Las tasas universitarias, una asignatura pendiente
La notable subida de las tasas en las universidades españolas, la reducción de la cuantía en las becas y el endurecimiento de los requisitos de acceso a éstas siguen siendo los principales problemas a los que se enfrenta el sector estudiantil, que se ve obligado a buscar empleo para poder afrontar los gastos y a manifestarse en contra de la situación actual del sector. Organizaciones como la Confederación Estatal de Asociaciones Estudiantiles fijan en 70.000 la cifra de alumnos que se han visto afectados sin poder cursar un estudio universitario. Todo esto dentro de un sistema educativo marcado por la gran horquilla económica entre las diferentes comunidades autónomas.
Los estudiantes españoles salen a la calle
Debido al incremento de las tasas en las universidades españolas, los sindicatos han convocado durante los últimos años numerosas huelgas para protestar por la subida de los precios de las matrículas.
Una de las últimas manifestaciones data del pasado 26 de octubre de 2016. El sindicato de Estudiantes (una organización que agrupa a estudiantes de los niveles de educación secundaria, bachillerato, formación profesional y universitario y que consiguió la gratuidad de Bachillerato durante la década de los 80), la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) y la Federación de Estudiantes Progresistas (FAEST) convocaron una huelga que no solo afectó a los estudiantes de cursos postobligatorios, sino también a estudiantes desde infantil hasta Bachillerato.
Una manifestación contra la archiconocida ‘ley Wert’ que conllevaba un incremento de los precios por créditos y las reválidas en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato, eliminando así las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU).
Miles de estudiantes y familias salieron a la calle para reclamar una “educación pública, universal, laica, inclusiva y gratuita”, tal y como defiende la Marea Verde, un movimiento social que lucha por un cambio en el sistema educativo español.
Sin embargo, en este año – a excepción de los alumnos catalanes que han abandonado las aulas por “brutal represión policial en Cataluña” tras el referéndum ilegal del pasado 1 de octubre – no se ha producido ninguna huelga estudiantil. Esto no quiere decir que la situación de los universitarios españoles haya mejorado.
Con estas referencias, no cabe más que preguntarse ¿por qué se manifiesta la gente?
España, a la cola de Europa
Los datos nos dan la respuesta. No hace falta indagar demasiado. Basta, por ejemplo, con comparar el sistema universitario español con el de nuestros países vecinos.
Según un informe elaborado por el sindicato Comisiones Obreras (CCOO) en 2016, España se sitúa entre los países de la Unión Europea con precios de matrícula más elevados (tanto en estudios de Grado como de Máster Oficial). De hecho, en una lista de 37 países, España ocupa el noveno y el octavo puesto, respectivamente, debido a sus elevados precios de estudio en Grado y Máster.
Esto llama la atención si lo comparamos con otros países en los que la matrícula universitaria es gratuita o inferior a los 100 euros. Sí, sabemos que parece imposible. Pero así ocurre en estados como Noruega, Suecia, Finlandia, Alemania, Polonia o Austria.
Sería de suponer que el elevado importe de la matrícula se viera compensado con un también elevado importe de becas para los alumnos. Sin embargo, España tampoco destaca de manera positiva en este aspecto.
Si en el caso anterior nuestro país estaba en el Top-10 de países más caros, al hablar de importe de becas se pone a la cola de Europa; ocupando el puesto número 22 de un total de 37 países. Es decir, España también es uno de los países en los que la cuantía de las becas es más baja (tal y como se muestra en el gráfico).
Aunque el actual gobierno del Partido Popular asegura «haber rescatado de la quiebra al sistema de becas dotándolo con las partidas presupuestarias más altas de la historia», la realidad es que durante los últimos años – a raíz de la crisis económica – en España ha aumentado progresivamente la desigualdad social. Por lo que mientras crecen los demandantes de becas, se reduce la cuantía de las mismas y los requisitos para acceder a ellas se vuelven más exigentes.
Y no sólo eso, sino que además, en 2012 se aprueba el Real Decreto 14/2012 (de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo); que supuso el fin de los topes máximos de los precios de matrículas universitarias. Esto se traduce en que, desde entonces, el precio de los estudios de Grado se ha incrementado de media un 32%, mientras que la subida de los Másteres ha sido de un 75%.
A pesar de esto, estudiar en una universidad pública sigue saliendo mucho más barato a las familias, ya que la media general en la universidad privada se sitúa en torno a los 9.500€ por año académico. Hay también posibilidad de ayudas, aunque cabe decir que en menor cantidad de las públicas: las becas públicas se financian con capital del Gobierno, mientras que las privadas son autofinanciadas. En definitiva, la universidad pública es más accesible.
Desigualdad autonómica
Este incremento se ha visto acentuado también en las diversas Comunidades Autónomas españolas, que carecen de un criterio y una estructura de precios unitarios. De modo que el coste medio de realizar un estudio de Grado ha evolucionado desde los 920’20 € del curso 2011/2012 a los 1.099’70 € del curso 2015/2016.
Cataluña y Madrid se llevan la palma por ser las comunidades con los precios medios más altos, siendo Andalucía y Galicia las más baratas. De este modo, por ejemplo, estudiar Medicina en una universidad pública de Andalucía cuesta en torno a 757 € al año, mientras que en Cataluña el coste se multiplica por tres, llegando a los 2.372 €.
¿Qué opinan alumnos y profesores?
Si uno pregunta a estudiantes universitarios acerca de esta diferencia, se encuentra con opiniones como…
Entre el profesorado las opiniones tampoco son muy favorables. Fuentes consultadas de la Universidad Politécnica de Madrid reconocen que «hay muy buenos alumnos que por problemas económicos no pueden acceder al estudio que les gustaría y se ven obligados a cursar otras carreras más baratas y que sus familias sí se pueden permitir».
En ese sentido, se muestran favorables a medidas como las adoptadas por la Junta de Andalucía de becar a aquellos alumnos que hayan superado el curso anterior. Consideran que «es una buena forma de premiar al alumno» y que «si se llevara a cabo en otras comunidades los estudiantes se enfocarían más en aprender».
Julio Contreras, Vicerrector de Estudiantes de la Universidad Complutense, también se muestra crítico hacia lo que considera una injusticia. Él se suma a la idea de una universidad mucho más inclusiva, que no discrimine a nadie por ningún criterio social o económico.
La CANAE en defensa de los estudiantes
Para la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE) , el elevado y los diversos precios de las tasas universitarias sigue siendo un punto importante en el que queda mucho que trabajar para conseguir unos precios equitativos y asequibles para todos los estudiantes.
El presidente de la confederación, Carles López Picó, ha querido poner de manifiesto no sólo la importancia de tener unas tasas asequibles sino que ha señalado como el principal problema la cuantía de las becas, las cuales están en niveles de hace doce años, según señala.
Desde CANAE, aseguran que, según datos de la Conferencia Española de Rectores, al menos 70.000 alumnos se han quedado sin poder cursar un estudio universitario debido al alto coste de las tasas en estos cinco últimos años. A ello hay que sumarle la caída en picado de las becas por alumno. En palabras del propio presidente López «este presupuesto de becas es el mayor de la historia, pero la beca media que recibe cada estudiante ha bajado a niveles de hace doce años».
En esta línea se muestra contundente al afirmar que «debemos trabajar para que esto no sea así, el problema no es tanto el precio de las tasas, sino que el sistema de becas no ha funcionado para conseguir que la educación se convierta en un ascenso social».
Carles López asegura que desde la Confederación se está trabajando para que las condiciones de acceso a una beca sean condiciones socioeconómicas y no requisitos académicos, además de recuperar complementos como el de residencia; así como llevar a cabo un cambio de gestión para evitar recibir la beca en febrero o marzo.
«Si el Ministerio no quiere escucharnos y no quiere darnos la mano, nos tendrán enfrente», declara López, mientras habla de la buena tónica que han tenido hasta el momento con el Ministerio. Sin embargo, esta buena tónica no se ha visto reflejada en cambios normativos, por lo que puntualiza que “como no se producen cambios normativos hemos quedado el resto de sectores de la comunidad educativa para ver qué hacemos”.
Dentro de todo este panorama, también hay medidas positivas como las de la Comunidad de Madrid a la hora de reducir un 5% las tasas o, como ya se ha indicado, las becas concedidas por la Junta de Andalucía a los alumnos que cursen satisfactoriamente sus carreras. En cualquier caso, siguen siendo medidas insuficientes. Las autoridades deberían tener más en cuenta la premisa de ofrecer una educación pública, universal y gratuita y, de ese modo, evitar que tantos alumnos queden fuera del sistema educativo. Al fin y al cabo, la educación es un derecho, no un producto en venta.
Yo tengo un hijo que está estudiando y es muy duro la verdad
Qué buen reportaje, y un gran tema.
De todo esto tiene la culpa el Gobierno, que solo hay menospreciar la educación pública. A este paso solo va a poder estudiar la clase alta.
Aunque el PP pueda tener la culpa por recortar la cuantía den lss becas, es verdad que esta situación se está sufriendo, en mayor y menor medida, con la herencia del PSOE.
muy interesante, me han encantado los videos.
Se tendría que conceder más dinero para becar a los estudiantes. Son el futuro….