo afirma el Dr. Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS, que explica que “esta proporción equivale a menos de un vaso de 250 ml de bebida azucarada al día” y recomienda que, si se ingieren azúcares libres, “aporten menos del 10% de las necesidades energéticas totales”. Esta afirmación se debe a que el consumo de bebidas azucaradas -y otros alimentos ricos en azúcares libres- está directamente relacionado con la aparición de enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes, ya que aportan calorías innecesarias que afectan especialmente a la salud de niños, adolescentes y adultos jóvenes, como se ha reflejado en las encuestas nacionales sobre alimentación. La obesidad por ejemplo, se ha duplicado desde 1980 hasta hace dos años en todo el planeta, llegando a 422 millones en todo el mundo, como informa Aitor Sánchez nutricionista de Radio Televisión Española. Asimismo, existen estudios que afirman que ingerir elevadas cantidades de azúcar eleva el envejecimiento celular además de fomentar la aparición de enfermedades bucales, como pueden ser la caries.
Como se puede observar, la pirámide de alimentación saludable nos indica que los alimentos con elevado contenido en azúcares sencillos deben tomarse de forma ocasional.
Todo el azúcar que contienen las bebidas azucaradas puede verse realizando un sencillo experimento en casa que os mostramos a continuación. Varía mucho entre diferentes tipos de bebidas, pero para que nos hagamos una idea, una lata de Coca-Cola de 330 ml contiene 35 gramos de azúcar.
Es sabido que en la actualidad, este tipo de productos tienen una gran presencia diaria en nuestra alimentación, por lo tanto, cualquier dieta encaminada a reducir su consumo es positiva. Si bien, los nutricionistas nos recomiendan tener en cuenta que es importante reforzar esta dieta con una buena educación nutricional para que sea efectiva y que además, todos debemos ser conscientes de que la clave para acertar en la elección de alimentos radica en la dieta en su conjunto y no en alimentos aislados. Se entiende así que no va a ser efectivo dejar de tomar refrescos si se mantiene el consumo de muchos dulces. Lo importante es que la dieta sea variada, equilibrada y moderada.
En cuanto a las medidas tomadas por el gobierno, por su sabida relación con el aumento de la obesidad, la OMS ya recomendaba elevar los precios de estos productos -refrescos y alcohol- en un 20%. Como alegaba el Dr. Douglas Bettcher, Director del Departamento de Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS, “Si los gobiernos gravan productos como las bebidas azucaradas pueden evitar el sufrimiento de muchas personas y salvar vidas. Además, se reduciría el gasto sanitario y aumentarían los ingresos fiscales, que se podrían invertir en los servicios de salud”.
Lo cierto es que son muchas las sociedades del mundo que, desde hace años, han encontrado en el alcohol un elemento de socialización ligado al disfrute y que ahora en España, soportará más impuestos y en este caso, por partida doble. El 2017 comenzará con un ron con Coca-Cola un poco más caro, concretamente, podría encarecerse alrededor de 20 céntimos el litro por una botella de 40 grados, según la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE). Pero ¿se ha tomado ya alguna medida en otros países del mundo?
Los agricultores rechazan el impuesto
La tasa para las bebidas azucaradas no tiene una implantación global. La OMS recomendó a los Estados una subida de dicho impuesto, sin embargo, la Asociación de Bebidas Refrescantes, como ya hemos señalado, criticó la medida porque considera que “no es eficaz para resolver problemas de salud ni para cambiar hábitos” y podría perjudicar a “la recuperación del consumo y a los sectores del turismo y la hostelería”. Precisamente, la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR) hace hincapié en esto último porque cree que el gravamen “perjudica a todos y pondría en peligro la recuperación económica”. También, el sector primario – los sindicatos agrarios ASAJA y UPA – han mostrado su disconformidad a la polémica medida, puesto que perjudica especialmente al sector remolachero de la provincia de Ávila. “A partir de ahora se plantearán impuestos a las grasas, las proteínas, los minerales o incluso las vitaminas”, ironiza UPA en un comunicado de prensa. Y es que, no hay unanimidad sobre los pros y los contras de esta medida, que está sometida a la fuerte oposición de las grandes marcas de refrescos como Coca Cola o Pepsi. Uno de los primeros países europeos que aplicó esta tasa fue Francia´, que instauró en 2012 el conocido como “taxe soda” y provocó una subida de entre tres y seis céntimos por litro a las bebidas refrescantes.
El Banco de Francia publicó un informe con los resultado de esta aplicación. El Gobierno británico también anunció este año que impondrá a partir de 2018 un “impuesto del azúcar” pero pasará la factura directamente a los fabricantes, en vez de exigir la subida a los consumidores. Así, en México, uno de los países con mayor tasa de obesidad, subió el precio de los refrescos en un 10% . No obstante, un estudio del Instituto Tecnológico de México (ITAM) señalaba que un año después de la implantación del impuesto, la tasa de obesidad había crecido un 1%, por lo que esta medida fue ineficiente.
La implantación del impuesto a las bebidas azucaradas y carbonatadas no debe justificarse como un antídoto frente a la salud pública. El Gobierno debe seguir los consejos de la OMS, pero ha de plantearse la lucha contra la obesidad como una prioridad en esta legislatura, que acaba de echar a andar. La tendencia actual es demonizar como los refrescos, que son perfectamente compatibles en una dieta si se ingieren de forma moderada y equilibrada, por tanto, una parte importante de las políticas deben encaminarse a la concienciación, a la educación nutricional y al fomento de la práctica regular de la actividad física.
Un gran artículo, muy exhaustivo sobre las bebidas de azúcar, una buena forma de prensentar los problemas del azúcar. La gente bebe Coca Cola y burns a la ligera de chulos
Todo con moderación se puede tomar
Esto si que es hacernos reflexionar sobre el consumo de estas bebidas, a la vez que se critica el impuesto.
Muy completo
Enhorabuena
Muy buen artículo. Documentado correctamente y en unos términos que llegan a toda la población, ojalá sirva para concienciar a la gente de este verdadero problema
Increible lo de este Gobierno. Siempre subiendo los impuestos como resultados de sus malas gestiones
El problema es que no hay conciencia entre la gente. Si no tocan el bolsillo, no reaccionamos
El articulo muestra claramente que los refrescos son perjudiciales para la salud. Gran trabajo
Os ha faltado que la Coca-Cola se quedara un poco más espesa para que se viera mejor la cantidad de azúcar que tiene. Hay muchas cosas que cambiaría en este artículo pero en general está bien y muestra lo malas que son las bebidas con tantos azúcares para la salud.