Fisioterapia, el sector menos saludable de la medicina
España cuenta en la actualidad con más de 52.000 fisioterapeutas, dato que se incrementa exponencialmente año a año con cada nueva promoción; solamente en la Comunidad de Madrid se graduaron el pasado curso casi 1200, donde hasta 14 universidades cuentan con estudios de Fisioterapia entre su oferta de estudios. La capital, junto a Cataluña, aglutinan ellas solas en torno al 30% de los profesionales a nivel nacional.
Para ‘medir’ la salud del sector, José Santos, secretario general del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, y nos arroja luz sobre la problemática que se produce al «taponar’ la sanidad pública debido al gran volumen de profesionales que salen cada año». No es lo más común que un paciente que acude a la Seguridad Social recurra a servicios de fisioterapia, de manera que el sector privado, especialmente el conformado en forma de PYMES, es el verdadero caladero y motor de empleo para un servicio básico de fisioterapia traumatológica al uso.
Al igual que en todos los sectores de actividad, la crisis económica que ha venido azotando occidente y, en concreto, nuestro país, viene poniendo ‘en jaque’ la salida profesional directa desde las universidades ya que, como apunta José «durante la carrera te preparan para trabajar en lo público, lo cual vas viendo que será muy poco probable (…). Nunca llegan a formarte del todo para lo privado». Esto se hace patente cuando la Comunidad únicamente destina algo menos de 200 plazas para sus hospitales cada 4 o 5 años, por lo que «falta gestión para enseñar cómo desenvolverse en esta situación», opina el Secretario General.
Sin embargo, las oportunidades laborales no son el mayor quebradero de cabeza de los miembros del Colegio, dado que la precariedad laboral es el más acuciante de los quehaceres con los que tienen que combatir. El abuso de la ley por parte del empresario está, desafortunadamente, a la orden del día, de manera que el perfil de fisioterapeuta autónomo es el más jugoso de contratar. José Santos desvela a Variación XXI que «el contratante no busca ningún tipo de unión con el contratado; factores como la antigüedad, vacaciones o días libres a la semana desaparecen de sus derechos. (…). No es raro ver a los más jóvenes trabajar de 8 AM a 9 PM de forma ininterrumpida». El perfil de este trabajador, conocido como ‘falso autónomo’, ya es una costumbre entre los nuevos profesionales, donde las ansias por encontrar el primer empleo prevalecen sobre la calidad del mismo.
La sanidad concertada se convierte, con sus métodos, en otro motivo de polémica entre paciente y terapeuta, como indica el señor Santos – «las tarifas que pagan al fisio son escasas, desde los 3 euros a 8 o 9 por sesión, obligando a citar entre 15 y 20 personas en una misma hora para lograr subsistir y, si acaso, lograr algo de rentabilidad (…). Los pacientes simplemente hacen una serie de estiramientos y rotan por una serie de aparatos, sin atención personalizada» -. Este modelo de gestión provoca desencanto y bajas en la aseguradora a medio plazo, de forma que desde el Colegio madrileño destacan « el nuevo modelo de pago por proceso en vez de pago por sesión, haciendo que el fisioterapeuta decida el número de sesiones, el ritmo asistencial o el tratamiento a realizar, acortando así el proceso y siendo rentable para cliente, compañía y fisio».
El riesgo ambulante
«Nunca una piensa que te vayan a suceder estas cosas, fue una locura por mi parte al haberme puesto en manos de personas no especializadas», así sentenciaba Teresa Fraile, madrileña de 51 años, lo que desencadenó para ella un simple y, aparentemente, inocente masaje sobre la arena de una playa valenciana en 2012.
Es de sobra conocido que a lo largo del litoral español se vienen produciendo, desde hace lustros, prácticas de masajes ambulantes ofrecidos a los bañistas por parte de grupos de jóvenes asiáticas que ofrecen un ‘relajante’ masaje a orillas del mar para que la gente complete un ‘día redondo’ de sol y playa. No obstante, el cliente no suele pararse a pensar en la falta de medidas higiénicas al ir de una persona a otra, potenciando un riesgo alto de padecer hongos o infecciones en la piel. Una cuota de euro/minuto sirve de acicate.
El mencionado José Santos advertía que «hay pacientes que por culpa de esta gente, les han estropeado la vida» , siendo realmente fiel al testimonio vivido por Teresa. En su caso y, bajo criterio médico, le fue diagnosticada una hernia discal en las vértebras L5-S1 al volver de sus vacaciones, más que posiblemente debida a la contratación de aquel servicio ambulante de masajes. Fraile terminaba diciendo que «ni ellas son conscientes de lo que hacen, al igual que los que se ponen en sus manos».
El intrusismo laboral se convierte en el último de los obstáculos para que la fisioterapia sobreviva y se perpetúe entre la población, mediante gente que recibe formación no reglada en academias que les que les aseguran que con esos conocimientos básicos podrán encontrar trabajo. Otro tipo de centro, más relacionado con la vertiente subversiva de la profesión, ofrecen curas para lumbalgias, cervicalgias o esguinces en los que, en ningún caso, atienden profesionales sanitarios. José Santos sorprende advirtiendo que «hay estudios que contemplan que la medicina tradicional o la parafisioterapia, provocan un aumento de la mortalidad».
Unas manos de élite
Cuando uno piensa en la fisioterapia es altamente probable que se le venga a la cabeza una de esas estampas en las que los deportistas de élite, que copan las principales portadas de la prensa escrita con sus logros, están siendo atendidos por una o varias personas, casi siempre hombres, encargadas de recuperar las depuradas musculaturas de los atletas, antes o después de llevar a cabo un importante esfuerzo. Pablo Llanes era uno de ellos.
Este profesional, que trabajó 15 años como fisioterapeuta de la sección de baloncesto del Real Madrid y, otros tantos con la Selección Española, comienza diciendo que «lo mío fue algo vocacional, siempre lo he llevado dentro, con 13 ó 14 años ya me inventaba mis propios vendaje». De aquella etapa, rodeado de los más grandes jugadores de baloncesto que ha dado el país, recuerda que «la relación entre un ‘fisio’ y un deportista de élite es de amor total (…). En la Selección se desprende una enorme cercanía y unión íntima entre todos sus integrantes ». De su período ‘madridista’ resalta «la constante presión por rendir al máximo» .
Pese a dejar, de momento, el deporte de alta competición, su tiempo libre es muy reducido debido a que además de la clínica que dirige, le ocupa largo tiempo la ONG con la que colabora para tratar enfermedades de niños minusválidos en Etiopía, además de dirigir su máster en fisioterapia deportiva, combinándolo con la enseñanza en la Escuela de Osteopatia de Madrid. Por si fuera poco, también tiene que ‘recordar’ que tiene una familia.
Al ser preguntado por el cliente-tipo que acude a sus manos, responde que suele estar compuesto por «adultos deportistas de clase media-alta, ya que los jovencitos tienen menos dinero y están más sanos». Por si fuera poco, puede presumir de contar entre sus pacientes con políticos, grandes empresarios, estrellas de cine, del deporte y la televisión, lo cual se refleja plenamente en la multitud de imágenes que adornan su clínica, en las que él mismo comparte plano.
También es especialista en técnicas de acupuntura, destacando que «para ello hay que conocer bien la filosofía de la medicina tradicional china, lo que supone viajar allí y conocer su cultura».
Fisioterapia vital
En la última década, las especializaciones de la fisioterapia están llegando a desarrollarse en ámbitos muy alejados de una mera terapia traumatológica, es así que, enfermedades tan graves como el cáncer encuentran soluciones para sobrellevar mejor los tratamientos que requiere cada tumor.
El fisioterapeuta oncológico Curro Millán, es de los pioneros en España en realizar terapias enfocadas a ‘pre’ y postquirúrgicos en todo tipo de cánceres (útero, próstata, colon, a nivel facial…), pero, más especialmente el de mama. A su clínica llegan multitud de pacientes con «problemas articulares en los hombros debidos al cáncer de pecho, lo cual creó en mí una inquietud, por lo que empecé a buscar formaciones y maquinaria para ayudar a esas personas».
Entre sus recomendaciones para evitar estas dolencias tras la cirugía, recomienda siempre «una vida activa, con ejercicios específicos junto a buenos hábitos alimenticios (…). Has salvado la vida y has normalizado, yo antes jugaba al pádel, ¿por qué no voy a poder jugar ahora?, hay que ir aún más allá».
La neurología es otra rama médica que viene actuando desde hace un tiempo ‘de la mano’ de la fisioterapia, es más, multitud de neurólogos la vienen considerando vital para la mejoría paulatina del paciente.
En la clínica que lleva Clara R., la enfermedades cerebrovasculares más comunes que tratan son los ictus, enfatizando en las secuelas que surgen con el paso del tiempo. La terapeuta destaca que «es raro que haya pacientes con ‘ecv’s’ que no recurran nunca a este tipo de tratamientos (…). Los primeros meses son determinantes, es cuando más recuperación se aprecia».
En estos casos, es fácil imaginar que estas especialidades generan un gran sentimiento de satisfacción, al poder contribuir a mejorar la calidad de vida de personas gravemente enfermas. Esa sensación es la que desprende tanto Curro– «la satisfacción de poder ayudar a personas que han tirado la toalla es muy gratificante, no puedo sentirme más pleno» -como la propia Clara- «cuando te agradecen la ayuda que les das es lo mejor de esta profesión».