Trans, víctimas constantes del bullying
Son muchas las personas transgénero que sufren un gran e irracional rechazo por parte de quienes les rodean, que en ocasiones va en aumento y puede acabar en un acoso severo y terrible para estas personas que únicamente quieren ser fieles a ellos mismos, viviendo como quienes realmente son. Con este artículo pretendemos abrir una ventana al conocimiento de esta realidad ignorada por muchos, intentando así favorecer una pronta integración de esta comunidad tan olvidada.
Sus historias y experiencias
La gran variedad de términos que surgen a medida que se van introduciendo en la sociedad y la confusión que esto crea, hace que sea necesario usarlos con propiedad y sin embargo en algunas ocasiones no llegan a entenderse. Por ello se debe aclarar que una persona transgénero es aquella cuyo género es distinto o no se corresponde al impuesto cuando se nace, del mismo modo se afirma que las personas cisgénero son aquellas que se sienten identificadas con el género asignado al nacer.
En el caso de Elizabeth, una joven trans muy conocida en redes sociales como Twitter, que con cerca de 11 años se dio cuenta de que era transgénero gracias a la poca la información que por aquel entonces se distribuía; “Como muchas personas trans yo cuando me di cuenta, fue gracias a haber consultado información, a haber visto páginas, haber encontrado información sobre las experiencias de otras personas, porque es algo fundamental, si tú no tienes información sobre un tema, nunca vas a saber cómo encontrarte a ti misma, nunca vas a saber realmente qué es lo que está pasando hasta que encuentres un referente y esto es un problema en parte porque no existían términos referentes como tal de personas trans hasta hace muy poco”. La información que encontraba estaba muy medicalizada y en muchas ocasiones tenía una visión muy peyorativa y negativa, un punto de vista que aún se sigue encontrando actualmente en esta sociedad que tan avanzada se cree.
Respecto a al apoyo familiar tuvo la fortuna de no encontrarse en una situación en la que como a muchos otros jóvenes trans, se les echa de sus hogares por reafirmar quiénes son sin ser comprendidos, mientras que en el tema escolar, según cuenta, fue bastante distinto.
Orión no siempre se llamó así, de hecho en su DNI aún quedan retazos de lo que las personas de su alrededor pensaban que era pero que nunca fue. En su interior siempre estuvo su verdadera identidad que pedía a gritos poder salir, poder decir al mundo quien realmente era, quitarse el lastre de vivir una vida que no se correspondía con lo que su yo verdadero demandaba. Todo comenzó entre los 18 y los 19 años cuando empezó a plantearse la posibilidad de no ser tan solo una “chica masculina”. Gracias a una asociación LGTB, un sexólogo, mucha lectura e internet decidió dar el paso a los 20. Sin embargo, este cambio no fue fácil.
Orión, un chico trans de 22 años, tanto en la actualidad como antes de “salir del armario transgénero” se considera bisexual con tendencia a que le atraiga más el género masculino. Esto supuso un dilema bastante grande para su auto aceptación, el darse cuenta de que es un chico al que principalmente le gustan los chicos y que cuando para ojos de los demás era una chica, por su actitud y vestimenta se le veía como una chica con un aspecto varonil pero cuando cambiara se le empezaría a ver como un chico un tanto amanerado.
Esta realidad, para ojos del no habituado en temas de sexualidad e identidad de género puede parecer algo compleja pero nada más lejos de la realidad, en realidad es algo muy sencillo: Al igual que muchas personas cisgénero son homosexuales o bisexuales, lo mismo ocurre con las personas no-cis, es decir, transgénero. Sin embargo es recurrente para Orión escuchar comentarios como: “No sé para qué te has hormonado para ser un chico si te gustan los chicos, ligarías más de chica”. Comentarios que no solo reflejan un inmenso desconocimiento en cuanto a algo tan común en nuestros días como es el tema transgénero al insinuar que por ser homosexual debería “quedarse como está” como si eso fuera una opción, como si el cambiar de un género a otro fuese algo que la persona elige y fuera como quien se cambia de calcetines sino que también la automática relación general de que por ser trans e iniciar tu cambio automáticamente tienes que ser heterosexual porque si no es “una pérdida de tiempo y de dinero” muestra una falta muy grande de educación y de sensibilidad con el tema.
A pesar de que su familia y sus compañeros de carrera han sabido llevar el cambio bastante bien, Orión sigue teniendo que enfrentarse día a día a concepciones equivocadas o comentarios ofensivos a los que suele responder con indiferencia e ironía, “No somos los profesores de nadie”, dice él mismo.
Otro de los temas que suelen ofender, no solo a Orión, sino a un porcentaje amplio de la comunidad transgénero es el de las operaciones de genitales. Está bastante extendida la idea de: Si eres trans te tienes que operar; el tópico tan subrayado de “Vives en el cuerpo equivocado”…Sin embargo, no es siempre lo que las personas trans quieren, algunas incluso están a gusto con sus genitales y deciden no operarse y simplemente hormonarse para poder por fin ser por fuera lo que siempre fueron por dentro. Con esto nos enseñan lo que ya se está empezando a enseñar en algunos colegios de España y del extranjero: que la sexualidad física no define el género, que el género está en uno mismo, en su conciencia, en su ser, quizá en su alma.
Orión ahora es un chico sonriente, gracioso y vital pero no siempre fue así. La ansiedad social y el miedo al enfrentarse a la sociedad con su gran cambio fue una dura batalla para él pero gracias a esta desarrolló la fuerza, el coraje y la valentía para ser quien es hoy.
La importancia de las asociaciones y las redes sociales
Son muchas las asociaciones que nacen para defender a la gente trans y una de ellas es Transexualia. La Asociación Española de Transexuales, AET-Transexualia se fundó el 17 de agosto de 1987, aunque sus integrantes llevaban reuniéndose desde un año antes. En su inicio AET estaba formado por 8 mujeres pero pocos años después comenzaron a integrarse hombres trans. Algunos de sus principales objetivos son conseguir mayor apoyo de la seguridad social y la sanidad pública, abolir la discriminación laboral y social, o cambio legal de nombre en el registro civil.
Cuentan con grupos de apoyo psicoterapéutico, o de orientación y formación jurídica laboral donde un abogado especialista imparte sesiones formativas desde la diversidad de género para informar a estas personas de cuáles son sus derechos, además de como trabajadores, favoreciendo una adecuada integración socio-laboral.
Según Transexualia, en todos los países se vulneran los derechos de las personas trans. Se les excluye en el ámbito laboral, apenas cuentan con prestaciones sanitarias, carecen de protección y seguridad física y moralmente, y se les niega el reconocimiento legal de la identidad que se siente y manifiesta, por lo que en España hay unas 3.000 personas que conviven con un sexo que no les identifica. Todas estas vulneraciones provocan y crean una gran desigualdad social, convirtiéndolos en ciudadanos de segunda categoría. Actualmente se ha conseguido que se condene la transfobia repudiando toda agresión u homicidio. En comunidades como Canarias, País Vasco, Andalucía o Galicia han aprobado leyes que han supuesto notables avances al respecto.
Además existen organismos como Chrysallis y Fundación Daniela que asesoran a padres y profesores, facilitan la aportación de documentos y guías que ayudan a la construcción de la identidad de los más jóvenes. Las asociaciones LGTB tienen gran presencia en universidades como la Autónoma de Madrid que ha empezado a impartir el curso “Sexualidad Trans”, el cual trata de ofrecer una perspectiva diferente al discurso tradicional de la transexualidad y analiza el desarrollo sexual de los miembros de este colectivo, así como el camino que pueden seguir tras aceptar su definitiva identidad.
Por otra parte encontramos que las redes sociales pueden facilitar de múltiples maneras información necesaria para conocer nuevos conceptos o incluso poder conocerse a uno mismo. Estas cualidades las encontramos por ejemplo en los entrevistados Elizabeth y Orión, quienes a través de Twitter o Youtube, como es el caso del último, informan y ayudan a personas de una manera cercana y especializada, con posibilidad de interactuar y preguntar las dudas que se puedan tener.
Del mismo modo también hay youtubers, como es el caso de Javier FTM, quien cuenta sus experiencias y vivencias como joven trans a través de vídeos, llegando a mostrar incluso su evolución y sus cambios corporales tras las operaciones y el proceso hormonal, cosa que seguro ayudará a más de una persona a conocer las fases por las que se pueden pasar y cómo empezar a buscar la información necesaria.
Reeducación en las aulas
El bullying es una situación a la que se le está intentando dar cada vez más visibilidad ya que en los últimos años, con el desarrollo de las redes sociales y la interactividad en Internet, además de facilitar ayudas, también se ha vuelto un lugar peligroso, llegando incluso a casos en los que los menores insultan y se meten con sus compañeros mediante dispositivos móviles, lo que causa depresiones que en ocasiones han acabado en muerte. Sin embargo, en muchas situaciones no hace falta esconderse tras una pantalla para insultar. Cada vez más jóvenes vuelven a sufrir acoso de la manera en la que por desgracia se ha hecho siempre; el cara a cara.
Uno de los casos más conocidos de estos últimos años se produjo el pasado 2015, en el que un joven trans de 17 años llamado Alan decidió suicidarse tras no soportar el acoso que había estado sufriendo desde los 14 años por sus compañeros de clase. Tras pasar por varios institutos los abusos continuaron y en Nochebuena decidió ponerle fin mezclando un bote de pastillas con alcohol que más tarde ingirió.
Este junto al de la chica turca trans, activista LGTB que hace unos meses fue asesinada después de ser violada, son algunos de los casos que mejor recuerda Noelia, una estudiante de magisterio en la Universidad Autónoma de Madrid.
Esta joven opina que las normativas, como la de que los niños puedan elegir sin problema su nombre y aseo en el colegio, están muy bien para no marcar desde tan pequeños un género pudiendo ellos elegir y desarrollarse de una manera neutral. En cambio, echa de menos que los niños y niñas puedan elegir también los uniformes o la ropa que llevan a clase, porque en muchos colegios en los que se asignan uniformes masculinos y femeninos, no se ve mal que las niñas lleven pantalones, pero a los niños se los puede ridiculizar por llevar falda.
En cuanto a si deberían aumentar los programas educativos orientados a guiar al alumnado transgénero responde que sí, pero antes que nada, deben establecerse medidas para que el profesor pueda conocer y aprender cómo debe tratar estos temas en las aulas, y además organizar charlas con los padres porque se tienen que implicar en la evolución de sus hijos. Por supuesto también hay que enseñar al resto de alumnos para no llegar a una situación de ignorancia sobre el tema y que no cometan errores, evitando que se den casos de transfobia en las aulas.
Respecto lo que tendría que modificarse en la carrera de magisterio para tratar el tema de los transgéneros, dice que se debería añadir junto a la orientación en casos de acoso, y visibilización de este tipo de minorías, clases que te ayuden a saber qué hacer en caso de que haya una persona en el aula que sea trans, porque otros muchos casos sí que se saben tratar como por ejemplo el autismo.
“En la carrera te hacen ver que existen estas situaciones en las que un niño/a no se siente cómodo/a con el género que les corresponde, o tiene problemas de sociabilización, pero no te dicen medidas de cómo afrontarlo en el aula por lo que luego cuando los niños acuden al profesor en busca de ayuda estos no hacen nada, porque no saben lo que deben hacer”.
Afirma que las únicas clases que se acercan a temas de género y sexo son ciudadanía, sociología y psicología, y normalmente y se olvidan de la cuestión y la minorizan. Sin embargo hay asociaciones de la comunidad LGTB y colectivos que proponen cursos con ayuda de profesores, y seminarios que crean los propios alumnos en los que traen a personas trans para que cuenten su experiencia, pero eso –dice- son decisiones propias y no es algo obligatorio que te ofrezca la institución como tal.
A la pregunta de cómo actuaría en un futuro si se le presentará un caso de bullying a un alumno transgénero, contesta que en principio se le haría difícil ya que no tiene experiencia alguna, y porque tampoco la han informado o ayudado a saber cómo enfocarlo, pero lo primero a realizar sería observar cómo se desarrolla la situación en el aula para a continuación hablarlo con el niño que está siendo acosado, intentando comprender así lo que está sucediendo. Después considera que habría que hablar con los abusones y otras personas implicadas en el caso, para hacerles entender que eso no está bien, pero nunca regañarles o castigarles porque no funcionaría y lo único que provocaría sería fomentar que el alumno vaya a más. También hablar con los padres de los alumnos acosadores y acosados. Hacerles ver a los padres del niño/a trans que necesita mucho amor y apoyo en esos momentos y que necesita que alguien esté ahí, que no se sienta hundido en ningún momento. Formar a los padres de los acosadores porque este comportamiento a veces deriva de lo que vemos en nuestro entorno, y debemos informarles y orientarles en el asunto.
Representaciones en cine y televisión
Como bien afirma Elizabeth, no es solo que exista una representación de personas transgénero tanto en cine como en series o literatura, sino que es cuestión de que esta representación sea buena, como ocurre cuando los directores, las directoras, las actrices y los actores son trans. Uno de los ejemplos más sonados en los que encontramos una mala representación en cine es el de La chica danesa. En este film el actor es un hombre cis que presenta todos los estereotipos que se les adjudican a las mujeres trans; hombres que se ponen un vestido y poco más, lo que perpetúa una visión negativa y para nada acorde con la realidad, de modo que tanto el actor como los guionistas y el director demuestra su desinformación.
Por el contrario, existen series en las que la representación es totalmente acertada, tales como Orange is the new black o Sense8, en la que aparecen personajes trans. En el primer caso tenemos a la actriz Laverne Cox interpretando al personaje de Sophia Burset y en el segundo a Jamie Clayton que interpreta a la hacker Nomi Marks. Ambos personajes, al igual que las actrices son trans y transmiten lo que son porque ellas mismas lo viven día a día, sin necesidad de estereotipar ninguna de sus acciones y dándoles así puestos de trabajo para conseguir una visibilidad en la industria televisiva.
Además de estos casos encontramos el de dos directoras muy conocidas por películas como las de la saga Matrix; las hermanas Lana y Lilly Wachowski, anteriormente conocidas como Larry y Andy Watchowski. Actualmente dirigen la ya mencionada serie Sense8, una producción que cuenta con actores de gran variedad de países y con un guión muy bien adaptado en lo que a transgénero se refiere.
Magnífico, me encanta 🙂
Magnífico reportaje, ánimo y seguir así.
My buen reportaje