El rock contra el Régimen Castrista
La música forma una parte indispensable de nuestra vida, de nuestra identidad, nos define y nos acerca a cierto modo de pensar o actuar. Dentro de un sistema opresor las expresiones artísticas como forma de contracultura son capaces de generar auténticas revoluciones, y como hemos podido comprobar en el último siglo, a través de la música han surgido importantes movimientos culturales capaces de crea estilos de vida fuera de lo establecido sin límites ni fronteras, como ocurrió con el rock.
Desde su origen en la década de los años 50 el rock se convirtió en el elemento identitario de muchos de estos movimientos contraculturales, como ocurrió con los hippies en los 60 o los punkis en los 70. Durante estas décadas el rock golpeó con fuerza a jóvenes de todo el mundo que libremente iban uniéndose al movimiento, sin embargo existía un país en el que ese sentido crítico y de lucha contra el orden impuesto tendría más sentido que nunca, pues era una música totalmente prohibida. De manera clandestina llegaban vinilos y casets de grupos rockeros, mayoritariamente estadounidenses, a un país antimperialista y marcado por el bloqueo económico, Cuba.
“Pertenecer al movimiento rockero significaba no acatar su adoctrinamiento y creo que realmente lo que tenían era temor porque los rockeros significaban libertad, la libertad de expresión y de pensamiento y era esto realmente lo que ellos temían”. Así es como recuerda Denisse Suárez su experiencia como aficionada al rock en Cuba, en las décadas de 1970 y 1980 pertenecer a este movimiento era la forma que tenían muchos jóvenes cubanos de oponerse al régimen.
Los rockeros silenciados
El castrismo cuidaba especialmente todo lo relacionado con la cultura, como base de su propaganda ideológica y la intromisión de un género extranjero directamente relacionado con Estados Unidos suponía para el régimen un peligro. En 1961 Fidel Castro decide prohibir la música rock por ser «una corruptora influencia norteameriana que no podía ocupar un lugar en la nueva Cuba comunista». En 1970 Raúl Castro, hermano del líder, implanta un término derivado de la terminología militar: el diversionismo ideológico que se entendía por cualquier acción, concepto, idea, conversación o publicación, considerada por el gobierno, capaz de confundir a la población y desviar la atención de las masas de las tareas e intereses de la Revolución. Con la imposición de este término el régimen se aseguró de eliminar cualquier expresión artística que pudiera disidir del orden establecido, dejando aislados a los grupos sociales pertenecientes a todo movimiento crítico o relacionado con la cultura extranjera americana.
El Ministerio de Cultura se encargaba de todo lo relativo a la censura y si ya era difícil escuchar la música rock, más difícil lo tenían los grupos de rock cubanos que luchaban por hacerse un pequeño hueco en el panorama isleño. Los cubanos no solo seguían a los grupos americanos y tímidamente el rock nacional comenzó a captar adeptos, aprovechándose de esto hacia 1965 el Gobierno Revolucionario puso en marcha una estrategia para sustituir los productos culturales extranjeros que preferían los jóvenes rockeros por otros que concordaban mejor con la ideología castrista. Aunque la prohibición oficial sobre la música rock fue levantada en 1966, los rockeros siguieron siendo silenciados por el aparato comunista y señalados como contra-revolucionarios por el diversionismo ideológico.
El primer festival de rock en Cuba tuvo lugar en la Casa de la Cultura de la Habana y desde entonces se fueron creando diferentes espacios donde se daban conciertos de forma continuada (el Anfiteatro de la Avenida del Puerto, el Copelia, Parque Quijote, etc). En estos conciertos tocaban grupos nacionales cuyas letras obviamente, eran controladas por el Ministerio de Cultura que ejercía una presión enorme para conducir las canciones hacia sus temas de interés como podían ser la carrera armamentística, la amenaza nuclear o los cohetes pershing y la famosa crisis de los misiles.
A pesar de los esfuerzos del castrismo por aplastar el movimiento rockero y de las malas condiciones provocadas por el bloqueo, los cubanos se las ingeniaban para conseguir los discos de los grupos que estaban revolucionando el panorama musical en el resto del mundo. Denisse relata cómo la censura impedía que ni la radio ni la televisión difundieran este estilo y cómo todo aquel que lo escuchaba cometía desafecto al régimen, “la música tenía que pasarse de mano en mano en reuniones clandestinas”.
Frikis vs Guapos
«Ser rockero en Cuba en aquella época suponía ser discriminado, rechazado y amenazado tanto por el Gobierno como por la sociedad, incluso en algunas ocasiones por la propia familia». «Éramos considerados por el Gobierno como antisociales, éramos féminos, como nos decían, éramos la lacra de la sociedad en ese entonces».
En cuba los rockeros eran designados como «frikis», una forma más de ser señalados como los diferentes, los raros, los excluidos sociales. La extravagante y característica vestimenta de los frikis formaba otro elemento clave de su identidad pero también les marcaba y estigmatizaba. El hecho de llevar el pelo largo y pantalones ceñidos suponía continuas detenciones y continuos enfrentamientos con la policía política y otros sectores de la sociedad afectos al régimen o defensores de la música tradicional cubana.
El régimen se encargaba de provocar auténticas batallas contra los rockeros en las calles: «en muchas ocasiones no nos permitían ni siquiera terminar los conciertos porque la policía política se encargaba de entrar y sacarnos a todos a palos, sin tener ningún motivo, solo por el hecho de ser frikis». Pero los frikis no solo tenían que enfrentarse a la policía, sino que además existía un sector social en particular que era completamente contrario al movimiento rockero, los «guapos». Los guapos eran los seguidores de la música tradicional cubana y normalmente solían ser sectores con una ideología afín al régimen mientras que los frikis junto con los punkis, en su gran mayoría, eran disidentes lo que suponía continuos y fuertes enfrentamientos entre sectores tan opuestos.
Sin embargo, este enfrentamiento también era inducido y provocado por el régimen. Denisse explica cómo en una ocasión se convocó un concierto en el Parque Lenin anunciando que actuaría la orquesta cubana Van-Van cuyos seguidores eran los guapos, cuando en realidad tocaba Venus, un grupo rockero. «Hacían esto con el objetivo de crear el conflicto en las calles y tener una razón para prohibir tocar a los grupos rockeros». «Los seguidores de la música tradicional cubana, los llamados guapos eran grupos totalmente contrarios al movimiento rockero y solían darse enfrentamientos provocados por el régimen».
La revolución cultural fue una parte fundamental del triunfo de la Revolución en Cuba, la imposición de una forma de ser y actuar que chocaba irremediablemente con el movimiento rockero por representar la cultura imperialista americana. No solo a través de la música, sino del cine, la literatura, la danza, la pintura se reflejó la lucha cultural entre el castrismo y todo aquel que lo ponía en duda a través del arte.
Un reportaje super interesante, nunca antes había leído algo relacionado con esto. Enhorabuena¡
Me ha gustado mucho el reportaje, nunca había leído nada relacionado con la represión castrista en la música. Enhorabuena.
👌🏻👌🏻👌🏻👌🏻
Interesante :o!
Muy interesante reportaje, sobre un tema muy importante. Felicidades.
Me gusto mucho la reportage, eso describe bien lo que realmente eran los rockeros en Cuba …vivi en la Havana Lisa en los años 70 hasta 83 y se lo que fue…soy el Brasil de la Lisa y son recuerdos maravillosos…
Muchos de los frikis de hoy no conocemos estas interesantes historias que vivieron en carne propia los rockeros de la época. Incluso tengo conocimiento que la policía andaba con tijeras y les cortaban el pelo a todo friki que se topaban…tiempos muy duros..larga vida al rock.
Wow que buena descripcion para una epoca d tanto conflicto ideológico para muchos de nosotros (yo). Felicidades!!! Magnifica investigación!!!!