Una vida dedicada a los animales
Según un estudio de la Fundación Affinity cuyos últimos datos constan del 2015, en ese año fueron recogidos 104.501 perros y 33.330 gatos. A pesar de que esta cifra de animales baja año tras año siguen siendo demasiados los animales abandonados y sobre todo demasiada la poca conciencia que tienen sus dueños. En el momento en el que los animales son recogidos, un 44% son adoptados, un 20% devueltos a sus dueños, un 10% son sacrificados y un 14% permanecen en protectoras y asociaciones animalistas de todo el país.
Los motivos principales de abandono en 2015 fueron: un 15% debido al comportamiento del animal; un 15% por camadas indeseadas; un 12% por factores económicos; un 10% por fin de temporada de caza y un 9% por cambio de domicilio. Además, según el estudio, la mayoría de los animales que llegan a las protectoras son recogidos en la calle. De todos ellos, un 70% es llevado a la protectora por un particular ajeno y un 30% por la persona que lo abandona.
Asimismo, según el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, en los datos de 2015 se aprecia un aumento en el censo de mascotas con respecto al año 2012. Esto fue debido a una serie de circunstancias como el mayor número de viviendas en 2015 que mejoró así la tasa de penetración de las mascotas en los hogares españoles. El perro es la mascota preferida con presencia en el 21,9% de los domicilios, seguido del gato, cuya inclusión es del 8,2%. En ese año también se mantuvo la media de perros por hogar (en torno a 1,31), mientras que la de gatos disminuyó (1,54 frente a 1,60 en 2012). Sin embargo, aumentó la presencia de otras mascotas, principalmente la de pájaros y peces. En términos porcentuales, el incremento más notable se dio en el caso de los hurones y los reptiles. Finalmente, las únicas especies que descendieron con respecto al año 2012 fueron los hámsters y las tortugas acuáticas.
El mismo estudio, considerando los datos obtenidos en el sondeo cuantitativo realizado a propietarios de perros y/o gatos en Madrid, permite tener una orientación del gasto que realizan los particulares en sus mascotas. El más alto de estos gastos corresponde a los perros con 817€ anuales, y el más bajo a otras mascotas con 376€. El caso de los gatos se sitúa a un nivel intermedio, con 534€ de gastos.
Tecnología contra el abandono
Asociación App AdoptMe, es una asociación española de carácter internacional sin ánimo de lucro creada en 2014 para ayudar a solucionar uno de los problemas en auge de la sociedad actual: el abandono animal y el sacrificio innecesario de animales domésticos. Sin embargo, el proyecto AdoptMe ofrece una herramienta para difundir y promover las adopciones, así como la concienciación sobre el abandono animal. El objetivo es obtener el mayor alcance posible, por lo que cuentan con distintas acciones para que las protectoras cumplan su cometido principal, consiguiendo de este modo mejorar la capacidad de gestión y la presencia en el mundo digital y en los medios divulgativos.
AdoptMe nace a raíz del trabajo diario de José Juan Aguilera como veterinario de un gran número de protectoras, donde conviven en partes iguales la gran cantidad de animales abandonados con los mínimos recursos para sacarlos adelante. Indiscutiblemente, la solución es muy sencilla: la adopción de dichos animales. Partiendo de esta premisa, se pone de manifiesto que la mejor ayuda es dar a conocer esta realidad mediante una aplicación móvil.
AdoptMe se financia a través de grandes y pequeñas empresas que realizan sus aportaciones de diferentes formas, eso sí, siempre en la medida de sus posibilidades. Este es un proyecto que suma: cuantos más, mejor será la ayuda. Es muy importante no sólo a la hora de conocer cómo se puede adoptar, sino también en la concienciación del ‘no abandono’ y de la adopción en lugar de la compra de animales.
Burrolandia
Esta protectora nació hace 21 años por y para los burros. Tenían una misión clara: evitar la extinción del burro y sobre todo proteger a todos esos animales maltratados y abandonados que se han encontrado a lo largo de estos años.
«Nuestro trabajo consiste a día de hoy en cuidar a los burros que hemos rescatado, que son alrededor de unos 40 en Burrolandia», afirma Juan, fundador y representante de la protectora. Respecto a los burros que se encuentran allí, Juan comenta que el 75% son rescatados y que el 25% han nacido allí, bien porque ya venían embarazadas o porque han criado dentro de la protectora.
En Burrolandia, los visitantes tienen la posibilidad de estar con los burros los domingos -día de visitas- Pueden acercarse, conocer y dar de comer a estos animales. En la actualidad, esta tarea es imprescindible debido al peligro de extinción de dicha especie. Por ello, la protectora cuenta con numerosos voluntarios, pero tan solo son unos 8 o 10 los que organizan la logística, desde la limpieza de cuadras hasta las comidas, pasando por los veterinarios. Asimismo hay cerca de 40 personas que apadrinan burros y ayudan con aportaciones puntuales.
A Burrolandia, los burros llegan gracias a la Policía Municipal, a la Guardia Civil o incluso a través de algún vecino que se los encuentra en mal estado en la vía pública. Hoy en día, en España hay 40.000 burros, «hace 50 años había 1 millón y medio», asegura Juan. En África, en Asia… hay muchísimos burros, sin embargo, son las razas autóctonas como la cordobesa-andaluza, en el caso de España, las que peligran en cuanto a su extinción. «La solución es promocionar a través de las diputaciones o comunidades la cría de ese animal y buscar otra serie de trabajos para él. Es hora de valorar todo lo que ha hecho el burro por el hombre y que ahora lo haga el hombre por él» comenta el portavoz de la protectora.
En España, Burrolandia es prácticamente única, quizá solo una protectora de Zamora ejerza el mismo trabajo. En el resto del país existen particulares o criaderos dedicados al cuidado de los burros pero nada comparable a ésta, la cual vive por y para ellos. A todo este trabajo se le añade, como bien indica Juan, la falta de subvenciones, «únicamente recibimos una subvención de la Comunidad de Madrid que nos sirvió para hacer unas cuadras, el resto de tiempo nos hemos buscado la vida para recaudar fondos para la protectora». La manutención de un burro cuesta unos 60 euros al mes, con este dinero se cubre la alimentación y el veterinario.
El burro además de la ternura, lo afable y lo inteligente que es -2’5 veces más inteligente que el caballo- es un animal que transmite mucho a nivel personal, «yo he compartido muy buenos momentos con ellos, además es tan sociable como un perro, te lo da todo», exclama Juan.
Ellos también sienten
«Nuestro trabajo consiste en recoger los animales abandonados en la calle y darles un lugar donde puedan comer y dormir en condiciones para finalmente buscar una familia» Así nos explica Nuria en qué consiste su día a día en la protectora La Sonrisa Animal, la cual es financiada a través del dinero que donan los socios o del recaudado en mercadillos en los que participan.
Las diferencias entre una perrera y una protectora es que mientras la primera está financiada por el Estado, la segunda la financian padrinos o los colaboradores mediante donativos. De este modo, las perreras lo tienen todo pagado y no tienen de qué preocuparse, incluso no facilitan las mismas condiciones que una protectora a la hora del cuidado de los perros -castrados, chipados, con todas las vacunas- además, la mayoría de las protectoras siguen teniendo contacto con la familia que adopta el animal hasta la muerte de éste, cosa que las perreras no.
Nuria tiene una pequeña granja: más de 90 perros, un caballo, patos, gallinas, un cerdo vietnamita, cabras… y todos ellos abandonados. Los animales llegan a su protectora porque la gente les llama al ver que están abandonados, pero Nuria no tiene más espacio para ellos, «no cabe ni uno más, a no ser que me lo encuentre delante de mis ojos, ya no cogemos más animales». Las duras palabras de Nuria aluden a un cambio legislativo necesario respecto a este tema. El Estado como principal encargado, debe implementar leyes para garantizar la protección de los animales.
El abandono de animales en España cada vez goza de más concienciación por parte de la población, pero aún siguen siendo muchos los animales abandonados. En relación al maltrato ocurre más de lo mismo, pero hay que tener en cuenta que toda la vida «han sido animales que si ha habido que darles una patada se quedan todos tan a gusto, yo he tenido que bajarme de un coche para encararme con una persona porque he visto que estaba pegando a un perro», cuenta Nuria. Hecho que demuestra la dificultad de acabar con todas estas agresiones y abandonos.
Para ella, los animales lo son todo, «te dan mucho más de lo que tú les das. Este año apenas hay adoptantes, la cosa está muy parada, se supone que tendría que ser al revés y no comprendemos mucho por qué», confirma así la realidad de esta situación la portavoz de La Sonrisa Animal.
Por los «sin voz»
Otra de las protectoras encargadas de recoger perros abandonados en la calle, de perreras o de criaderos ilegales, es La Voz Animal. Aquí tienen perros y gatos de todo tipo de razas, y animales de granja como caballos, ponys, cerdos o patos.
En el voluntariado, cada vez se van animando más personas, «sobre todo la gente joven lucha bastante por todo esto, el problema es que hay más animales que voluntarios» recalca Azucena, portavoz de La Voz Animal. En relación a la llegada de los animales a esta protectora, muchas veces los salvan de las perreras porque los van a sacrificar, otras les ha llamado la policía para avisarles de si pueden recogerlos.
Azucena, al igual que la mayoría de las personas que dedican su vida a la protección y al cuidado de los animales, coinciden en que el trato de las personas hacia estos es bastante nefasto, «los animales están catalogados como objetos más que como seres vivos. No tienen el trato que se merecen». Uno de los principales problemas donde se puede observar esto es en Navidad o celebraciones, en las cuales, los regalos de cachorros son numerosos pero cuando empiezan a crecer se convierten en juguetes rotos. La sociedad no está suficientemente concienciada del maltrato animal, «además, España deja mucho que desear respecto a otros países» cuenta la integrante de la protectora.
Equivalente al resto de protectoras, a la hora de financiarse no reciben nada de las instituciones, ni siquiera en las campañas de concienciación. Sus ayudas son por parte de los socios y de las personas anónimas a raíz de casas de acogida, apadrinamientos…
Según los partícipes en esta labor, los animales lo aportan todo, es un amor incondicional que ninguna persona es capaz de dar. «Te lo agradecen con creces sobre todo los animales que han sido abandonados, es increíble cómo les cambia la mirada cuando ven personas que quieren ayudarles» comenta Azucena, que por otra parte piensa que con las penas que hay en España por abandono y maltrato, los animales están vendidos completamente. Asimismo, la sociedad es más reacia a coger perros de razas PPP (Perros potencialmente peligrosos), debido a las licencias y a la fama que se les da, aunque poco a poco la población se va concienciando cada vez más.
En La Voz Animal se recogen al año entre 300 perros y gatos. «Por suerte, nosotros manejamos bien las redes y además salimos por la calle Fuencarral con los perros para que los viandantes se acerquen a ellos y tomen conciencia sobre el abandono, y si quieren y pueden se los llevan a casa y les dan un hogar también» explica finalmente la portavoz.