Reválidas: incertidumbre entre los estudiantes
El Congreso de los Diputados aprobó en noviembre de 2013 la Ley Orgánica 8/13, de 9 de diciembre para la mejora de la calidad educativa, más conocida como la LOMCE. Esta nueva ley muestra algunas modificaciones con respecto a la antigua ley orgánica educativa de 2006, la llamada LOE. Una de los cambios más significativos tiene que ver con la aparición de las denominadas reválidas. En concreto, unas pruebas que se realizarán en Primaria, Secundaria y Bachillerato aunque únicamente obligatoria en Bachillerato.
Las claves de la «ley Wert»
Según la RAE las reválidas son «exámenes que se hacían al acabar ciertos estudios, como el bachillerato». Y es que, fueron en los años 50 y 60 cuando este concepto adquiere protagonismo en la formación académica de entonces. Existían al menos, cuatro grandes pruebas:
- La prueba de ingreso en el Bachillerato.
- La reválida elemental o prueba de grado elemental.
- La reválida superior o prueba de grado superior.
- La prueba de madurez.
Muchos lo ven como un retroceso y regresión a la antigua educación, con un consecuente detrimento del progreso y la formación de los alumnos. Además, algunos centros educativos temen la existencia de estos exámenes finales, sobre todo, porque los resultados se utilicen para hacer clasificaciones de los mismos, echando por tierra a muchos colegios deteriorando el sistema en su conjunto.
El Proyecto de Real Decreto-Ley de Medidas Urgentes para la Ampliación del Calendario de Implantación de la Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa, que se aprueba en noviembre de 2016 contiene que: (Decreto ley LOMCE): la reválida en Primaria tendrá únicamente carácter de seguimiento, la reválida de la ESO será voluntaria para las autonomías y no tendrá consecuencias académicas, y la de Bachillerato sólo examinará de las asignaturas de 2º, en vez de las de 1º y de 2º.
Los afectados por las reválidas
No queda mucho para que el curso escolar termine, y hay muchos alumnos que todavía siguen sin saber si podrán o no completar su formación académica. Y es que, esta nueva selectividad afecta a estudiantes repetidores de 2º de bachillerato descartando el plan de estudios en el que estaban matriculados. En la reválida de bachillerato se examinarían de contenidos que ni siquiera han estudiado, uno de los más afectados, el bachillerato de Artes.
Alumnos, padres y profesores se unen en la primera gran huelga del curso el pasado 26 de octubre contra las reválidas, en aquel momento, la última medida que falta por aplicar en la LOMCE. Dos días después el gobierno del PP lo paraliza señalando que se trataba de un gesto ante PSOE y Ciudadanos en una nueva época de Gobierno en minoría. De esta manera, la reválida de la ESO quedará como un examen de diagnóstico y la de Bachillerato se convierte en una PAU algo más compleja.
La polémica de la LOMCE desde su origen
Desde que en 2012 se hizo público el primer borrador de la ley, algunos sectores de partidos de izquierdas (Podemos, PSOE, IU) profesores, alumnos y padres mostraron cierta negatividad ante lo que se proponía en aquel entonces. La calidad de la enseñanza, pero sobre todo, la reducción del gasto público destinado a la educación fueron los principales causantes de su desacuerdo. Los partidos nacionalistas catalanes, gallegos y vascos se unieron a la causa, en su caso, porque las lenguas cooficiales pasarían a un segundo plano, convirtiéndose en asignaturas de especialización opcionales».
El Ministerio de Educación, junto con el apoyo de Mariano Rajoy, recurren a las cifras de la educación en España para demostrar la necesidad de cambio en la ley que la sustenta. El abandono escolar en nuestro país solo es superado por Portugal y Malta dentro de la Unión Europea. El fracaso escolar y el nivel de formación en la población juvenil son otras dos causas que alertan desde el Gobierno. El día 5 de abril de 2016 PSOE propone en el Congreso, paralizar todo lo que no estuviera vigente o hubiera tenido aplicación efectiva en la LOMCE. Por mayoría absoluta se aprueba la paralización de la ley, pero debido a la disolución de las Cámaras, la iniciativa ha caído.
Principales diferencias: LOE – LOMCE
- Nuevas competencias: dejan de ser 8 para ser 7 y ya no se denominan competencias básicas, son solo «competencias» o «competencias clave» y hay de dos tipos: dos básicas (lingüística y matemáticas, ciencia y tecnología) y cinco transversales (digital, aprender a aprender, sociales y cívicas, iniciativa y emprendimiento, conciencia y expresión cultural)
- Evaluaciones externas: en la ESO y en Bachillerato, en Primaria no tendrá efectos académicos.
- Mayor importancia de las «asignaturas troncales», diseñadas por el Gobierno: La LOMCE distingue entre «asignaturas troncales», «asignaturas específicas» y «asignaturas de libre configuración autonómica» (en esta última categoría es donde se incluye la asignatura Lengua Cooficial y Literatura en aquellas Comunidades Autónomas que la posean
- Religión: plena validez académica a esta asignatura).
- Enfatiza la competitividad: la movilidad social, la integración y la empleabilidad.
- Talento: Afirma que la naturaleza del talento difiere de un estudiante a otro, por lo que es misión del Sistema Educativo reconocer dichos talentos y potenciarlos.
El futuro de la LOMCE
El 9 de marzo del presente año se convocó una huelga general educativa, en la que la principal exigencia tiene que ver con la derogación de la LOMCE calificando de «inaceptable» el recurso en el Tribunal Constitucional que pretende impedir que el Congreso tramite una iniciativa legislativa encaminada a suspender la ley. Existe aún incertidumbre ante la situación, la eliminación casi total de las reválidas hace que los padres se pregunten cómo será el nuevo modelo de examen de la antigua PAU. No debemos olvidar, que con esta ley cada facultad se asegura el derecho de elaborar su propia prueba de acceso para sus futuros alumnos. Para la mayoría la situación es insostenible, y estamos inmersos en una etapa incierta que debe resolverse cuanto antes.