Taxis vs Uber: duelo sobre ruedas
Los taxistas siguen con su serie de movilizaciones contra lo que consideran una situación de «grave intrusismo» por la convalidación de algunos tribunales de licencias VTC (alquiler de vehículos con conductor), pese a que la ley limita este tipo de concesiones a un máximo de una por cada treinta licencias de taxis regionales. La última protesta ha sido la manifestación contra Uber el pasado 26 de abril. Este es un capítulo más del duelo sobre ruedas que tiene el servicio de taxis tradicional con la App estadounidense desde el nacimiento de la misma.
En San Francisco empezó todo
Uber nació en los Estados Unidos a principios del año 2009. Al igual que muchas otras aplicaciones de este tipo, el servicio Uber fue creado para solucionar un problema. Sus fundadores, Garrett Camp y Travis Kalanick, estaban cansados de las dificultades que tenían para conseguir un taxi en la ciudad de San Francisco. ¿La solución? Idear un sistema que proporcionara coches a quien los necesitara para ir a algún sitio al poco tiempo de solicitarlo. Un servicio de taxis a la carta.
El funcionamiento de Uber es muy sencillo: una red de conductores ponen sus coches particulares a disposición de los usuarios registrados. Cuando estos solicitan uno de esos coches, el conductor acude al lugar donde el vehículo fue reservado y lleva al cliente al lugar que le pida.
Poco menos de un año después de las primeras pruebas, el número de conductores y usuarios de Uber creció exponencialmente. A finales de 2010 ya estaban disponibles en prácticamente todas las grandes ciudades de los Estados Unidos y en 2011, la aplicación se expandió a Europa.
La llegada a España
El 23 de septiembre de 2014, la empresa Uber, que estableció su sede social en San Francisco, comenzó a prestar sus servicios en la Comunidad de Madrid iniciando así un conflicto entre esta aplicación de móvil para el transporte entre particulares y el sector del taxi.
La compañía Uber, que ya operaba en Barcelona desde abril de 2014, no comunica ni el número de usuarios ni el número de conductores que forman parte de su red. Aunque han señalado que son los suficientes para que cualquier usuario que pida un coche no tarde más de unos cinco o siete minutos en recibirlo. El cliente lo pide a través de su teléfono móvil y acto seguido recibe notificación del nombre del conductor, el vehículo que conduce y los minutos que tardará en recogerlo..
Los taxistas iniciaron una protesta contra un servicio que considera competencia desleal. Desde el sector del Taxi se critica que un profesional deba pagar una licencia que cuesta 155.000 euros y un seguro a todo riesgo, según viene obligando el sistema de licencias municipales de transporte desde 1970. Reconocen que estos requisitos son anticuados, pero critican que la empresa Uber pueda operar sin pasar por unos controles de calidad mínimos.
El sector del taxi inicia una huelga contra la que consideran el app más polémico dentro de la llamada economía compartida. Este término hace referencia a todos aquellos servicios por los que los particulares comparten bienes y servicios entre sí, ya sea un vehículo, una plaza de párking en desuso o un apartamento en periodos vacacionales.
Los taxistas opinan que el servicio de Uber pone en grave riesgo a los usuarios al carecer de las autorizaciones, los seguros y las garantías correspondientes, así como los requisitos que establece la propia ley para prestar un servicio de transporte de viajeros. Además amenazan con que una aplicación de este tipo fomentará el transporte pirata y la creación de una bolsa de fraude fiscal evidente.
Las protestas del sector han ido creciendo hasta el punto de que en octubre de 2014 se dieron casos de vehículos de Uber quemados tras una manifestación de más de 300 taxistas, en lo que dieron en llamar el funeral del sector del taxi.
El problema con las autorizaciones VTC
Las autorizaciones VTC (autorización de arrendamiento de vehículos con conductor) pueden ser compradas y vendidas al igual que las de los taxis. Algunas personas han obtenido grandes beneficios de ello. Tras pagar una tasa de 48€ (las licencias de taxi rondan los 150.000 euros de coste) a la Administración, las venden por cifras que llegan a los 20.000, 30.000 e incluso 40.000 euros. Este tipo de prácticas son las causantes de la huelga de taxistas del 26 de abril. Piden que quien compre la autorización VTC haga uso de ella durante un mínimo de tiempo establecido por Ley. Las autorizaciones VTC se han multiplicado por cuatro en cinco años.
La diferencia entre la licencia de taxi (VC) y la de los conductores de Cabify y Uber (VTC) es que no pueden captar clientes por la calle, ni abandonar el coche para ir a buscarlos, ni repartir panfletos publicitarios para obtener mayor número de clientes. Más del 90% de los usuarios del taxi procede de la captación en la calle, aunque cada vez se va introduciendo más el servicio telemático de petición de taxi, sobre todo, por la llegada de las app myTaxi y Hailo, que se están fusionando en la actualidad.
Además no pueden estar parados en áreas de influencia de captación de taxis. Un ejemplo, en el Hotel Ritz de Madrid, en la Plaza de la Lealtad, la Policía Municipal de Madrid ha denunciado a algún conductor de Cabify por estar estacionado en la calle Alberto Maura, esperando a clientes procedentes del hotel.
Cabify afirma que no «han recibido ninguna denuncia sobre la captación de clientes por la calle». «Nosotros no podemos hacerlo al ser el servicio preasignado de forma telemática mediante nuestra app. No se puede contratar el servicio de otra manera», añaden.
Ahora bien, tanto Uber como Cabify insisten en que no son ellos los que piden ni las licencias ni los que cometen las infracciones. Y en caso de que se cometa una infracción, como la de captar clientes por la calle, afirman que actuarán «en consecuencia porque no es legal”.
El ejemplo contrario es el del aeropuerto de Barajas donde taxistas y operadores de VTC conviven perfectamente, ya que tienen «espacios asignados específicos para aparcar y recoger a los clientes».
Tributación irregular
Uno de los hechos más denunciados por los taxistas es la tributación de Uber en España. Los contratos que hace Uber son legales y cotiza por ellos en nuestro país pero la empresa americana sólo tributa en España por actividades de promoción y marketing y no por la labor que desempeña realmente.
Los taxistas sin embargo tienen que hacer frente a unos gastos de entre 1.500 y 2.000 euros al mes, entre gastos de autónomo, la gasolina e impuestos anuales, además de los ajustes de tarificación establecidos por los ayuntamientos. Otros requisitos que sólo son necesarios para los taxistas son los certificados de antecedentes penales y el de libre de drogas, que deben presentar cada año.
A pesar de todas estas diferencias fiscales y legislativas, los precios de Uber no distan tanto de las tarifas de los taxistas, de hecho, con la ayuda de esta calculadora, podemos ver que en distancias superiores a 30 kilómetros los precios se equiparan.
Para poder competir contra Uber, el servicio tradicional de taxis ha desarrollado la aplicación MyTaxi. Su funcionamiento es igual que la app estadounidense: a través del smartphone se solicita un taxi a la dirección deseada y en cuestión de poco minutos el taxista aparecerá. El pago del servicio se puede realizar a través del propio teléfono o en efectivo como se ha hecho toda la vida.
Este tipo de innovaciones forman parte del un duelo que se prolonga ya varios años. Es renovarse o morir. Uber llegó para quedarse y los taxistas seguirán protestando y no cesarán hasta que logren su objetivo de que haya una mejor legislación.
Me parece un articulo muy interesante.
Lo ha escrito un taxisa este articulo? Que verguenza!!