Experiencias en Microteatro
En una pequeña sala de teatro hay no más de quince personas de público, entre ellos una pareja joven de novios. Están discutiendo. Parece ser que él habla mucho con una chica por WhatsApp y prevén hacer cosas juntos. Su novia se entera, le grita y le pide explicaciones. Todo el público restante se entera de que llevan de relación ocho años, que viven juntos, pero puede ser que esto se acabe en cuestión de segundos. El chico se altera y da un portazo al salir, pero al rato vuelve a por su chaqueta. Dos señoras del público, escandalizadas, salen de la sala para pedir ayuda y que alguien ponga orden. Lo que estas dos mujeres no se esperaban era que esa pareja formase parte de la actuación de la obra que estaban viendo. Por lo que cuenta Diego Sanchidrián Rubio, director de la compañía El Esconditeatro, no es la primera vez que sucede esto. Está situado en el barrio La Latina donde realizan diez obras al mes, y cada día de la semana hay dos a elegir, de miércoles a domingo.
Los actores, que forman parte del público y de repente salen a actuar de una forma tan natural que nadie diría que son actores, hacen que la gente se meta directamente en la acción. A todo esto se suma que el escenario no es muy convencional, unos pocos metros cuadrados, unas cuantas sillas para el público, una duración de quince minutos y fin.
Esto es microteatro. Para Diego Sanchidrián es «un teatro breve para un pequeño número de espectadores, el cual se identifica por la cercanía del espectador, aunque no hace falta que dure exactamente 15 minutos, puede prolongarse más». Lo que más le fascina de este joven género teatral -joven porque nació hace seis años- es el poder comenzar una obra con comedia, y posteriormente llevársela a una parte más emotiva o dramática.
Escenarios pequeños que imponen bastante
«Hay veces que el público comenta algo con los de al lado y es molesto para los actores escucharles hablar. Pero es bonito cuando lo veo, si no es falta de respeto está bien. La gente suele venir concienciada», añade Diego. Los actores han de tener una gran capacidad de concentración en lo que están haciendo, ya que cualquier movimiento o ruido del público lo perciben debido a la cercanía. Titania Campuzano, actriz de teatro y televisión, y escritora madrileña de 28 años, comenta sobre esta cercanía con el público en su experiencia como actriz en varias compañías de microteatro.
«Te sientes muy expuesta. Aquí no hay forma de esconderse» – Titania Campuzano
En cuanto a la evolución, el formato no ha cambiado, aunque Titania cree que los dramaturgos cada vez se conciencian más para inventar cosas nuevas, curiosas y extrañas, desarrollando su imaginación para que quepa todo en un tiempo de 15-20 minutos, lo cual es complicado. La mentalidad de la gente sí que ha evolucionado, ya que antes se concebía como una idea rara, obviamente desconocida por muchos, ahora puede llegar a ser «novedoso, guay y chic», según la actriz.
15 minutos para 15 personas
«Microteatro por dinero» se localiza en la calle Loreto y Chicote de Madrid, cerca de Gran Vía, en un local que antiguamente era un prostíbulo. Son los creadores de este género que ha sido exportado a Centroamérica. Comenzaron a estrenar obras en 2010, cuando ese local fue cedido a la asociación «Triball» a Miguel Alcantud, autor esta idea y coordinador. En sus comienzos eran trece habitaciones del burdel donde se interpretan simultáneamente trece obras con un tema en común: la prostitución y el dinero, relacionándolo con cómo se prostituía la cultura y el teatro. Ahora se han reducido a cinco salas. En esta compañía son muy exactos: la obra no puede exceder los quince minutos, no pueden entrar más de quince personas y el lugar no puede ser más grande.
Para Gala Martínez-Romero, encargada de comunicación y redes sociales en «Microteatro por dinero», este género es un concepto teatral pequeño donde, hay veces que, las situaciones que se dan recuerdan a lo cotidiano por muy extraordinarias que sean.
Gala es joven, ha estudiado un doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual, pero ya tiene experiencia en escribir y dirigir microobras. Una de las claves del éxito es que las obras sean interpretadas por actores más conocidos y otros que son principiantes. Ambos son nombrados en la cartelera. La convocatoria para recoger obras que la gente les envía es abierta a todo el público. Se reciben hasta 200 historias -también, dependiendo de la época, oscilan entre 100 y 200-.
Pese a no invertir en publicidad tienen una gran cantidad de público. Solamente hay que ir un fin de semana, entrada bien la tarde, para ver cómo la gente espera fuera debido a que dentro, en la pequeña cafetería-sala de espera, no cabe nadie más. Una de las cosas que puede sorprender es que, al comprar una bebida en la barra, permiten bajarla contigo a los escenarios mientras ves la obra. Solamente hay que procurar no derramarla.
Desde «Por sexo» hasta teatro infantil
En «Microteatro por dinero», cada mes tienen una temática diferente, pero se sigue manteniendo el concepto inicial de que todas las obras del mes giren sobre el mismo tema. y en marzo del año pasado tuvieron la temática «Por sexo».
A menudo, para el público, presenciar una obra más subida de tono teniendo tan cerca a los actores les puede hacer sentirse incómodos, aun sabiendo que es una actuación. Pero algunos actores como David Tortosa, el hecho de sentirse tan cerca de la gente, aparte de ser adictivo, le provoca una sensación maravillosa y excitante.
«Me provoca una excitación y un morbo maravilloso que me hace crecer» – David Tortosa
Pese a eso hay gente que no lo pasa tan bien y han llegado a desmayarse, ya sea por el calor o por no soportar los espacios cerrados. «Porque lo nuestro es la comedia, pero si lo llevásemos más abajo, a algo más turbio, seguro que la gente lo pasaría fatal», comenta David.
Aquí trabajan muchos temas, e incluso tienen teatro infantil los sábados y domingos por la mañana. Un formato maravilloso, según Gala, que es muy bonito para las primeras experiencias teatrales de los niños, los cuales entran en una habitación y de repente ocurre algo.
El teatro ha seguido la consigna de reinventarse o morir, y está claro que lo ha hecho con el microteatro, un concepto cercano y envolvente para el espectador. Aporta esa riqueza cultural que tanto se busca y muchas veces se logra encontrar. Muchos son los que acuden las noches de los jueves o viernes a este tipo de teatros para tener esa cercanía con los actores y sentirse parte de la acción teatral.